'Le' en la Biblia
- 1.Gé 2:18-Gé 27:13
- 2.Gé 27:14-Gé 43:26
- 3.Gé 43:32-Éx 40:16
- 4.Levítico 1:1-Números 23:13
- 5.Números 23:16-Josué 2:14
- 6.Josué 2:17-Jueces 16:12
- 7.Jueces 16:13-1 Samuel 17:20
- 8.1 Samuel 17:25-2 Samuel 9:1
- 9.2 Samuel 9:2-1 Reyes 9:12
- 10.1 Reyes 9:16-2 Reyes 4:7
- 11.2 Reyes 4:8-1 Crónicas 22:6
- 12.1 Crónicas 22:9-Nehemías 6:12
- 13.Nehemías 6:13-Job 39:17
- 14.Job 39:20-Eclesiastés 10:3
- 15.Eclesiastés 10:14-Jeremías 50:26
- 16.Jeremías 50:44-Oseas 9:17
- 17.Oseas 10:11-Mateo 12:38
- 18.Mateo 12:39-Mateo 26:49
- 19.Mateo 26:50-Marcos 7:28
- 20.Marcos 7:29-Marcos 15:46
- 21.Marcos 15:47-Lucas 10:38
- 22.Lucas 10:40-Lucas 22:61
- 23.Lucas 22:63-Juan 6:25
- 24.Juan 6:28-Juan 17:2
- 25.Juan 18:2-Hechos 10:39
- 26.Hechos 10:40-Hebreos 5:5
- 27.Hebreos 5:9-Apocalipsis 22:3
Entonces Dalila dijo a Sansón: Hasta ahora me has engañado y me has dicho mentiras; declárame, ¿cómo se te puede atar? Y él le dijo: Si tejes siete trenzas de mi cabellera con la tela y la aseguras con una clavija, entonces me debilitaré y seré como cualquier {otro} hombre.
Y mientras él dormía Dalila tomó las siete trenzas de su cabellera y las tejió con la tela, y {la} aseguró con la clavija, y le dijo: ¡Sansón, los filisteos se te echan encima! Pero él despertó de su sueño y arrancó la clavija del telar y la tela.
Entonces ella le dijo: ¿Cómo puedes decir: ``Te quiero", cuando tu corazón no está conmigo? Me has engañado estas tres veces y no me has declarado dónde reside tu gran fuerza.
Y como ella le presionaba diariamente con sus palabras y le apremiaba, su alma se angustió hasta la muerte.
El le reveló, pues, todo {lo que había} en su corazón, diciéndole: Nunca ha pasado navaja sobre mi cabeza, pues he sido nazareo para Dios desde el vientre de mi madre. Si me cortan el cabello, mi fuerza me dejará y me debilitaré y seré como cualquier {otro} hombre.
Viendo Dalila que él le había declarado todo {lo que había} en su corazón, mandó llamar a los príncipes de los filisteos, diciendo: Venid una vez más, porque él me ha declarado todo {lo que hay} en su corazón. Entonces los príncipes de los filisteos vinieron a ella y trajeron el dinero en sus manos.
Y ella lo hizo dormir sobre sus rodillas, y mandó llamar a un hombre que le rasuró las siete trenzas de su cabellera. Luego ella comenzó a afligirlo y su fuerza lo dejó.
Los filisteos lo prendieron y le sacaron los ojos; y llevándolo a Gaza, lo ataron con cadenas de bronce y lo pusieron a girar el molino en la prisión.
En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que a sus ojos le parecía bien.
Y Micaía le dijo: ¿De dónde vienes? Y él le respondió: Soy un levita de Belén de Judá; y voy a residir donde encuentre {lugar.}
Entonces Micaía le dijo: Quédate conmigo y sé padre y sacerdote para mí, y yo te daré diez {piezas} de plata por año, el vestido y la comida. Y el levita entró.
En aquellos días no había rey en Israel. Y por aquel tiempo la tribu de los danitas buscaba para sí una heredad donde habitar, porque hasta entonces ésta no se le había asignado como posesión entre las tribus de Israel.
Cuando estaban cerca de la casa de Micaía, reconocieron la voz del joven levita; y llegándose allá, le dijeron: ¿Quién te trajo aquí? ¿Qué estás haciendo en este {lugar} y qué tienes aquí?
Y le dijeron: Te rogamos que consultes a Dios para saber si el camino en que vamos será próspero.
Allí se desviaron y llegaron a la casa del joven levita, a la casa de Micaía, y le preguntaron cómo estaba.
Y ellos le respondieron: Calla, pon la mano sobre tu boca y ven con nosotros, y sé padre y sacerdote para nosotros. ¿Te es mejor ser sacerdote para la casa de un hombre, o ser sacerdote para una tribu y una familia de Israel?
Y los hijos de Dan le dijeron: Que no se oiga tu voz entre nosotros, no sea que caigan sobre ti hombres fieros y pierdas tu vida y las vidas de {los de} tu casa.
Entonces ellos tomaron lo que Micaía había hecho, y al sacerdote que le había pertenecido, y llegaron a Lais, a un pueblo tranquilo y confiado; y los hirieron a filo de espada e incendiaron la ciudad.
Le pusieron el nombre de Dan a la ciudad, según el nombre de Dan su padre, que le nació a Israel; pero el nombre de la ciudad anteriormente era Lais.
Cuando el hombre se levantó para irse con su concubina y su criado, su suegro, el padre de la joven, le dijo: He aquí, ya ha declinado el día; te ruego que pases la noche. Mira, el día llega a su fin; pasa la noche aquí para que se alegre tu corazón. Y mañana os levantaréis temprano para vuestro viaje y te irás a tu casa.
Pero su señor le dijo: No nos desviaremos para entrar en la ciudad de extranjeros que no son de los hijos de Israel, sino que iremos hasta Guibeá.
Y él le dijo: Estamos pasando de Belén de Judá a la parte más remota de la región montañosa de Efraín, {pues} soy de allí. Fui hasta Belén de Judá, y {ahora} voy a mi casa, pero no hay quien me reciba en su casa.
Y él le dijo: Levántate y vámonos; pero ella no respondió. Entonces la recogió, y colocándola sobre el asno, el hombre se levantó y se fue a su casa.
Cuando diez mil hombres escogidos de todo Israel fueron contra Guibeá, la batalla se hizo reñida; pero Benjamín no sabía que el desastre se le acercaba.
Después los hijos de Israel dijeron: ¿Quién de entre todas las tribus de Israel no subió a la asamblea del SEÑOR? Porque habían hecho gran juramento en cuanto a todo aquel que no subiera al SEÑOR en Mizpa, diciendo: Ciertamente se le dará muerte.
Pero nosotros no le podemos dar mujeres de nuestras hijas. Porque los hijos de Israel habían jurado diciendo: Maldito el que dé mujer a {los de} Benjamín.
En esos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que le parecía bien ante sus ojos.
y le dijeron: {No,} sino que ciertamente volveremos contigo a tu pueblo.
Al ver {Noemí} que {Rut} estaba decidida a ir con ella, no le insistió más.
Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo a recoger espigas en pos de aquel a cuyos ojos halle gracia. Y ella le respondió: Ve, hija mía.
Y he aquí que vino Booz de Belén, y dijo a los segadores: El SEÑOR sea con vosotros. Y ellos le respondieron: Que el SEÑOR te bendiga.
Ella bajó su rostro, se postró en tierra y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia ante tus ojos para que te fijes en mí, siendo yo extranjera?
Y Booz le respondió, y dijo: Todo lo que has hecho por tu suegra después de la muerte de tu esposo me ha sido informado en detalle, y {cómo} dejaste a tu padre, a tu madre y tu tierra natal, y viniste a un pueblo que antes no conocías.
Y a la hora de comer Booz le dijo: Ven acá para que comas del pan y mojes tu pedazo de pan en el vinagre. Así pues ella se sentó junto a los segadores; y él le sirvió grano tostado, y ella comió hasta saciarse y {aún} le sobró.
Y {lo} tomó y fue a la ciudad, y su suegra vio lo que había recogido. Y sacó también lo que le había sobrado después de haberse saciado y se lo dio a Noemí.
Entonces su suegra le dijo: ¿Dónde espigaste y dónde trabajaste hoy? Bendito sea aquel que se fijó en ti. Y ella informó a su suegra con quién había trabajado, y dijo: El hombre con el que trabajé hoy se llama Booz.
Y Noemí dijo a su nuera: Sea él bendito del SEÑOR, porque no ha rehusado su bondad ni a los vivos ni a los muertos. Le dijo también Noemí: El hombre es nuestro pariente; es uno de nuestros parientes más cercanos.
Después su suegra Noemí le dijo: Hija mía, ¿no he de buscar seguridad para ti, para que te vaya bien?
Y ella le respondió: Todo lo que {me} dices, haré.
Descendió, pues, a la era e hizo todo lo que su suegra le había mandado.
Cuando llegó a {donde estaba} su suegra, {ésta} dijo: ¿Cómo te fue, hija mía? Y le contó todo lo que el hombre había hecho por ella.
Y Booz subió a la puerta y allí se sentó, y he aquí que el pariente más cercano de quien Booz había hablado iba pasando, y le dijo: Eh, tú, ven acá y siéntate. Y él vino y se sentó.
Sea él también para ti restaurador de {tu} vida y sustentador de tu vejez; porque tu nuera, que te ama y es de más valor para ti que siete hijos, le ha dado a luz.
Y las mujeres vecinas le dieron un nombre, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí. Y lo llamaron Obed. El es el padre de Isaí, padre de David.
pero a Ana le daba una doble porción, pues él amaba a Ana, aunque el SEÑOR no le había dado hijos.
Y su rival la provocaba amargamente para irritarla, porque el SEÑOR no le había dado hijos.
Entonces Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras y no comes? ¿Por qué está triste tu corazón? ¿No soy yo para ti mejor que diez hijos?
Y mientras ella continuaba en oración delante del SEÑOR, Elí le estaba observando la boca.
Entonces Elí le dijo: ¿Hasta cuándo estarás embriagada? Echa de ti tu vino.
Respondió Elí y dijo: Ve en paz; y que el Dios de Israel te conceda la petición que le has hecho.
Y a su debido tiempo, después de haber concebido, Ana dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, {diciendo:} Porque se lo he pedido al SEÑOR.
Y Elcana su marido le dijo: Haz lo que mejor te parezca. Quédate hasta que lo hayas destetado; solamente confirme el SEÑOR su palabra. La mujer se quedó y crió a su hijo hasta que lo destetó.
Por este niño oraba, y el SEÑOR me ha concedido la petición que le hice.
Y si el hombre le decía: Ciertamente deben quemar primero la grosura y después toma todo lo que quieras; él respondía: No, sino que {me la} darás ahora, y si no la tomaré por la fuerza.
Su madre le hacía una túnica pequeña cada año, y se la traía cuando subía con su marido a ofrecer el sacrificio anual.
Entonces un hombre de Dios vino a Elí y le dijo: Así dice el SEÑOR: `` ¿{No} me revelé ciertamente a la casa de tu padre cuando ellos estaban en Egipto, {esclavos} de la casa de Faraón?
``Pero levantaré para mí un sacerdote fiel que hará conforme a {los deseos} de mi corazón y de mi alma; y le edificaré una casa duradera, y él andará siempre delante de mi ungido.
Entonces corrió a Elí y {le} dijo: Aquí estoy, pues me llamaste. Pero Elí {le} respondió: Yo no he llamado, vuelve a acostarte. Y él fue y se acostó.
Y Samuel no conocía aún al SEÑOR, ni se le había revelado aún la palabra del SEÑOR.
Porque le he hecho saber que estoy a punto de juzgar su casa para siempre a causa de la iniquidad que él conocía, pues sus hijos trajeron sobre sí una maldición, y él no los reprendió.
Pero Elí llamó a Samuel, y {le} dijo: Samuel, hijo mío. Y él respondió: Heme aquí.
Entonces Samuel se lo contó todo, sin ocultarle nada. Y {Elí} dijo: El SEÑOR es; que haga lo que bien le parezca.
Y su nuera, la mujer de Finees, estaba encinta y a punto de dar a luz, y al oír la noticia que el arca de Dios había sido tomada y que su suegro y su marido habían muerto, se arrodilló y dio a luz, porque le sobrevinieron los dolores.
Al tiempo que moría, las mujeres que estaban junto a ella le dijeron: No temas, porque has dado a luz un hijo. Pero ella no respondió ni prestó atención.
Pero al levantarse temprano al día siguiente, he aquí que Dagón había caído rostro en tierra delante del arca del SEÑOR. Y la cabeza de Dagón y las dos palmas de sus manos {estaban} cortadas sobre el umbral; sólo el tronco le quedaba a Dagón.
Y tomad el arca del SEÑOR y colocadla en el carro; y poned en una caja a su lado los objetos de oro que le entregaréis como ofrenda por la culpa. Luego, dejadla ir, y que se vaya.
Tomó Samuel un cordero de leche y lo ofreció como completo holocausto al SEÑOR; y clamó Samuel al SEÑOR por Israel y el SEÑOR le respondió.
y le dijeron: Mira, has envejecido y tus hijos no andan en tus caminos. Ahora pues, danos un rey para que nos juzgue, como todas las naciones.
Entonces Samuel habló todas las palabras del SEÑOR al pueblo que le había pedido rey.
Y él le respondió: He aquí que hay un hombre de Dios en esta ciudad, el cual es tenido en alta estima; todo lo que él dice se cumple sin falta. Vayamos ahora, quizá pueda orientarnos acerca de la jornada que hemos emprendido.
Entonces Saúl dijo a su criado: Pero he aquí, {si} vamos, ¿qué le llevaremos al hombre? Porque el pan de nuestras alforjas se ha acabado y no hay presente para llevar al hombre de Dios. ¿Qué tenemos?
(Antiguamente en Israel, cuando uno iba a consultar a Dios, decía: Venid, vamos al vidente; porque al que hoy {se le llama} profeta, antes se le llamaba vidente.)
Cuando Samuel vio a Saúl, el SEÑOR le dijo: He aquí el hombre de quien te hablé. Este gobernará a mi pueblo.
Entonces Saúl se acercó a Samuel en medio de la puerta y {le} dijo: Te ruego que me enseñes dónde está la casa del vidente.
Tomó entonces Samuel la redoma de aceite, la derramó sobre la cabeza de Saúl, lo besó y le dijo: ¿No te ha ungido el SEÑOR por príncipe sobre su heredad?
Y sucedió que cuando él volvió la espalda para dejar a Samuel, Dios le cambió el corazón, y todas aquellas señales le acontecieron en aquel día.
Y sucedió que cuando todos los que le conocían de antes vieron que ahora profetizaba con los profetas, los del pueblo se decían unos a otros: ¿Qué le ha sucedido al hijo de Cis? ¿Está Saúl también entre los profetas?
Y un tío de Saúl le dijo a él y a su criado: ¿Adónde fuisteis? Y él respondió: A buscar las asnas. Cuando vimos que no aparecían, fuimos a Samuel.
Y Saúl respondió a su tío: Nos hizo saber claramente que las asnas habían sido halladas. Pero {Saúl} no le contó acerca del asunto del reino que Samuel {le} había mencionado.
Pero {ciertos} hombres indignos dijeron: ¿Cómo puede éste salvarnos? Y lo menospreciaron y no le trajeron presente alguno. Mas él guardó silencio.
Y los ancianos de Jabes le dijeron: Danos siete días para que enviemos mensajeros por todo el territorio de Israel. Y si no hay quien nos libre, nos entregaremos a ti.
Y sucedió que Saúl regresaba del campo detrás de los bueyes, y dijo: ¿Qué {pasa} con el pueblo que está llorando? Entonces le contaron las palabras de los mensajeros de Jabes.
Si teméis al SEÑOR y le servís, escucháis su voz y no os rebeláis contra el mandamiento del SEÑOR, entonces vosotros, como el rey que reine sobre vosotros, estaréis siguiendo al SEÑOR vuestro Dios.
También {algunos de} los hebreos pasaron el Jordán a la tierra de Gad y de Galaad. Pero Saúl {estaba} todavía en Gilgal, y todo el pueblo le seguía tembloroso.
El esperó siete días, conforme al tiempo que Samuel había señalado, pero Samuel no llegaba a Gilgal, y el pueblo se le dispersaba.
Pero ahora tu reino no perdurará. El SEÑOR ha buscado para sí un hombre conforme a su corazón, y el SEÑOR le ha designado como príncipe sobre su pueblo porque tú no guardaste lo que el SEÑOR te ordenó.
Y su escudero le respondió: Haz todo lo que tengas en tu corazón; ve, {pues} aquí estoy contigo a tu disposición.
Entonces uno del pueblo {le} habló, y dijo: Tu padre puso bajo estricto juramento al pueblo, diciendo: ``Maldito sea el hombre que tome alimento hoy." Y el pueblo estaba desfallecido.
Y avisaron a Saúl, diciéndo{le:} He aquí, el pueblo está pecando contra el SEÑOR, comiendo {carne} con la sangre. Y él dijo: Habéis obrado pérfidamente. Traedme hoy una piedra grande.
Y consultó Saúl a Dios: ¿Descenderé contra los filisteos? ¿Los entregarás en manos de Israel? Pero El no le contestó en aquel día.
Porque vive el SEÑOR que libra a Israel, que aunque {la culpa} esté en mi hijo Jonatán, ciertamente morirá. Pero nadie, en todo el pueblo, le respondió.
Dijo, pues, Saúl a Jonatán: Cuéntame lo que has hecho. Y Jonatán le respondió, y dijo: En verdad probé un poco de miel con la punta de la vara que {tenía} en la mano. Heme aquí, debo morir.
Y se levantó Samuel muy de mañana para {ir} al encuentro de Saúl; y se le dio aviso a Samuel, diciendo: Saúl se ha ido a Carmel, y he aquí que ha levantado un monumento para sí, y dando la vuelta, ha seguido adelante bajando a Gilgal.
Entonces Samuel vino a Saúl, y Saúl le dijo: ¡Bendito seas del SEÑOR! He cumplido el mandamiento del SEÑOR.
Dijo entonces Samuel a Saúl: Espera, déjame declararte lo que el SEÑOR me dijo anoche. Y él le dijo: Habla.
Entonces Samuel le dijo: Hoy el SEÑOR ha arrancado de ti el reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo que es mejor que tú.
El Espíritu del SEÑOR se apartó de Saúl, y un espíritu malo de parte del SEÑOR le atormentaba.
Entonces los siervos de Saúl le dijeron: He aquí ahora, un espíritu malo de parte de Dios te está atormentando.
David fue a Saúl y le servía; y {Saúl} lo amó grandemente y lo hizo su escudero.
Y se levantó David muy de mañana, dejó el rebaño con un guarda, y tomando {las provisiones,} se fue como Isaí le había mandado. Llegó al perímetro del campamento cuando el ejército salía en orden de batalla, lanzando el grito de guerra.
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- 8.1 Samuel 17:25-2 Samuel 9:1
- 9.2 Samuel 9:2-1 Reyes 9:12
- 10.1 Reyes 9:16-2 Reyes 4:7
- 11.2 Reyes 4:8-1 Crónicas 22:6
- 12.1 Crónicas 22:9-Nehemías 6:12
- 13.Nehemías 6:13-Job 39:17
- 14.Job 39:20-Eclesiastés 10:3
- 15.Eclesiastés 10:14-Jeremías 50:26
- 16.Jeremías 50:44-Oseas 9:17
- 17.Oseas 10:11-Mateo 12:38
- 18.Mateo 12:39-Mateo 26:49
- 19.Mateo 26:50-Marcos 7:28
- 20.Marcos 7:29-Marcos 15:46
- 21.Marcos 15:47-Lucas 10:38
- 22.Lucas 10:40-Lucas 22:61
- 23.Lucas 22:63-Juan 6:25
- 24.Juan 6:28-Juan 17:2
- 25.Juan 18:2-Hechos 10:39
- 26.Hechos 10:40-Hebreos 5:5
- 27.Hebreos 5:9-Apocalipsis 22:3