'Que' en la Biblia
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni se sentó en silla de burladores;
sino que en la ley del SEÑOR está su deleite, y en su ley medita de día y de noche!
Y será como el árbol plantado junto a arroyos de aguas, que da su fruto en su tiempo; y su hoja no cae, y todo lo que hace, prosperará.
No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento.
¿Por qué se amotinan los gentiles, y los pueblos piensan vanidad?
El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos.
Ciertamente anunciaré el decreto del SEÑOR que me dijo: ``Mi Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy.
Besad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere de aquí a poco su furor. Bienaventurados todos los que en él confían.
Mas tú, el SEÑOR, eres escudo por mí; mi gloria, y el que ensalza mi cabeza.
No temeré de diez millares de gente, que pusieren cerco contra mí.
Sabed pues, que el SEÑOR hizo apartar al pío para sí; el SEÑOR oirá cuando yo a él clamare.
Tú diste alegría en mi corazón, al tiempo que el grano y el mosto de ellos se multiplicó.
Porque tú no eres un Dios que ame la maldad: El malo no habitará junto a ti.
No estarán los locos que se gobiernan por afecto o consejo de la carne delante de tus ojos; aborreces a todos los que obran iniquidad.
Destruirás a los que hablan mentira. Al varón de sangre y de engaño abominará el SEÑOR.
Porque no hay sinceridad en lo que dicen; destrucción son sus entrañas, sepulcro abierto es su garganta; con su lengua hablan lisonjas.
Tenlos por culpables, oh Dios; ¿que caigan por sus mismas intrigas! Echalos fuera por la multitud de sus transgresiones, porque se rebelan contra ti.
Y se alegrarán todos los que esperan en ti; para siempre jubilarán, y los cubrirás; y se alegrarán en ti los que aman tu nombre.
Apartaos de mí, todos los que hacéis iniquidad, porque el SEÑOR ha oído la voz de mi llanto.
Sean avergonzados y muy aterrados todos mis enemigos; que se vuelvan y súbitamente sean avergonzados.
SEÑOR Dios mío, en ti he confiado; sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame;
no sea que arrebaten mi alma, como león que despedaza, sin que haya quien libre.
si di mal pago al pacífico conmigo, que escape mi perseguidor sin pago.
que persiga el enemigo mi alma y {la} alcance; que pisotee en tierra mi vida, y eche en el polvo mi gloria. (Selah)
Levántate, oh SEÑOR, con tu furor; álzate a causa de las iras de mis angustiadores, y despierta en favor mío el juicio que mandaste.
Que te rodee la asamblea de los pueblos, y tú en lo alto regresa sobre ella.
El SEÑOR juzga a los pueblos; júzgame oh SEÑOR, conforme a mi justicia y a la integridad que hay en mí.
Consuma ahora mal a los malos, y establece al justo; pues el Dios justo es el que prueba los corazones y los riñones.
Mi escudo es en Dios, el que salva a los rectos de corazón.
Dios es el que juzga al justo; y Dios está airado contra los impíos todos los días.
Asimismo ha aparejado para él armas de muerte; ha labrado sus saetas para los que persiguen.
Pozo ha cavado, y lo ha ahondado; y en la fosa que hizo caerá.
Oh DIOS, Señor nuestro, ¡Cuán grande es tu nombre en toda la tierra, que has puesto tu alabanza sobre los cielos!
De la boca de los chiquitos y de los que maman, fundaste la fortaleza a causa de tus enemigos, para hacer cesar al enemigo, y al que se venga.
Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú compusiste:
¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?
Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de hermosura.
las aves de los cielos, y los peces del mar; lo que pasa por los caminos del mar.
Oh enemigo, acabados son para siempre los asolamientos; y las ciudades que derribaste, su memoria pereció con ellas.
Y en ti confiarán los que conocen tu nombre; por cuanto tú, oh SEÑOR, no desamparaste a los que te buscaron.
Cantad al SEÑOR, el que habita en Sion. Noticiad en los pueblos sus obras.
Porque el que pide cuentas de la sangre {derramada,} se acuerda de ellos; no olvida el clamor de los afligidos.
Ten misericordia de mí, SEÑOR. Mira mi aflicción que padezco de los que me aborrecen, tú que me levantas de las puertas de la muerte;
para que cuente yo todas tus alabanzas en las puertas de la hija de Sion, y me goce en tu salud.
Se hundieron los gentiles en la fosa que hicieron; en la red que escondieron fue tomado su pie.
El SEÑOR fue conocido en el juicio que hizo; en la obra de sus manos fue enlazado el malo. (Meditación para siempre. Selah.)
Los malos volverán al Seol; todos los gentiles que se olvidan de Dios.
Pon, oh SEÑOR, temor en ellos: conozcan los gentiles que son hombres. (Selah.)
¿Por qué estás lejos, oh SEÑOR, y te escondes en los tiempos de la angustia?
Con arrogancia el malo persigue al pobre; sean tomados en los pensamientos que pensaron.
¿Por qué irrita el malo a Dios? En su corazón ha dicho que no lo inquirirás.
Quebranta el brazo del malo: Del maligno buscarás su maldad, hasta que ninguna halles.
Para juzgar al huérfano y al pobre, A fin de que no vuelva más á hacer violencia el hombre de la tierra.
Para el director del coro. {Salmo} de David.En el SEÑOR me refugio; ¿Cómo es que ustedes le dicen a mi alma: ``Huye como ave al monte?
Porque los fundamentos serán derribados. ¿El justo qué ha hecho?
El SEÑOR prueba al justo; pero al malo y al que ama la rapiña, su alma aborrece.
Tale el SEÑOR todos los labios lisonjeros; la lengua que habla grandezas,
que dijeron: Por nuestra lengua prevaleceremos; nuestros labios están con nosotros, ¿quién nos es señor?
Por la opresión de los pobres, por el gemido de los menesterosos, ahora me levantaré, dice el SEÑOR: Yo pondré en salvo al que el impío enlaza.
Mira, óyeme, SEÑOR Dios mío: Alumbra mis ojos, para que no duerma en muerte;
para que no diga mi enemigo: Lo vencí; mis enemigos se alegrarán, si yo resbalare.
El SEÑOR miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, por ver si había algún entendido, que buscara a Dios.
Ciertamente conocieron esto todos los que obran iniquidad, que devoran a mi pueblo como si pan comieran; al SEÑOR no invocaron.
¡Oh que de Sión viniese la salvación de Israel! Cuando Jehová hiciere volver a los cautivos de su pueblo, se gozará Jacob, y se alegrará Israel.
El que anda en integridad, y obra justicia, y habla verdad en su corazón.
El que no revolvió con su lengua, ni hizo mal a su prójimo, ni levantó vergüenza contra su prójimo.
Aquel a cuyos ojos es menospreciado el vil; mas honra a los que temen al SEÑOR; juró en daño suyo, y no mudó.
Quien su dinero no dio a usura, ni contra el inocente tomó soborno. El que hace estas cosas, no resbalará para siempre.
A los santos que están en la tierra, y a los íntegros; toda mi afición en ellos.
Multiplicarán sus dolores los que se apresuraren tras otro dios; no ofreceré yo sus libaciones de sangre, ni en mis labios tomaré sus nombres.
Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, Y es hermosa la heredad que me ha tocado.
Bendeciré al SEÑOR, que me aconseja; aun en las noches me enseña mis riñones.
Porque no dejarás mi alma en el Seol; ni darás tu Misericordioso para que vea corrupción.
Oración de David.Oye, oh SEÑOR, una causa justa; atiende a mi clamor; presta oído a mi oración, que no es de labios engañosos.
Que mi vindicación venga de tu presencia; que tus ojos vean con rectitud.
Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has refinado, y nada inicuo hallaste; lo que pensé, no pasó mi boca.
Sustenta mis pasos en tus caminos, para que mis pies no resbalen.
Haz maravillosas tus misericordias, salvador de los que en ti confían, de los que se levantan contra tu diestra.
De delante de los malos que me oprimieron, de mis enemigos que me cercan por la vida.
Se parecen al león que desea hacer presa, y al leoncillo que está escondido.
de los hombres, con tu mano, oh SEÑOR, de los hombres del mundo, cuya porción está en {esta} vida, y cuyo vientre llenas de tu tesoro; se llenan de hijos, y dejan lo que les sobra a sus pequeños.
Al Músico principal: Salmo de David, siervo de Jehová, el cual profirió á Jehová las palabras de este cántico el día que le libró Jehová de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. Entonces dijo: AMARTE he, oh Jehová, fortaleza mía.
Invoco al SEÑOR, que es digno de ser alabado, y soy salvo de mis enemigos.
Me libró de mi fuerte enemigo, y de los que me aborrecían, aunque ellos eran más fuertes que yo.
Tú enciendes mi lámpara, oh SEÑOR; mi Dios que alumbra mis tinieblas.
Dios, perfecto su camino; la palabra del SEÑOR afinada; escudo es a todos los que esperan en él.
Porque ¿qué Dios hay fuera del SEÑOR? ¿Y qué fuerte fuera de nuestro Dios?
Dios es el que me ciñe de fuerza, e hizo perfecto mi camino.
Ensanchaste mis pasos debajo de mí, para que mis pies no resbalasen.
Los herí, de modo que no pudieron levantarse; cayeron debajo de mis pies.
Pues tú me has ceñido con fuerza para la batalla; has subyugado debajo de mí a los que contra mí se levantaron.
Y me diste la cerviz de mis enemigos, y destruí a los que me aborrecían.
Me libraste de contiendas de pueblo; me pusiste por cabecera de gentiles; pueblo que no conocí, me sirvió.
Así que hubo oído, me obedeció; Los hijos de extraños me mintieron;
El Dios que me da las venganzas, y sujetó pueblos debajo de mí.
el que me libra de mis enemigos. Ciertamente tú me exaltas sobre los que se levantan contra mí; me rescatas del hombre violento.
Y él, como un novio que sale de su tálamo; se alegra, como un gigante, para correr el camino.
De un extremo de los cielos es su salida, y su curso hasta el otro extremo de ellos; y nada hay que se esconda de su calor.
La ley del SEÑOR es perfecta, que convierte el alma; el testimonio del SEÑOR es fiel, que hace sabio al pequeño.
Los mandamientos del SEÑOR son rectos, que alegran el corazón; el precepto del SEÑOR es puro, que alumbra los ojos.
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