'Mañana' en la Biblia
Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche; y fue la tarde y la mañana un día.
Y llamó Dios al extendimiento Cielos; y fue la tarde y la mañana el día segundo.
Y fue la tarde y la mañana el día tercero.
Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.
Y fue la tarde y la mañana el día quinto.
Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.
Y dijo: Ahora, pues, mis señores, os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies: y por la mañana os levantaréis, y seguiréis vuestro camino. Y ellos respondieron: No, que en la plaza dormiremos.
Y subió Abraham por la mañana al lugar donde había estado delante del SEÑOR.
Entonces Abimelec se levantó de mañana, y llamó a todos sus siervos, y dijo todas estas palabras en los oídos de ellos; y temieron los hombres en gran manera.
Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó al muchacho, y la envió. Y ella fue, y se perdió en el desierto de Beerseba.
Y Abraham madrugó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos criados suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.
Y comieron y bebieron él y los varones que venían con él, y durmieron; y levantándose de mañana, dijo: Enviadme a mi señor.
Y madrugaron por la mañana, y juraron el uno al otro; e Isaac los envió, y ellos se despidieron de él en paz.
Y madrugó Jacob por la mañana, y tomó la piedra que había puesto a su cabecera, y la puso por título, y derramó aceite encima de ella.
Y venida la mañana, he aquí que era Lea; y él dijo a Labán: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿No te he servido por Raquel? ¿Por qué, pues, me has engañado?
Así responderá por mí mi justicia mañana cuando me viniere mi salario delante de ti; todo lo que no fuere pintado ni manchado en las cabras y bermejo en las ovejas mías, se me ha de tener por de hurto.
Y madrugó Labán por la mañana, y besó a sus hijos y a sus hijas, y los bendijo; y volvió y se tornó a su lugar.
Y vino a ellos José por la mañana, y los miró, y he aquí que estaban tristes.
Y acaeció que a la mañana su espíritu se atormentó; y envió e hizo llamar a todos los magos de Egipto, y a todos sus sabios: y les contó el Faraón sus sueños, mas no había quién los pudiera interpretar al Faraón.
Venida la mañana, los hombres fueron despedidos con sus asnos.
Benjamín, lobo arrebatador: a la mañana comerá la presa, y a la tarde repartirá los despojos.
Ve por la mañana al Faraón, he aquí que él sale a las aguas; y tú ponte a la orilla del río delante de él, y toma en tu mano la vara que se volvió culebra,
Y él dijo: Mañana. Y Moisés respondió: Se hará conforme a tu palabra, para que conozcas que no hay otro como el SEÑOR nuestro Dios;
Y el SEÑOR dijo a Moisés: Levántate de mañana y ponte delante del Faraón, he aquí él sale a las aguas; y dile: El SEÑOR ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.
Y yo pondré redención entre mi pueblo y el tuyo. Mañana será esta señal.
Y respondió Moisés: He aquí, saliendo yo de tu presencia, rogaré al SEÑOR que las diversas suertes de moscas se vayan del Faraón, y de sus siervos, y de su pueblo mañana; con tal que el Faraón no falte más, no dejando ir al pueblo a sacrificar al SEÑOR.
Y el SEÑOR señaló tiempo, diciendo: Mañana hará el SEÑOR esta cosa en la tierra.
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Levántate de mañana, y ponte delante del Faraón, y dile: El SEÑOR Dios de los hebreos, dice así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.
He aquí que mañana a estas horas yo lluevo granizo muy grave, cual nunca fue en Egipto, desde el día que se fundó hasta ahora.
Y si aún rehusas dejarlo ir, he aquí que yo traeré mañana langosta en tus términos,
Y extendió Moisés su vara sobre la tierra de Egipto, y el SEÑOR trajo un viento oriental sobre el país todo aquel día y toda aquella noche; y a la mañana el viento oriental trajo la langosta.
Ninguna cosa dejaréis de él hasta la mañana; y lo que quedare hasta la mañana, habéis de quemarlo en el fuego.
Y tomad un manojo de hisopo, y mojadlo en la sangre que estará en un lebrillo, y untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en el lebrillo; y ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa hasta la mañana.
Y cuando mañana te preguntare tu hijo, diciendo: ¿Qué es esto? Le dirás: El SEÑOR nos sacó con mano fuerte de Egipto, de casa de servidumbre;
Y aconteció a la vela de la mañana, que el SEÑOR miró al campamento de los egipcios en la columna de fuego y nube, y alborotó el campamento de los egipcios.
Y a la mañana veréis la gloria del SEÑOR; porque él ha oído vuestras murmuraciones contra el SEÑOR; que nosotros, ¿qué somos, para que vosotros murmuréis contra nosotros?
Y dijo Moisés: El SEÑOR os dará a la tarde carne para comer, y a la mañana pan hasta saciaros; porque el SEÑOR ha oído vuestras murmuraciones con que habéis murmurado contra él; que nosotros, ¿qué somos? Vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra el SEÑOR.
Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel; háblales, diciendo: Entre las dos tardes comeréis carne, y mañana os saciaréis de pan, y sabréis que yo soy el SEÑOR vuestro Dios.
Y cuando se hizo tarde, subieron codornices que cubrieron el campamento; y a la mañana descendió rocío alrededor del campamento.
Y les dijo Moisés: Ninguno deje nada de ello para mañana.
Y lo recogían muy de mañana, cada uno según lo que había de comer; y cuando el sol calentaba, se derretía.
Y él les dijo: Esto es lo que ha dicho el SEÑOR: Mañana es el santo sábado del reposo del SEÑOR; lo que hubiereis de cocer, cocedlo hoy, y lo que hubiereis de cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo para mañana.
Y ellos lo guardaron hasta la mañana, según que Moisés había mandado, y no se pudrió, ni hubo en él gusano.
Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal, pelea con Amalec; mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano.
Y aconteció que otro día se sentó Moisés a juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde.
Y viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde?
Y el SEÑOR dijo a Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana, y laven sus vestidos;
Y aconteció al tercer día cuando vino la mañana, que vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y un sonido del shofar (trompeta de cuerno de carnero) muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento.
No sacrificarás sobre pan leudado la sangre de mi sacrificio, ni el sebo de mi cordero quedará de la noche hasta la mañana.
Y Moisés escribió todas las palabras del SEÑOR, y levantándose de mañana edificó un altar al pie del monte, y doce columnas, según las doce tribus de Israel.
En el tabernáculo del testimonio, afuera del velo que estará delante del testimonio, las pondrá en orden Aarón y sus hijos, delante del SEÑOR desde la tarde hasta la mañana, por estatuto perpetuo de los hijos de Israel por sus generaciones.
Y si sobrare algo de la carne de las consagraciones y del pan hasta la mañana, quemarás al fuego lo que hubiere sobrado; no se comerá, porque es cosa santa.
Ofrecerás un cordero en la mañana, y el otro cordero ofrecerás a la caída de la tarde.
Y ofrecerás el otro cordero a la caída de la tarde, haciendo conforme al presente de la mañana, y conforme a su libación, en olor de suavidad; será ofrenda encendida al SEÑOR.
Y quemará sobre él Aarón incienso de aroma cada mañana, cuando aderezare las lámparas lo quemará.
Y viendo esto Aarón, edificó un altar delante del becerro; y pregonó Aarón, y dijo: Mañana será fiesta al SEÑOR.
Prepárate, pues, para mañana, y sube por la mañana al monte de Sinaí, y preséntate ante mí sobre la cumbre del monte.
Y él alisó dos tablas de piedra como las primeras; y se levantó por la mañana, y subió al monte de Sinaí, como le mandó el SEÑOR, y llevó en su mano las dos tablas de piedra.
No ofrecerás sobre leudado la sangre de mi sacrificio; ni quedará de la noche para la mañana el sacrificio de la fiesta de la pascua.
y tomaron de delante de Moisés toda la ofrenda que los hijos de Israel habían traído para la obra del servicio del santuario, a fin de hacerla. Y ellos le traían aun ofrenda voluntaria cada mañana.
Manda a Aarón y a sus hijos diciendo: Esta es la ley del holocausto: (es holocausto, porque se quema sobre el altar toda la noche hasta la mañana, y el fuego del altar arderá en él:)
Y el fuego encendido sobre el altar no se apagará, sino que el sacerdote pondrá en él leña cada mañana, y ordenará sobre él el holocausto, y quemará sobre él los sebos de la paz.
Esta será la ofrenda de Aarón y de sus hijos, que ofrecerán al SEÑOR el día que sean ungidos: la décima parte de un efa de flor de harina, presente perpetuo, la mitad a la mañana y la mitad a la tarde.
Ofreció asimismo el presente, y llenó de él su mano, e hizo perfume sobre el altar, además del holocausto de la mañana.
No harás calumnia a tu prójimo, ni le robarás. No se detendrá el pago del trabajo del jornalero en tu casa hasta la mañana siguiente.
Fuera del velo del testimonio, en el tabernáculo del testimonio, las aderezará Aarón desde la tarde hasta la mañana delante del SEÑOR, de continuo; estatuto perpetuo por vuestras edades.
No dejarán de él para la mañana, ni quebrarán hueso en él; conforme a toda la ordenanza de la pascua la harán.
Y el día que el tabernáculo fue levantado, la nube cubrió el tabernáculo sobre la tienda del testimonio; y a la tarde había sobre el tabernáculo como una apariencia de fuego, hasta la mañana.
Y era que cuando la nube se detenía desde la tarde hasta la mañana, y a la mañana la nube se levantaba, ellos partían; o si había estado el día, y a la noche la nube se levantaba, entonces partían.
Pero dirás al pueblo: Santificaos para mañana, y comeréis carne; porque habéis llorado en oídos del SEÑOR, diciendo: ¡Quién nos diera a comer carne! ¡Cierto mejor nos iba en Egipto! El SEÑOR, pues, os dará carne, y comeréis.
y aun al amalecita y al cananeo que habitan en el valle. Volveos mañana, y partíos al desierto, camino del mar Bermejo.
Y se levantaron por la mañana, y subieron a la cumbre del monte, diciendo: Henos aquí preparados para subir al lugar del cual ha hablado el SEÑOR; porque hemos pecado.
y habló a Coré y a todo su séquito, diciendo: Mañana mostrará el SEÑOR quién es suyo, y al santo lo hará llegar a sí; y al que él escogiere, él lo acercará a sí.
y poned fuego en ellos, y poned en ellos sahumerio delante del SEÑOR mañana; y será que el varón a quien el SEÑOR escogiere, aquel será el santo; esto os baste, hijos de Leví.
Después dijo Moisés a Coré: Tú y todo tu séquito, poneos mañana delante del SEÑOR; tú, y ellos, y Aarón;
Así Balaam se levantó por la mañana, y dijo a los príncipes de Balac: Volveos a vuestra tierra, porque el SEÑOR no me quiere dejar ir con vosotros.
Así Balaam se levantó por la mañana, y cinchó su asna, y fue con los príncipes de Moab.
Un cordero ofrecerás por la mañana, y el otro cordero ofrecerás entre las dos tardes;
Y ofrecerás el segundo cordero entre las dos tardes; conforme a la ofrenda de la mañana, y conforme a su libación ofrecerás, ofrenda encendida en olor grato al SEÑOR.
Esto ofreceréis además del holocausto de la mañana, que es el holocausto continuo.
Cuando mañana te preguntare tu hijo, diciendo: ¿Qué son los testimonios, y estatutos, y derechos, que el SEÑOR nuestro Dios os mandó?
Y no parecerá levadura en ti, en todo tu término por siete días; y de la carne que matares a la tarde del primer día, no quedará hasta la mañana.
Y la asarás y comerás en el lugar que el SEÑOR tu Dios escogiere; y por la mañana te volverás y regresarás a tus tabernáculos.
Por la mañana dirás: ¡Quién diera que fuera la tarde! y a la tarde dirás: ¡Quién diera que fuera la mañana! por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado, y por lo que verán tus ojos.
Josué se levantó de mañana, y partieron de Sitim, y vinieron hasta el Jordán, él y todos los hijos de Israel, y reposaron allí antes que pasaran.
Y Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque el SEÑOR hará mañana entre vosotros maravillas.
para que esto sea señal entre vosotros; y cuando vuestros hijos preguntaren a sus padres mañana, diciendo: ¿Qué os significan estas piedras?
Y habló a los hijos de Israel, diciendo: Cuando mañana preguntaren vuestros hijos a sus padres, y dijeren: ¿Qué os significan estas piedras?
Y Josué se levantó de mañana, y los sacerdotes tomaron el arca del SEÑOR.
Levántate, santifica al pueblo, y di: Santificaos para mañana, porque el SEÑOR el Dios de Israel dice así: Anatema hay en medio de ti, Israel; no podrás estar delante de tus enemigos, hasta tanto que hayáis quitado el anatema de en medio de vosotros.
Os acercaréis, pues, mañana por vuestras tribus; y la tribu que el SEÑOR tomare, se acercará por sus familias; y la familia que el SEÑOR tomare, se acercará por sus casas; y la casa que el SEÑOR tomare, se acercará por los varones;
Josué, pues, levantándose de mañana, hizo acercar a Israel por sus tribus; y fue tomada la tribu de Judá;
Y levantándose Josué muy de mañana, contó al pueblo, y subió él, con los ancianos de Israel, delante del pueblo contra Hai.
Lo cual cuando vio el rey de Hai, se levantó prestamente de mañana, y salió con los hombres de la ciudad contra Israel para pelear, él y todo su pueblo en un tiempo señalado, por el llano, no sabiendo que le estaba puesta emboscada a las espaldas de la ciudad.
Mas el SEÑOR dijo a Josué: No tengas temor de ellos, que mañana a esta hora yo entregaré a todos éstos, muertos delante de Israel; a sus caballos desjarretarás, y sus carros quemarás al fuego.
Y vosotros os volvéis hoy de seguir al SEÑOR; mas será que vosotros os rebelaréis hoy contra el SEÑOR, y mañana se airará él contra toda la congregación de Israel.
asimismo, si no lo hicimos por temor de esto, diciendo: Por ventura mañana vuestros hijos dirán a nuestros hijos: ¿Qué tenéis vosotros con el SEÑOR Dios de Israel?
sino para que sea un testimonio entre nosotros y vosotros, y entre los que vendrán después de nosotros, para que hagan el servicio del SEÑOR delante de él con nuestros holocaustos, con nuestros sacrificios, y con nuestros pacíficos; y no digan mañana vuestros hijos a los nuestros: Vosotros no tenéis parte con el SEÑOR.
Y a la mañana, cuando los de la ciudad se levantaron, he aquí que el altar de Baal estaba derribado, y el bosque que estaba junto a él, cortado; y aquel segundo toro sacrificado en holocausto sobre el altar edificado de nuevo.
Y aconteció así; porque cuando se levantó de mañana, exprimiendo el vellón sacó de él el rocío, un vaso lleno de agua.
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