'Tarde' en la Biblia
A la tarde del día, ya que oscurecía, En la oscuridad y tiniebla de la noche.
El que tarde se aira, es grande de entendimiento: Mas el corto de espíritu engrandece el desatino.
El hombre iracundo mueve contiendas: Mas el que tarde se enoja, apaciguará la rencilla.
Mejor es el que tarde se aira que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.
Por la mañana siembra tu simiente, y á la tarde no dejes reposar tu mano: porque tú no sabes cuál es lo mejor, si esto ó lo otro, ó si ambas á dos cosas son buenas.
Al tiempo de la tarde he aquí turbación; y antes de la mañana ya no es. Esta es la parte de los que nos huellan, y la suerte de los que nos saquean.
Por esta causa las aguas han sido detenidas, y faltó la lluvia de la tarde; y has tenido frente de mala mujer, ni quisiste tener vergüenza.
Denunciad guerra contra ella: levantaos y subamos hacia el mediodía. Ay de nosotros! que va cayendo ya el día, que las sombras de la tarde se han extendido.
Y sacarás tus aparejos, como aparejos de partida, de día delante de sus ojos: mas tú saldrás por la tarde á vista de ellos, como quien sale para partirse.
Y yo hice así como me fué mandado: saqué mis aparejos de día, como aparejos de partida, y á la tarde horadé la pared á mano; salí de noche, y llevélos sobre los hombros á vista de ellos.
Y hablé al pueblo por la mañana, y á la tarde murió mi mujer: y á la mañana hice como me fué mandado.
Y la mano de Jehová había sido sobre mí la tarde antes que el escapado viniese, y había abierto mi boca, hasta que vino á mí por la mañana; y abrió mi boca, y no más estuve callado.
Y él me dijo: Hasta dos mil y trescientos días de tarde y mañana; y el santuario será purificado.
Y la visión de la tarde y la mañana que está dicha, es verdadera: y tú guarda la visión, porque es para muchos días.
Aun estaba hablando en oración, y aquel varón Gabriel, al cual había visto en visión al principio, volando con presteza, me tocó como á la hora del sacrificio de la tarde.
Y serán sus caballos más ligeros que tigres, y más agudos que lobos de tarde; y sus jinetes se multiplicarán: vendrán de lejos sus caballeros, y volarán como águilas que se apresuran á la comida.
Sus príncipes en medio de ella son leones bramadores: sus jueces, lobos de tarde que no dejan hueso para la mañana:
Y será un día, el cual es conocido de Jehová, que ni será día ni noche; mas acontecerá que al tiempo de la tarde habrá luz.
Y como fué ya tarde, trajeron á él muchos endemoniados: y echó los demonios con la palabra, y sanó á todos los enfermos;
Y cuando fué la tarde del día, se llegaron á él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y el tiempo es ya pasado: despide las gentes, para que se vayan por las aldeas, y compren para sí de comer.
Y despedidas las gentes, subió al monte, apartado, á orar: y como fué la tarde del día, estaba allí solo.
Mas él respondiendo, les dijo: Cuando es la tarde del día, decís: Sereno; porque el cielo tiene arreboles.
Y cuando fué la tarde del día, el señor de la viña dijo á su mayordomo: Llama á los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros.
Y como fué la tarde del día, se sentó á la mesa con los doce.
Y como fué la tarde del día, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, el cual también había sido discípulo de Jesús.
Y cuando fué la tarde, luego que el sol se puso, traían á él todos los que tenían mal, y endemoniados;
Y les dijo aquel día cuando fué tarde: Pasemos de la otra parte.
Y como fué la tarde, el barco estaba en medio de la mar, y él solo en tierra.
Y entró Jesús en Jerusalem, y en el templo: y habiendo mirado alrededor todas las cosas, y siendo ya tarde, salióse á Bethania con los doce.
Mas como fué tarde, Jesús salió de la ciudad.
Velad pues, porque no sabéis cuándo el señor de la casa vendrá; si á la tarde, ó á la media noche, ó al canto del gallo, ó á la mañana;
Y llegada la tarde, fué con los doce.
Y cuando fué la tarde, porque era la preparación, es decir, la víspera del sábado,
Mas ellos le detuvieron por fuerza, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró pues á estarse con ellos.
Y como se hizo tarde, descendieron sus discípulos á la mar;
Y como fué tarde aquel día, el primero de la semana, y estando las puertas cerradas donde los discípulos estaban juntos por miedo de los Judíos, vino Jesús, y púsose en medio, y díjoles: Paz á vosotros.
Y les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente; porque era ya tarde.
Y habiéndole señalado un día, vinieron á él muchos á la posada, á los cuales declaraba y testificaba el reino de Dios, persuadiéndoles lo concerniente á Jesús, por la ley de Moisés y por los profetas, desde la mañana hasta la tarde.
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