'Lado' en la Biblia
Y ahora, Jehová vuestro Dios ha dado reposo a vuestros hermanos, como se los había prometido; volved, pues, e id a vuestras tiendas, a la tierra de vuestra posesión que Moisés, siervo de Jehová, os dio al otro lado del Jordán.
También a la media tribu de Manasés había dado Moisés posesión en Basán; mas a la otra media tribu dio Josué heredad entre sus hermanos de este lado del Jordán al occidente: y también a éstos envió Josué a sus tiendas, después de haberlos bendecido.
Y dijo Josué a todo el pueblo: Así dice Jehová, Dios de Israel: Vuestros padres habitaron antiguamente al otro lado del río, esto es, Taré, padre de Abraham y de Nacor; y servían a dioses extraños.
Y yo tomé a vuestro padre Abraham del otro lado del río, y lo traje por toda la tierra de Canaán, y aumenté su generación, y le di a Isaac.
Y os introduje en la tierra de los amorreos, que habitaban al otro lado del Jordán, los cuales pelearon contra vosotros; mas yo los entregué en vuestras manos, y poseísteis su tierra, y los destruí de delante de vosotros.
Ahora pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de en medio los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová.
Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.
Mas Aod metió su mano izquierda, y tomó el puñal de su lado derecho, y se lo metió por el vientre;
Galaad se quedó al otro lado del Jordán; y Dan ¿por qué se estuvo junto a los navíos? Se mantuvo Aser a la ribera del mar, y se quedó en sus puertos.
Y tomaron dos príncipes de los madianitas, Oreb y Zeeb: y mataron a Oreb en la peña de Oreb, y a Zeeb lo mataron en el lagar de Zeeb: y después que siguieron a los madianitas, trajeron las cabezas de Oreb y de Zeeb a Gedeón al otro lado del Jordán.
Los cuales oprimieron y quebrantaron a los hijos de Israel en aquel tiempo dieciocho años, a todos los hijos de Israel que estaban al otro lado del Jordán en la tierra del amorreo, que es en Galaad.
Después, yendo por el desierto, rodeó la tierra de Edom y la tierra de Moab, y viniendo por el lado oriental de la tierra de Moab, acampó en el otro lado de Arnón, y no entraron por el término de Moab; porque Arnón era la frontera de Moab.
Y dijeron: He aquí cada año hay fiesta de Jehová en Silo, que está al norte de Betel, y al lado oriental del camino que sube de Betel a Siquem, y al sur de Lebona.
Y cuando Boaz hubo comido y bebido, y su corazón estuvo contento, se retiró a dormir a un lado del montón de grano. Entonces ella vino calladamente, y le descubrió los pies y se acostó.
Y aconteció que cuando él hizo mención del arca de Dios, Elí cayó hacia atrás de la silla al lado de la puerta, y se le quebró la cerviz, y murió; pues era hombre viejo y pesado. Y había juzgado a Israel cuarenta años.
Tomaréis luego el arca de Jehová, y la pondréis sobre el carro; y poned en una caja al lado de ella las joyas de oro que le pagáis en expiación; y la dejaréis que se vaya.
Y un día aconteció, que Jonatán hijode Saúl dijo a su criado que le traía las armas: Ven, y pasemos a la guarnición de los filisteos, que está al otro lado. Y no lo hizo saber a su padre.
Y entre los pasos por donde Jonatán procuraba pasar a la guarnición de los filisteos, había un peñasco agudo de un lado, y otro peñasco agudo del otro lado; el uno se llamaba Boses y el otro Sene.
Y los centinelas de Saúl vieron desde Gabaa de Benjamín cómo la multitud estaba turbada, e iba de un lado a otro y era deshecha.
Dijo luego a todo Israel: Vosotros estaréis a un lado, y yo y Jonatán mi hijo estaremos al otro lado. Y el pueblo respondió a Saúl: Haz lo que bien te pareciere.
Y los filisteos estaban sobre un monte a un lado, e Israel estaba sobre un monte al otro lado, y había un valle entre ellos.
Y yo tiraré tres saetas hacia aquel lado, como ejercitándome al blanco.
Y el rey se sentó en su silla, como solía, en el asiento junto a la pared, y Jonatán se levantó, y se sentó Abner al lado de Saúl, y el lugar de David estaba vacío.
Y luego que el muchacho se hubo ido, se levantó David del lado del sur, y se inclinó tres veces postrándose hasta la tierra: y besándose el uno al otro, lloraron el uno con el otro, aunque David lloró más.
Y Saúl iba por un lado del monte, y David con los suyos por el otro lado del monte: y David se daba prisa para ir delante de Saúl; mas Saúl y los suyos habían encerrado a David y a su gente para tomarlos.
Entonces David pasó al otro lado, y se puso en la cumbre del monte, a lo lejos, habiendo gran distancia entre ellos;
Y los de Israel que estaban al otro lado del valle, y al otro lado del Jordán, viendo que Israel había huido, y que Saúl y sus hijos estaban muertos, dejaron las ciudades y huyeron; y los filisteos vinieron y habitaron en ellas.
Y Joab hijo de Sarvia, y los siervos de David, salieron y los encontraron junto al estanque de Gabaón: y se sentaron los unos a un lado del estanque, y los otros al otro lado del estanque.
Y envió Hadad-ezer, y sacó a los sirios que estaban al otro lado del río, los cuales vinieron a Helam, llevando por jefe a Sobac general del ejército de Hadad-ezer.
Entonces levantándose David, rasgó sus vestiduras, y se echó en tierra, y todos sus criados estaban a su lado con sus vestiduras rasgadas.
Pero Absalón huyó. Entre tanto, alzando sus ojos el joven que estaba de atalaya, miró, y he aquí mucho pueblo que venía por el camino a sus espaldas, del lado de la montaña.
Y se levantaba Absalón de mañana, y se ponía a un lado del camino de la puerta; y a cualquiera que tenía pleito y venía al rey a juicio, Absalón le llamaba a sí, y le decía: ¿De qué ciudad eres? Y él respondía: Tu siervo es de una de las tribus de Israel.
Y todos sus siervos pasaban a su lado, con todos los cereteos y peleteos; y todos los geteos, seiscientos hombres que habían venido a pie desde Gat, iban delante del rey.
Y como David y los suyos iban por el camino, Simeí iba por el lado del monte delante de él, andando y maldiciendo, y arrojando piedras delante de él, y esparciendo polvo.
También Barzilai galaadita descendió de Rogelim, y pasó el Jordán con el rey, para acompañarle al otro lado del Jordán.
Le dijeron por tanto sus siervos: Busquen a mi señor el rey una joven virgen, para que esté delante del rey, y lo abrigue, y duerma a su lado para que dé calor a mi señor el rey.
Y ella se levantó a media noche, y tomó a mi hijo de junto a mí, estando yo tu sierva durmiendo, y lo puso a su lado, y puso a mi lado su hijo muerto.
Baana hijo de Ahilud, en Taanac y Meguido, y en toda Bet-seán, que está cerca de Zaretán, abajo de Jezreel, desde Bet-seán hasta Abel-mehola, y hasta el otro lado de Jocmeam;
Porque él señoreaba en toda la región que estaba de este lado del río, desde Tifsa hasta Gaza, sobre todos los reyes de este lado del río; y tuvo paz por todos lados en derredor suyo.
La puerta del aposento de en medio estaba al lado derecho de la casa: y se subía por una escalera de caracol al de en medio, y del aposento de en medio al tercero.
Hizo asimismo un mar de fundición, de diez codos de un lado al otro, perfectamente redondo; su altura era de cinco codos, y lo ceñía alrededor un cordón de treinta codos.
Cada base tenía cuatro ruedas de bronce con ejes de bronce; y en sus cuatro esquinas tenían soportes de fundición, soportes que quedaban debajo de la fuente, al lado de cada una de las añadiduras.
Y puso las cinco bases a la mano derecha de la casa, y las otras cinco a la mano izquierda: y asentó el mar al lado derecho de la casa, al oriente, hacia el sur.
Estaban también doce leones puestos allí sobre las seis gradas, de un lado y de otro; en ningún otro reino se había hecho trono semejante.
Y Jehová sacudirá a Israel, al modo que la caña se agita en las aguas; y Él arrancará a Israel de esta buena tierra que había dado a sus padres, y los esparcirá hacia el otro lado del río, por cuanto han hecho sus imágenes de Asera, enojando a Jehová.
Tomando entonces Elías su manto, lo dobló, y golpeó las aguas, las cuales se apartaron a uno y a otro lado, y pasaron ambos en seco.
Y sucedió que cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieres que haga por ti, antes que sea quitado de tu lado. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí.
Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo del mismo modo golpeado las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo.
Y viéndole los hijos de los profetas que estaban en Jericó al otro lado, dijeron: El espíritu de Elías reposa sobre Eliseo. Y vinieron a recibirle, y se inclinaron a tierra delante de él.
Y los de la guardia se pusieron en orden, teniendo cada uno sus armas en sus manos, desde el lado derecho de la casa hasta el lado izquierdo, junto al altar y el templo, en derredor del rey.
Y quitó el altar de bronce que estaba delante de Jehová, de delante de la casa, entre el altar y el templo de Jehová, y lo puso al lado del altar hacia el norte.
Y del otro lado del Jordán, frente a Jericó, al oriente del Jordán, dieron de la tribu de Rubén, a Beser en el desierto con sus ejidos; y a Jahaza con sus ejidos.
Y del otro lado del Jordán, de los rubenitas y de los gaditas y de la media tribu de Manasés, ciento veinte mil con todo tipo de armas de guerra.
Y viendo los sirios que habían caído delante de Israel, enviaron embajadores, y trajeron a los sirios que estaban al otro lado del río, cuyo capitán era Sofac, general del ejército de Hadad-ezer.
De los hebronitas, Hasabías y sus hermanos, hombres de vigor, mil setecientos, gobernaban a Israel al otro lado del Jordán, al occidente, en toda la obra de Jehová, y en el servicio del rey.
Y asentó el mar al lado derecho hacia el oriente, enfrente del sur.
Había también allí doce leones sobre las seis gradas, a uno y otro lado. Jamás fue hecho otro trono semejante en ningún reino.
Entonces vinieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Viene contra ti una grande multitud del otro lado del mar, y de este lado de Siria; y he aquí ellos están en Hazezón-tamar, que es Engadi.
y los demás pueblos que el grande y glorioso Asnapar trasportó, e hizo habitar en las ciudades de Samaria, y los demás del otro lado del río. Y ahora:
Ésta es la copia de la carta que enviaron: Al rey Artajerjes: Tus siervos del otro lado del río. Y ahora:
El rey envió esta respuesta a Rehum el canciller, y al escriba Simsai, y a los demás sus compañeros que habitan en Samaria, y a los demás del otro lado del río: Paz ahora.
En aquel tiempo vino a ellos Tatnai, capitán del otro lado del río, y Setar-boznai y sus compañeros, y les dijeron así: ¿Quién os dio mandamiento para edificar esta casa, y restablecer estos muros?
Copia de la carta que Tatnai, gobernador de más allá del río, y Setar-boznai, y sus compañeros los aparsaqueos, que estaban al otro lado del río, enviaron al rey Darío.
Ahora pues, Tatnai, jefe de más allá del río, Setar-boznai, y sus compañeros los aparsaqueos que estáis al otro lado del río, apartaos de allí.
Y por mí es dado mandamiento de lo que habéis de hacer con los ancianos de estos judíos, para edificar esta casa de Dios; que de la hacienda del rey, que tiene del tributo del otro lado del río, los gastos sean dados luego a aquellos varones, para que no cesen.
Entonces Tatnai, gobernador del otro lado del río, y Setar-boznai, y sus compañeros, hicieron prestamente según el rey Darío había enviado.
Y por mí el rey Artajerjes es dado mandamiento a todos los tesoreros que están al otro lado del río, que todo lo que os demandare Esdras sacerdote, escriba de la ley del Dios del cielo, se le conceda prestamente,
Y tú, Esdras, conforme a la sabiduría que tienes de tu Dios, pon jueces y gobernadores, que gobiernen a todo el pueblo que está del otro lado del río, a todos los que conocen las leyes de tu Dios; y al que no las conoce, le enseñarás.
Y dieron los despachos del rey a sus gobernadores y capitanes del otro lado del río, los cuales favorecieron al pueblo y a la casa de Dios.
Además dije al rey: Si place al rey, que se me den cartas para los gobernadores del otro lado del río, para que me franqueen el paso hasta que llegue a Judá;
Y vine luego a los gobernadores del otro lado del río, y les di las cartas del rey. Y el rey envió conmigo capitanes del ejército y gente de a caballo.
Y junto a ellos restauró Meremot hijo de Urías, hijo de Cos, y al lado de ellos, restauró Mesulam hijo de Berequías, hijo de Mesezabeel. Junto a ellos restauró Sadoc hijo de Baana.
Junto a ellos restauró Melatías gabaonita, y Jadón meronotita, varones de Gabaón y de Mizpa, que estaban bajo el dominio del gobernador del otro lado del río.
Y el segundo coro iba del lado opuesto, y yo en pos de él, con la mitad del pueblo sobre el muro, desde la torre de los Hornos hasta el muro ancho;
y he aquí un gran viento que vino del lado del desierto, y azotó las cuatro esquinas de la casa, y cayó sobre los jóvenes, y murieron; solamente escapé yo para traerte la noticia.
Su fuerza será azotada por el hambre, y a su lado estará preparado quebrantamiento.
¿Quién prepara al cuervo su alimento, cuando sus polluelos claman a Dios, bullendo de un lado a otro por falta de comida?
Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará.
Jehová está de mi lado, no temeré; ¿qué me puede hacer el hombre?
En aquel día raerá el Señor con navaja alquilada, con los que habitan al otro lado del río, es decir, con el rey de Asiria, cabeza y pelo de los pies; y aun la barba también quitará.
Aunque no será esta oscuridad tal como fue en su angustia, cuando al principio Él levemente afligió la tierra de Zabulón y la tierra de Neftalí; y después más gravemente los afligió por el camino del mar, al otro lado del Jordán, en Galilea de los gentiles.
Sí, ellos son perros comilones e insaciables; y son pastores que no pueden entender: todos ellos miran por sus propios caminos, cada uno busca su propio provecho, cada uno por su lado.
y a todos los reyes de Tiro, y a todos los reyes de Sidón, y a los reyes de las islas que están de ese lado del mar;
Y el aspecto de sus caras era cara de hombre; y cara de león al lado derecho en los cuatro; y a la izquierda cara de buey en los cuatro; y los cuatro tenían cara de águila.
Y tú te acostarás sobre tu lado izquierdo, y pondrás sobre él la iniquidad de la casa de Israel; el número de los días que dormirás sobre él, llevarás sobre ti la iniquidad de ellos.
Y cumplidos éstos, te acostarás otra vez, sobre tu lado derecho, y llevarás la iniquidad de la casa de Judá cuarenta días; día por año, día por año te lo he dado.
Y he aquí, yo pondré sobre ti ataduras, y no te darás vuelta de un lado al otro, hasta que hayas cumplido los días de tu asedio.
Y tú toma para ti trigo, cebada, habas, lentejas, maíz y centeno, y ponlos en una vasija, y hazte pan de ellos el número de los días que durmieres sobre tu lado; trescientos noventa días comerás de él.
Y me dijo: Hijo de hombre, alza ahora tus ojos hacia el lado del norte. Y alcé mis ojos hacia el lado del norte, y he aquí al norte, junto a la puerta del altar, la imagen del celo en la entrada.
Y alzando los querubines sus alas, se levantaron de la tierra delante de mis ojos: cuando ellos salieron, también las ruedas al lado de ellos; y se pararon a la entrada de la puerta oriental de la casa de Jehová, y la gloria del Dios de Israel estaba arriba sobre ellos.
por tanto, he aquí yo abro el lado de Moab desde las ciudades, desde sus ciudades que están en su confín, las tierras deseables de Bet-jesimot, y Baal-meón, y Quiriataim,
Y la puerta que daba hacia el oriente tenía tres cámaras a cada lado, las tres de una medida; también de una medida los portales a cada lado.
Y el espacio de delante de las cámaras, de un codo a un lado, y de otro codo al otro lado; y cada cámara tenía seis codos de un lado, y seis codos del otro lado.
Y sus cámaras eran tres de un lado, y tres del otro, y sus postes y sus arcos eran como la medida de la puerta primera; cincuenta codos su longitud, y veinticinco su anchura.
Y sus gradas eran de siete escalones, con sus arcos delante de ellas; y tenía palmeras, una de un lado, y otra del otro, en sus postes.
Y sus arcos caían hacia el atrio exterior, con palmeras en sus postes de un lado y otro; y sus gradas eran de ocho escalones.
Y sus postes caían hacia el atrio exterior, con palmeras a cada uno de sus postes de un lado y otro; y sus gradas eran de ocho escalones.
Y en la entrada de la puerta había dos mesas a un lado, y otras dos al otro, para degollar sobre ellas el holocausto y la expiación y el sacrificio por el pecado.
Y por el lado de fuera de las gradas, a la entrada de la puerta del norte, había dos mesas; y al otro lado que estaba a la entrada de la puerta, dos mesas.
Cuatro mesas a un lado, y cuatro mesas al otro lado, junto a la puerta; ocho mesas, sobre las cuales degollaban los sacrificios.
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