'Mujer' en la Biblia
DE cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los Gentiles; tanto que alguno tenga la mujer de su padre.
CUANTO á las cosas de que me escribisteis, bien es al hombre no tocar mujer.
Mas á causa de las fornicaciones, cada uno tenga su mujer, y cada una tenga su marido.
El marido pague á la mujer la debida benevolencia; y asimismo la mujer al marido.
La mujer no tiene potestad de su propio cuerpo, sino el marido: é igualmente tampoco el marido tiene potestad de su propio cuerpo, sino la mujer.
Mas á los que están juntos en matrimonio, denuncio, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se aparte del marido;
Y si se apartare, que se quede sin casar, ó reconcíliese con su marido; y que el marido no despida á su mujer.
Y á los demás yo digo, no el Señor: si algún hermano tiene mujer infiel, y ella consiente en habitar con él, no la despida.
Y la mujer que tiene marido infiel, y él consiente en habitar con ella, no lo deje.
Porque el marido infiel es santificado en la mujer, y la mujer infiel en el marido: pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos; empero ahora son santos.
Porque ¿de dónde sabes, oh mujer, si quizá harás salva á tu marido? ¿ó de dónde sabes, oh marido, si quizá harás salvo á tu mujer?
¿Estás ligado á mujer? no procures soltarte. ¿Estáis suelto de mujer? no procures mujer.
Mas también si tomares mujer, no pecaste; y si la doncella se casare, no pecó: pero aflicción de carne tendrán los tales; mas yo os dejo.
Empero el que se casó tiene cuidado de las cosas que son del mundo, cómo ha de agradar á su mujer.
La mujer casada está atada á la ley, mientras vive su marido; mas si su marido muriere, libre es: cásese con quien quisiere, con tal que sea en el Señor.
¿No tenemos potestad de traer con nosotros una hermana mujer también como los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?
Mas quiero que sepáis, que Cristo es la cabeza de todo varón; y el varón es la cabeza de la mujer; y Dios la cabeza de Cristo.
Mas toda mujer que ora ó profetiza no cubierta su cabeza, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se rayese.
Porque si la mujer no se cubre, trasquílese también: y si es deshonesto á la mujer trasquilarse ó raerse, cúbrase.
Porque el varón no ha de cubrir la cabeza, porque es imagen y gloria de Dios: mas la mujer es gloria del varón.
Porque el varón no es de la mujer, sino la mujer del varón.
Porque tampoco el varón fué criado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón.
Por lo cual, la mujer debe tener señal de potestad sobre su cabeza, por causa de los ángeles.
Mas ni el varón sin la mujer, ni la mujer sin el varón, en el Señor.
Porque como la mujer es del varón, así también el varón es por la mujer: empero todo de Dios.
Juzgad vosotros mismos: ¿es honesto orar la mujer á Dios no cubierta?
Por el contrario, á la mujer criar el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello.
Y si quieren aprender alguna cosa, pregunten en casa á sus maridos; porque deshonesta cosa es hablar una mujer en la congregación.
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