'Sino' en la Biblia
y le dijo: Mira, no digas a nadie nada, sino ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu limpieza lo que Moisés mandó, para testimonio a ellos.
Pero él, en cuanto salió, comenzó a publicarlo mucho, y a divulgar el hecho, de manera que Jesús ya no podía entrar abiertamente a la ciudad, sino que se estaba fuera en los lugares desiertos; y venían a Él de todas partes.
¿Por qué habla Éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?
Y oyéndolo Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos: No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.
cómo entró en la casa de Dios, en los días de Abiatar el sumo sacerdote, y comió los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino a los sacerdotes, y dio aun a los que con él estaban?
pero cualquiera que blasfemare contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que está en peligro de condenación eterna.
pero no tienen raíz en sí, sino que duran poco tiempo; pero luego, cuando viene la aflicción o la persecución por causa de la palabra, enseguida se escandalizan.
Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti.
Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La muchacha no está muerta, sino duerme.
Mas Jesús les dijo: No hay profeta sin honra sino en su tierra, y entre sus parientes, y en su casa.
Y les mandó que no llevasen nada para el camino, sino solamente bordón; ni alforja, ni pan, ni dinero en la bolsa;
Sino que calzasen sandalias, y no vistiesen dos túnicas.
Entonces los fariseos y los escribas le preguntaron: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan sin lavarse las manos?
Porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina, limpiando todas las viandas.
Y los discípulos se habían olvidado de tomar pan, y no tenían sino un pan consigo en la barca.
Pero Él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: Quítate de delante de mí, Satanás; porque no piensas en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
Y luego, mirando alrededor, no vieron más a nadie consigo, sino a Jesús solo.
Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a nadie dijesen lo que habían visto, sino hasta que el Hijo del Hombre hubiese resucitado de los muertos.
Y Él les dijo: Este género por nada puede salir, sino por oración y ayuno.
El que recibiere en mi nombre a un niño como éste, a mí me recibe; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí, sino al que me envió.
y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino una carne.
Y Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios.
pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no es mío darlo, sino que será dado a aquellos para quienes está preparado.
Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y dar su vida en rescate por muchos.
Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, vino a ver si quizá hallaría en ella algo; y cuando vino a ella, nada halló sino hojas, porque no era tiempo de higos.
Y viniendo ellos, le dijeron: Maestro, sabemos que eres veraz, y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres, sino que enseñas el camino de Dios en verdad: ¿Es lícito dar tributo a César, o no? ¿Daremos, o no daremos?
Él no es Dios de muertos, sino Dios de vivos; así que vosotros mucho erráis.
Y cuando os llevaren y entregaren, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo premeditéis; sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.
Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.
Y dijo: Abba, Padre, todas las cosas te son posibles; aparta de mí esta copa; pero no sea mi voluntad, sino la tuya.