'También' en la Biblia
y enviándolos a Belén, dijo: Id y preguntad con diligencia por el niño; y cuando le hubiereis hallado, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.
Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.
Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.
También fue dicho: Cualquiera que repudiare a su esposa, déle carta de divorcio.
Pero yo os digo: No resistáis el mal; antes a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;
y a cualquiera que te demande ante la ley y tome tu túnica, déjale tomar también la capa;
Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también así los publicanos?
Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los publicanos?
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre celestial también os perdonará a vosotros.
Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Así que, todas las cosas que queráis que los hombres os hagan, así también haced vosotros a ellos; porque esto es la ley y los profetas.
Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo soldados bajo mi cargo; y digo a éste: Ve, y va; y a otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.
Simón el cananita, y Judas Iscariote, quien también le entregó.
Cualquiera, pues, que me confesare delante de los hombres, también yo le confesaré delante de mi Padre que está en el cielo.
Y cualquiera que me negare delante de los hombres, también yo le negaré delante de mi Padre que está en el cielo.
Y cuando la hierba salió y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.
Mas él dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo.
También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas;
Pero Él respondió y les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?
Y Jesús les dijo: ¿También vosotros estáis aún sin entendimiento?
Y yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.
Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron; sino que hicieron de él todo lo que quisieron: Así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos.
¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, así como yo tuve misericordia de ti?
Así también hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de vuestro corazón cada uno a su hermano sus ofensas.
y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron.
Ellos le dicen: Porque nadie nos ha contratado. Él les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo.
Y cuando vinieron los primeros, pensaban que habían de recibir más, pero ellos también recibieron cada uno un denario.
Y respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os preguntaré una cosa, la cual si me respondiereis, también yo os diré con qué autoridad hago estas cosas.
así también el segundo, y el tercero, hasta el séptimo.
Y después de todos murió también la mujer.
¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de adentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio.
Así también vosotros, por fuera a la verdad, os mostráis justos a los hombres; pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.
¡Vosotros también colmad la medida de vuestros padres!
Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.
Porque dondequiera que esté el cuerpo muerto, allí se juntarán también las águilas.
Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, sabed que está cerca, a las puertas.
Y como en los días de Noé, así también será la venida del Hijo del Hombre.
y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos; así también será la venida del Hijo del Hombre.
Por tanto, también vosotros estad apercibidos; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
Y después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos!
Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos.
Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; he aquí, he ganado sobre ellos, otros dos talentos.
Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
Entonces también ellos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o extranjero, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?
De cierto os digo: Dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también lo que ésta ha hecho, será dicho para memoria de ella.
Y Pedro estaba sentado fuera en el patio; y se le acercó una criada, diciendo: Tú también estabas con Jesús el galileo.
Y cuando salió al pórtico, le vio otra, y dijo a los que estaban allí: También éste estaba con Jesús el Nazareno.
Y un poco después llegaron unos que por allí estaban, y dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque tu habla te descubre.
De esta manera también los príncipes de los sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y los ancianos, decían:
Los ladrones que estaban crucificados con Él, también le injuriaban.
Y cayendo la tarde, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, el cual también era discípulo de Jesús.