'Estaba' en la Biblia
Y el joven que le daba las nuevas respondió: Casualmente vine al monte de Gilboa, y hallé a Saúl que estaba recostado sobre su lanza, y venían tras él carros y gente de a caballo.
Tomaron luego a Asael, y lo sepultaron en el sepulcro de su padre que estaba en Belén. Y caminaron toda aquella noche Joab y sus hombres, y les amaneció en Hebrón.
Y he aquí los siervos de David y Joab, que venían del campo, y traían consigo gran botín. Pero Abner no estaba con David en Hebrón, pues éste lo había despedido, y él se había ido en paz.
Y luego que llegó Joab y todo el ejército que con él estaba, fue dado aviso a Joab, diciendo: Abner hijo de Ner ha venido al rey, y él le ha despedido, y se fue en paz.
Entonces dijo David a Joab, y a todo el pueblo que con él estaba: Rasgad vuestras vestiduras, y ceñíos de cilicio, y haced duelo delante de Abner. Y el rey iba detrás del féretro.
Los hijos, pues, de Rimón beerotita, Recab y Baana, fueron y entraron en el mayor calor del día en casa de Isboset, el cual estaba durmiendo en su cámara la siesta.
Porque cuando entraron en la casa, él estaba en su cama en su cámara de dormir, y lo hirieron y mataron, y le cortaron la cabeza, y habiéndola tomado, caminaron toda la noche por el camino del Arabá.
Y pusieron el arca de Dios sobre un carro nuevo, y la llevaron de la casa de Abinadab, que estaba en Gabaa; y Uza y Ahío, hijos de Abinadab, guiaban el carro nuevo.
Y cuando lo llevaban de la casa de Abinadab que estaba en Gabaa, con el arca de Dios, Ahío iba delante del arca.
Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová; y David estaba vestido con un efod de lino.
y Benaía hijo de Joiada, estaba sobre los cereteos y peleteos; y los hijos de David eran los príncipes.
Y se acercó Joab, y el pueblo que con él estaba, para pelear con los sirios; mas ellos huyeron delante de él.
Y sucedió que levantándose David de su cama a la hora de la tarde, se paseaba por el terrado de la casa real, cuando vio desde el terrado a una mujer que se estaba lavando, la cual era muy hermosa.
Y envió David mensajeros, y la tomó; y así que hubo entrado a él, él se acostó con ella; pues ella estaba purificada de su inmundicia. Y ella regresó a su casa.
Sacó además el pueblo que estaba en ella, y lo puso debajo de sierras, y de trillos de hierro, y de hachas de hierro; y los hizo pasar por hornos de ladrillos; y lo mismo hizo a todas las ciudades de los hijos de Amón. Se volvió luego David con todo el pueblo a Jerusalén.
Y estaba Amnón angustiado hasta enfermarse, por Tamar su hermana; porque por ser ella virgen, le parecía a Amnón difícil hacerle alguna cosa.
Se acostó, pues, Amnón, y fingió que estaba enfermo, y vino el rey a visitarle. Y dijo Amnón al rey: Yo te ruego que venga mi hermana Tamar, y haga delante de mí dos hojuelas, para que coma yo de su mano.
Y fue Tamar a casa de su hermano Amnón, el cual estaba acostado; y tomó harina, y amasó e hizo hojuelas delante de él, y las coció.
Pero Absalón huyó. Entre tanto, alzando sus ojos el joven que estaba de atalaya, miró, y he aquí mucho pueblo que venía por el camino a sus espaldas, del lado de la montaña.
Y el rey David deseaba ver a Absalón: porque ya estaba consolado acerca de Amnón que había muerto.
Porque tu siervo hizo voto cuando estaba en Gesur en Siria, diciendo: Si Jehová me volviere a Jerusalén, yo serviré a Jehová.
Y el rey y todo el pueblo que con él estaba, llegaron fatigados, y descansaron allí.
Y sucedió que cuando Husai arquita, amigo de David, llegó a donde estaba Absalón, le dijo Husai: Viva el rey, viva el rey.
Entonces David se levantó, y todo el pueblo que con él estaba, y pasaron el Jordán antes que amaneciese; ni siquiera faltó uno que no pasase el Jordán.
trajeron a David y al pueblo que estaba con él, camas, y tazas, y vasijas de barro, y trigo, y cebada, y harina, y grano tostado, habas, lentejas, y garbanzos tostados,
miel, manteca, ovejas, y quesos de vaca, para que comiera David y el pueblo que estaba con él; pues dijeron: El pueblo está hambriento, cansado y sediento en el desierto.
Y respondió Joab: No perderé el tiempo contigo. Y tomando tres dardos en su mano, los clavó en el corazón de Absalón, que aún estaba vivo en medio del alcornoque.
Estaba David a la sazón sentado entre las dos puertas; y el atalaya había ido al terrado de sobre la puerta en el muro, y alzando sus ojos, miró, y vio a uno que corría solo.
Y era Barzilai muy viejo, de ochenta años, el cual había dado provisión al rey cuando estaba en Mahanaim, porque era hombre muy rico.
Y estando ellos cerca de la piedra grande que está en Gabaón, les salió Amasa al encuentro. Y la vestidura que Joab tenía sobrepuesta le estaba ceñida, y sobre ella tenía pegado en sus lomos el cinto con una daga en su vaina, la cual se le cayó cuando él avanzó.
Y vinieron y lo sitiaron en Abel de Bet-maaca, y pusieron baluarte contra la ciudad; y se apoyaba en el muro, y todo el pueblo que estaba con Joab golpeaba la muralla, para derribarla.
E Isbibenob, que era de los hijos del gigante, y cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce, y que estaba ceñido de una espada nueva, trató de matar a David;
Y tres de los treinta principales descendieron y vinieron en tiempo de la siega a David a la cueva de Adulam; y el campo de los filisteos estaba en el valle de Refaim.
David entonces estaba en la fortaleza, y la guarnición de los filisteos estaba en Belén.
Entonces los tres valientes irrumpieron por el campo de los filisteos, y sacaron agua del pozo de Belén, que estaba junto a la puerta; y tomaron, y la trajeron a David; mas él no la quiso beber, sino que la derramó a Jehová, diciendo:
Y dijo el rey a Joab, general del ejército que estaba con él: Recorre ahora todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Beerseba, y cuenta al pueblo, para que yo sepa el número de la gente.
Y cuando el ángel extendió su mano sobre Jerusalén para destruirla, Jehová se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía el pueblo: Basta ahora; detén tu mano. Entonces el ángel de Jehová estaba junto a la era de Arauna jebuseo.