'Yo' en la Biblia
Juan dio testimonio de Él, y clamó diciendo: Éste es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.
Y confesó, y no negó; sino confesó: Yo no soy el Cristo.
Él dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.
Juan les respondió, diciendo: Yo bautizo en agua, mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis.
Él es el que viniendo después de mí, es antes de mí; del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado.
Éste es Aquél de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo.
Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por eso vine yo bautizando en agua.
y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar en agua, Éste me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu, y que permanece sobre Él, Éste es el que bautiza con el Espíritu Santo.
Y yo le vi, y he dado testimonio de que Éste es el Hijo de Dios.
Jesús le dijo: ¿Qué tengo yo contigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.
Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de Él.
pero el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que yo no tenga sed, ni venga acá a sacarla.
Pero Él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis.
Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores.
Señor, le respondió el enfermo, no tengo hombre que me meta en el estanque cuando el agua es agitada; pues entre tanto que yo vengo, otro desciende antes que yo.
Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.
No puedo yo hacer nada de mí mismo; como oigo, juzgo; y mi juicio es justo; porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del Padre que me envió.
Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero.
Pero yo no recibo el testimonio de hombre; pero digo esto para que vosotros seáis salvos.
Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado.
Pero yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros.
Yo he venido en el nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis.
No penséis que yo os acusaré delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien vosotros confiáis.
Y Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, yo no le echo fuera.
Y ésta es la voluntad del Padre que me envió: Que de todo lo que me ha dado, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.
Y ésta es la voluntad del que me envió: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en Él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
Y murmuraban de Él los judíos, porque dijo: Yo soy el pan que descendió del cielo.
Y decían: ¿No es Éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice Éste: Yo he descendido del cielo?
Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.
Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.
Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, así el que me come, él también vivirá por mí.
El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros doce, y uno de vosotros es diablo?
No puede el mundo aborreceros a vosotros, mas a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas.
Subid vosotros a esta fiesta; yo no subo todavía a esta fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido.
Si alguno quiere hacer su voluntad, conocerá de la doctrina, si es de Dios, o si yo hablo de mí mismo.
Pero yo le conozco, porque de Él procedo, y Él me envió.
Me buscaréis, y no me hallaréis; y donde yo estaré, vosotros no podréis venir.
¿Qué palabra es ésta que dijo: Me buscaréis, y no me hallaréis; y a donde yo estaré, vosotros no podréis venir?
Y ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
Y otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, mas tendrá la luz de la vida.
Jesús respondió y les dijo: Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni a dónde voy.
Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie.
Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el Padre que me envió.
Yo soy el que doy testimonio de mí mismo; y el Padre que me envió da testimonio de mí.
Entonces Jesús les dijo otra vez: Yo me voy, y me buscaréis, y en vuestro pecado moriréis; a donde yo voy, vosotros no podéis venir.
Decían entonces los judíos: ¿Se ha de matar a sí mismo, pues dice: A donde yo voy, vosotros no podéis venir?
Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.
Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.
Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros; pero el que me envió, es verdadero; y yo, lo que he oído de Él, esto hablo al mundo.
Entonces Jesús les dijo: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces entenderéis que yo soy, y que nada hago de mí mismo; sino que como mi Padre me enseñó, así hablo estas cosas.
Y el que me envió, está conmigo; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.
Yo hablo lo que he visto cerca de mi Padre; y vosotros hacéis lo que habéis visto cerca de vuestro padre.
Jesús entonces les dijo: Si Dios fuese vuestro Padre, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que Él me envió.
Respondió Jesús: Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis.
Y yo no busco mi gloria, hay quien la busca, y juzga.
Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica; el que vosotros decís que es vuestro Dios.
Y vosotros no le conocéis; pero yo le conozco; y si dijere que no le conozco, sería mentiroso como vosotros, pero yo le conozco, y guardo su palabra.
Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.
Entre tanto que estoy en el mundo, yo soy la luz del mundo.
Unos decían: Éste es; y otros: A él se parece. Él decía: Yo soy.
Mas él respondió y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.
Y dijo Jesús: Para juicio yo he venido a este mundo, para que los que no ven, vean; y los que ven, sean cegados.
Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.
Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen.
Como el Padre me conoce, así también yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.
Nadie me la quita, sino que yo la pongo de mí mismo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.
Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen;
y yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois?
¿a quien el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Yo soy el Hijo de Dios?
Pero si las hago, aunque a mí no me creáis, creed a las obras; para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en Él.
Estas cosas dijo Él; y después de esto les dijo: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas yo voy a despertarle del sueño.
y me alegro por vosotros, que yo no haya estado allí, para que creáis; mas vamos a él.
Le dijo Marta: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.
Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Ella le dijo: Sí, Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios que había de venir al mundo.
Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la gente que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.
Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.
Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.
Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; para que no vean con los ojos, ni entiendan con el corazón, y se conviertan, y yo los sane.
Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.
Y si alguno oye mis palabras, y no cree, yo no le juzgo; porque no vine para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo.
Porque yo no he hablado de mí mismo; sino que el Padre que me envió, Él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar.
Y sé que su mandamiento es vida eterna; así que, lo que yo hablo, como el Padre me lo ha dicho, así hablo.
Resutados de la Búsqueda continuados...
Resultados de Búsqueda por Versiones
Resultados de Búsqueda por Libro
Artículos Relacionados
- Christlikeness
- Comunicación
- Conocimiento de Jesucristo
- Cristo con la gente en la tierra
- Cristo dice la verdad
- Cristo juzgando a
- Cumplir con Dios
- Dando a Dios el Hijo
- Dios enviando otros
- El amor de Dios
- El discipulado, beneficios de
- El discipulado, naturaleza de
- El padre y el Hijo en el otro
- El yo soy de Cristo
- Este es mí
- Jesucristo, la relación con el Padre
- Jesús como alimento
- La existencia de Cristo
- La misión de Jesucristo
- La mundanalidad
- La relación de Cristo con Dios
- La vida en Cristo
- La vida eterna, la naturaleza de
- La voy a la de Cristo
- La ética, la base de
- Los comandos, en NT
- Metáforas
- No saber acerca de Cristo
- No solo
- Nombres y Títulos Para Cristo
- Objetivos
- Padre e hijo por igual
- Profecías dice Jesús
- Reclamaciones
- Testigos de Jesucristo
- Unidad con el Padre
- Amarse unos a otros
- Conocer el reino de Dios
- Decir la verdad
- El amor de Dios por nosotros
- El amor de un padre
- El amor entre un padre y un hijo
- El cumplimiento de las órdenes de Cristo
- El ego
- El mundo
- El mundo sin Dios
- El padre
- El pan
- El que envió a Cristo
- La actividad del padre en relación a Dios
- La perspectiva
- La relación entre padre e hijo
- La revelación de las cosas de Dios
- La vida en Cristo
- La vida eterna
- Las afirmaciones de Jesús sobre el espíritu
- No poder hacer otras cosas
- Nuestra resurrección
- Ser amado
- Uno mismo