'Los' en la Biblia
Oigan esto, ancianos, Y presten oído, habitantes todos de la tierra. ¿Ha acontecido cosa semejante en sus días, O en los días de sus padres?
Cuéntenselo a los hijos de ustedes, Y sus hijos a los suyos, Y sus hijos a la siguiente generación.
Despierten, borrachos, y lloren, Y giman todos los que beben vino, A causa del vino dulce Que les quitan de la boca.
Han sido cortadas la ofrenda de cereal y la libación De la casa del SEÑOR. Están de duelo los sacerdotes, Los ministros del SEÑOR.
La vid se seca, Y se marchita la higuera; También el granado, la palmera y el manzano, Todos los árboles del campo se secan. Ciertamente se seca la alegría De los hijos de los hombres.
Promulguen ayuno, Convoquen asamblea; Congreguen a los ancianos {Y} a todos los habitantes de la tierra En la casa del SEÑOR su Dios, Y clamen al SEÑOR.
Las semillas se han secado bajo los terrones; Los almacenes han sido asolados, Los graneros derribados Porque se secó el grano.
¡Cómo muge el ganado! Andan vagando las manadas de vacas Porque no hay pasto para ellas; Hasta los rebaños de ovejas sufren.
A Ti clamo, oh SEÑOR, Porque el fuego ha devorado los pastos del desierto, Y la llama ha consumido todos los árboles del campo.
Aun las bestias del campo braman por Ti, Porque se han secado los arroyos de agua, Y el fuego ha devorado los pastos del desierto.
Toquen trompeta en Sion, Y suenen alarma en Mi santo monte. Tiemblen todos los habitantes de la tierra, Porque viene el día del SEÑOR; Ciertamente está cercano,
Día de tinieblas y densas sombras, Día nublado y de densa oscuridad. Como la aurora sobre los montes, se extiende Un pueblo grande y poderoso; Nunca ha habido {nada} semejante a él, Ni tampoco lo habrá después Por años de muchas generaciones.
Como estrépito de carros Saltan sobre las cumbres de los montes, Como el crepitar de llama de fuego que consume la hojarasca, Como pueblo poderoso dispuesto para la batalla.
Ante él tiemblan los pueblos, Palidecen todos los rostros.
Ante ellos tiembla la tierra, Se estremecen los cielos, El sol y la luna se oscurecen, Y las estrellas pierden su resplandor.
Reúnan al pueblo, santifiquen la asamblea, Congreguen a los ancianos, Reúnan a los pequeños y a los niños de pecho. Salga el novio de su aposento Y la novia de su alcoba.
Entre el pórtico y el altar, Lloren los sacerdotes, ministros del SEÑOR, Y digan: ``Perdona, oh SEÑOR, a Tu pueblo, Y no entregues Tu heredad al oprobio, A la burla entre las naciones. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: `Dónde está su Dios?'"
El SEÑOR responderá a Su pueblo: ``Yo les enviaré grano, vino nuevo y aceite, Y se saciarán de ello, Y nunca más los entregaré al oprobio entre las naciones.
No teman, bestias del campo, Porque los pastos del desierto han reverdecido, Porque el árbol ha dado su fruto, La higuera y la vid han producido en abundancia.
``Entonces los compensaré por los años En que devoraban la langosta, El pulgón, el saltón y la oruga, Mi gran ejército, que envié contra ustedes.
Y aun sobre los siervos y las siervas Derramaré Mi Espíritu en esos días.
Y todo aquél que invoque el nombre del SEÑOR Será salvo; Porque en el Monte Sion y en Jerusalén Habrá salvación, Como ha dicho el SEÑOR, Y entre los sobrevivientes {estarán} los que el SEÑOR llame.
``Porque en aquellos días y en aquel tiempo, Cuando Yo restaure el bienestar (haga volver a los cautivos) de Judá y Jerusalén,
y han vendido los hijos de Judá y Jerusalén a los Griegos para alejarlos de su territorio,
Yo los levantaré del lugar donde los vendieron, y devolveré su venganza sobre su cabeza.
"También venderé sus hijos y sus hijas a los hijos de Judá, y ellos los venderán a los Sabeos, a una nación lejana," porque el SEÑOR {lo} ha dicho.
Proclamen esto entre las naciones: Prepárense para la guerra, despierten a los valientes; Acérquense, suban todos los soldados.
El SEÑOR ruge desde Sion Y desde Jerusalén da Su voz, Y tiemblan los cielos y la tierra. Pero el SEÑOR es refugio para Su pueblo Y fortaleza para los Israelitas.
Entonces sabrán que Yo soy el SEÑOR su Dios, Que habito en Sion, Mi santo monte. Y Jerusalén será santa, Y los extranjeros no pasarán más por ella.
Y sucederá que en aquel día Los montes destilarán vino dulce, Las colinas fluirán leche, Y por todos los arroyos de Judá correrán las aguas; Brotará un manantial de la casa del SEÑOR Y regará el Valle de Sitim.
Egipto será una desolación, Y Edom será un desierto desolado, Por la violencia hecha a los hijos de Judá, En cuya tierra han derramado sangre inocente.