'Le' en la Biblia
Ellos le respondieron: {Era} un hombre cubierto de pelo, con un cinturón de cuero ceñido a sus lomos. Y él dijo: Es Elías tisbita.
Entonces {el rey} envió a él un capitán de cincuenta con sus cincuenta {hombres.} Y {éste} subió a él, y he aquí, {Elías} estaba sentado en la cumbre del monte, y le dijo: Hombre de Dios, el rey dice: ``Desciende."
De nuevo envió a él otro capitán de cincuenta con sus cincuenta que {le} habló y le dijo: Hombre de Dios, así dice el rey: ``Desciende inmediatamente."
De nuevo {el rey} le envió al tercer capitán de cincuenta con sus cincuenta. Y cuando el tercer capitán de cincuenta subió, vino y se postró de rodillas delante de Elías y le rogó, diciéndole: Hombre de Dios, te ruego que mi vida y la vida de estos cincuenta siervos tuyos sean preciosas ante tus ojos.
Entonces el ángel del SEÑOR dijo a Elías: Desciende con él {y} no le tengas miedo. Se levantó {Elías} y descendió con él al rey,
y le dijo: Así dice el SEÑOR: ``Por cuanto has enviado mensajeros a consultar a Baal-zebub, dios de Ecrón, ¿acaso porque no hay Dios en Israel para consultar su palabra?, no bajarás por tanto del lecho al que has subido, sino que ciertamente morirás."
Entonces los hijos de los profetas que {estaban en} Betel salieron al {encuentro de} Eliseo y le dijeron: ¿Sabes que hoy el SEÑOR te quitará a tu señor de sobre ti? Y él dijo: Sí, yo lo sé; callad.
Elías entonces le dijo: Eliseo, te ruego que te quedes aquí, porque el SEÑOR me ha enviado a Jericó. Pero él dijo: Vive el SEÑOR y vive tu alma, que no me apartaré de ti. Y fueron a Jericó.
Y los hijos de los profetas que {estaban} en Jericó se acercaron a Eliseo y le dijeron: ¿Sabes que hoy el SEÑOR te quitará a tu señor de sobre ti? Y él respondió: Sí, yo lo sé; callad.
Entonces Elías le dijo: Te ruego que te quedes aquí, porque el SEÑOR me ha enviado al Jordán. Pero él dijo: Vive el SEÑOR y vive tu alma, que no me apartaré de ti. Siguieron, pues, los dos.
También recogió el manto de Elías que se le había caído, y regresó y se paró a la orilla del Jordán.
Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está el SEÑOR, el Dios de Elías? Y cuando él golpeó también las aguas, éstas se dividieron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo.
Y le dijeron: He aquí, ahora hay con tus siervos cincuenta hombres fuertes; te rogamos que los dejes ir a buscar a tu señor; tal vez el Espíritu del SEÑOR lo ha levantado y lo ha echado en algún monte o en algún valle. Y él dijo: No {los} enviéis.
Pero cuando le insistieron hasta la saciedad, dijo: Enviad{los.} Entonces enviaron cincuenta hombres; y buscaron durante tres días, pero no lo hallaron.
Después subió de allí a Betel; y mientras subía por el camino, unos muchachos salieron de la ciudad y se burlaban de él, y le decían: ¡Sube, calvo; sube, calvo!
Entonces Eliseo dijo al rey de Israel: ¿Qué tengo que ver contigo? Ve a los profetas de tu padre y a los profetas de tu madre. Y el rey de Israel le dijo: No, porque el SEÑOR ha llamado a estos tres reyes para entregarlos en mano de Moab.
Y Eliseo le dijo: ¿Qué puedo hacer por ti? Dime qué tienes en casa. Y ella respondió: Tu sierva no tiene en casa más que una vasija de aceite.
Entonces él {le} dijo: Ve, pide vasijas prestadas por todas partes de todos tus vecinos, vasijas vacías; no pidas pocas.
Y sucedió que cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo ella a un hijo suyo: Tráeme otra vasija. Y él le dijo: No hay más vasijas. Y cesó el aceite.
Entonces ella fue y se lo contó al hombre de Dios. Y él {le} dijo: Ve, vende el aceite y paga tu deuda, y tú {y} tus hijos podéis vivir de lo que quede.
Y aconteció que un día pasaba Eliseo por Sunem, donde había una mujer distinguida, y ella le persuadió a que comiera. Y así fue que siempre que pasaba, entraba allí a comer.
Y él le dijo {a Giezi:} Dile ahora: ``He aquí, te has preocupado por nosotros con todo este cuidado; ¿qué puedo hacer por ti? ¿Quieres que hable por ti al rey o al jefe del ejército?" Y ella respondió: Yo vivo en medio de mi pueblo.
Entonces él {le} dijo: Por este tiempo, el año que viene, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío, hombre de Dios, no engañes a tu sierva.
Pero la mujer concibió y dio a luz un hijo al año siguiente en el tiempo que Eliseo le había dicho.
Luego llamó a su marido y {le} dijo: Te ruego que me envíes uno de los criados y una de las asnas, para que yo vaya corriendo al hombre de Dios y regrese.
Te ruego que corras ahora a su encuentro y le digas: `` ¿Te va bien a ti? ¿Le va bien a tu marido? ¿Le va bien al niño?" Y ella respondió: Bien.
Entonces él dijo a Giezi: Ciñe tus lomos y toma mi báculo en tu mano, y vete; si encuentras a alguno, no lo saludes, y si alguien te saluda, no le respondas, y pon mi báculo sobre el rostro del niño.
Y Giezi se adelantó a ellos y puso el báculo sobre el rostro del niño, mas no hubo voz ni reacción. Así que volvió para encontrarlo, y le dijo: El niño no ha despertado.
Y {Eliseo} llamó a Giezi y {le} dijo: Llama a la sunamita. Y él la llamó. Y cuando ella vino a Eliseo, él dijo: Toma a tu hijo.
Y Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate en el Jordán siete veces, y tu carne se te restaurará, y {quedarás} limpio.
Pero sus siervos se le acercaron y le hablaron, diciendo: Padre mío, si el profeta te hubiera dicho {que} hicieras {alguna} gran cosa, ¿no {la} hubieras hecho? ¡Cuánto más cuando te dice: ``Lávate, y quedarás limpio"!
Pero él respondió: Vive el SEÑOR, delante de quien estoy, que no aceptaré nada. Y {Naamán} le insistió para que {lo} recibiera, pero él rehusó.
Y Naamán dijo: Pues si no, te ruego que de esta tierra, se le dé a tu siervo la carga de un par de mulos, porque tu siervo ya no ofrecerá holocausto ni sacrificará a otros dioses, sino al SEÑOR.
Y él le dijo: Vete en paz. Y se alejó de él a cierta distancia.
Y Naamán dijo: Dígnate aceptar dos talentos. Y le insistió y ató dos talentos de plata en dos bolsas con dos mudas de ropa, y los entregó a dos de sus criados; y éstos {los} llevaron delante de él.
Entonces él entró y se puso delante de su señor. Y Eliseo le dijo: ¿Dónde has estado, Giezi? Y él respondió: Tu siervo no ha ido a ninguna parte.
Entonces él le dijo: ¿No iba {contigo} mi corazón, cuando el hombre se volvió de su carro para encontrarte? ¿Acaso es tiempo de aceptar dinero y de aceptar ropa, olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas?
Pero sucedió que cuando uno {de ellos} estaba derribando un tronco, el hierro {del hacha} se le cayó al agua; y gritó, y dijo: ¡Ah, señor mío, era prestado!
Entonces el hombre de Dios dijo: ¿Dónde cayó? Y cuando le mostró el lugar, cortó un palo y {lo} echó allí, e hizo flotar el hierro.
Entonces el rey de Israel envió {gente} al lugar que el hombre de Dios le había dicho; así que, al prevenirlo él, se cuidó {de ir} allí, {y esto} no una ni dos veces.
Y uno de sus siervos dijo: No, rey señor mío, sino que Eliseo, el profeta que está en Israel, le dice al rey de Israel las palabras que tú hablas en el interior de tu alcoba.
Y él dijo: Id y ved donde está, y enviaré a prenderlo. Y le avisaron, diciendo: He aquí, está en Dotán.
Y cuando el que servía al hombre de Dios se levantó temprano y salió, he aquí que un ejército con caballos y carros rodeaba la ciudad. Y su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿Qué haremos?
Pasando el rey de Israel por la muralla, una mujer le gritó, diciendo: ¡Ayúda{me,} oh rey señor mío!
Y el rey le dijo: ¿Qué te pasa? Y ella respondió: Esta mujer me dijo: ``Da tu hijo para que lo comamos hoy, y mi hijo lo comeremos mañana."
Así que cocimos a mi hijo y nos lo comimos; y al día siguiente, le dije a ella: ``Da tu hijo, para que lo comamos"; pero ella ha escondido a su hijo.
Estaba aún hablando con ellos, cuando he aquí que el mensajero descendió a él, y le dijo: Mira, este mal viene del SEÑOR; ¿por qué he de esperar más en el SEÑOR?
Cuando el rey preguntó a la mujer, ella se {lo} contó. Entonces el rey le asignó un oficial, diciendo: Restáura{le} todo lo que era suyo y todo el fruto del campo desde el día que dejó el país hasta ahora.
Entonces Eliseo fue a Damasco. Y Ben-adad, rey de Aram, estaba enfermo, y le dieron aviso, diciendo: El hombre de Dios ha venido acá.
Entonces Eliseo le dijo: Ve {y} dile: ``Ciertamente sanarás"; pero el SEÑOR me ha mostrado que ciertamente morirá.
Entonces él se alejó de Eliseo y regresó a su señor, quien le dijo: ¿Qué te dijo Eliseo? Y él respondió: Me dijo que ciertamente sanarás.
Sin embargo, el SEÑOR no quiso destruir a Judá por amor a David su siervo, ya que le había prometido darle una lámpara por medio de sus hijos para siempre.
Y el rey Joram regresó a Jezreel para ser curado de las heridas que los arameos le habían hecho en Ramot, cuando peleó contra Hazael, rey de Aram. Entonces Ocozías, hijo de Joram, rey de Judá, descendió para visitar a Joram, hijo de Acab, en Jezreel porque estaba enfermo.
Y el profeta Eliseo llamó a uno de los hijos de los profetas, y le dijo: Ciñe tus lomos y toma este frasco de aceite en tu mano y ve a Ramot de Galaad.
Entonces él se levantó y entró en la casa, y {el joven} derramó el aceite sobre su cabeza y le dijo: Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: ``Yo te he ungido rey sobre el pueblo del SEÑOR, sobre Israel.
Entonces Jehú salió a los siervos de su señor, y {uno} le dijo: ¿Va todo bien? ¿Por qué vino a ti este loco? Y él les dijo: Vosotros conocéis {bien} al hombre y sus palabras.
pero el rey Joram había regresado a Jezreel para ser curado de las heridas que los arameos le habían hecho cuando peleó contra Hazael, rey de Aram. Y Jehú dijo: Si es vuestro deseo, que nadie se escape ni salga de la ciudad para ir a anunciar{lo} en Jezreel.
Y cuando entraba Jehú por la puerta, ella dijo: ¿Le va bien a Zimri, asesino de tu señor?
Cuando el mensajero vino y le avisó, diciendo: Han traído las cabezas de los hijos del rey, él dijo: Ponedlas en dos montones a la entrada de la puerta hasta la mañana.
Y Jehú mató a todos los que quedaban de la casa de Acab en Jezreel, y a todos sus grandes, a sus amigos íntimos y a sus sacerdotes, hasta que no le dejó ningún sobreviviente.
Cuando partió de allí, encontró a Jonadab, hijo de Recab, {que venía} a su encuentro, lo saludó y le dijo: ¿Es recto tu corazón como mi corazón es con el tuyo? Y Jonadab respondió: Lo es. {Y Jehú dijo:} Si lo es, da{me} la mano. Y le dio su mano y lo hizo subir al carro.
Pero Josaba, hija del rey Joram, hermana de Ocozías, tomó a Joás, hijo de Ocozías, y lo sacó furtivamente de entre los hijos del rey a quienes estaban dando muerte, y lo puso a él y a su nodriza en la alcoba. Así lo escondieron de Atalía, y no le dieron muerte.
Entonces {Joiada} sacó al hijo del rey y le puso la corona, y {le dio el libro} del testimonio; hicieron rey {a Joás} y lo ungieron, y batiendo palmas, gritaron: ¡Viva el rey!
Y le echaron mano; y cuando ella llegó a la entrada de los caballos de la casa del rey, allí la mataron.
Pues a Joacaz no le había quedado del ejército más que cincuenta hombres de a caballo, diez carros y diez mil hombres de a pie, porque el rey de Aram los había destruido y los había hecho como polvo de trilla.
Y Eliseo le dijo: Toma un arco y flechas. Y él tomó un arco y flechas.
Pero a los hijos de los asesinos no les dio muerte, conforme a lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, tal como el SEÑOR ordenó, diciendo: No se dará muerte a los padres por los hijos, ni se dará muerte a los hijos por los padres, sino que a cada uno se le dará muerte por su propio pecado.
Entonces Manahem hirió a Tifsa y a todos los que {estaban} en ella y en sus alrededores desde Tirsa, porque no {le} abrieron {las puertas,} por eso {la} hirió; y abrió {el vientre} a todas las mujeres que estaban encinta.
Y Oseas, hijo de Ela, tramó una conspiración contra Peka, hijo de Remalías, y lo hirió y le dio muerte; y reinó en su lugar, en el año veinte de Jotam, hijo de Uzías.
Y el sacerdote Urías hizo conforme a todo lo que el rey Acaz le había ordenado.
Subió contra él Salmanasar, rey de Asiria, y Oseas fue hecho su siervo, y le pagaba tributo.
Entonces el rey de Asiria invadió todo el país y subió a Samaria, y le puso sitio por tres años.
Quitó los lugares altos, derribó los pilares {sagrados} y cortó la Asera. También hizo pedazos la serpiente de bronce que Moisés había hecho, porque hasta aquellos días los hijos de Israel le quemaban incienso; y la llamaban Nehustán.
Y el SEÑOR estaba con él; adondequiera que iba prosperaba. Se rebeló contra el rey de Asiria y no le sirvió.
Y Ezequías {le} dio toda la plata que se hallaba en la casa del SEÑOR y en los tesoros de la casa del rey.
Pero el pueblo se quedó callado y no le respondió palabra alguna, porque la orden del rey era: No le respondáis.
Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, mayordomo de la casa {real,} el escriba Sebna y el cronista Joa, hijo de Asaf, fueron a Ezequías con sus vestidos rasgados, y le relataron las palabras del Rabsaces.
Y ellos le dijeron: Así dice Ezequías: ``Este día es día de angustia, de reprensión y de desprecio, pues hijos están para nacer, pero no hay fuerzas para dar a luz.
En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías, hijo de Amoz, y le dijo: Así dice el SEÑOR: ``Pon tu casa en orden, porque morirás y no vivirás."
Entonces el profeta Isaías vino al rey Ezequías, y le dijo: ¿Qué han dicho esos hombres y de dónde han venido a ti? Y Ezequías respondió: Han venido de un país lejano, de Babilonia.
Hizo pasar por fuego a su hijo, practicó la hechicería, usó la adivinación y trató con médium y espiritistas. Hizo mucho mal ante los ojos del SEÑOR, provocándo{le a ira}.
por tanto, así dice el SEÑOR, Dios de Israel: ``He aquí, voy a traer {tal} calamidad sobre Jerusalén y Judá, que a todo el que oiga de ello le retiñirán ambos oídos.
Pero al rey de Judá que os envió a consultar al SEÑOR, así le diréis: ``Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: `{En cuanto} a las palabras que has oído,
Entonces dijo: ¿Qué monumento es éste que veo? Y los hombres de la ciudad le dijeron: Es el sepulcro del hombre de Dios que vino de Judá y proclamó estas cosas que has hecho contra el altar de Betel.
Sin embargo, el SEÑOR no desistió del furor de su gran ira, {ya} que ardía su ira contra Judá a causa de todas las provocaciones con que Manasés le había provocado.
Y degollaron a los hijos de Sedequías en su presencia, y a Sedequías le sacó los ojos, lo ató con cadenas de bronce y lo llevó a Babilonia.
y le habló con benevolencia y puso su trono por encima de los tronos de los reyes que {estaban} con él en Babilonia.
Le cambió sus vestidos de prisión, y comió en la presencia del rey siempre, todos los días de su vida;
y {para} su sustento, se le dio de continuo una ración de parte del rey, una porción para cada día, todos los días de su vida.