'Otro' en la Biblia
El SEÑOR no puso su amor en vosotros ni os escogió por ser vosotros más numerosos que otro pueblo, pues erais el más pequeño de todos los pueblos;
¿No están ellos al otro lado del Jordán, detrás del camino del poniente, en la tierra de los cananeos que habitan en el Arabá, frente a Gilgal, junto al encinar de More?
de los dioses de los pueblos que te rodean, cerca o lejos de ti, de un término de la tierra al otro),
Pero si tiene algún defecto, {si es} cojo o ciego o con cualquier {otro} defecto grave, no lo sacrificarás al SEÑOR tu Dios.
Y los oficiales hablarán al pueblo, diciendo: `` ¿Quién es el hombre que ha edificado una casa nueva y no la ha estrenado? Que salga y regrese a su casa, no sea que muera en la batalla y otro la estrene.
`` ¿Quién es el hombre que ha plantado una viña y no ha tomado {aún} de su fruto? Que salga y regrese a su casa, no sea que muera en la batalla y otro goce de su fruto.
`` ¿Y quién es el hombre que está comprometido con una mujer y no se ha casado? Que salga y regrese a su casa, no sea que muera en la batalla y otro se case con ella."
Si hay una joven virgen que está comprometida a un hombre, y {otro} hombre la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella,
y ella sale de su casa y llega a ser {mujer} de otro hombre;
Te desposarás con una mujer, pero otro hombre se acostará con ella; edificarás una casa, pero no habitarás en ella; plantarás una viña, pero no aprovecharás su fruto.
Tus hijos y tus hijas serán dados a otro pueblo, mientras tus ojos miran y desfallecen por ellos continuamente, pero no habrá nada que puedas hacer.
Además, el SEÑOR te dispersará entre todos los pueblos de un extremo de la tierra hasta el otro extremo de la tierra; y allí servirás a otros dioses, de madera y de piedra, que ni tú ni tus padres habéis conocido.
Y sus hijos, que no {la} conocen, {la} oirán y aprenderán a temer al SEÑOR vuestro Dios, mientras viváis en la tierra adonde vosotros {vais,} cruzando al otro lado del Jordán para poseerla.
Vuestras mujeres, vuestros pequeños y vuestro ganado permanecerán en la tierra que Moisés os dio al otro lado del Jordán; pero vosotros, todos los valientes guerreros, pasaréis en orden de batalla delante de vuestros hermanos, y los ayudaréis,
hasta que el SEÑOR dé reposo a vuestros hermanos como a vosotros, y ellos también posean la tierra que el SEÑOR vuestro Dios les da. Entonces volveréis a vuestra tierra y poseeréis lo que Moisés, siervo del SEÑOR, os dio al otro lado del Jordán hacia el oriente.
Porque hemos oído cómo el SEÑOR secó el agua del mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y de lo que hicisteis a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a quienes destruisteis por completo.
Y aconteció que cuando todos los reyes de los amorreos que {estaban} al otro lado del Jordán hacia el occidente, y todos los reyes de los cananeos que {estaban} junto al mar, oyeron cómo el SEÑOR había secado las aguas del Jordán delante de los hijos de Israel hasta que ellos habían pasado, sus corazones se acobardaron, y ya no había aliento en ellos a causa de los hijos de Israel.
Y Josué dijo: ¡Ah, Señor DIOS! ¿Por qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán, para entregarnos después en manos de los amorreos y destruirnos? ¡Ojalá nos hubiéramos propuesto habitar al otro lado del Jordán!
Cuando los hombres de Hai se volvieron y miraron, he aquí, el humo de la ciudad subía al cielo, y no tenían lugar adónde huir, ni por un lado ni por otro, porque el pueblo que iba huyendo hacia el desierto se volvió contra sus perseguidores.
Y los otros salieron de la ciudad a su encuentro así que {los de Hai} quedaron en medio de Israel, unos por un lado y otros por el otro; y los mataron hasta no quedar de ellos sobreviviente ni fugitivo.
Y aconteció que cuando se enteraron todos los reyes que {estaban} al otro lado del Jordán, en los montes, en los valles y en toda la costa del mar Grande hacia el Líbano, {los reyes} de los hititas, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos,
y de todo lo que hizo a los dos reyes de los amorreos que {estaban} al otro lado del Jordán, a Sehón, rey de Hesbón, y a Og, rey de Basán, que {estaba} en Astarot.
Estos, pues, son los reyes de la tierra a quienes los hijos de Israel derrotaron, y cuya tierra poseyeron al otro lado del Jordán, hacia el oriente, desde el valle del Arnón hasta el monte Hermón, y todo el Arabá hacia el oriente:
Estos, pues, son los reyes de la tierra que Josué y los hijos de Israel derrotaron al otro lado del Jordán, hacia el occidente, desde Baal-gad en el valle del Líbano hasta el monte Halac que se levanta hacia Seir; y Josué dio la tierra en posesión a las tribus de Israel según sus divisiones,
Los rubenitas y los gaditas con la otra media tribu habían recibido {ya} su heredad, la cual Moisés les había dado al otro lado del Jordán, hacia el oriente, tal como se {la} había dado Moisés, siervo del SEÑOR:
y en el valle, Bet-aram, Bet-nimra, Sucot y Zafón, el resto del reino de Sehón, rey de Hesbón, {con} el Jordán como límite, hasta el extremo del mar de Cineret al otro lado del Jordán, al oriente.
Estos {son los territorios} que Moisés repartió por heredad en las llanuras de Moab, al otro lado del Jordán, al oriente de Jericó.
Pues Moisés había dado la heredad de las dos tribus y de la media tribu al otro lado del Jordán; pero no dio heredad entre ellos a los levitas.
Y a Manasés le tocaron diez porciones, además de la tierra de Galaad y Basán que está al otro lado del Jordán,
Pues los levitas no tienen porción entre vosotros porque el sacerdocio del SEÑOR es su herencia. Gad, Rubén y la media tribu de Manasés también han recibido su herencia al otro lado del Jordán hacia el oriente, la cual les dio Moisés, siervo del SEÑOR.
Y ahora, el SEÑOR vuestro Dios ha dado descanso a vuestros hermanos, como El les había dicho; volved, pues, e id a vuestras tiendas, a la tierra de vuestra posesión que Moisés, siervo del SEÑOR, os dio al otro lado del Jordán.
Moisés había dado a la media tribu de Manasés {una posesión} en Basán, pero a la otra media {tribu} Josué dio {una posesión} entre sus hermanos hacia el occidente, al otro lado del Jordán. Y cuando Josué los mandó a sus tiendas, los bendijo,
Y Josué dijo a todo el pueblo: Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: ``Al otro lado del Río habitaban antiguamente vuestros padres, {es decir,} Taré, padre de Abraham y de Nacor, y servían a otros dioses.
``Entonces tomé a vuestro padre Abraham del otro lado del Río y lo guié por toda la tierra de Canaán, multipliqué su descendencia y le di a Isaac.
``Entonces os traje a la tierra de los amorreos que habitaban al otro lado del Jordán, y ellos pelearon contra vosotros; los entregué en vuestras manos, y tomasteis posesión de su tierra cuando yo los destruí delante de vosotros.
Ahora pues, temed al SEÑOR y servidle con integridad y con fidelidad; quitad los dioses que vuestros padres sirvieron al otro lado del Río y en Egipto, y servid al SEÑOR.
Y si no os parece bien servir al SEÑOR, escoged hoy a quién habéis de servir: si a los dioses que sirvieron vuestros padres, que {estaban} al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa, serviremos al SEÑOR.
Galaad se quedó al otro lado del Jordán. ¿Y por qué se quedó Dan en {las} naves? Aser se sentó a la orilla del mar, y se quedó junto a sus puertos.
Sucedió que aquella misma noche el SEÑOR le dijo: Toma el novillo de tu padre y otro novillo de siete años; derriba el altar de Baal que pertenece a tu padre y corta la Asera que está junto a él;
Cuando tocaron las trescientas trompetas, el SEÑOR puso la espada del uno contra el otro por todo el campamento; y el ejército huyó hasta Bet-sita, en dirección de Zerera, hasta la orilla de Abel-mehola, junto a Tabat.
Y capturaron a los dos jefes de Madián, Oreb y Zeeb; mataron a Oreb en la peña de Oreb y mataron a Zeeb en el lagar de Zeeb, cuando perseguían a Madián. Y trajeron a Gedeón las cabezas de Oreb y Zeeb del otro lado del Jordán.
Y ellos afligieron y quebrantaron a los hijos de Israel ese año; por dieciocho años {oprimieron} a todos los hijos de Israel que {estaban} al otro lado del Jordán, en Galaad, en la tierra de los amorreos.
``Luego atravesaron el desierto y rodearon la tierra de Edom y de Moab, llegaron al lado oriental de la tierra de Moab y acamparon al otro lado del Arnón; pero no entraron en el territorio de Moab, porque el Arnón {era} la frontera de Moab.
Y la mujer corrió rápidamente y avisó a su marido, y le dijo: He aquí, se me ha aparecido el hombre que vino el {otro} día.
Y Sansón le dijo: Si me atan con siete cuerdas frescas que no se hayan secado, me debilitaré y seré como cualquier {otro} hombre.
Y él le respondió: Si me atan fuertemente con sogas nuevas que no se hayan usado, me debilitaré y seré como cualquier {otro} hombre.
Entonces Dalila dijo a Sansón: Hasta ahora me has engañado y me has dicho mentiras; declárame, ¿cómo se te puede atar? Y él le dijo: Si tejes siete trenzas de mi cabellera con la tela y la aseguras con una clavija, entonces me debilitaré y seré como cualquier {otro} hombre.
El le reveló, pues, todo {lo que había} en su corazón, diciéndole: Nunca ha pasado navaja sobre mi cabeza, pues he sido nazareo para Dios desde el vientre de mi madre. Si me cortan el cabello, mi fuerza me dejará y me debilitaré y seré como cualquier {otro} hombre.
Y salieron los hijos de Benjamín contra el pueblo, siendo alejados de la ciudad; y comenzaron como las otras veces a herir y a matar a algunos del pueblo por los caminos, uno de los cuales sube a Betel y el otro a Guibeá, en campo abierto; {mataron a} unos treinta hombres de Israel.
Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía. No vayas a espigar a otro campo; tampoco pases de aquí, sino quédate con mis criadas.
Y Noemí dijo a Rut su nuera: Es bueno, hija mía, que salgas con sus criadas, no sea que en otro campo te maltraten.
Y pensé informarte, diciéndo{te:} ``Cómpra{la} en presencia de los que están {aquí} sentados, y en presencia de los ancianos de mi pueblo. Si {la} vas a redimir, redíme{la}; y si no, díme{lo} para que yo {lo} sepa; porque no hay otro aparte de ti que {la} redima, y yo después de ti." Y él dijo: {La} redimiré.
Y {la costumbre} en tiempos pasados en Israel tocante a la redención y el intercambio {de tierras} para confirmar cualquier asunto era ésta: uno se quitaba la sandalia y se la daba al otro; y esta era la {manera de} confirmar en Israel.
No hay santo como el SEÑOR; en verdad, no hay otro fuera de ti, ni hay roca como nuestro Dios.
Si un hombre peca contra otro, Dios mediará por él; pero si un hombre peca contra el SEÑOR, ¿quién intercederá por él? Pero ellos no escucharon la voz de su padre, porque el SEÑOR quería que murieran.
Y tenía un hijo que se llamaba Saúl, joven y bien parecido. No había otro más bien parecido que él entre los hijos de Israel; de los hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo.
De allí seguirás más adelante, llegarás hasta la encina de Tabor, y allí te encontrarás con tres hombres que suben a Dios en Betel, uno llevando tres cabritos, otro llevando tres tortas de pan y otro llevando un odre de vino;
Entonces el Espíritu del SEÑOR vendrá sobre ti con gran poder, profetizarás con ellos y serás cambiado en otro hombre.
Y Samuel dijo a todo el pueblo: ¿Veis al que el SEÑOR ha escogido? En verdad que no hay {otro} como él entre todo el pueblo. Entonces todo el pueblo gritó, y dijo: ¡Viva el rey!
Y aconteció que un día Jonatán, hijo de Saúl, dijo al joven que llevaba su armadura: Ven y pasemos a la guarnición de los filisteos que está al otro lado. Pero no se lo hizo saber a su padre.
Y entre los desfiladeros por donde Jonatán intentaba cruzar a la guarnición de los filisteos, {había} un peñasco agudo por un lado, y un peñasco agudo por el otro lado; el nombre de uno era Boses y el nombre del otro Sene.
Uno de los peñascos se levantaba al norte, frente a Micmas, y el otro al sur, frente a Geba.
Entonces dijo a todo Israel: Vosotros estaréis a un lado, y yo y mi hijo Jonatán estaremos al otro lado. Y el pueblo dijo a Saúl: Haz lo que bien te parezca.
Los filisteos estaban a un lado del monte, e Israel estaba al otro lado del monte, y entre ellos, el valle.
Entonces se apartó de su lado hacia otro y preguntó lo mismo; y el pueblo respondió lo mismo que antes.
Cuando el muchacho se fue, David se levantó del lado del sur, y cayendo rostro en tierra, se postró tres veces. Y se besaron el uno al otro y lloraron juntos, pero David {lloró} más.
Y Jonatán dijo a David: Vete en paz, ya que nos hemos jurado el uno al otro en el nombre del SEÑOR, diciendo: ``El SEÑOR esté entre tú y yo, y entre mi descendencia y tu descendencia para siempre." {David} se levantó y se fue, y Jonatán entró en la ciudad.
Entonces el sacerdote le dio {pan} consagrado; porque allí no había {otro} pan, sino el pan de la Presencia que había sido quitado de delante del SEÑOR para colocar pan caliente {en su lugar} al ser retirado.
Se levantó, pues, David con sus hombres, como seiscientos, y salieron de Keila y anduvieron de un lugar a otro. Cuando a Saúl le informaron que David se había escapado de Keila, cesó de perseguirlo.
Saúl iba por un lado del monte y David y sus hombres por el otro lado del monte; y David se apresuraba para huir de Saúl, pues Saúl y sus hombres estaban rodeando a David y a sus hombres para apresarlos.
David pasó al otro lado y se colocó en la cima del monte a {cierta} distancia, {con} un gran espacio entre ellos.
Cuando los hombres de Israel que {estaban} al otro lado del valle, con los que {estaban} más allá del Jordán, vieron que los hombres de Israel habían huido y que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron las ciudades y huyeron; entonces vinieron los filisteos y habitaron en ellas.
Y Joab, hijo de Sarvia, y los siervos de David salieron y los encontraron junto al estanque de Gabaón; y se sentaron, unos a un lado del estanque y los otros al otro lado.
Y el hijo de Saúl {tenía} dos hombres que eran jefes de bandas: el nombre de uno era Baana, y el del otro Recab, hijos de Rimón beerotita, de los hijos de Benjamín (porque Beerot es también considerado {parte} de Benjamín,
Hadad-ezer mandó sacar a los arameos que {estaban} al otro lado del río y fueron a Helam; y Sobac, comandante del ejército de Hadad-ezer, {iba} al frente de ellos.
Entonces David dijo al mensajero: Así dirás a Joab: ``No tengas pesar por esto, porque la espada devora tanto a uno como al otro; haz más fuerte tu combate contra la ciudad y destrúyela"; y tú aliéntalo.
Entonces el SEÑOR envió a Natán a David. Y vino a él y le dijo: Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre.
Tu sierva tenía dos hijos; lucharon entre sí en el campo, y no habiendo quien los apartara, uno hirió al otro y lo mató.
He aquí, él ahora se habrá escondido en una de las cuevas o en algún {otro} lugar; y sucederá que si en el primer {asalto} caen algunos de los tuyos, cualquiera que se entere, dirá: ``Ha habido una matanza en el pueblo que sigue a Absalón."
Ahora pues, enviad inmediatamente y avisad a David, diciendo: No pases la noche en los vados del desierto sino pasa al otro lado sin falta, no sea que el rey y el pueblo que está con él sean destruidos.
De otro modo, si yo hubiera hecho traición contra su vida (y no hay nada oculto al rey), tú mismo te hubieras mostrado indiferente.
Pero Joab le dijo: Tú no eres el hombre para llevar hoy las noticias, las llevarás otro día; no llevarás noticias hoy, porque el hijo del rey ha muerto.
el atalaya vio a otro hombre corriendo; y el atalaya dio voces al portero, y dijo: He aquí, {otro} hombre corriendo solo. Y el rey dijo: Este también trae buenas noticias.
Volvió el rey y llegó hasta el Jordán. Y Judá vino a Gilgal para ir al encuentro del rey, para conducir al rey al otro lado del Jordán.
Baana, hijo de Ahilud, {en} Taanac y Meguido y todo Bet-seán, que está junto a Saretán, más abajo de Jezreel, desde Bet-seán hasta Abel-mehola, hasta el otro lado de Jocmeam;
El otro querubín también {medía} diez codos; ambos querubines tenían la misma medida y la misma forma.
La altura de uno de los querubines {era} de diez codos, y asimismo la del otro querubín.
Colocó los querubines en medio de la casa interior; las alas de los querubines se extendían de modo que el ala del uno tocaba {una} pared y el ala del otro querubín tocaba la otra pared. Sus {otras dos} alas se tocaban ala con ala en el centro de la casa.
Hizo el pórtico de las columnas de cincuenta codos de largo y treinta codos de ancho, y {había otro} pórtico delante de ellas, con columnas y un umbral delante de ellas.
Y la casa donde él había de morar, {en} otro atrio dentro del pórtico, era de la misma hechura. Hizo también una casa como este pórtico para la hija de Faraón que Salomón había tomado {por mujer}.
Hizo también dos capiteles de bronce fundido para colocarlos en las cabezas de las columnas; la altura de un capitel era de cinco codos y la del otro capitel era de cinco codos.
{Había} redes de obra de malla y trenzas de obra de cadenilla para los capiteles que estaban en la cima de las columnas; siete para un capitel y siete para el otro capitel.
Así hizo las columnas y dos hileras alrededor de la malla que cubría los capiteles que estaban sobre las granadas; y así hizo para el otro capitel.
a fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que el SEÑOR es Dios; no hay otro.
Y doce leones estaban de pie allí en las seis gradas a uno y otro lado; nada semejante se hizo para ningún {otro} reino.
Dios también le levantó {otro} adversario {a Salomón}, a Rezón, hijo de Eliada, el cual había huido de su señor Hadad-ezer, rey de Soba;
Y se fue por otro camino, no regresó por el camino por donde había ido a Betel.
Y {el otro} le respondió: Yo también soy profeta como tú, y un ángel me habló por palabra del SEÑOR, diciendo: ``Tráelo contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua." {Pero} le estaba mintiendo.
Y dividieron la tierra entre ellos para recorrerla; Acab se fue solo por un camino, y Abdías se fue solo por otro.