'Llama' en la Biblia
Y apareciósele el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza: y él miró, y vió que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.
Que fuego salió de Hesbón, Y llama de la ciudad de Sehón, Y consumió á Ar de Moab, A los señores de los altos de Arnón.
Y Jehová dijo á Moisés: He aquí se han acercado tus días para que mueras: llama á Josué, y esperad en el tabernáculo del testimonio, y le mandaré. Fueron pues Moisés y Josué, y esperaron en el tabernáculo del testimonio.
Porque aconteció que como la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel de Jehová subió en la llama del altar á vista de Manoa y de su mujer, los cuales se postraron en tierra sobre sus rostros.
Mas cuando la llama comenzó á subir de la ciudad, una columna de humo, Benjamín tornó á mirar atrás; y he aquí que el fuego de la ciudad subía al cielo.
(Antiguamente en Israel cualquiera que iba á consultar á Dios, decía así: Venid y vamos hasta el vidente: porque el que ahora se llama profeta, antiguamente era llamado vidente).
Y llama á Isaí al sacrificio, y yo te enseñaré lo que has de hacer; y ungirme has al que yo te dijere.
No ponga ahora mi señor su corazón á aquel hombre brusco, á Nabal; porque conforme á su nombre, así es. El se llama Nabal, y la locura está con él: mas yo tu sierva no vi los criados de mi señor, los cuales tú enviaste.
Y dijo Absalom: Llama también ahora á Husai Arachîta, para que asimismo oigamos lo que él dirá.
La cosa no es así: mas un hombre del monte de Ephraim, que se llama Seba hijo de Bichri, ha levantado su mano contra el rey David: entregad á ése solamente, y me iré de la ciudad. Y la mujer dijo á Joab: He aquí su cabeza te será echada desde el muro.
Entonces dijo á Giezi su criado: Llama á esta Sunamita. Y como él la llamó, pareció ella delante de él.
Entonces llamó él á Giezi, y díjole: Llama á esta Sunamita. Y él la llamó. Y entrando ella, él le dijo: Toma tu hijo.
No se escapará de las tinieblas: La llama secará sus ramos, Y con el aliento de su boca perecerá.
Su aliento enciende los carbones, Y de su boca sale llama.
Un abismo llama á otro á la voz de tus canales: Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.
Como fuego que quema el monte, Como llama que abrasa las breñas.
Y encendióse el fuego en su junta; La llama quemó los impíos.
El cuenta el número de las estrellas; A todas ellas llama por sus nombres.
Di á la sabiduría: Tú eres mi hermana; Y á la inteligencia llama parienta:
El hombre perverso cava el mal; Y en sus labios hay como llama de fuego.
Los labios del necio vienen con pleito; Y su boca á cuestiones llama.
Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo: Porque fuerte es como la muerte el amor; Duro como el sepulcro el celo: Sus brasas, brasas de fuego, Fuerte llama.
Por tanto, como la lengua del fuego consume las aristas, y la llama devora la paja, así será su raíz como pudrimiento, y su flor se desvanecerá como polvo: porque desecharon la ley de Jehová de los ejércitos, y abominaron la palabra del Santo de Israel.
Y la luz de Israel será por fuego, y su Santo por llama que abrase y consuma en un día sus cardos y sus espinas.
De Jehová de los ejércitos serás visitada con truenos y con terremotos y con gran ruido, con torbellino y tempestad, y llama de fuego consumidor.
Y Jehová hará oir su voz potente, y hará ver el descender de su brazo, con furor de rostro, y llama de fuego consumidor; con dispersión, con avenida, y piedra de granizo.
Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién crió estas cosas: él saca por cuenta su ejército: á todas llama por sus nombres; ninguna faltará: tal es la grandeza de su fuerza, y su poder y virtud.
¿Quién obró é hizo esto? ¿Quién llama las generaciones desde el principio? Yo Jehová, el primero, y yo mismo con los postreros.
Cuando pasares por las aguas, yo seré contigo; y por los ríos, no te anegarán. Cuando pasares por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
He aquí que serán como tamo; fuego los quemará, no salvarán sus vidas del poder de la llama; no quedará brasa para calentarse, ni lumbre á la cual se sienten.
Porque he aquí que Jehová vendrá con fuego, y sus carros como torbellino, para tornar su ira en furor, y su reprensión en llama de fuego.
A la sombra de Hesbón se pararon los que huían de la fuerza; mas salió fuego de Hesbón, y llama de en medio de Sihón, y quemó el rincón de Moab, y la mollera de los hijos revoltosos.
Cortó con el furor de su ira todo el cuerno de Israel; Hizo volver atrás su diestra delante del enemigo; Y encendióse en Jacob como llama de fuego que ha devorado en contorno.
Y dirás al bosque del mediodía: Oye palabra de Jehová: Así ha dicho el Señor Jehová: He aquí que yo enciendo en ti fuego, el cual consumirá en ti todo árbol verde, y todo árbol seco: no se apagará la llama del fuego; y serán quemados en ella todos rostros
Y porque la palabra del rey daba priesa, y había procurado que se encendiese mucho, la llama del fuego mató á aquellos que habían alzado á Sadrach, Mesach, y Abed-nego.
Estuve mirando hasta que fueron puestas sillas: y un Anciano de grande edad se sentó, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su silla llama de fuego, sus ruedas fuego ardiente.
Porque aplicaron su corazón, semejante á un horno, á sus artificios: toda la noche duerme su hornero; á la mañana está encendido como llama de fuego.
A ti, oh Jehová, clamaré: porque fuego consumió los pastos del desierto, y llama abrasó todos los árboles del campo.
Delante de él consumirá fuego, tras de él abrasará llama; como el huerto de Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como desierto asolado; ni tampoco habrá quien de él escape.
Como estruendo de carros saltarán sobre las cumbres de los montes; como sonido de llama de fuego que consume hojarascas, como fuerte pueblo aparejado para la batalla.
Miren al que hace el Arcturo y el Orión, y las tinieblas vuelve en mañana, y hace oscurecer el día en noche; el que llama á las aguas de la mar, y las derrama sobre la haz de la tierra: Jehová es su nombre:
El edificó en el cielo sus gradas, y ha establecido su expansión sobre la tierra: él llama las aguas de la mar, y sobre la haz de la tierra las derrama: Jehová es su nombre.
Y la casa de Jacob será fuego, y la casa de José será llama, y la casa de Esaú estopa, y los quemarán, y los consumirán; ni aun reliquia quedará en la casa de Esaú, porque Jehová lo habló.
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