'Hijos' en la Biblia
- 1.Gé 3:16-Gé 35:29
- 2.Gé 36:5-Éx 6:15
- 3.Éx 6:16-Éx 29:20
- 4.Éx 29:21-Levítico 10:9
- 5.Levítico 10:11-Números 3:8
- 6.Números 3:9-Números 13:32
- 7.Números 13:33-Números 26:62
- 8.Números 26:63-Deuteronomio 11:19
- 9.Deuteronomio 11:21-Josué 14:5
- 10.Josué 14:6-Jueces 3:12
- 11.Jueces 3:13-Jueces 21:23
- 12.Jueces 21:24-2 Samuel 13:23
- 13.2 Samuel 13:27-2 Reyes 15:25
- 14.2 Reyes 16:3-1 Crónicas 6:2
- 15.1 Crónicas 6:3-1 Crónicas 15:5
- 16.1 Crónicas 15:6-1 Crónicas 26:21
- 17.1 Crónicas 26:22-Esdras 2:8
- 18.Esdras 2:9-Nehemías 3:3
- 19.Nehemías 4:14-Job 21:11
- 20.Job 21:19-Eclesiastés 2:8
- 21.Eclesiastés 3:10-Jeremías 32:35
- 22.Jeremías 32:39-Daniel 11:41
- 23.Daniel 12:1-Lucas 23:28
- 24.Juan 1:12-Apocalipsis 21:12
para que sean aumentados vuestros días, y los días de vuestros hijos, sobre la tierra que juró Jehová a vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra.
y os alegraréis delante de Jehová vuestro Dios, vosotros, y vuestros hijos, y vuestras hijas, y vuestros siervos, y vuestras siervas, y el levita que estuviere en vuestras poblaciones: por cuanto no tiene parte ni heredad con vosotros.
No comerás de ella; para que te vaya bien a ti, y a tus hijos después de ti, cuando hicieres lo recto en ojos de Jehová.
Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre, cuando hicieres lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios.
No harás así a Jehová tu Dios; porque todo lo que Jehová aborrece, hicieron ellos a sus dioses; pues aun a sus hijos e hijas quemaban en el fuego a sus dioses.
Hombres, hijos de Belial, han salido de en medio de ti, que han instigado a los moradores de su ciudad, diciendo: Vamos y sirvamos a dioses ajenos, que vosotros no conocisteis;
Hijos sois de Jehová vuestro Dios; no os sajaréis, ni pondréis calva sobre vuestros ojos por muerto;
para que no se eleve su corazón sobre sus hermanos, ni se aparte del mandamiento a derecha ni a izquierda; a fin que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.
Porque le ha escogido Jehová tu Dios de todas tus tribus, para que esté para ministrar al nombre de Jehová, él y sus hijos para siempre.
Entonces vendrán los sacerdotes hijos de Leví, porque a ellos escogió Jehová tu Dios para que le sirvan, y para bendecir en nombre de Jehová; y por la palabra de ellos se resolverá toda controversia y toda ofensa.
Y si un hombre tuviere dos esposas, una amada y otra aborrecida, y la amada y la aborrecida le dieren hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida;
será que, el día que hiciere heredar a sus hijos lo que tuviere, no podrá dar el derecho de primogenitura al hijo de la amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito;
Si encontrares en el camino algún nido de ave en cualquier árbol, o sobre la tierra, con pollos o huevos, y estuviere la madre echada sobre los pollos o sobre los huevos, no tomarás la madre con los hijos;
Los hijos que nacieren de ellos, a la tercera generación entrarán en la congregación de Jehová.
No habrá ramera de las hijas de Israel, ni habrá sodomita de los hijos de Israel.
Si fuere hallado alguno que hubiere hurtado a uno de sus hermanos los hijos de Israel, y hubiere mercadeado con él, o le hubiere vendido, el tal ladrón morirá, y quitarás el mal de en medio de ti.
Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su pecado.
Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo, y tus ojos lo verán, y desfallecerán por ellos todo el día; y no habrá fuerza en tu mano.
Hijos e hijas engendrarás, y no serán para ti, porque irán en cautiverio.
Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios te dio, en el asedio y en al aprieto con que te angustiará tu enemigo.
El hombre que es tierno y muy delicado en medio de ti, su ojo será maligno para con su hermano, y para con la esposa de su seno, y para con el resto de sus hijos que le quedaren;
para no dar a alguno de ellos de la carne de sus hijos que él se comerá, porque nada le habrá quedado, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades.
y para con su chiquita que sale de entre sus pies, y para con sus hijos que dé a luz; pues los comerá a escondidas, a falta de todo, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.
Éstas son las palabras del pacto que Jehová mandó a Moisés que hiciera con los hijos de Israel en la tierra de Moab, además del pacto que Él hizo con ellos en Horeb.
Y dirá la generación venidera, vuestros hijos que vendrán después de vosotros, y el extranjero que vendrá de lejanas tierras, cuando vieren las plagas de esta tierra, y sus enfermedades de que Jehová la hizo enfermar
Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, a fin de que cumplamos todas las palabras de esta ley.
y te convirtieres a Jehová tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma,
Y escribió Moisés esta ley, y la dio a los sacerdotes, hijos de Leví, que llevaban el arca del pacto de Jehová, y a todos los ancianos de Israel.
y para que los hijos de ellos que no supieron, oigan, y aprendan a temer a Jehová vuestro Dios, mientras viváis en la tierra adonde vais, cruzando el Jordán para poseerla.
Ahora, pues, escribe este cántico, y enséñalo a los hijos de Israel; ponlo en su boca, para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel.
Y Moisés escribió este cántico aquel día, y lo enseñó a los hijos de Israel.
Y dio orden a Josué hijo de Nun, y dijo: Esfuérzate y sé valiente, pues tú meterás a los hijos de Israel en la tierra que les juré, y yo estaré contigo.
Ellos se han corrompido a sí mismos; sus manchas no son las manchas de sus hijos, son una generación torcida y perversa.
Cuando el Altísimo dio a las naciones su herencia, cuando separó a los hijos de los hombres, estableció los términos de los pueblos según el número de los hijos de Israel.
Y lo vio Jehová, y se encendió en ira, por el menosprecio de sus hijos y de sus hijas.
Y dijo: Esconderé de ellos mi rostro, veré cuál será su fin; pues son una generación perversa, hijos sin fe.
y les dijo: Poned vuestro corazón a todas las palabras que yo os testifico hoy, para que las mandéis a vuestros hijos, y cuiden de poner por obra todas las palabras de esta ley.
Sube a este monte de Abarim, al monte Nebo, que está en la tierra de Moab, que está frente a Jericó, y mira la tierra de Canaán, que yo doy por heredad a los hijos de Israel;
Por cuanto prevaricasteis contra mí en medio de los hijos de Israel en las aguas de Meriba de Cades, en el desierto de Zin; porque no me santificasteis en medio de los hijos de Israel.
Verás, por tanto, delante de ti la tierra; pero no entrarás allá, a la tierra que doy a los hijos de Israel.
Y esta es la bendición con la que Moisés, varón de Dios, bendijo a los hijos de Israel, antes de morir.
El que dijo a su padre y a su madre: No los he visto; Y no reconoció a sus hermanos, ni conoció a sus propios hijos; Pues ellos guardaron tu palabra, y observaron tu pacto.
Y de Aser dijo: Bendecido sea Aser con hijos; sea agradable a sus hermanos, y moje su pie en aceite.
Y los hijos de Israel lloraron a Moisés en los campos de Moab treinta días: Y así se cumplieron los días del lloro y del luto por Moisés.
Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él. Y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés.
Mi siervo Moisés ha muerto: levántate, pues, ahora, y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.
Y fue dado aviso al rey de Jericó, diciendo: He aquí que hombres de los hijos de Israel han venido aquí esta noche a espiar la tierra.
Y Josué se levantó de mañana, y partieron de Sitim, y vinieron hasta el Jordán, él y todos los hijos de Israel, y reposaron allí antes de pasarlo.
Y Josué dijo a los hijos de Israel: Llegaos acá, y escuchad las palabras de Jehová vuestro Dios.
Entonces Josué llamó a los doce hombres, los cuales él había preparado de entre los hijos de Israel, uno de cada tribu.
Y les dijo Josué: Pasad delante del arca de Jehová vuestro Dios al medio del Jordán; y cada uno de vosotros tome una piedra sobre su hombro, conforme al número de las tribus de los hijos de Israel;
Para que esto sea señal entre vosotros; y cuando vuestros hijos preguntaren a sus padres mañana, diciendo: ¿Qué significan para vosotros estas piedras?
Les responderéis: Que las aguas del Jordán fueron partidas delante del arca del pacto de Jehová; cuando ella pasó el Jordán, las aguas del Jordán se partieron; y estas piedras serán por memorial a los hijos de Israel para siempre.
Y los hijos de Israel lo hicieron así como Josué les mandó. Tomaron doce piedras del medio del Jordán, como Jehová lo había dicho a Josué, conforme al número de las tribus de los hijos de Israel, y las pasaron consigo al alojamiento, y las asentaron allí.
También los hijos de Rubén y los hijos de Gad, y la media tribu de Manasés, pasaron armados delante de los hijos de Israel, según Moisés les había dicho:
Y habló a los hijos de Israel, diciendo: Cuando mañana preguntaren vuestros hijos a sus padres, y dijeren: ¿Qué significan para vosotros estas piedras?
Declararéis a vuestros hijos, diciendo: Israel pasó en seco por este Jordán.
Y aconteció que cuando todos los reyes de los amorreos, que estaban al otro lado del Jordán al occidente, y todos los reyes de los cananeos, que estaban cerca del mar, oyeron cómo Jehová había secado las aguas del Jordán delante de los hijos de Israel hasta que hubieron pasado, desfalleció su corazón, y no hubo más espíritu en ellos delante de los hijos de Israel.
En aquel tiempo Jehová dijo a Josué: Hazte cuchillos afilados, y vuelve a circuncidar, por segunda vez, a los hijos de Israel.
Y Josué se hizo cuchillos afilados, y circuncidó a los hijos de Israel en el monte de los prepucios.
Porque los hijos de Israel anduvieron por el desierto cuarenta años, hasta que toda la gente de los hombres de guerra que habían salido de Egipto, fue consumida, por cuanto no obedecieron a la voz de Jehová; por lo cual Jehová les juró que no les dejaría ver la tierra, de la cual Jehová había jurado a sus padres que nos la daría, tierra que fluye leche y miel.
Y a los hijos de ellos, que Él había levantado en su lugar, Josué los circuncidó; pues eran incircuncisos, porque no habían sido circuncidados por el camino.
Y los hijos de Israel acamparon en Gilgal, y celebraron la pascua a los catorce días del mes, por la tarde, en los llanos de Jericó.
Y el maná cesó el día siguiente, desde que comenzaron a comer del fruto de la tierra; y los hijos de Israel nunca más tuvieron maná, sino que comieron de los frutos de la tierra de Canaán aquel año.
Pero Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel: nadie entraba, ni salía.
Pero los hijos de Israel cometieron prevaricación en el anatema: porque Acán, hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, tomó del anatema; y la ira de Jehová se encendió contra los hijos de Israel.
Por esto los hijos de Israel no podrán estar delante de sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán la espalda; por cuanto han venido a ser anatema. Ya no seré más con vosotros, al menos que destruyáis el anatema de en medio de vosotros.
Y tomándolo de en medio de la tienda, lo trajeron a Josué y a todos los hijos de Israel, y lo pusieron delante de Jehová.
Entonces Josué, y todo Israel con él, tomó a Acán hijo de Zera, y el dinero, y el manto, y el lingote de oro, y sus hijos, y sus hijas, y sus bueyes, y sus asnos, y sus ovejas, y su tienda, y todo cuanto tenía, y lo llevaron todo al valle de Acor.
como Moisés, siervo de Jehová, lo había mandado a los hijos de Israel, como está escrito en el libro de la ley de Moisés, un altar de piedras enteras sobre las cuales nadie alzó hierro: y ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová, y sacrificaron ofrendas de paz.
También escribió allí en piedras la repetición de la ley de Moisés, la cual él había escrito delante de los hijos de Israel.
Y partieron los hijos de Israel, y al tercer día llegaron a sus ciudades; y sus ciudades eran Gabaón, Cefira, Beerot y Quiriat-jearim.
Y no los hirieron los hijos de Israel, por cuanto los príncipes de la congregación les habían jurado por Jehová el Dios de Israel. Y toda la congregación murmuraba contra los príncipes.
Y él lo hizo así; que los libró de la mano de los hijos de Israel, para que no los matasen.
Subid a mí, y ayudadme, y combatamos a Gabaón: porque ha hecho paz con Josué y con los hijos de Israel.
Y cuando iban huyendo de los israelitas, a la bajada de Bet-horón, Jehová arrojó sobre ellos del cielo grandes piedras hasta Azeca, y murieron; y fueron más los que murieron por las piedras del granizo, que los que los hijos de Israel mataron a espada.
Entonces Josué habló a Jehová el día que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón; y tú, Luna, en el valle de Ajalón.
Y aconteció que cuando Josué y los hijos de Israel terminaron de herirlos con gran mortandad, hasta destruirlos, los que quedaron de ellos se metieron en las ciudades fortificadas.
Y todo el pueblo volvió en paz al campamento a Josué en Maceda; no hubo quien moviese su lengua contra ninguno de los hijos de Israel.
Y los hijos de Israel tomaron para sí todo el despojo y el ganado de estas ciudades; pero a todos los hombres metieron a espada hasta destruirlos, sin dejar nada que respirase.
No hubo ciudad que hiciese paz con los hijos de Israel, salvo los heveos, que moraban en Gabaón; todo lo tomaron por guerra.
Ninguno de los anaceos quedó en la tierra de los hijos de Israel; solamente quedaron en Gaza, en Gat y en Asdod.
Éstos son los reyes de la tierra que los hijos de Israel hirieron, y cuya tierra poseyeron al otro lado del Jordán al nacimiento del sol, desde el arroyo de Arnón hasta el monte Hermón, y toda la llanura oriental:
Sehón rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón, y señoreaba desde Aroer, que está a la ribera del arroyo de Arnón, y desde en medio del arroyo, y la mitad de Galaad, hasta el arroyo Jaboc, el término de los hijos de Amón;
A éstos hirieron Moisés siervo de Jehová y los hijos de Israel; y Moisés siervo de Jehová dio aquella tierra en posesión a los rubenitas, gaditas, y a la media tribu de Manasés.
Y éstos son los reyes de la tierra que hirió Josué con los hijos de Israel, de este lado del Jordán al occidente, desde Baal-gad en el valle del Líbano hasta el monte de Halac que sube a Seir; y cuya tierra dio Josué en posesión a las tribus de Israel, conforme a sus divisiones;
a todos los que habitan en las montañas desde el Líbano hasta Misrefotmaim, a todos los sidonios; yo los desarraigaré de delante de los hijos de Israel; solamente reparte tú por suerte la tierra a los israelitas como heredad, tal como te he mandado.
y todas las ciudades de Sehón rey de los amorreos, el cual reinó en Hesbón, hasta los términos de los hijos de Amón;
Mas a los gesuritas y maacatitas no echaron los hijos de Israel; sino que los gesuritas y los maacatitas habitaron entre los israelitas hasta hoy.
Y Moisés dio heredad a la tribu de los hijos de Rubén conforme a sus familias.
También mataron a espada los hijos de Israel a Balaam el adivino, hijo de Beor, con los demás que mataron.
Y el Jordán fue el término de los hijos de Rubén, con su frontera. Ésta fue la heredad de los hijos de Rubén conforme a sus familias, estas ciudades con sus aldeas.
Moisés también dio heredad a la tribu de Gad, a los hijos de Gad, conforme a sus familias.
Y el término de ellos fue Jazer, y todas las ciudades de Galaad, y la mitad de la tierra de los hijos de Amón hasta Aroer, que está delante de Rabá.
Ésta es la heredad de los hijos de Gad, por sus familias, estas ciudades con sus aldeas.
También dio Moisés heredad a la media tribu de Manasés; y fue de la media tribu de los hijos de Manasés, conforme a sus familias.
Y la mitad de Galaad, y Astarot, y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán, fueron para los hijos de Maquir, hijo de Manasés, para la mitad de los hijos de Maquir conforme a sus familias.
Éstos, pues, son los territorios que los hijos de Israel tomaron por heredad en la tierra de Canaán, lo cual les repartieron Eleazar sacerdote, y Josué hijo de Nun, y los principales de los padres de las tribus de los hijos de Israel.
Porque los hijos de José fueron dos tribus, Manasés y Efraín; y no dieron parte a los levitas en la tierra, sino ciudades en que morasen, con sus ejidos para sus ganados y rebaños.
De la manera que Jehová lo había mandado a Moisés, así lo hicieron los hijos de Israel en la repartición de la tierra.
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