'Hermanos' en la Biblia
Por amor de mis hermanos y mis compañeros diré ahora: Haya paz en ti.
«Cántico gradual: de David» ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!
el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre los hermanos.
El siervo prudente señoreará sobre el hijo que deshonra, y con los hermanos compartirá la herencia.
El hermano ofendido es más difícil de ganar que una ciudad fuerte, y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar.
Todos los hermanos del pobre le aborrecen: ¡Cuánto más sus amigos se alejarán de él! Buscará la palabra, y no la hallará.
Oíd palabra de Jehová, vosotros los que tembláis a su palabra: Vuestros hermanos que os aborrecen, y os echan fuera por causa de mi nombre, dijeron: Jehová sea glorificado. Mas Él se mostrará para alegría vuestra, y ellos serán confundidos.
Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a Jehová, en caballos, en carros, en literas, y en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice Jehová, al modo que los hijos de Israel traen el presente en vasos limpios a la casa de Jehová.
Que os echaré de mi presencia como eché a todos vuestros hermanos, a toda la descendencia de Efraín.
Porque aun tus hermanos y la casa de tu padre, aun ellos se levantaron contra ti, aun ellos dieron voces en pos de ti. No les creas, cuando bien te hablen.
Pero así dice Jehová, del rey que está sentado sobre el trono de David, y de todo el pueblo que mora en esta ciudad, de vuestros hermanos que no salieron con vosotros en cautiverio;
Que cada uno dejase libre a su siervo, y cada uno a su sierva, hebreo y hebrea; que ninguno usase de los judíos sus hermanos como de siervos.
Tomé entonces a Jaazanías hijo de Jeremías, hijo de Habasinías, y a sus hermanos, y a todos sus hijos, y a toda la familia de los recabitas;
Mas entre aquellos fueron hallados diez hombres que dijeron a Ismael: No nos mates; porque tenemos en el campo tesoros de trigos, y cebadas, y aceite, y miel. Y los dejó, y no los mató entre sus hermanos.
Mas yo desnudaré a Esaú, descubriré sus escondrijos, y no podrá esconderse: será destruida su simiente, y sus hermanos, y sus vecinos; y no será.
Hijo de hombre, tus hermanos, tus hermanos, los hombres de tu parentesco y toda la casa de Israel, toda ella son aquellos a quienes dijeron los moradores de Jerusalén: Alejaos de Jehová; a nosotros es dada la tierra en posesión.
Decid a vuestros hermanos, Ammi, y a vuestras hermanas, Ruhama:
Aunque él fructifique entre sus hermanos, vendrá el solano, viento de Jehová, subiendo de la parte del desierto, y se secará su manantial, y se agotará su fuente; él saqueará el tesoro de todos los vasos preciosos.
Así dice Jehová: Por tres pecados de Tiro, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque entregaron la cautividad entera a Edom, y no se acordaron del pacto de hermanos.
Pero los dejará hasta el tiempo que dé a luz la que ha de dar a luz; entonces el resto de sus hermanos volverán a los hijos de Israel.
Abraham engendró a Isaac; e Isaac engendró a Jacob; y Jacob engendró a Judá y a sus hermanos;
y Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, en el tiempo en que fueron expatriados a Babilonia.
Y andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores.
Y pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó.
Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los publicanos?
Y cuando Él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y querían hablar con Él.
Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y quieren hablar contigo.
Y respondiendo Él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?
Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.
¿No es Éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas?
Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o esposa, o hijos, o tierras por mi nombre, recibirá cien tantos, y heredará la vida eterna.
Y oyéndolo los diez, se indignaron contra los dos hermanos.
Hubo, pues, entre nosotros siete hermanos; y el primero se casó, y murió; y no teniendo descendencia, dejó su esposa a su hermano;
Mas vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos.
Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo: En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos para que vayan a Galilea, y allí me verán.
Entonces vienen sus hermanos y su madre, y estando afuera, envían a Él, llamándole.
Y la multitud estaba sentada alrededor de Él, y le dijeron: He aquí, tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan.
Y Él les respondió diciendo: ¿Quién es mi madre, o mis hermanos?
Y mirando alrededor a los que estaban sentados en derredor de Él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.
Y respondiendo Jesús, dijo: De cierto os digo, que ninguno hay que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o esposa, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio,
que no haya de recibir cien tantos ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna.
Hubo siete hermanos; y el primero tomó esposa; y murió sin dejar descendencia.
Entonces vinieron a Él su madre y sus hermanos; y no podían llegar a Él a causa de la multitud.
Y le fue dado aviso, diciendo: Tu madre y tus hermanos están fuera, y quieren verte.
Entonces respondiendo Él, les dijo: Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la palabra de Dios, y la ponen por obra.
Y dijo también al que le había convidado: Cuando haces comida o cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a vecinos ricos; no sea que también ellos te vuelvan a convidar, y te sea hecha recompensa.
Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y esposa, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, para que no vengan ellos también a este lugar de tormento.
Y Él les dijo: De cierto os digo, que nadie hay que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o esposa, o hijos, por el reino de Dios,
Hubo, pues, siete hermanos; y el primero tomó esposa, y murió sin hijos.
Y seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros.
mas yo he rogado por ti, para que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
Después de esto descendió a Capernaúm, Él, y su madre, y sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días.
Entonces sus hermanos le dijeron: Sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces.
Pero cuando sus hermanos habían subido, entonces Él también subió a la fiesta, no abiertamente, sino como en secreto.
Jesús le dijo: No me toques; porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.
Salió entonces este dicho entre los hermanos, que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo: No morirá; sino: Si quiero que él quede hasta que yo venga ¿qué a ti?
Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.
Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura la cual el Espíritu Santo habló antes por boca de David acerca de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús.
Varones hermanos, permitidme hablaros libremente del patriarca David, que murió, y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy.
Y al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?
Y ahora, hermanos, yo sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros príncipes.
Porque Moisés en verdad dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará Profeta de vuestros hermanos, como yo; a Él oiréis en todas las cosas que os hablare.
Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes pongamos sobre este trabajo.
Y él dijo: Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán,
Y en la segunda, José se dio a conocer a sus hermanos, y el linaje de José fue dado a conocer a Faraón.
Y cuando cumplió la edad de cuarenta años, le vino a su corazón el visitar a sus hermanos, los hijos de Israel.
Y él pensaba que sus hermanos entendían que Dios les había de dar libertad por su mano; pero ellos no lo habían entendido.
Y al día siguiente, riñendo ellos, se les mostró, y los ponía en paz, diciendo: Varones, hermanos sois, ¿por qué os maltratáis el uno al otro?
Éste es aquel Moisés, el cual dijo a los hijos de Israel: Profeta os levantará el Señor Dios vuestro de entre vuestros hermanos, como yo; a Él oiréis.
Y cuando lo supieron los hermanos, le trajeron hasta Cesarea, y le enviaron a Tarso.
Entonces les invitó a entrar, y los hospedó. Y al día siguiente, levantándose, se fue con ellos; y le acompañaron algunos de los hermanos de Jope.
Y los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea, oyeron que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios.
Y el Espíritu me dijo que fuese con ellos sin dudar. Y estos seis hermanos también me acompañaron, y entramos en casa de un varón,
Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar ayuda a los hermanos que habitaban en Judea:
Pero él, haciéndoles con la mano señal de que callasen, les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Y dijo: Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y salió, y se fue a otro lugar.
Y después de la lectura de la ley y de los profetas, los príncipes de la sinagoga enviaron a ellos, diciendo: Varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad.
Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros temen a Dios, a vosotros es enviada la palabra de esta salvación.
Os sea, pues, notorio, varones hermanos, que por Éste os es predicado el perdón de pecados,
Pero los judíos que fueron incrédulos, incitaron y corrompieron los ánimos de los gentiles contra los hermanos.
Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos, diciendo: Si no os circuncidáis conforme a la costumbre de Moisés, no podéis ser salvos.
Ellos, pues, siendo encaminados por la iglesia, pasaron por Fenicia y Samaria, contando la conversión de los gentiles; y causaban gran gozo a todos los hermanos.
Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió entre nosotros, que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio, y creyesen.
Y después que hubieron callado, Jacobo respondió, diciendo: Varones hermanos, oídme.
Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir varones de ellos, y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé; a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos,
y escribir por mano de ellos, de esta manera: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos: A los hermanos que son de los gentiles que están en Antioquía, y en Siria, y en Cilicia, saludos.
Y Judas y Silas, siendo también profetas, exhortaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras.
Y después de pasar allí algún tiempo, fueron enviados de los hermanos a los apóstoles en paz.
Y después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos y visitemos a los hermanos en todas las ciudades en que hemos predicado la palabra del Señor, para ver cómo están.
y Pablo, escogiendo a Silas, partió encomendado por los hermanos a la gracia de Dios,
De éste daban buen testimonio los hermanos que estaban en Listra y en Iconio.
Y saliendo de la cárcel, entraron en casa de Lidia; y habiendo visto a los hermanos, los consolaron, y se fueron.
Y al no hallarlos, trajeron a Jasón y a algunos hermanos ante los gobernadores de la ciudad, gritando: Estos que han trastornado al mundo también han venido acá;
Y de inmediato los hermanos, enviaron de noche a Pablo y a Silas a Berea; los cuales, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos.
Entonces los hermanos, inmediatamente enviaron a Pablo que fuese hacia el mar; y Silas y Timoteo se quedaron allí.
Y Pablo, habiéndose detenido aún muchos días allí, despidiéndose de los hermanos, navegó a Siria, y con él Priscila y Aquila, habiéndose rapado la cabeza en Cencrea, porque tenía voto.
Y queriendo él pasar a Acaya, los hermanos escribieron, exhortando a los discípulos que le recibiesen; y cuando él llegó, ayudó mucho a los que por la gracia habían creído.
Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, la cual es poderosa para sobreedificaros, y daros herencia con todos los santificados.