'Pueblo' en la Biblia
- 1.Gé 11:6-Éx 17:4
- 2.Éx 17:5-Levítico 20:3
- 3.Levítico 20:4-Deuteronomio 3:28
- 4.Deuteronomio 4:6-Josué 8:14
- 5.Josué 8:16-1 Samuel 9:24
- 6.1 Samuel 10:11-2 Samuel 12:29
- 7.2 Samuel 12:31-1 Reyes 18:22
- 8.1 Reyes 18:24-2 Crónicas 6:24
- 9.2 Crónicas 6:25-Nehemías 1:10
- 10.Nehemías 4:6-Salmos 81:13
- 11.Salmos 83:3-Isaías 30:6
- 12.Isaías 30:9-Jeremías 19:14
- 13.Jeremías 21:7-Lamentaciones 4:6
- 14.Lamentaciones 4:10-Joel 2:17
- 15.Joel 2:18-Lucas 7:29
- 16.Lucas 8:47-2 Corintios 6:16
- 17.Tito 2:14-Apocalipsis 21:3
Que este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de Jehová;
Ciertamente el pueblo morará en Sión, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá.
Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que vendare Jehová la quebradura de su pueblo, y curare la llaga de su herida.
Sobre la tierra de mi pueblo subirán espinos y cardos; y aun sobre todas las casas de placer en la ciudad de alegría.
Y mi pueblo habitará en morada de paz, y en habitaciones seguras, y en recreos de reposo.
No mirarás a aquel pueblo obstinado, pueblo de lengua difícil de entender, de lengua tartamuda que no puedas comprender.
No dirá el morador: Estoy enfermo; al pueblo que more en ella le será perdonada la iniquidad.
Porque mi espada se embriagará en el cielo; he aquí que descenderá sobre Edom, y sobre el pueblo de mi anatema, para juicio.
Entonces dijo Eliaquim, y Sebna y Joah al Rabsaces: Te rogamos que hables a tus siervos en arameo, porque nosotros lo entendemos; y no hables con nosotros en lengua judaica, a oídos del pueblo que está sobre el muro.
Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios.
La hierba se seca, y la flor se marchita; porque el Espíritu de Jehová sopla en ella. Ciertamente hierba es el pueblo.
Así dice Jehová Dios, el Creador de los cielos, y el que los despliega; el que extiende la tierra y sus frutos; el que da respiración al pueblo que mora sobre ella, y espíritu a los que por ella andan.
Yo Jehová te he llamado en justicia, y sostendré tu mano; te guardaré y te pondré por pacto del pueblo, por luz de los gentiles;
Mas éste es pueblo saqueado y pisoteado, todos ellos atrapados en cavernas y escondidos en cárceles; son puestos para presa, y no hay quien libre; despojados, y no hay quien diga: Restituid.
Sacad al pueblo ciego que tiene ojos, y a los sordos que tienen oídos.
La bestia del campo me honrará, los dragones y los búhos; porque daré aguas en el desierto, ríos en la soledad, para que beba mi pueblo, mi escogido.
Este pueblo he creado para mí, mis alabanzas publicará.
¿Y quién como yo, proclamará y denunciará esto, y lo ordenará por mí, como hago yo desde que establecí el pueblo antiguo? Anúncienles lo que viene, y lo que está por venir.
Me enojé contra mi pueblo, profané mi heredad, y los entregué en tu mano; no les tuviste misericordia; sobre el anciano agravaste mucho tu yugo.
Así dice Jehová: En tiempo aceptable te he oído, y en día de salvación te he socorrido; y te guardaré, y te daré por pacto al pueblo, para restaurar la tierra, para dar por herencia las asoladas heredades;
Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes; porque Jehová ha consolado a su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia.
Estad atentos a mí, pueblo mío, y oídme, nación mía; porque de mí saldrá la ley, y mi juicio descubriré para luz de pueblos.
Oídme, los que conocéis justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley. No temáis afrenta de hombre, ni desmayéis por sus injurias.
Y en tu boca he puesto mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí, para yo plantar los cielos y fundar la tierra, y decir a Sión: Pueblo mío eres tú.
Así dice tu Señor Jehová, y tu Dios, el cual aboga la causa de su pueblo: He aquí he quitado de tu mano el cáliz de aturdimiento, los sedimentos del cáliz de mi ira; nunca más lo beberás.
Porque así dice el Señor Jehová: Mi pueblo descendió a Egipto en tiempo pasado, para peregrinar allá; y el asirio lo oprimió sin razón.
Y ahora ¿qué tengo yo aquí, dice Jehová, ya que mi pueblo es llevado sin un por qué? Y los que en él se enseñorean, lo hacen aullar, dice Jehová, y continuamente es blasfemado mi nombre todo el día.
Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa en aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente.
Prorrumpid de gozo, cantad juntamente, lugares desolados de Jerusalén; porque Jehová ha consolado a su pueblo, a Jerusalén ha redimido.
De la cárcel y del juicio fue quitado; y su generación ¿quién la contará? Porque cortado fue de la tierra de los vivientes; por la rebelión de mi pueblo fue herido.
Y el hijo del extranjero, que se ha adherido a Jehová, no hable diciendo: Jehová me apartó totalmente de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco.
Y dirá: Allanad, allanad; preparad el camino, quitad los tropiezos del camino de mi pueblo.
Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado.
Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme.
Pasad, pasad por las puertas; preparad el camino al pueblo; allanad, allanad la calzada, quitad las piedras, alzad pendón a los pueblos.
Y les llamarán Pueblo Santo, Redimidos de Jehová; y a ti te llamarán Ciudad Deseada, no desamparada.
Porque dijo: Ciertamente mi pueblo son, hijos que no mienten; y fue su Salvador.
Entonces se acordó de los días antiguos, de Moisés y de su pueblo, diciendo: ¿Dónde está el que les hizo subir del mar con el pastor de su rebaño? ¿Dónde está el que puso en medio de él su Santo Espíritu?
El Espíritu de Jehová los pastoreó, como a una bestia que desciende al valle; así pastoreaste a tu pueblo, para hacerte un nombre glorioso.
Por poco tiempo lo poseyó tu santo pueblo; nuestros enemigos han hollado tu santuario.
No te enojes sobremanera, oh Jehová, ni tengas perpetua memoria de la iniquidad; he aquí mira ahora, pueblo tuyo somos todos nosotros.
Extendí mis manos todo el día a pueblo rebelde, el cual anda por camino no bueno, en pos de sus pensamientos;
Pueblo que en mi cara me provoca de continuo a ira, sacrificando en huertos, y ofreciendo perfume sobre ladrillos;
Y será Sarón para habitación de ovejas, y el valle de Acor para majada de vacas, para mi pueblo que me buscó.
Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo he creado alegría para Jerusalén, y gozo para su pueblo.
Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor.
No edificarán, y otro morará; no plantarán, y otro comerá; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán por largo tiempo la obra de sus manos.
Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad fortificada, y como columna de hierro, y como muro de bronce contra toda la tierra, contra los reyes de Judá, contra sus príncipes, contra sus sacerdotes, y contra el pueblo de la tierra.
¿Acaso alguna nación ha cambiado sus dioses, aunque ellos no son dioses? Pero mi pueblo ha cambiado su gloria por lo que no aprovecha.
Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, por cavar para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen el agua.
¡Oh generación! atended vosotros la palabra de Jehová. ¿He sido yo a Israel soledad, o tierra de tinieblas? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: Somos señores; nunca más vendremos a ti?
¿Se olvidará la virgen de su adornos, o la desposada de sus atavíos? pero mi pueblo se ha olvidado de mí por innumerables días.
Y dije: ¡Ay, ay, Jehová Dios! verdaderamente en gran manera has engañado a este pueblo y a Jerusalén, diciendo: Paz tendréis; pues la espada ha venido hasta el alma.
En aquel tiempo se dirá de este pueblo y de Jerusalén: Viento seco de las alturas del desierto vino a la hija de mi pueblo, no para aventar, ni para limpiar.
Porque mi pueblo es necio; no me han conocido, son hijos ignorantes y sin entendimiento; son sabios para mal hacer, pero hacer el bien no lo saben.
Por tanto, así dice Jehová Dios de los ejércitos: Porque hablasteis esta palabra, he aquí yo pongo mis palabras en tu boca por fuego, y a este pueblo por leña, y los consumirá.
Oíd ahora esto, pueblo necio y sin corazón, que tiene ojos y no ve, que tiene oídos y no oye.
Pero este pueblo tiene corazón falso y rebelde; se volvieron y se fueron.
Porque fueron hallados en mi pueblo hombres impíos; acechan como quien pone lazos; ponen trampa para cazar hombres.
los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por su propia mano; y mi pueblo así lo quiso. ¿Qué, pues, haréis al final de esto?
Y curan el quebrantamiento de la hija de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz.
Oye, tierra. He aquí yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos; porque no atendieron a mis palabras, y aborrecieron mi ley.
Por tanto, Jehová dice esto: He aquí yo pongo a este pueblo piedras de tropiezo, y caerán en ellas los padres y los hijos juntamente, el vecino y su compañero perecerán.
Así dice Jehová: He aquí que viene pueblo de la tierra del norte, y una nación grande se levantará de los confines de la tierra.
Hija de mi pueblo, cíñete de cilicio, y revuélcate en ceniza; haz luto como por hijo único, llanto de amarguras; porque pronto vendrá sobre nosotros el destructor.
Por fortaleza te he puesto en mi pueblo y por torre; conocerás pues, y examinarás el camino de ellos.
Ahora pues, id a mi lugar en Silo, donde hice que morase mi nombre al principio, y ved lo que le hice por la maldad de mi pueblo Israel.
Tú pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración, ni me ruegues; porque no te oiré.
Mas esto les mandé, diciendo: Obedeced mi voz, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo; y andad en todo camino que os he mandado, para que os vaya bien.
Y los cadáveres de este pueblo servirán de comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y no habrá quien las espante.
¿Por qué es este pueblo de Jerusalén rebelde con rebeldía perpetua? Abrazaron el engaño, no han querido volverse.
Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el juicio de Jehová.
Y curaron el quebrantamiento de la hija de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz.
He aquí la voz del clamor de la hija de mi pueblo, a causa de los que moran en tierra lejana: ¿No está Jehová en Sión? ¿No está en ella su Rey? ¿Por qué me provocaron a ira con sus imágenes de talla y con vanidades extrañas?
Quebrantado estoy por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo; entenebrecido estoy, espanto me ha arrebatado.
¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No hay allí médico? ¿Por qué, pues, no se ha restablecido la salud de la hija de mi pueblo?
¡Oh si mi cabeza se hiciese aguas, y mis ojos fuentes de lágrimas, para que llore día y noche los muertos de la hija de mi pueblo!
¡Oh quién me diese en el desierto un mesón de caminantes, para que dejase a mi pueblo, y de ellos me apartase! Porque todos ellos son adúlteros, congregación de prevaricadores.
Por tanto, así dice Jehová de los ejércitos: He aquí que yo los fundiré, y los probaré; porque ¿cómo he de hacer por la hija de mi pueblo?
Por tanto así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que a este pueblo yo les daré a comer ajenjo, y les daré a beber aguas de hiel.
el cual mandé a vuestros padres el día que los saqué de la tierra de Egipto, del horno de hierro, diciéndoles: Obedeced mi voz, y haced conforme a todo lo que os mando, y vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios;
Tú pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración; porque yo no oiré el día que en su aflicción a mí clamen.
Así dice Jehová contra todos mis malos vecinos, que tocan la heredad que hice poseer a mi pueblo Israel: He aquí que yo los arrancaré de su tierra, y arrancaré de en medio de ellos la casa de Judá.
Y será que, si cuidadosamente aprendieren los caminos de mi pueblo, para jurar en mi nombre, diciendo: Vive Jehová, así como enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal; ellos serán prosperados en medio de mi pueblo.
Este pueblo malo, que no quieren oír mis palabras, que andan en las imaginaciones de su corazón, y se fueron en pos de dioses ajenos para servirles, y para adorarles, vendrá a ser como este cinto, que para ninguna cosa es bueno.
Porque como el cinto se junta a los lomos del hombre, así hice juntar a mí toda la casa de Israel y toda la casa de Judá, dice Jehová, para que me fuesen por pueblo y por fama, y por alabanza y por honra; pero no escucharon.
Así dice Jehová a este pueblo: ¡Cómo les ha gustado vagar! No han refrenado sus pies; por tanto, Jehová no los acepta; se acordará ahora de la maldad de ellos y castigará sus pecados.
Y me dijo Jehová: No ruegues por este pueblo para bien.
Y el pueblo a quien profetizan, echado será en las calles de Jerusalén por hambre y por espada; y no habrá quien los entierre, a ellos, a sus esposas, a sus hijos, a sus hijas; y sobre ellos derramaré su maldad.
Les dirás, pues, esta palabra: Derramen mis ojos lágrimas noche y día, y no cesen; porque de gran quebranto es quebrantada la virgen hija de mi pueblo, de muy grave herida.
Y me dijo Jehová: Si Moisés y Samuel se pusieran delante de mí, mi voluntad no será con este pueblo: échalos de delante de mí, y salgan.
Y los aventé con aventador hasta las puertas de la tierra; desahijé, desbaraté mi pueblo; no se tornaron de sus caminos.
Y te daré para este pueblo por muro fortificado de bronce, y pelearán contra ti, y no te vencerán: porque yo estoy contigo para salvarte y para librarte, dice Jehová.
Porque así dice Jehová: No entres en casa de luto, ni vayas a lamentar, ni los consueles: porque yo he quitado mi paz de este pueblo, dice Jehová, mi misericordia y piedades.
Y acontecerá que cuando anunciares a este pueblo todas estas cosas, te dirán ellos: ¿Por qué habló Jehová sobre nosotros este mal tan grande? ¿O cuál es nuestra maldad, o qué pecado es el nuestro, que hemos cometido contra Jehová nuestro Dios?
Así me ha dicho Jehová: Ve, y ponte a la puerta de los hijos del pueblo, por la cual entran y salen los reyes de Judá, y a todas las puertas de Jerusalén,
Pero mi pueblo me ha olvidado, quemando incienso a las vanidades, y éstas les han hecho tropezar en sus caminos, desviándoles de las sendas antiguas, para que caminen por sendas, por camino no preparado;
Así dice Jehová: Ve, y compra una vasija de barro de alfarero, y lleva contigo de los ancianos del pueblo, y de los ancianos de los sacerdotes;
y les dirás: Así dice Jehová de los ejércitos: Así quebrantaré a este pueblo y a esta ciudad, como quien quiebra un vaso de barro, que no puede más restaurarse; y en Tofet se enterrarán, porque no habrá otro lugar para enterrar.
Y volvió Jeremías de Tofet, a donde le envió Jehová a profetizar, y se paró en el atrio de la casa de Jehová, y dijo a todo el pueblo:
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