'Echa' en la Biblia
Por tanto dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo; que el hijo de esta sierva no ha de heredar con mi hijo, con Isaac.
No pienses en tu corazón, cuando el SEÑOR tu Dios los haya echado de delante de tu presencia, diciendo: Por mi justicia me ha metido el SEÑOR a heredar esta tierra; pues por la impiedad de estos gentiles el SEÑOR los echa de delante de ti.
No por tu justicia, ni por la rectitud de tu corazón entras a heredar la tierra de ellos; mas por la impiedad de estos gentiles el SEÑOR tu Dios los echa de delante de ti, y por confirmar la palabra que el SEÑOR juró a tus padres Abraham, Isaac, y Jacob.
Entra luego, y cierra la puerta tras ti y tras tus hijos; y echa en todos los vasos, y estando uno lleno, ponlo aparte.
Toma luego la botija de aceite, y derrámala sobre su cabeza, y di: Así dijo el SEÑOR: Yo te he ungido por rey sobre Israel. Y abriendo la puerta, echa a huir, y no esperes.
Sus caminos atormentan en todo tiempo; tus juicios son altura delante de él; echa bocanadas en orden a todos sus enemigos.
Echa mano al escudo y al pavés, y levántate en mi ayuda.
Echa sobre el SEÑOR tu carga, y él te sustentará; nunca permitará que resbale el justo.
Y agradará al SEÑOR más que sacrificio de buey, o becerro que echa cuernos y pezuñas.
El que echa su hielo como en pedacitos; delante de su frío ¿quién estará?
echa tu suerte entre nosotros; tengamos todos una bolsa,
El que encubre el odio es de labios mentirosos; y el que echa mala fama es loco.
La suerte se echa en el regazo; mas del SEÑOR es el juicio de ella.
Echa fuera al burlador, y saldrá la contienda; y cesará el pleito y la afrenta.
El que canta canciones al corazón afligido, es como el que quita la ropa en tiempo de frío, o el que sobre el jabón echa vinagre.
Como el que enloquece, y echa llamas, y saetas, y muerte,
Echa tu pan sobre las aguas; que después de muchos días lo hallarás.
Tsade: El corazón de ellos clamaba al Señor: Oh muro de la hija de Sion, echa lágrimas como un arroyo día y noche; no descanses, ni calle la niña de tu ojo.
Y habla a la casa de rebelión por parábola, y diles: Así dijo el Señor DIOS: Pon una olla, ponla, y echa también en ella agua;