'Halla' en la Biblia
Y no angustiarás al extranjero: pues vosotros sabéis cómo se halla el alma del extranjero, ya que extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto.
Entonces el criado volvió a responder a Saúl, diciendo: He aquí se halla en mi mano la cuarta parte de un siclo de plata; esto daré al varón de Dios, para que nos declare nuestro camino.
Mas debierais decir: ¿Por qué lo perseguimos? Ya que la raíz del asunto se halla en mí.
No conoce su valor el hombre, ni se halla en la tierra de los vivientes.
Aun el gorrión halla casa, y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, en tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío.
Me gozo yo en tu palabra, como el que halla muchos despojos.
Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia;
En los labios del prudente se halla sabiduría; mas la vara es para la espalda del falto de entendimiento.
Busca el escarnecedor la sabiduría, y no la halla; mas al hombre entendido la sabiduría le es fácil.
Corona de honra es la vejez, que se halla en el camino de justicia.
El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová.
El alma del impío desea el mal: Su prójimo no halla favor a sus ojos.
Yo soy muro, y mis pechos como torres, desde que fui en sus ojos como la que halla paz.
Y será como el que tiene hambre y sueña, y parece que come; mas cuando despierta, su alma está vacía; o como el que tiene sed y sueña, y parece que bebe; mas cuando se despierta, se halla cansado, y su alma sedienta. Así será la multitud de todas las naciones que pelean contra el monte de Sión.
Y lo quebrará como se quiebra un vaso de alfarero, que sin misericordia lo hacen pedazos; tanto, que entre los pedazos no se halla tiesto para traer fuego del hogar, o para sacar agua del pozo.
Tus riquezas, tus mercancías, tu comercio, tus marineros, tus timoneles, tus calafateadores, los agentes de tus negocios y todos tus hombres de guerra que hay en ti, con toda tu compañía que en medio de ti se halla, caerán en medio de los mares el día de tu caída.
Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla.
Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada.
Y si acontece que la halla, de cierto os digo que se regocija más por aquélla, que por las noventa y nueve que no se descarriaron.
Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Y viniendo, la halla barrida y arreglada.
Y si viene a la segunda vigilia, o aunque venga a la tercera vigilia, y los halla así, bienaventurados son aquellos siervos.
Y cuando la halla, reúne a sus amigas y a sus vecinas, diciendo: Regocijaos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido.