'No' en la Biblia
Pero pida en fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es llevada por el viento y echada de una parte a otra.
No piense, pues, el tal hombre que recibirá cosa alguna del Señor.
Cuando uno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado con el mal, ni Él tienta a nadie;
Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
Mas sed hacedores de la palabra, y no solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
Porque si alguno es oidor de la palabra, y no hacedor, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
Mas el que mira atentamente en la perfecta ley de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.
Si alguno parece ser religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana.
Hermanos míos, no tengáis la fe de nuestro glorioso Señor Jesucristo, en acepción de personas.
¿no sois parciales en vosotros mismos, y venís a ser jueces de malos pensamientos?
Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha escogido Dios a los pobres de este mundo, ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?
Pero vosotros habéis menospreciado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y os arrastran a los juzgados?
¿No blasfeman ellos el buen nombre por el cual sois llamados?
Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también dijo: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley.
Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia se gloría contra el juicio.
Hermanos míos, ¿qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?
y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos; pero no les da lo que necesitan para el cuerpo, ¿de qué aprovechará?
Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
¿No fue justificado por las obras, Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?
¿No ves que la fe actuó con sus obras, y que la fe fue perfeccionada por las obras?
Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.
Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino?
Hermanos míos, no os hagáis muchos maestros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.
Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
De una misma boca proceden maldición y bendición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni seáis mentirosos contra la verdad.
Esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.
¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras concupiscencias, las cuales combaten en vuestros miembros?
Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar, combatís y guerreáis, y no tenéis porque no pedís.
Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
Adúlteros y adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quisiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.
Hermanos, no habléis mal los unos de los otros. El que habla mal de su hermano, y juzga a su hermano, este tal habla mal de la ley, y juzga la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.
cuando no sabéis lo que será mañana. Porque, ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es un vapor que aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.
Así que, al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.
He aquí, clama el jornal de los obreros que han segado vuestros campos, el cual por engaño no les ha sido pagado de vosotros; y los clamores de los que habían segado, han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos.
Habéis condenado y dado muerte al justo; y él no os resiste.
Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí el Juez está a la puerta.
Mas por sobre todas las cosas, mis hermanos; no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no, sea no; para que no caigáis en condenación.
Elías era un hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.