'Lágrimas' en la Biblia
Vuelve y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: ``Así dice el SEÑOR, Dios de tu padre David: `He escuchado tu oración {y} he visto tus lágrimas; he aquí, te sanaré. Al tercer día subirás a la casa del SEÑOR.
Cansado estoy de mis gemidos; todas las noches inundo {de llanto} mi lecho, con mis lágrimas riego mi cama.
Escucha mi oración, oh SEÑOR, y presta oído a mi clamor; no guardes silencio ante mis lágrimas; porque extranjero soy junto a ti, peregrino, como todos mis padres.
Mis lágrimas han sido mi alimento de día y de noche, mientras me dicen todo el día: ¿Dónde está tu Dios?
Tú has tomado en cuenta mi vida errante; pon mis lágrimas en tu redoma; ¿{acaso} no están en tu libro?
Les has dado a comer pan de lágrimas, y les has hecho beber lágrimas en gran abundancia.
Porque cenizas he comido por pan, y con lágrimas he mezclado mi bebida,
Pues tú has rescatado mi alma de la muerte, mis ojos de lágrimas, mis pies de tropezar.
Ríos de lágrimas vierten mis ojos, porque ellos no guardan tu ley.
Los que siembran con lágrimas, segarán con gritos de júbilo.
El que con lágrimas anda, llevando la semilla de la siembra, en verdad volverá con gritos de alegría, trayendo sus gavillas.
Entonces yo me volví y observé todas las opresiones que se cometen bajo el sol: Y he aquí, {vi} las lágrimas de los oprimidos, sin que tuvieran consolador; en mano de sus opresores estaba el poder, sin que tuvieran consolador.
En sus calles se han ceñido de cilicio; en sus terrados y en sus plazas todos gimen, deshechos en lágrimas.
Por eso lloraré amargamente por Jazer, por la viña de Sibma; te bañaré con mis lágrimas, oh Hesbón y Eleale, porque sobre tus frutos de verano y sobre tu cosecha se ha extinguido el clamor,
El destruirá la muerte para siempre; el Señor DIOS enjugará las lágrimas de todos los rostros, y quitará el oprobio de su pueblo de sobre toda la tierra, porque el SEÑOR ha hablado.
Ve y di a Ezequías: ``Así dice el SEÑOR, Dios de tu padre David: `He escuchado tu oración {y} he visto tus lágrimas; he aquí, añadiré quince años a tus días.
Quién {me} diera que mi cabeza se hiciera agua, y mis ojos fuente de lágrimas, para que yo llorara día y noche por los muertos de la hija de mi pueblo.
que se apresuren y eleven una lamentación por nosotros, para que derramen lágrimas nuestros ojos y fluya agua de nuestros párpados.
Pero si no escucháis esto, mi alma sollozará en secreto por {tal} orgullo; mis ojos llorarán amargamente y se anegarán en lágrimas, porque ha sido hecho cautivo el rebaño del SEÑOR.
Y les dirás esta palabra: ``Viertan lágrimas mis ojos noche y día, y no cesen, porque de gran quebranto ha sido quebrantada la virgen hija de mi pueblo, de una dolorosa herida muy grave.
Así dice el SEÑOR: Reprime tu voz del llanto, y tus ojos de las lágrimas; hay pago para tu trabajo --declara el SEÑOR--, pues volverán de la tierra del enemigo.
Amargamente llora en la noche, y las lágrimas {corren} por sus mejillas; no hay quien la consuele entre todos sus amantes. Todos sus amigos la han traicionado, se le han convertido en enemigos.
Mis ojos se consumen por las lágrimas, hierven mis entrañas; mi hiel se derrama por tierra, a causa de la destrucción de la hija de mi pueblo, cuando niños y lactantes desfallecen en las calles de la ciudad.
Su corazón clamó al Señor: Muralla de la hija de Sion, corran tus lágrimas como un río día y noche, no te des reposo, no tengan descanso tus ojos.
Hijo de hombre, he aquí, voy a quitarte de golpe el encanto de tus ojos; pero no te lamentarás, ni llorarás, ni correrán tus lágrimas.
Y esta otra cosa hacéis: cubrís el altar del SEÑOR de lágrimas, llantos y gemidos, porque El ya no mira la ofrenda ni {la} acepta {con} agrado de vuestra mano.
y poniéndose detrás {de El} a sus pies, llorando, comenzó a regar sus pies con lágrimas y {los} secaba con los cabellos de su cabeza, besaba sus pies y {los} ungía con el perfume.
Y volviéndose hacia la mujer, le dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Yo entré a tu casa {y} no me diste agua para los pies, pero ella ha regado mis pies con sus lágrimas y {los} ha secado con sus cabellos.
sirviendo al Señor con toda humildad, y con lágrimas y con pruebas que vinieron sobre mí por causa de las intrigas de los judíos;
Por tanto, estad alerta, recordando que por tres años, de noche y de día, no cesé de amonestar a cada uno con lágrimas.
Pues por la mucha aflicción y angustia de corazón os escribí con muchas lágrimas, no para entristeceros, sino para que conozcáis el amor que tengo especialmente por vosotros.
deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de alegría.
Cristo, en los días de su carne, habiendo ofrecido oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que podía librarle de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente;
Porque sabéis que aun después, cuando quiso heredar la bendición, fue rechazado, pues no halló ocasión para el arrepentimiento, aunque la buscó con lágrimas.