'Él' en la Biblia
- 1.Gé 1:11-Gé 24:62
- 2.Gé 25:6-Gé 37:27
- 3.Gé 37:33-Gé 50:18
- 4.Gé 50:22-Éx 25:36
- 5.Éx 28:1-Levítico 8:2
- 6.Levítico 8:7-Números 2:27
- 7.Números 3:3-Números 32:15
- 8.Números 32:16-Deuteronomio 24:7
- 9.Deuteronomio 24:12-Josué 24:5
- 10.Josué 24:7-Jueces 14:4
- 11.Jueces 14:5-1 Samuel 10:10
- 12.1 Samuel 10:14-1 Samuel 22:10
- 13.1 Samuel 22:12-2 Samuel 10:13
- 14.2 Samuel 10:17-2 Samuel 20:17
- 15.2 Samuel 20:22-1 Reyes 12:8
- 16.1 Reyes 12:10-1 Reyes 22:17
- 17.1 Reyes 22:18-2 Reyes 8:1
- 18.2 Reyes 8:5-2 Reyes 24:3
- 19.2 Reyes 24:12-2 Crónicas 9:4
- 20.2 Crónicas 10:2-2 Crónicas 32:25
- 21.2 Crónicas 32:26-Ester 2:20
- 22.Ester 2:22-Job 15:33
- 23.Job 17:6-Job 36:20
- 24.Job 36:22-Salmos 37:13
- 25.Salmos 37:22-Salmos 98:7
- 26.Salmos 98:9-Proverbios 7:13
- 27.Proverbios 8:30-Isaías 6:2
- 28.Isaías 6:7-Isaías 46:7
- 29.Isaías 48:14-Jeremías 36:32
- 30.Jeremías 37:2-Ezequiel 17:23
- 31.Ezequiel 18:11-Daniel 4:21
- 32.Daniel 4:23-Jonás 1:6
- 33.Jonás 1:9-Mateo 5:45
- 34.Mateo 6:4-Mateo 24:2
- 35.Mateo 24:3-Marcos 6:26
- 36.Marcos 6:27-Marcos 15:41
- 37.Marcos 16:6-Lucas 8:49
- 38.Lucas 8:52-Lucas 18:7
- 39.Lucas 18:15-Juan 2:21
- 40.Juan 2:24-Juan 12:2
- 41.Juan 12:6-Hechos 8:27
- 42.Hechos 8:30-Hechos 23:20
- 43.Hechos 23:30-2 Corintios 7:7
- 44.2 Corintios 7:14-Hebreos 13:15
- 45.Hebreos 13:21-Apocalipsis 12:9
- 46.Apocalipsis 12:13-Apocalipsis 22:18
Y Sansón descendió con su padre y con su madre a Timnat; y cuando llegaron a las viñas de Timnat, he aquí un cachorro de león que venía bramando hacia él.
Y el Espíritu del SEÑOR cayó sobre él, y lo despedazó como quien despedaza un cabrito, sin tener nada en su mano; y no dio a entender a su padre ni a su madre lo que había hecho.
Y cuando ellos le vieron, tomaron treinta compañeros que estuvieran con él;
Y él les dijo: Del que come salió comida, y del fuerte salió dulzura. Y no pudieron declararle el enigma en tres días.
Y lloró la mujer de Sansón delante de él, y dijo: Solamente me aborreces y no me amas, pues que no me declaras el enigma que propusiste a los hijos de mi pueblo. Y él respondió: He aquí que ni a mi padre ni a mi madre lo he declarado; y ¿te lo había de declarar a ti?
Y ella lloró delante de él los siete días que ellos tuvieron banquete; mas al séptimo día él se lo declaró, porque le constriñó a ello; y ella declaró el enigma a los hijos de su pueblo.
Y al séptimo día, antes que el sol se pusiera, los de la ciudad le dijeron: ¿Qué cosa hay más dulce que la miel? ¿Y qué cosa hay más fuerte que el león? Y él les respondió: Si no araseis con mi novilla, nunca hubierais descubierto mi enigma.
Y el Espíritu del SEÑOR cayó sobre él, y descendió a Ascalón, e hirió a treinta hombres de ellos; y tomando sus despojos, dio las mudas de vestidos a los que habían explicado el enigma; y encendido en enojo se fue a casa de su padre.
Y la mujer de Sansón fue dada a su compañero, con el cual él antes se acompañaba.
Y los varones de Judá les dijeron: ¿Por qué habéis subido contra nosotros? Y ellos respondieron: A prender a Sansón hemos subido, para hacerle como él nos ha hecho.
Y vinieron tres mil hombres de Judá a la cueva de la peña de Etam, y dijeron a Sansón: ¿No sabes tú que los filisteos dominan sobre nosotros? ¿Por qué nos has hecho esto? Y él les respondió: Yo les he hecho como ellos me hicieron.
Y así que vino hasta Lehi, los Filisteos le salieron á recibir con algazara: y el espíritu de Jehová cayó sobre él, y las cuerdas que estaban en sus brazos se tornaron como lino quemado con fuego, y las ataduras se cayeron de sus manos.
Y los espías estaban escondidos en casa de ella en una cámara. Entonces ella le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y él rompió los mimbres, como se rompe una cuerda de estopa cuando siente el fuego; y no se supo el secreto de su fuerza.
Y él le dijo: Si me ataren fuertemente con cuerdas nuevas, con las cuales ninguna cosa se haya hecho, yo me debilitaré, y seré como cualquiera de los demás hombres.
Y Dalila tomó cuerdas nuevas, y le ató con ellas, y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y los espías estaban en una cámara. Mas él rompió las cuerdas de sus brazos como un hilo.
Entonces Dalila dijo a Sansón: Hasta ahora me has engañado y me has dicho mentiras; declárame, ¿cómo se te puede atar? Y él le dijo: Si tejes siete trenzas de mi cabellera con la tela y la aseguras con una clavija, entonces me debilitaré y seré como cualquier {otro} hombre.
Y ella las aseguró con la estaca, y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Mas despertando él de su sueño, arrancó la estaca del telar con la tela.
Y viendo Dalila que él le había descubierto todo su corazón, envió a llamar a los cardinales de los filisteos, diciendo: Venid esta vez, porque él me ha descubierto todo su corazón. Y los príncipes de los filisteos vinieron a ella, trayendo en su mano el dinero.
Y ella hizo que él se durmiera sobre sus rodillas; y llamado un hombre, le rapó las siete guedejas de su cabeza, y comenzó a afligirlo, y su fuerza se apartó de él.
Y ella le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y él, cuando se despertó de su sueño, dijo entre sí: Esta vez saldré como las otras, y me escaparé; no sabiendo que el SEÑOR ya se había apartado de él.
Mas los filisteos echaron mano de él, y le sacaron los ojos, y le llevaron a Gaza; y le ataron con cadenas de hierro, para que moliera en la cárcel.
Y sucedió que cuando estaban alegres, dijeron: Llamad a Sansón para que nos divierta. Llamaron, pues, a Sansón de la cárcel, y él los divertía. Y lo pusieron de pie entre las columnas.
Y dijo Sansón: ¡Muera yo con los filisteos! Y se inclinó con todas sus fuerzas y el edificio se derrumbó sobre los príncipes y sobre todo el pueblo que {estaba} en él. Así que los que mató al morir fueron más que los que había matado durante su vida.
Y descendieron sus hermanos y toda la casa de su padre, y le tomaron, le llevaron, y le sepultaron entre Zora y Estaol, en el sepulcro de su padre Manoa. Y él juzgó a Israel veinte años.
Y él dijo a su madre: Las mil cien {piezas} de plata que te quitaron, acerca de las cuales proferiste una maldición a mis oídos, he aquí, la plata está en mi poder; yo la tomé. Y su madre dijo: Bendito sea mi hijo por el SEÑOR.
Y luego que él devolvió a su madre los mil cien siclos de plata, su madre dijo: Yo he dedicado este dinero al SEÑOR de mi mano para ti, hijo mío, para que hagas una imagen de talla y una de fundición; ahora, pues, yo te lo devuelvo.
Mas él devolvió a su madre el dinero, tomó su madre doscientos siclos de plata, y los dio al fundidor; y él le hizo de ellos una imagen de talla y una de fundición, la cual fue puesta en casa de Micaía.
Y Micaía le dijo: ¿De dónde vienes? Y él le respondió: Soy levita de Belén de Judá, y voy a vivir donde hallare lugar.
Acordó, pues, el levita en morar con aquel hombre, y él lo tenía como a uno de sus hijos.
Y él les respondió: De esta y de esta manera ha hecho conmigo Micaía, y me ha tomado para que sea su sacerdote.
Y él respondió: Mis dioses que yo hice, que lleváis juntamente con el sacerdote, y os vais; ¿qué más me queda? ¿Y a qué propósito me decís: Qué tienes?
Y yéndose los hijos de Dan su camino, y viendo Micaía que eran más fuertes que él, volvió y regresó a su casa.
Y los hijos de Dan se levantaron imagen de talla; y Jonatán, hijo de Gersón, hijo de Manasés, él y sus hijos fueron sacerdotes a la tribu de Dan, hasta el día de la transmigración de la tierra.
Y levantaron la imagen de talla de Micaía, la cual él había hecho, todo el tiempo que la casa de Dios estuvo en Silo.
Y su concubina adulteró contra él, y se fue de él a casa de su padre, a Belén de Judá, y estuvo allá por tiempo de cuatro meses.
Y su suegro, el padre de la joven, lo retuvo, y se quedó con él tres días. Y comieron, bebieron y se alojaron allí.
Y al cuarto día se levantaron muy de mañana y él se preparó para irse; y el padre de la joven dijo a su yerno: Aliméntate con un bocado de pan y después os podéis ir.
Se levantó luego el varón para irse, él, y su concubina, y su criado. Entonces su suegro, el padre de la joven, le dijo: He aquí el día declina para anochecer, te ruego que os estéis aquí la noche; he aquí que el día se acaba, ten aquí la noche, para que se alegre tu corazón; y mañana os levantaréis temprano a vuestro camino, y llegarás a tus tiendas.
Pero el hombre no quiso pasar la noche, así que se levantó y partió, y fue hasta {un lugar} frente a Jebús, es decir, Jerusalén. Y estaban con él un par de asnos aparejados; también con él estaba su concubina.
Y él respondió: Pasamos de Belén de Judá a los lados del monte de Efraín, de donde yo soy; y partí hasta Belén de Judá; y voy a la Casa del SEÑOR, y no hay quien me reciba en casa,
Mientras ellos se alegraban, he aquí, los hombres de la ciudad, hombres perversos, rodearon la casa; {y} golpeando la puerta, hablaron al dueño de la casa, al anciano, diciendo: Saca al hombre que entró en tu casa para que tengamos relaciones con él.
He aquí mi hija virgen, y la concubina de él; yo os las sacaré ahora; humilladlas, y haced con ellas como os pareciere, mas con este hombre no cometáis esta locura tan infame.
Y él le dijo: Levántate, y vámonos. Mas ella no respondió. Entonces la levantó el varón, y echándola sobre su asno, se levantó y se fue a su lugar.
(Y los hijos de Israel subieron, y lloraron delante del SEÑOR hasta la tarde, y consultaron con el SEÑOR, diciendo: ¿Volveré a pelear con los hijos de Benjamín mi hermano? Y el SEÑOR les respondió: Subid contra él.)
Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá, fue a peregrinar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos.
Y Booz le dijo a la hora de comer: Ven aquí, y come del pan, y moja tu bocado en el vinagre. Y se sentó ella junto a los segadores, y él le dio del potaje, y comió hasta que se sació y le sobró.
Y dijo Noemí a su nuera: Sea él bendito del SEÑOR, que aun no ha dejado su misericordia ni para con los vivos ni para con los muertos. Y le volvió a decir Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y es uno de los que tiene el derecho de redimirnos.
Entonces Rut la moabita dijo: Además, él me dijo: ``Debes estar cerca de mis siervos hasta que hayan terminado toda mi cosecha."
¿No es Booz nuestro pariente, con cuyas criadas tú has estado? He aquí que él avienta la cebada esta noche en la era.
Te lavarás pues, y te ungirás, y vistiéndote tus vestidos, irás a la era; mas no te darás a conocer al varón hasta que él haya acabado de comer y de beber.
Y cuando él se acostare, repara tú el lugar donde él se acostare, e irás, y descubrirás los pies, y te acostarás allí; y él te dirá lo que hayas de hacer.
Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Rut tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, porque redentor eres.
Y él dijo: Bendita seas tú del SEÑOR, hija mía; que has demostrado más misericordia al final que en el comienzo, no yendo tras los jóvenes, sean pobres o ricos.
Reposa esta noche, y cuando sea de día, si aquel te redimiere, bien, redímate; mas si él no te quisiere redimir, yo te redimiré, vive el SEÑOR. Reposa, pues, hasta la mañana.
Y reposó a sus pies hasta la mañana, y se levantó antes que nadie pudiera conocer a otro. Y él dijo: Que no se sepa que la mujer haya venido a la era.
Y le dijo a ella: Llega el velo que traes sobre ti, y ten de él. Y teniéndolo ella, él midió seis medidas de cebada, y se las puso a cuestas; y ella se fue a la ciudad.
Y Booz subió a la puerta y se sentó allí: y he aquí pasaba aquel redentor del cual Booz había hablado, y le dijo: Eh, fulano, ven acá y siéntate. Y él vino, y se sentó.
Entonces él tomó diez varones de los ancianos de la ciudad, y dijo: Sentaos aquí. Y ellos se sentaron.
Y pensé informarte, diciéndo{te:} ``Cómpra{la} en presencia de los que están {aquí} sentados, y en presencia de los ancianos de mi pueblo. Si {la} vas a redimir, redíme{la}; y si no, díme{lo} para que yo {lo} sepa; porque no hay otro aparte de ti que {la} redima, y yo después de ti." Y él dijo: {La} redimiré.
Sea él también para ti restaurador de {tu} vida y sustentador de tu vejez; porque tu nuera, que te ama y es de más valor para ti que siete hijos, le ha dado a luz.
Y tenía él dos mujeres; el nombre de una era Ana, y el nombre de la otra, Penina. Y Penina tenía hijos, mas Ana no los tenía.
pero a Ana le daba una doble porción, pues él amaba a Ana, aunque el SEÑOR no le había dado hijos.
Por lo cual yo también lo he dedicado a Jehová; todos los días que él viviere, será de Jehová. Y adoró allí a Jehová.
No multipliquéis hablando grandezas, y altanerías; cesen las palabras arrogantes de vuestra boca, porque el Dios de todo saber es el SEÑOR, y las obras magníficas a él le son propias.
El SEÑOR mata, y él da vida; él hace descender al Seol, y hace subir.
El SEÑOR empobrece, y él enriquece; abate, y ensalza.
El levanta del polvo al pobre, y al menesteroso ensalza del estiércol, para asentarlo con los príncipes; y hace que tengan por heredad trono de gloria. Porque del SEÑOR son las columnas de la tierra, y él asentó sobre ellas el mundo.
Él guarda los pies de sus santos, mas los impíos perecen en tinieblas; porque nadie prevalecerá por su propia fuerza.
y hería con él en la caldera, en la olla, en el caldero, o en el pote; y todo lo que sacaba el garfio, el sacerdote lo tomaba para sí. De esta manera hacían a todo israelita que venía a Silo.
Y si le respondía el varón: Quemen luego el sebo hoy, y después tome tanta como quisieras; él respondía: No, sino ahora la has de dar; de otra manera yo la tomaré por la fuerza.
Si el hombre pecare en contra del hombre, los jueces le juzgarán; mas si alguno pecare en contra del SEÑOR, ¿quién rogará por él? Mas ellos no oyeron la voz de su padre, porque el SEÑOR ya había decidido matarlos.
Y yo me despertaré un sacerdote fiel, que haga conforme a mi corazón y a mi alma; y yo le edificaré casa firme, y él andará delante de mi Ungido \'
``Y acontecerá que todo aquel que haya quedado de tu casa vendrá y se postrará ante él por una moneda de plata o una torta de pan, y dirá: `Asígname a uno de los oficios sacerdotales para {que pueda} comer un bocado de pan.'"
y el SEÑOR llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí.
Y corriendo luego a Elí, dijo: Heme aquí; ¿para qué me llamaste? Y Elí le dijo: Yo no he llamado; vuélvete a acostar. Y él se volvió, y se acostó.
Y el SEÑOR volvió a llamar otra vez a Samuel. Y levantándose Samuel vino a Elí, y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Y él dijo: Hijo mío, yo no he llamado; vuelve, y acuéstate.
El SEÑOR, pues, llamó la tercera vez a Samuel. Y él levantándose vino a Elí, y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Entonces Elí entendió que el SEÑOR llamaba al joven.
Y dijo Elí a Samuel: Ve, y acuéstate: y si Él te llama, dirás: Habla, Jehová, que tu siervo oye. Así se fue Samuel, y se acostó en su lugar.
Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos se han envilecido, y él no los ha refrenado.
Llamando, pues, Elí a Samuel, le dijo: Hijo mío, Samuel. Y él respondió: Heme aquí.
Y Samuel se lo manifestó todo, sin encubrirle nada. Entonces él dijo: El SEÑOR es; haga lo que bien le pareciere.
Y Samuel creció, y el SEÑOR era con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras.
Dijo, pues, aquel varón a Elí: Yo vengo de la batalla, he huido hoy de la batalla. Y él le dijo: ¿Qué ha acontecido, hijo mío?
Y aconteció que cuando él hizo mención del arca de Dios, Elí cayó hacia atrás de la silla junto al lugar de la puerta, y se le quebró la cerviz, y murió; porque era hombre viejo y pesado. Y había juzgado a Israel cuarenta años.
Y mirad; si sube por el camino de su término a Bet-semes, él nos ha hecho este mal tan grande; y si no, seremos ciertos que su mano no nos hirió, nos ha sido accidente.
Y habló Samuel a toda la casa de Israel, diciendo: Si de todo vuestro corazón os volvéis al SEÑOR, quitad los dioses ajenos y a Astarot de entre vosotros, y preparad vuestro corazón al SEÑOR, y servidle sólo a él, y él os librará de mano de los filisteos.
Pero sus hijos no anduvieron por los caminos de él, sino que se desviaron tras ganancias deshonestas, aceptaron sobornos y pervirtieron el derecho.
Y tenía él un hijo que se llamaba Saúl, joven y hermoso. Entre los hijos de Israel no había otro más agradable que él; de hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo.
Y él pasó al monte de Efraín, y de allí pasó a la tierra de Salisa, y no las hallaron. Pasaron luego por la tierra de Saalim, y tampoco. Después pasaron por la tierra de Jemini (o de Benjamín), y no las encontraron.
Cuando llegaron a la tierra de Zuf, Saúl dijo al criado que estaba con él: Ven, regresemos, no sea que mi padre deje {de preocuparse} por las asnas y se angustie por nosotros.
Y él le respondió: He aquí ahora que en esta ciudad esta el varón de Dios, que es varón insigne; todas las cosas que él dijere, sin duda vendrán. Vamos, ahora, allá; por ventura nos enseñará nuestro camino por donde hayamos de ir.
Y el criado volvió a responder a Saúl, y dijo: He aquí, tengo en mi mano la cuarta parte de un siclo de plata; se {lo} daré al hombre de Dios, y él nos indicará nuestro camino.
Y ellas les respondieron: ``Sí, él {va} delante de ustedes. Apresúrense ahora, pues ha venido a la ciudad porque el pueblo tiene hoy un sacrificio en el lugar alto.
Y cuando entrareis en la ciudad, le encontraréis luego, antes que suba al lugar alto a comer; pues el pueblo no comerá hasta que él haya venido, por cuanto él ha de bendecir el sacrificio, y después comerán los convidados. Subid, pues, ahora, porque ahora le hallaréis.
Mañana como a esta hora te enviaré un hombre de la tierra de Benjamín, lo ungirás para que sea príncipe sobre mi pueblo Israel, y él librará a mi pueblo de la mano de los filisteos. Porque yo he visto la aflicción de mi pueblo, pues su clamor ha llegado hasta mí.
Entonces el cocinero alzó el pernil con lo que estaba en él y {lo} colocó delante de Saúl. Y {Samuel} dijo: He aquí lo que estaba reservado. Pon{lo} delante de ti {y} come, porque ha sido guardado para ti hasta el momento señalado, ya que dije: He invitado al pueblo. Y Saúl comió con Samuel aquel día.
Y cuando descendieron de lo alto a la ciudad, él habló con Saúl en el terrado.
Y al otro día madrugaron, al despuntar del alba, y Samuel llamó a Saúl, que estaba en el terrado; y dijo: Levántate, para que te despache. Se levantó luego Saúl, y salieron fuera ambos, él y Samuel.
Y aconteció que cuando él volteó su hombro para partirse de Samuel, le mudó Dios su corazón; y todas estas señales acaecieron en aquel día.
Y cuando llegaron allá al collado, he aquí la compañía de los profetas que venía a encontrarse con él, y el Espíritu de Dios lo prosperó, y profetizó entre ellos.
Resutados de la Búsqueda continuados...
- 1.Gé 1:11-Gé 24:62
- 2.Gé 25:6-Gé 37:27
- 3.Gé 37:33-Gé 50:18
- 4.Gé 50:22-Éx 25:36
- 5.Éx 28:1-Levítico 8:2
- 6.Levítico 8:7-Números 2:27
- 7.Números 3:3-Números 32:15
- 8.Números 32:16-Deuteronomio 24:7
- 9.Deuteronomio 24:12-Josué 24:5
- 10.Josué 24:7-Jueces 14:4
- 11.Jueces 14:5-1 Samuel 10:10
- 12.1 Samuel 10:14-1 Samuel 22:10
- 13.1 Samuel 22:12-2 Samuel 10:13
- 14.2 Samuel 10:17-2 Samuel 20:17
- 15.2 Samuel 20:22-1 Reyes 12:8
- 16.1 Reyes 12:10-1 Reyes 22:17
- 17.1 Reyes 22:18-2 Reyes 8:1
- 18.2 Reyes 8:5-2 Reyes 24:3
- 19.2 Reyes 24:12-2 Crónicas 9:4
- 20.2 Crónicas 10:2-2 Crónicas 32:25
- 21.2 Crónicas 32:26-Ester 2:20
- 22.Ester 2:22-Job 15:33
- 23.Job 17:6-Job 36:20
- 24.Job 36:22-Salmos 37:13
- 25.Salmos 37:22-Salmos 98:7
- 26.Salmos 98:9-Proverbios 7:13
- 27.Proverbios 8:30-Isaías 6:2
- 28.Isaías 6:7-Isaías 46:7
- 29.Isaías 48:14-Jeremías 36:32
- 30.Jeremías 37:2-Ezequiel 17:23
- 31.Ezequiel 18:11-Daniel 4:21
- 32.Daniel 4:23-Jonás 1:6
- 33.Jonás 1:9-Mateo 5:45
- 34.Mateo 6:4-Mateo 24:2
- 35.Mateo 24:3-Marcos 6:26
- 36.Marcos 6:27-Marcos 15:41
- 37.Marcos 16:6-Lucas 8:49
- 38.Lucas 8:52-Lucas 18:7
- 39.Lucas 18:15-Juan 2:21
- 40.Juan 2:24-Juan 12:2
- 41.Juan 12:6-Hechos 8:27
- 42.Hechos 8:30-Hechos 23:20
- 43.Hechos 23:30-2 Corintios 7:7
- 44.2 Corintios 7:14-Hebreos 13:15
- 45.Hebreos 13:21-Apocalipsis 12:9
- 46.Apocalipsis 12:13-Apocalipsis 22:18
Resultados de Búsqueda por Versiones
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (301)
- Éxodo (170)
- Levítico (123)
- Números (114)
- Deuteronomio (134)
- Josué (64)
- Jueces (138)
- Rut (16)
- 1 Samuel (187)
- 2 Samuel (181)
- 1 Reyes (179)
- 2 Reyes (201)
- 1 Crónicas (64)
- 2 Crónicas (150)
- Esdras (27)
- Nehemías (39)
- Ester (37)
- Job (213)
- Salmos (248)
- Proverbios (65)
- Eclesiastés (25)
- Cantares (11)
- Isaías (146)
- Jeremías (121)
- Lamentaciones (7)
- Ezequiel (116)
- Daniel (84)
- Oseas (22)
- Joel (6)
- Amós (7)
- Abdías (2)
- Jonás (9)
- Miqueas (12)
- Nahúm (8)
- Habacuc (10)
- Sofonías (4)
- Hageo (2)
- Zacarías (25)
- Malaquías (13)
- Mateo (154)
- Marcos (168)
- Lucas (277)
- Juan (181)
- Hechos (168)
- Romanos (32)
- 1 Corintios (33)
- 2 Corintios (14)
- Gálatas (5)
- Efesios (18)
- Filipenses (6)
- Colosenses (18)
- 1 Tesalonicenses (2)
- 2 Tesalonicenses (4)
- 1 Timoteo (3)
- 2 Timoteo (8)
- Hebreos (29)
- Santiago (9)
- 1 Pedro (13)
- 2 Pedro (4)
- 1 Juan (43)
- 2 Juan (1)
- 3 Juan (1)
- Judas (2)
- Apocalipsis (53)