'Señor' en la Biblia
- 1.Gé 15:2-Jueces 19:26
- 2.Jueces 19:27-1 Reyes 22:17
- 3.2 Reyes 2:3-Salmos 130:2
- 4.Salmos 130:3-Lamentaciones 3:36
- 5.Lamentaciones 3:37-Ezequiel 24:9
- 6.Ezequiel 24:14-Ezequiel 40:46
- 7.Ezequiel 43:18-Mateo 12:8
- 8.Mateo 13:27-Lucas 4:19
- 9.Lucas 5:8-Juan 15:20
- 10.Juan 20:2-Hechos 19:20
- 11.Hechos 20:19-1 Corintios 11:29
- 12.1 Corintios 11:32-Colosenses 4:17
- 13.1 Tesalonicenses 1:1-Santiago 5:11
- 14.Santiago 5:14-Apocalipsis 22:21
Sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y tentaciones que me han venido por las asechanzas de los Judíos:
Testificando á los Judíos y á los Gentiles arrepentimiento para con Dios, y la fe en nuestro Señor Jesucristo.
Mas de ninguna cosa hago caso, ni estimo mi vida preciosa para mí mismo; solamente que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
Por tanto mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual ganó por su sangre.
En todo os he enseñado que, trabajando así, es necesario sobrellevar á los enfermos, y tener presente las palabras del Señor Jesús, el cual dijo: Más bienaventurada cosa es dar que recibir.
Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y afligiéndome el corazón? porque yo no sólo estoy presto á ser atado, mas aun á morir en Jerusalem por el nombre del Señor Jesús.
Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor.
Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, á quién tú persigues.
Y dije: ¿Qué haré, Señor? Y el Señor me dijo: Levántate, y ve á Damasco, y allí te será dicho todo lo que te está señalado hacer.
Y yo dije: Señor, ellos saben que yo encerraba en cárcel, y hería por las sinagogas á los que creían en ti;
Y la noche siguiente, presentándosele el Señor, le dijo: Confía, Pablo; que como has testificado de mí en Jerusalem, así es menester testifiques también en Roma.
Del cual no tengo cosa cierta que escriba al señor; por lo que le he sacado á vosotros, y mayormente á tí, oh rey Agripa, para que hecha información, tenga yo qué escribir.
Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, á quien tú persigues.
Predicando el reino de Dios y enseñando lo que es del Señor Jesucristo con toda libertad, sin impedimento.
El cual fué declarado Hijo de Dios con potencia, según el espíritu de santidad, por la resurrección de los muertos), de Jesucristo Señor nuestro,
A todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados santos: Gracia y paz tengáis de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
En el día que juzgará el Señor lo encubierto de los hombres, conforme á mi evangelio, por Jesucristo.
Bienaventurado el varón al cual el Señor no imputó pecado.
Sino también por nosotros, á quienes será imputado, esto es, á los que creemos en el que levantó de los muertos á Jesús Señor nuestro,
JUSTIFICADOS pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo:
Y no sólo esto, mas aun nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por el cual hemos ahora recibido la reconciliación.
Para que, de la manera que el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna por Jesucristo Señor nuestro.
Así también vosotros, pensad que de cierto estáis muertos al pecado, mas vivos á Dios en Cristo Jesús Señor nuestro.
Porque la paga del pecado es muerte: mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Gracias doy á Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo á la ley de Dios, mas con la carne á la ley del pecado.
Ni lo alto, ni lo bajo, ni ninguna criatura nos podrá apartar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Porque palabra consumadora y abreviadora en justicia, porque palabra abreviada, hará el Señor sobre la tierra.
Y como antes dijo Isaías: Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado simiente, Como Sodoma habríamos venido á ser, y á Gomorra fuéramos semejantes.
Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
Porque no hay diferencia de Judío y de Griego: porque el mismo que es Señor de todos, rico es para con todos los que le invocan:
Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
Mas no todos obedecen al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído á nuestro anuncio?
Señor, á tus profetas han muerto, y tus altares han derruído; y yo he quedado solo, y procuran matarme.
Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿ó quién fué su consejero?
En el cuidado no perezosos; ardientes en espíritu; sirviendo al Señor;
No os venguéis vosotros mismos, amados míos; antes dad lugar á la ira; porque escrito está: Mía es la venganza: yo pagaré, dice el Señor.
Mas vestíos del Señor Jesucristo, y no hagáis caso de la carne en sus deseos.
¿Tú quién eres que juzgas al siervo ajeno? para su señor está en pie, ó cae: mas se afirmará; que poderoso es el Señor para afirmarle.
El que hace caso del día, háce lo para el Señor: y el que no hace caso del día, no lo hace para el Señor. El que come, come para el Señor, porque da gracias á Dios; y el que no come, no come para el Señor, y da gracias á Dios.
Que si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así que, ó que vivamos, ó que muramos, del Señor somos.
Porque Cristo para esto murió, y resucitó, y volvió á vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven.
Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que á mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará á Dios.
Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que de suyo nada hay inmundo: mas á aquel que piensa alguna cosa ser inmunda, para él es inmunda.
Para que concordes, á una boca glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Y otra vez: Alabad al Señor todos los Gentiles, Y magnificadle, todos los pueblos.
Ruégoos empero, hermanos, por el Señor nuestro Jesucristo, y por la caridad del Espíritu, que me ayudéis con oraciones por mí á Dios,
Que la recibáis en el Señor, como es digno á los santos, y que la ayudéis en cualquiera cosa en que os hubiere menester: porque ella ha ayudado á muchos, y á mí mismo.
Saludad á Amplias, amado mío en el Señor.
Saludad á Herodión, mi pariente. Saludad á los que son de la casa de Narciso, los que están en el Señor.
Saludad á Trifena y á Trifosa, las cuales trabajan en el Señor. Saludad á Pérsida amada, la cual ha trabajado mucho en el Señor.
Saludad á Rufo, escogido en el Señor, y á su madre y mía.
Porque los tales no sirven al Señor nuestro Jesucristo, sino á sus vientres; y con suaves palabras y bendiciones engañan los corazones de los simples.
Y el Dios de paz quebrantará presto á Satanás debajo de vuestros pies. la gracia del Señor nuestro Jesucristo sea con vosotros.
Yo Tercio, que escribí la epístola, os saludo en el Señor.
La gracia del Señor nuestro Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
A la iglesia de Dios que está en Corinto, santificados en Cristo Jesús, llamados santos, y á todos los que invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo en cualquier lugar, Señor de ellos y nuestro:
Gracia y paz de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
De tal manera que nada os falte en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo:
El cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis sin falta en el día de nuestro Señor Jesucristo.
Fiel es Dios, por el cual sois llamados á la participación de su Hijo Jesucristo nuestro Señor.
Os ruego pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros disensiones, antes seáis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.
Para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.
La que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de gloria:
Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿quién le instruyó? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.
¿Qué pues es Pablo? ¿y qué es Apolos? Ministros por los cuales habéis creído; y eso según que á cada uno ha concedido el Señor.
Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.
Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; mas el que me juzga, el Señor es.
Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual también aclarará lo oculto de las tinieblas, y manifestará los intentos de los corazones: y entonces cada uno tendrá de Dios la alabanza.
Por lo cual os he enviado á Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os amonestará de mis caminos cuáles sean en Cristo, de la manera que enseño en todas partes en todas las iglesias.
Empero iré presto á vosotros, si el Señor quisiere; y entenderé, no las palabras de los que andan hinchados, sino la virtud.
En el nombre del Señor nuestro Jesucristo, juntados vosotros y mi espíritu, con la facultad de nuestro Señor Jesucristo,
El tal sea entregado á Satanás para muerte de la carne, porque el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.
Y esto erais algunos: mas ya sois lavados, mas ya sois santificados, mas ya sois justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; empero y á él y á ellas deshará Dios. Mas el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor para el cuerpo:
Y Dios que levantó al Señor, también á nosotros nos levantará con su poder.
Empero el que se junta con el Señor, un espíritu es.
Mas á los que están juntos en matrimonio, denuncio, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se aparte del marido;
Y á los demás yo digo, no el Señor: si algún hermano tiene mujer infiel, y ella consiente en habitar con él, no la despida.
Empero cada uno como el Señor le repartió, y como Dios llamó á cada uno, así ande: y así enseño en todas las iglesias.
Porque el que en el Señor es llamado siendo siervo, liberto es del Señor: asimismo también el que es llamado siendo libre, siervo es de Cristo.
Empero de las vírgenes no tengo mandamiento del Señor; mas doy mi parecer, como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel.
Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja. El soltero tiene cuidado de las cosas que son del Señor, cómo ha de agradar al Señor:
Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella: la doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en el cuerpo como en el espíritu: mas la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, cómo ha de agradar á su marido.
Esto empero digo para vuestro provecho; no para echaros lazo, sino para lo honesto y decente, y para que sin impedimento os lleguéis al Señor.
La mujer casada está atada á la ley, mientras vive su marido; mas si su marido muriere, libre es: cásese con quien quisiere, con tal que sea en el Señor.
Nosotros empero no tenemos más de un Dios, el Padre, del cual son todas las cosas, y nosotros en él: y un Señor Jesucristo, por el cual son todas las cosas, y nosotros por él.
¿NO soy apóstol? ¿no soy libre? ¿no he visto á Jesús el Señor nuestro? ¿no sois vosotros mi obra en el Señor?
Si á los otros no soy apóstol, á vosotros ciertamente lo soy: porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor.
¿No tenemos potestad de traer con nosotros una hermana mujer también como los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?
Así también ordenó el Señor á los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.
No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios: no podéis ser partícipes de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios.
¿O provocaremos á celo al Señor? ¿Somos más fuertes que él?
Porque del Señor es la tierra y lo que la hinche.
Mas si alguien os dijere: Esto fué sacrificado á los ídolos: no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por causa de la conciencia: porque del Señor es la tierra y lo que la hinche.
Mas ni el varón sin la mujer, ni la mujer sin el varón, en el Señor.
Cuando pues os juntáis en uno, esto no es comer la cena del Señor.
Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fué entregado, tomó pan;
Porque todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que venga.
De manera que, cualquiera que comiere este pan ó bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.
Porque el que come y bebe indignamente, juicio come y bebe para sí, no discerniendo el cuerpo del Señor.
Resutados de la Búsqueda continuados...
- 1.Gé 15:2-Jueces 19:26
- 2.Jueces 19:27-1 Reyes 22:17
- 3.2 Reyes 2:3-Salmos 130:2
- 4.Salmos 130:3-Lamentaciones 3:36
- 5.Lamentaciones 3:37-Ezequiel 24:9
- 6.Ezequiel 24:14-Ezequiel 40:46
- 7.Ezequiel 43:18-Mateo 12:8
- 8.Mateo 13:27-Lucas 4:19
- 9.Lucas 5:8-Juan 15:20
- 10.Juan 20:2-Hechos 19:20
- 11.Hechos 20:19-1 Corintios 11:29
- 12.1 Corintios 11:32-Colosenses 4:17
- 13.1 Tesalonicenses 1:1-Santiago 5:11
- 14.Santiago 5:14-Apocalipsis 22:21
Resultados de Búsqueda por Versiones
- J2000 (6777)
- LBDA (6792)
- NBLH (6810)
- RV (1377)
- SEV (6800)
- RV1909 (1354)
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (65)
- Éxodo (10)
- Números (6)
- Deuteronomio (4)
- Josué (3)
- Jueces (13)
- Rut (1)
- 1 Samuel (24)
- 2 Samuel (45)
- 1 Reyes (29)
- 2 Reyes (35)
- 1 Crónicas (3)
- 2 Crónicas (3)
- Esdras (1)
- Nehemías (3)
- Ester (1)
- Job (2)
- Salmos (58)
- Proverbios (7)
- Eclesiastés (1)
- Isaías (59)
- Jeremías (16)
- Lamentaciones (13)
- Ezequiel (213)
- Daniel (20)
- Oseas (1)
- Amós (22)
- Abdías (1)
- Miqueas (3)
- Nahúm (1)
- Habacuc (2)
- Sofonías (1)
- Zacarías (9)
- Malaquías (2)
- Mateo (75)
- Marcos (17)
- Lucas (95)
- Juan (50)
- Hechos (100)
- Romanos (41)
- 1 Corintios (59)
- 2 Corintios (26)
- Gálatas (7)
- Efesios (25)
- Filipenses (15)
- Colosenses (13)
- 1 Tesalonicenses (22)
- 2 Tesalonicenses (20)
- 1 Timoteo (9)
- 2 Timoteo (17)
- Tito (1)
- Filemón (5)
- Hebreos (16)
- Santiago (12)
- 1 Pedro (7)
- 2 Pedro (15)
- 2 Juan (1)
- Judas (5)
- Apocalipsis (24)
Artículos Relacionados
- Cristo es Señor.
- Cristo es mi Señor
- Dios, el señor
- Día del Señor
- El Altar del Señor
- El Espíritu del Señor
- El Señor es Dios
- El Ungido del Señor
- El día del Señor,
- El temor del Señor
- Gritar al Señor