'Una' en la Biblia
Y Jehová Dios hizo caer sueño sobre Adam, y se quedó dormido: entonces tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar;
Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y trájola al hombre.
Por tanto, dejará el hombre á su padre y á su madre, y allegarse ha á su mujer, y serán una sola carne.
Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía á todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.
Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda á Jehová.
Y conoció Caín á su mujer, la cual concibió y parió á Henoch: y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Henoch.
Y tomó para sí Lamech dos mujeres; el nombre de la una fué Ada, y el nombre de la otra Zilla.
Una ventana harás al arca, y la acabarás á un codo de elevación por la parte de arriba: y pondrás la puerta del arca á su lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero.
Y la paloma volvió á él á la hora de la tarde: y he aquí que traía una hoja de oliva tomada en su pico: y entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre la tierra.
Y comenzó Noé á labrar la tierra, y plantó una viña:
ERA entonces toda la tierra de una lengua y unas mismas palabras.
Y aconteció que, como se partieron de oriente, hallaron una vega en la tierra de Shinar, y asentaron allí.
Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.
Y haré de ti una nación grande, y bendecirte he, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición:
Y le dijo: Apártame una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino.
Y tomó él todas estas cosas, y partiólas por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de otra; mas no partió las aves.
Mas á la caída del sol sobrecogió el sueño á Abram, y he aquí que el pavor de una grande obscuridad cayó sobre él.
Y sucedió que puesto el sol, y ya obscurecido, dejóse ver un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasó por entre los animales divididos.
Y SARAI, mujer de Abram no le paría: y ella tenía una sierva egipcia, que se llamaba Agar.
Y hallóla el ángel de Jehová junto á una fuente de agua en el desierto, junto á la fuente que está en el camino del Sur.
Habiendo de ser Abraham en una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las gentes de la tierra?
Y volvió á decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor de los diez.
Empero Lot subió de Zoar, y asentó en el monte, y sus dos hijas con él; porque tuvo miedo de quedar en Zoar, y se alojó en una cueva él y sus dos hijas.
Entonces abrió Dios sus ojos, y vió una fuente de agua; y fué, y llenó el odre de agua, y dió de beber al muchacho.
Y salió el primero rubio, y todo él velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú.
Y sucedió que, después que él estuvo allí muchos días, Abimelech, rey de los Filisteos, mirando por una ventana, vió á Isaac que jugaba con Rebeca su mujer.
Como Esaú oyó las palabras de su padre clamó con una muy grande y muy amarga exclamación, y le dijo: Bendíceme también á mí, padre mío.
Y Esaú respondió á su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? bendíceme también á mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró.
Y soñó, y he aquí una escala que estaba apoyada en tierra, y su cabeza tocaba en el cielo: y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella.
Y miró, y vió un pozo en el campo: y he aquí tres rebaños de ovejas que yacían cerca de él; porque de aquel pozo abrevaban los ganados: y había una gran piedra sobre la boca del pozo.
Y dijo Lea: Dios me ha dado una buena dote: ahora morará conmigo mi marido, porque le he parido seis hijos: y llamó su nombre Zabulón.
Y tomó Rachêl los ídolos, y púsolos en una albarda de un camello, y sentóse sobre ellos: y tentó Labán toda la tienda y no los halló.
Entonces Jacob tomó una piedra, y levantóla por título.
Y dijo: Si viniere Esaú á la una cuadrilla y la hiriere, la otra cuadrilla escapará.
Y compró una parte del campo, donde tendió su tienda, de mano de los hijos de Hamor, padre de Sichêm, por cien piezas de moneda.
Y ellos respondieron ¿Había él de tratar á nuestra hermana como á una ramera?
Así dieron á Jacob todos los dioses ajenos que había en poder de ellos, y los zarzillos que estaban en sus orejas; y Jacob los escondió debajo de una encina, que estaba junto á Sichêm.
Entonces murió Débora, ama de Rebeca, y fue sepultada á las raíces de Beth-el, debajo de una encina: y llamóse su nombre Allon-Bacuth.
Y díjole Dios: Yo soy el Dios Omnipotente: crece y multiplícate; una nación y conjunto de naciones procederá de ti, y reyes saldrán de tus lomos:
Y amaba Israel á José más que á todos sus hijos, porque le había tenido en su vejez: y le hizo una ropa de diversos colores.
Ahora pues, venid, y matémoslo y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia le devoró: y veremos qué serán sus sueños.
Y sentáronse á comer pan: y alzando los ojos miraron, y he aquí una compañía de Ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas y bálsamo y mirra, é iban á llevarlo á Egipto.
Y ambos á dos, el copero y el panadero del rey de Egipto, que estaban arrestados en la prisión, vieron un sueño, cada uno su sueño en una misma noche, cada uno conforme á la declaración de su sueño.
Entonces el principal de los coperos contó su sueño á José, y díjole: Yo soñaba que veía una vid delante de mí,
Durmióse de nuevo, y soñó la segunda vez: Que siete espigas llenas y hermosas subían de una sola caña:
Y yo y él vimos un sueño una misma noche: cada uno soñó conforme á la declaración de su sueño.
Vi también soñando, que siete espigas subían en una misma caña llenas y hermosas;
Entonces Judá se llegó á él, y dijo: Ay señor mío, ruégote que hable tu siervo una palabra en oídos de mi señor, y no se encienda tu enojo contra tu siervo, pues que tú eres como Faraón.
Y yo te he dado á ti una parte sobre tus hermanos, la cual tomé yo de mano del Amorrheo con mi espada y con mi arco.
Y habló el rey de Egipto á las parteras de las Hebreas, una de las cuales se llamaba Siphra, y otra Phúa, y díjoles:
UN varón de la familia de Leví fué, y tomó por mujer una hija de Leví:
Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos, y calafateóla con pez y betún, y colocó en ella al niño, y púsolo en un carrizal á la orilla del río:
Y paróse una hermana suya á lo lejos, para ver lo que le acontecería.
Y la hija de Faraón descendió á lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vió ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya á que la tomase.
Y apareciósele el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza: y él miró, y vió que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.
Y he descendido para librarlos de mano de los Egipcios, y sacarlos de aquella tierra á una tierra buena y ancha, á tierra que fluye leche y miel, á los lugares del Cananeo, del Hetheo, del Amorrheo, del Pherezeo, del Heveo, y del Jebuseo.
Y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto á la tierra del Cananeo, y del Hetheo, y del Amorrheo, y del Pherezeo, y del Heveo, y del Jebuseo, á una tierra que fluye leche y miel.
Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara.
Y él le dijo: Échala en tierra. Y él la echó en tierra, y tornóse una culebra: y Moisés huía de ella.
Y aconteció en el camino, que en una posada le salió al encuentro Jehová, y quiso matarlo.
Los hijos de Simeón: Jemuel, y Jamín, y Ohad, y Jachîn, y Zoar, y Saúl, hijo de una Cananea: estas son las familias de Simeón.
Y Jehová hizo conforme á la palabra de Moisés; y quitó todas aquellas moscas de Faraón, y de sus siervos, y de su pueblo, sin que quedara una.
Y Jehová volvió un viento occidental fortísimo, y quitó la langosta, y arrojóla en el mar Bermejo: ni una langosta quedó en todo el término de Egipto.
Nuestros ganados irán también con nosotros; no quedará ni una uña; porque de ellos hemos de tomar para servir á Jehová nuestro Dios; y no sabemos con qué hemos de servir á Jehová, hasta que lleguemos allá.
Y JEHOVA dijo á Moisés: Una plaga traeré aún sobre Faraón, y sobre Egipto; después de la cual él os dejará ir de aquí; y seguramente os echará de aquí del todo.
Habla ahora al pueblo, y que cada uno demande á su vecino, y cada una á su vecina, vasos de plata y de oro.
El primer día habrá santa convocación, y asimismo en el séptimo día tendréis una santa convocación: ninguna obra se hará en ellos, excepto solamente que aderecéis lo que cada cual hubiere de comer.
Y tomad un manojo de hisopo, y mojadle en la sangre que estará en una jofaina, y untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en la jofaina; y ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa hasta la mañana.
En una casa se comerá, y no llevarás de aquella carne fuera de casa, ni quebraréis hueso suyo.
Y serte ha como una señal sobre tu mano, y como una memoria delante de tus ojos, para que la ley de Jehová esté en tu boca; por cuanto con mano fuerte te sacó Jehová de Egipto.
Serte ha, pues, como una señal sobre tu mano, y por una memoria delante de tus ojos; ya que Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte.
Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube, para guiarlos por el camino; y de noche en una columna de fuego para alumbrarles; á fin de que anduviesen de día y de noche.
Caiga sobre ellos temblor y espanto; A la grandeza de tu brazo enmudezcan como una piedra; Hasta que haya pasado tu pueblo, oh Jehová, Hasta que haya pasado este pueblo que tú rescataste.
Y como el rocío cesó de descender, he aquí sobre la haz del desierto una cosa menuda, redonda, menuda como una helada sobre la tierra.
Y las manos de Moisés estaban pesadas; por lo que tomaron una piedra, y pusiéronla debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sustentaban sus manos, el uno de una parte y el otro de otra; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol.
Y todo el pueblo respondió á una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho haremos. Y Moisés refirió las palabras del pueblo á Jehová.
Y Jehová dijo á Moisés: He aquí, yo vengo á ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que te crean para siempre. Y Moisés denunció las palabras del pueblo á Jehová.
Asimismo el que robare una persona, y la vendiere, ó se hallare en sus manos, morirá.
Si el ladrón fuere hallado forzando una casa, y fuere herido y muriere, el que le hirió no será culpado de su muerte.
Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras de Jehová, y todos los derechos: y todo el pueblo respondió á una voz, y dijeron: Ejecutaremos todas las palabras que Jehová ha dicho.
Entonces Moisés subió al monte, y una nube cubrió el monte.
Y la cubrirás de oro puro; por dentro y por fuera la cubrirás; y harás sobre ella una cornisa de oro alrededor.
Y harás una cubierta de oro fino, cuya longitud será de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio.
Y los querubines extenderán por encima las alas, cubriendo con sus alas la cubierta: sus caras la una enfrente de la otra, mirando á la cubierta las caras de los querubines.
Harás asimismo una mesa de madera de Sittim: su longitud será de dos codos, y de uu codo su anchura, y su altura de codo y medio.
Y la cubrirás de oro puro, y le has de hacer una cornisa de oro alrededor.
Hacerle has también una moldura alrededor, del ancho de una mano, á la cual moldura harás una cornisa de oro en circunferencia.
Tres copas en forma de almendras en el un brazo, una manzana y una flor; y tres copas, figura de almendras en el otro brazo, una manzana y una flor: así pues, en los seis brazos que salen del candelero:
Habrá una manzana debajo de los dos brazos de lo mismo, otra manzana debajo de los otros dos brazos de lo mismo, y otra manzana debajo de los otros dos brazos de lo mismo, en conformidad á los seis brazos que salen del candelero.
Sus manzanas y sus brazos serán de lo mismo, todo ello una pieza labrada á martillo, de oro puro.
La longitud de la una cortina de veintiocho codos, y la anchura de la misma cortina de cuatro codos: todas las cortinas tendrán una medida.
Cinco cortinas estarán juntas la una con la otra, y cinco cortinas unidas la una con la otra.
Y harás lazadas de cárdeno en la orilla de la una cortina, en el borde, en la juntura: y así harás en la orilla de la postrera cortina en la juntura segunda.
Cincuenta lazadas harás en la una cortina, y cincuenta lazadas harás en el borde de la cortina que está en la segunda juntura: las lazadas estarán contrapuestas la una á la otra.
Harás también cincuenta corchetes de oro, con los cuales juntarás las cortinas la una con la otra, y se formará un tabernáculo.
Harás asimismo cortinas de pelo de cabras para una cubierta sobre el tabernáculo; once cortinas harás.
La longitud de la una cortina será de treinta codos, y la anchura de la misma cortina de cuatro codos: una medida tendrán las once cortinas.
Y harás cincuenta lazadas en la orilla de la una cortina, al borde en la juntura, y cincuenta lazadas en la orilla de la segunda cortina en la otra juntura.
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