'Salió' en la Biblia
El pueblo salió al campo al encuentro de Israel, y se entabló la batalla en el bosque de Efraín.
Y dijo al rey: No me considere culpable mi señor, ni te acuerdes del mal que tu siervo hizo el día en que mi señor el rey salió de Jerusalén; que el rey {no lo} guarde en su corazón.
Entonces el rey mandó a Benaía, hijo de Joiada, y {éste} salió y arremetió contra Simei y lo mató. Así fue confirmado el reino en las manos de Salomón.
Y salió Hiram de Tiro para ver las ciudades que Salomón le había dado, y no le gustaron.
Y sucedió en aquel tiempo que cuando Jeroboam salió de Jerusalén, el profeta Ahías silonita lo encontró en el camino. Ahías se había puesto un manto nuevo y los dos estaban solos en el campo.
Entonces Jeroboam edificó Siquem en la región montañosa de Efraín, y habitó allí. De allí salió y edificó Penuel.
Y estando Abdías en el camino, he aquí, Elías le salió al encuentro, y {Abdías} lo reconoció y cayó sobre su rostro, y dijo: ¿Eres tú Elías, mi señor?
Y sucedió que cuando Elías {lo} oyó, se cubrió el rostro con su manto, y salió y se puso a la entrada de la cueva. Y he aquí, una voz {vino} a él y {le} dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?
Y el rey de Israel salió y atacó los caballos y los carros, y derrotó a los arameos {causándoles} gran matanza.
Y los hombres tomaron esto como señal, y tomando de él la palabra prestamente dijeron: Tu hermano Ben-adad {vive.} Y él dijo: Id, traedlo. Entonces Ben-adad salió a él, y él le hizo subir en el carro.
Y él salió al manantial de las aguas, echó sal en él, y dijo: Así dice el SEÑOR: ``He purificado estas aguas; de allí no saldrá más muerte ni esterilidad."
Y aquel mismo día el rey Joram salió de Samaria y alistó a todo Israel.
Y cuando el niño creció, llegó el día en que salió al campo adonde estaba su padre con los segadores,
Entonces ella subió y lo puso sobre la cama del hombre de Dios, cerró {la puerta} detrás de él y salió.
Entonces ella entró, cayó a sus pies y se postró en tierra, y tomando a su hijo, salió.
Entonces uno {de ellos} salió al campo a recoger hierbas, y encontró una viña silvestre y de ella recogió su falda llena de calabazas silvestres, y vino y las cortó en pedazos en la olla de potaje, porque no sabía {lo que eran.}
Por tanto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tus descendientes para siempre. Y él salió de su presencia leproso, {blanco} como la nieve.
Y cuando el que servía al hombre de Dios se levantó temprano y salió, he aquí que un ejército con caballos y carros rodeaba la ciudad. Y su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿Qué haremos?
Y el pueblo salió y saqueó el campamento de los arameos. Entonces una medida de flor de harina se vendió a un siclo y dos medidas de cebada a un siclo, conforme a la palabra del SEÑOR.
Y aconteció que al cabo de los siete años, la mujer volvió de la tierra de los filisteos; y salió a implorar al rey por su casa y por su campo.
Entonces Jehú salió a los siervos de su señor, y {uno} le dijo: ¿Va todo bien? ¿Por qué vino a ti este loco? Y él les dijo: Vosotros conocéis {bien} al hombre y sus palabras.
Y Jehú entesó su arco con toda su fuerza e hirió a Joram en la espalda; y la saeta salió por su corazón y se desplomó en su carro.
Y por la mañana, él salió, y estando en pie, dijo a todo el pueblo: Vosotros sois inocentes; he aquí, yo conspiré contra mi señor y lo maté, pero, ¿quién mató a todos éstos?
Llamaron al rey, y salió a ellos Eliaquim, hijo de Hilcías, que era mayordomo, con el escriba Sebna y el cronista Joa, hijo de Asaf.
Y aconteció que aquella misma noche salió el ángel del SEÑOR e hirió a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; cuando {los demás} se levantaron por la mañana, he aquí, todos eran cadáveres.
Y el rey de Egipto no salió más de su tierra, porque el rey de Babilonia había tomado todo lo que pertenecía al rey de Egipto desde el torrente de Egipto hasta el río Eufrates.
Y salió David a su encuentro, y les habló, diciendo: Si venís a mí en paz para ayudarme, mi corazón se unirá con vosotros; pero si {venís} para entregarme a mis enemigos, ya que no hay maldad en mis manos, que el Dios de nuestros padres {lo} vea y decida.
Al oír los filisteos que David había sido ungido rey sobre todo Israel, todos los filisteos subieron en busca de David; y cuando David se enteró, salió contra ellos.
Sin embargo, la palabra del rey prevaleció contra Joab. Salió, pues, Joab y recorrió todo Israel, y volvió a Jerusalén.
Y cuando David llegó junto a Ornán, éste miró, y al ver a David, salió de la era y se postró ante David rostro en tierra.
La primera suerte salió para José, de {la casa de} Asaf; la segunda para Gedalías que con sus parientes e hijos {fueron} doce;
Y Salomón salió del lugar alto que estaba en Gabaón, de la tienda de reunión, a Jerusalén, y reinó sobre Israel.
Y salió contra ellos Zera el etíope con un ejército de un millón {de hombres} y trescientos carros, y vino hasta Maresa.
Y Asa salió a su encuentro, y se pusieron en orden de batalla en el valle de Sefata junto a Maresa.
y salió al encuentro de Asa y le dijo: Oídme, Asa y todo Judá y Benjamín: el SEÑOR estará con vosotros mientras vosotros estéis con El. Y si le buscáis, se dejará encontrar por vosotros; pero si le abandonáis, os abandonará.
Y salió a su encuentro el vidente Jehú, hijo de Hananí, y dijo al rey Josafat: ¿Vas a ayudar al impío y amar a los que odian al SEÑOR, y con esto {traer} sobre ti la ira del SEÑOR?
Y ahora, he aquí, los hijos de Amón y de Moab y del monte Seir, a quienes no permitiste que Israel invadiera cuando salió de la tierra de Egipto (por lo cual se apartaron de ellos y no los destruyeron),
La destrucción de Ocozías vino de Dios, por ir a {visitar} a Joram. Pues cuando llegó, salió con Joram contra Jehú, hijo de Nimsi, a quien el SEÑOR había ungido para exterminar la casa de Acab.
Salió y peleó contra los filisteos, y derribó la muralla de Gat, la muralla de Jabnia y la muralla de Asdod; y edificó ciudades en {la región de} Asdod y entre los filisteos.
Pero había allí un profeta del SEÑOR llamado Oded, y {éste} salió al encuentro del ejército que venía a Samaria, y les dijo: He aquí, porque el SEÑOR, Dios de vuestros padres, estaba airado con Judá, los ha entregado en vuestras manos, y los habéis matado con una furia {que} ha llegado hasta el cielo.
Después de todo esto, cuando Josías había reparado el templo, Necao, rey de Egipto, subió para combatir en Carquemis junto al Eufrates, y Josías salió para enfrentarse a él.
El pueblo salió y {las} trajeron e hicieron tabernáculos para sí, cada uno en su terrado, en sus patios, en los patios de la casa de Dios, en la plaza de la puerta de las Aguas y en la plaza de la puerta de Efraín.
Cuando Mardoqueo supo todo lo que se había hecho, rasgó sus vestidos, se vistió de cilicio y ceniza, y salió por la ciudad, lamentándose con grande y amargo clamor.
Y salió Hatac a {donde estaba} Mardoqueo en la plaza de la ciudad, frente a la puerta del rey.
Salió Amán aquel día alegre y con corazón contento; pero cuando Amán vio a Mardoqueo en la puerta del rey y que éste no se levantaba ni temblaba delante de él, Amán se llenó de furor contra Mardoqueo.
Y dejando de beber vino, el rey se levantó lleno de furor {y salió} al jardín del palacio; pero Amán se quedó para rogar por su vida a la reina Ester, porque vio que el mal había sido determinado contra él por el rey.
Entonces Mardoqueo salió de la presencia del rey en vestiduras reales de azul y blanco, con una gran corona de oro y un manto de lino fino y púrpura; y la ciudad de Susa dio vivas y se regocijó.
Entonces el SEÑOR dijo a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu poder; pero no extiendas tu mano sobre él. Y Satanás salió de la presencia del SEÑOR.
Satanás salió de la presencia del SEÑOR, e hirió a Job con llagas malignas desde la planta del pie hasta la coronilla.
¿O {quién} encerró con puertas el mar, cuando, irrumpiendo, se salió de {su} seno;
{Mas} por toda la tierra salió su voz, y hasta los confines del mundo sus palabras. En ellos puso una tienda para el sol,
El lo estableció por testimonio en José, cuando salió sobre la tierra de Egipto. Un lenguaje que yo no conocía, oí:
Cuando Israel salió de Egipto, la casa de Jacob de entre un pueblo de lengua extraña,
Como salió del vientre de su madre, desnudo, así volverá, yéndose tal como vino; nada saca del fruto de su trabajo que pueda llevarse en la mano.
Abrí yo a mi amado, pero mi amado se había retirado, se había ido. Tras su hablar salió mi alma. Lo busqué, y no lo hallé; lo llamé, y no me respondió.
Y salió el ángel del SEÑOR e hirió a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; cuando {los demás} se levantaron por la mañana, he aquí, todos eran cadáveres.
Porque así dice el SEÑOR acerca de Salum, hijo de Josías, rey de Judá, que reinó en lugar de su padre Josías, {y} que salió de este lugar: Nunca más volverá aquí;
Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: ``Así diréis al rey de Judá, que os envió a mí para consultarme: `He aquí, el ejército de Faraón que salió en vuestra ayuda, volverá a su tierra de Egipto.
Jeremías salió de Jerusalén para ir a la tierra de Benjamín a tomar allí posesión de una propiedad en el pueblo.
Entonces Ismael, hijo de Netanías, salió a su encuentro desde Mizpa, llorando mientras iba; y cuando los encontró, les dijo: Venid a Gedalías, hijo de Ahicam.
El querubín extendió su mano de entre los querubines hacia el fuego que {estaba} entre ellos, {lo} tomó y {lo} puso en las manos del que estaba vestido de lino, el cual {lo} tomó y salió.
Y la gloria del SEÑOR salió de sobre el umbral del templo y se puso sobre los querubines.
Cuando el hombre salió {hacia} el oriente con un cordel en la mano, midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas, con el agua {hasta} los tobillos.
Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño, que creció mucho hacia el sur, hacia el oriente y hacia la {Tierra} Hermosa.
Entonces salió Jonás de la ciudad y se sentó al oriente de la misma. Allí se hizo un cobertizo y se sentó bajo él a la sombra, hasta ver qué sucedería en la ciudad.
Y he aquí, cuando el ángel que hablaba conmigo salía, otro ángel le salió al encuentro,
Salió el ángel que hablaba conmigo, y me dijo: Alza ahora tus ojos y mira qué es esto que sale.
Después de ser bautizado, Jesús salió del agua inmediatamente; y he aquí, los cielos se abrieron, y él vio al Espíritu de Dios que descendía como una paloma y venía sobre El.
Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, {le} rogaron que se fuera de su comarca.
Ese mismo día salió Jesús de la casa y se sentó a la orilla del mar.
Y les habló muchas cosas en parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar;
pero cuando salió el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
Mientras estaba aún hablando, he aquí, una nube luminosa los cubrió; y una voz {salió} de la nube, diciendo: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido; a El oíd.
Y Jesús lo reprendió y el demonio salió de él, y el muchacho quedó curado desde aquel momento.
Porque el reino de los cielos es semejante a un hacendado que salió muy de mañana para contratar obreros para su viña.
Y salió como a la hora tercera, y vio parados en la plaza a otros {que estaban} sin trabajo;
Y dejándolos, salió fuera de la ciudad, a Betania, y se hospedó allí.
Cuando salió Jesús del templo, {y} se iba, se le acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo.
Cuando salió al portal, lo vio otra {sirvienta} y dijo* a los que estaban allí: Este estaba con Jesús el nazareno.
Y he aquí que Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¿Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies y le adoraron.
Entonces el espíritu inmundo, causándole convulsiones, gritó a gran voz y salió de él.
Levantándose muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, salió, y se fue a un lugar solitario, y allí oraba.
Pero él, en cuanto salió, comenzó a proclamarlo abiertamente y a divulgar el hecho, a tal punto que Jesús ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que se quedaba fuera en lugares despoblados; y venían a El de todas partes.
Y él se levantó, y tomando al instante la camilla, salió a la vista de todos, de manera que todos estaban asombrados, y glorificaban a Dios, diciendo: Jamás hemos visto cosa semejante.
Y El salió de nuevo a la orilla del mar, y toda la multitud venía a El, y les enseñaba.
¿Oíd! He aquí, el sembrador salió a sembrar;
Pero cuando salió el sol, se quemó; y por no tener raíz, se secó.
Y cuando El salió de la barca, enseguida vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo,
Ella salió y dijo a su madre: ¿Qué pediré? Y ella le respondió: La cabeza de Juan el Bautista.
Salió Jesús con sus discípulos a las aldeas de Cesarea de Filipo; y en el camino preguntó a sus discípulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo?
Entonces se formó una nube, cubriéndolos, y una voz salió de la nube: Este es mi Hijo amado; a El oíd.
Y después de gritar y de sacudirlo con terribles convulsiones, salió: y {el muchacho} quedó como muerto, tanto, que la mayoría {de ellos} decían: ¡Está muerto!
Y entró en Jerusalén, {llegó} al templo, y después de mirar todo a su alrededor, salió para Betania con los doce, siendo ya avanzada la hora.
Pero él {lo} negó, diciendo: Ni sé, ni entiendo de qué hablas. Y salió al portal, y un gallo cantó.
Pero cuando salió, no podía hablarles, y se dieron cuenta de que había visto una visión en el templo; y él les hablaba por señas, y permanecía mudo.
Y aconteció en aquellos días que salió un edicto de César Augusto, para que se hiciera un censo de todo el mundo habitado.
Jesús entonces lo reprendió, diciendo: ¿Cállate y sal de él! Y después que el demonio lo derribó en medio {de ellos,} salió de él sin hacerle ningún daño.
Y levantándose, {salió} de la sinagoga y entró en casa de Simón. Y la suegra de Simón se hallaba sufriendo con una fiebre muy alta, y le rogaron por ella.
Cuando se hizo de día, salió y se fue a un lugar solitario; y las multitudes le buscaban, y llegaron adonde El {estaba} y procuraron detenerle para que no se separara de ellos.