'Reino' en la Biblia
Cuando comenzó á reinar era de treinta y dos años, y reinó ocho años en Jerusalem.
Cuando comenzó á reinar era de treinta y dos años, y reinó en Jerusalem ocho años; y fuése sin ser deseado. Y sepultáronlo en la ciudad de David, mas no en los sepulcros de los reyes.
Y LOS moradores de Jerusalem hicieron rey en lugar suyo á Ochôzías su hijo menor: porque la tropa había venido con los Arabes al campo, había muerto á todos los mayores; por lo cual reinó Ochôzías, hijo de Joram rey de Judá.
Cuando Ochôzías comenzó á reinar era de cuarenta y dos años, y reinó un año en Jerusalem. El nombre de su madre fué Athalía, hija de Omri.
DE SIETE años era Joas cuando comenzó á reinar, y cuarenta años reinó en Jerusalem. El nombre de su madre fué Sibia, de Beer-seba.
De sus hijos, y de la multiplicación que hizo de las rentas, y de la instauración de la casa de Jehová, he aquí está escrito en la historia del libro de los reyes. Y reinó en su lugar Amasías su hijo.
DE VEINTICINCO años era Amasías cuando comenzó á reinar, y veintinueve años reinó en Jerusalem: el nombre de su madre fué Joaddan, de Jerusalem.
Y luego que fué confirmado en el reino, mató á sus siervos que habían muerto al rey su padre;
De diez y seis años era Uzzías cuando comenzó á reinar, y cincuenta y dos años reinó en Jerusalem. El nombre de su madre fué Jechôlía, de Jerusalem.
Y durmió Uzzías con sus padres, y sepultáronlo con sus padres en el campo de los sepulcros reales; porque dijeron: Leproso es. Y reinó Joatham su hijo en lugar suyo.
DE VEINTICINCO años era Joatham cuando comenzó á reinar, y dieciséis años reinó en Jerusalem. El nombre de su madre fué Jerusa, hija de Sadoc.
Cuando comenzó á reinar era de veinticinco años, y dieciséis reinó en Jerusalem.
Y durmió Joatham con sus padres, y sepultáronlo en la ciudad de David; y reinó en su lugar Achâz su hijo.
DE VEINTE años era Achâz cuando comenzó á reinar, y dieciséis años reinó en Jerusalem: mas no hizo lo recto en ojos de Jehová, como David su padre.
Y durmió Achâz con sus padres, y sepultáronlo en la ciudad de Jerusalem: mas no le metieron en los sepulcros de los reyes de Israel; y reinó en su lugar Ezechîas su hijo.
Y Ezechîas comenzó á reinar siendo de veinticinco años, y reinó veintinueve años en Jerusalem. El nombre de su madre fué Abía, hija de Zachârías.
Y presentaron siete novillos, siete carneros, siete corderos, y siete machos de cabrío, para expiación por el reino, por el santuario y por Judá. Y dijo á los sacerdotes hijos de Aarón, que los ofreciesen sobre el altar de Jehová.
Y durmió Ezechîas con sus padres, y sepultáronlo en los más insignes sepulcros de los hijos de David, honrándole en su muerte todo Judá y los de Jerusalem: y reinó en su lugar Manasés su hijo.
DE DOCE años era Manasés cuando comenzó á reinar, y cincuenta y cinco años reinó en Jerusalem.
Y habiendo á él orado, fué atendido; pues que oyó su oración, y volviólo á Jerusalem, á su reino. Entonces conoció Manasés que Jehová era Dios.
Y durmió Manasés con sus padres, y sepultáronlo en su casa: y reinó en su lugar Amón su hijo.
De veinte y dos años era Amón cuando comenzo á reinar, y dos años reinó en Jerusalem.
DE OCHO años era Josías cuando comenzó á reinar, y treinta y un años reinó en Jerusalem.
De veinte y tres años era Joachâz cuando comenzó á reinar, y tres meses reinó en Jerusalem.
Cuando comenzó á reinar Joacim era de veinte y cinco años, y reinó once años en Jerusalem: é hizo lo malo en ojos de Jehová su Dios.
Lo demás de los hechos de Joacim, y las abominaciones que hizo, y lo que en él se halló, he aquí está escrito en el libro de los reyes de Israel y de Judá: y reinó en su lugar Joachîn su hijo.
De ocho años era Joachîn cuando comenzó á reinar, y reinó tres meses y diez días en Jerusalem: é hizo lo malo en ojos de Jehová.
De veinte y un años era Sedecías cuando comenzó á reinar, y once años reinó en Jerusalem.
Los que quedaron del cuchillo, pasáronlos á Babilonia; y fueron siervos de él y de sus hijos, hasta que vino el reino de los Persas;
Mas al primer año de Ciro rey de los Persas, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, Jehová excitó el espíritu de Ciro rey de los Persas, el cual hizo pasar pregón por todo su reino, y también por escrito, diciendo:
Y EN el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, excitó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pasar pregón por todo su reino, y también por escrito, diciendo:
Por mí es dado mandamiento, que cualquiera que quisiere en mi reino, del pueblo de Israel y de sus sacerdotes y Levitas, ir contigo á Jerusalem, vaya.
Todo lo que es mandado por el Dios del cielo, sea hecho prestamente para la casa del Dios del cielo: pues, ¿por qué habría de ser su ira contra el reino del rey y de sus hijos?
PALABRAS de Nehemías, hijo de Hachâlías. Y acaeció en el mes de Chisleu, en el año veinte, estando yo en Susán, capital del reino,
Y ellos en su reino y en tu mucho bien que les diste, y en la tierra espaciosa y pingüe que entregaste delante de ellos, no te sirvieron, ni se convirtieron de sus malas obras.
Y ACONTECIO en los días de Assuero, (el Assuero que reinó desde la India hasta la Etiopía sobre ciento veinte y siete provincias,)
Que en aquellos días, asentado que fué el rey Assuero en la silla de su reino, la cual estaba en Susán capital del reino,
Para mostrar él las riquezas de la gloria de su reino, y el lustre de la magnificencia de su poder, por muchos días, ciento y ochenta días.
Y cumplidos estos días, hizo el rey banquete por siete días en el patio del huerto del palacio real á todo el pueblo, desde el mayor hasta el menor que se halló en Susán capital del reino.
Y estaban junto á él, Carsena, y Sethar, y Admatha, y Tharsis, y Meres, y Marsena, y Memucán, siete príncipes de Persia y de Media que veían la cara del rey, y se sentaban los primeros del reino:)
Si parece bien al rey, salga mandamiento real delante de él, y escríbase entre las leyes de Persia y de Media, y no sea traspasado: Que no venga más Vasthi delante del rey Assuero: y dé el rey su reino á su compañera que sea mejor que ella.
Y el mandamiento que hará el rey será oído en todo su reino, aunque es grande, y todas las mujeres darán honra á sus maridos, desde el mayor hasta el menor.
Y ponga el rey personas en todas las provincias de su reino, que junte todas las mozas vírgenes de buen parecer en Susán residencia regia, en la casa de las mujeres, al cuidado de Hegai, eunuco del rey, guarda de las mujeres, dándoles sus atavíos;
Mas tuvo en poco meter mano en solo Mardochêo; que ya le había declarado el pueblo de Mardochêo: y procuró Amán destruir á todos los Judíos que había en el reino de Assuero, al pueblo de Mardochêo.
Y dijo Amán al rey Assuero: Hay un pueblo esparcido y dividido entre los pueblos en todas las provincias de tu reino, y sus leyes son diferentes de las de todo pueblo, y no observan las leyes del rey; y al rey no viene provecho de dejarlos.
Y salieron los correos de priesa por mandato del rey, y el edicto fué dado en Susán capital del reino. Y el rey y Amán estaban sentados á beber, y la ciudad de Susán estaba conmovida.
Porque si absolutamente callares en este tiempo, respiro y libertación tendrán los Judíos de otra parte; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora te han hecho llegar al reino?
Y dijo el rey: ¿Qué tienes, reina Esther? ¿y cuál es tu petición? Hasta la mitad del reino, se te dará.
Y dijo el rey á Esther en el banquete del vino: ¿Cuál es tu petición, y te será otorgada? ¿Cuál es tu demanda? Aunque sea la mitad del reino, te será concedida.
Y también el segundo día dijo el rey á Esther en el convite del vino: ¿Cuál es tu petición, reina Esther, y se te concederá? ¿Cuál es pues tu demanda? Aunque sea la mitad del reino, pondráse por obra.
Los correos pues, cabalgando en dromedarios y en mulos, salieron apresurados y constreñidos por el mandamiento del rey: y la ley fué dada en Susán capital del reino.
Y en Susán capital del reino, mataron y destruyeron los Judíos á quinientos hombres.
Y dijo el rey á la reina Esther: En Susán, capital del reino, han muerto los Judíos y destruído quinientos hombres, y á diez hijos de Amán; ¿qué habrán hecho en las otras provincias del rey? ¿Cuál pues es tu petición, y te será concedida? ¿ó qué más es tu
Porque de Jehová es el reino; Y él se enseñoreará de las gentes.
Tu trono, oh Dios, eterno y para siempre: Vara de justicia la vara de tu reino.
Reinó Dios sobre las gentes: Asentóse Dios sobre su santo trono.
Decid en las gentes: Jehová reinó, También afirmó el mundo, no será conmovido: Juzgará á los pueblos en justicia.
JEHOVA reinó: regocíjese la tierra: Alégrense las muchas islas.
JEHOVA reinó, temblarán los pueblos: El está sentado sobre los querubines, conmoveráse la tierra.
Jehová afirmó en los cielos su trono; Y su reino domina sobre todos.
Y anduvieron de gente en gente, De un reino á otro pueblo.
La gloria de tu reino digan, Y hablen de tu fortaleza;
Para notificar á los hijos de los hombre sus valentías, Y la gloria de la magnificencia de su reino.
Tu reino es reino de todos los siglos, Y tu señorío en toda generación y generación.
Porque de la cárcel salió para reinar; mientras el nacido en su reino se hizo pobre.
Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán término, sobre el trono de David, y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
Y cesará el socorro de Ephraim, y el reino de Damasco; y lo que quedare de Siria, será como la gloria de los hijos de Israel, dice Jehová de los ejércitos.
Y revolveré Egipcios contra Egipcios, y cada uno peleará contra su hermano, cada uno contra su prójimo: ciudad contra ciudad, y reino contra reino.
Llamarán á sus príncipes, príncipes sin reino: y todos sus grandes serán nada.
Y acaeció, que estando orando en el templo de Nisroch su dios, Adremelech y Sarezer, sus hijos, le hirieron á cuchillo, y huyeron á la tierra de Ararat; y reinó en su lugar Esar-hadón su hijo.
Porque la gente ó el reino que no te sirviere, perecerá; y del todo serán asoladas.
Y serás corona de gloria en la mano de Jehová, y diadema de reino en la mano del Dios tuyo.
Y en un instante hablaré de la gente y del reino, para edificar y para plantar;
Y será, que la gente y el reino que no sirviere á Nabucodonosor rey de Babilonia, y que no pusiere su cuello debajo del yugo del rey de Babilonia, con espada y con hambre y con pestilencia visitaré á la tal gente, dice Jehová, hasta que los acabe yo por s
Y REINO el rey Sedechîas hijo de Josías, en lugar de Conías hijo de Joacim, al cual Nabucodonosor rey de Babilonia había constituído por rey en la tierra de Judá.
ERA Sedechîas de edad de veintiún años cuando comenzó á reinar, y reinó once años en Jerusalem. Su madre se llamaba Hamutal, hija de Jeremías, de Libna.
Destruyó el Señor, y no perdonó; Destruyó en su furor todas las tiendas de Jacob: Echó por tierra las fortalezas de la hija de Judá, Deslustró el reino y sus príncipes.
Tomó también de la simiente del reino, é hizo con él alianza, y trájole á juramento; y tomó los fuertes de la tierra,
Para que el reino fuese abatido y no se levantase, sino que guardase su alianza y estuviese en ella.
Y tornaré á traer los cautivos de Egipto, y los volveré á la tierra de Patros, á la tierra de su habitación; y allí serán un reino bajo.
Y en todo negocio de sabiduría é inteligencia que el rey les demandó, hallólos diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo su reino.
Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, potencia, y fortaleza, y majestad.
Y después de ti se levantará otro reino menor que tú; y otro tercer reino de metal, el cual se enseñoreará de toda la tierra.
Y el reino cuarto será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y doma todas las cosas, y como el hierro que quebranta todas estas cosas, desmenuzará y quebrantará.
Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero, y en parte de hierro, el reino será dividido; mas habrá en él algo de fortaleza de hierro, según que viste el hierro mezclado con el tiesto de barro.
Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro, y en parte de barro cocido, en parte será el reino fuerte, y en parte será frágil.
Y en los días de estos reyes, levantará el Dios del cielo un reino que nunca jamás se corromperá: y no será dejado á otro pueblo este reino; el cual desmenuzará y consumirá todos estos reinos, y él permanecerá para siempre.
Cuán grandes son sus señales, y cuán potentes sus maravillas! Su reino, reino sempiterno, y su señorío hasta generación y generación.
La sentencia es por decreto de los vigilantes, y por dicho de los santos la demanda: para que conozcan los vivientes que el Altísimo se enseñorea del reino de los hombres, y que á quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres.
Yo el rey Nabucodonosor he visto este sueño. Tú pues, Beltsasar, dirás la declaración de él, porque todos los sabios de mi reino nunca pudieron mostrarme su interpretación: mas tú puedes, porque hay en ti espíritu de los dioses santos.
Y lo que dijeron, que dejasen en la tierra la cepa de las raíces del mismo árbol, significa que tu reino se te quedará firme, luego que entiendas que el señorío es en los cielos.
A cabo de doce meses, andándose paseando sobre el palacio del reino de Babilonia,
Habló el rey, y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia, que yo edifiqué para casa del reino, con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi grandeza?
Aun estaba la palabra en la boca del rey, cuando cae una voz del cielo: A ti dicen, rey Nabucodonosor; el reino es traspasado de ti:
Y de entre los hombres te echan, y con las bestias del campo será tu morada, y como á los bueyes te apacentarán: y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo se enseñorea en el reino de los hombres, y á quien él quisiere lo da.
Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi sentido me fué vuelto; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre; porque su señorío es sempiterno, y su reino por todas las edades.
En el mismo tiempo mi sentido me fué vuelto, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron á mí, y mis gobernadores y mis grandes me buscaron; y fuí restituído á mi reino, y mayor grandeza me fué añadida.
En tu reino hay un varón, en el cual mora el espíritu de los dioses santos; y en los días de tu padre se halló en él luz é inteligencia y sabiduría, como ciencia de los dioses: al cual el rey Nabucodonosor, tu padre, el rey tu padre constituyó príncipe so
Yo pues he oído de ti que puedes declarar las dudas, y desatar dificultades. Si ahora pudieres leer esta escritura, y mostrarme su interpretación, serás vestido de púrpura, y collar de oro tendrás en tu cuello, y en el reino serás el tercer señor.
El altísimo Dios, oh rey, dió á Nabucodonosor tu padre el reino, y la grandeza, y la gloria, y la honra:
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