'Se' en la Biblia
por el cual recibimos la gracia y el apostolado, para hacer que se obedezca a la fe entre todos los gentiles en su Nombre,
Porque en él la justicia de Dios se descubre de fe en fe. Como está escrito: Mas el justo vivirá por la fe.
porque lo que de Dios se conoce, a ellos es manifiesto; porque Dios se lo manifestó.
Porque las cosas invisibles de él; su eterna potencia y divinidad, se ven entendidas por la creación del mundo, y por las cosas que son hechas, para que no haya excusa;
porque habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias; antes se desvanecieron en sus fantasías, y el tonto corazón de ellos fue entenebrecido.
Diciéndose ser sabios, se hicieron fatuos,
y del mismo modo también los machos, dejando el uso natural de las hembras, se encendieron en sus concupiscencias los unos con los otros, cometiendo cosas nefandas machos con machos, y recibiendo en sí mismos la recompensa que provino de su error.
Porque los gentiles que no tienen la ley, haciendo naturalmente lo que es de la ley, los tales, aunque no tengan la ley, ellos mismos se son ley,
Tú pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? ¿Tú, que predicas que no se ha de hurtar, hurtas?
¿Tú, que dices que no se ha de adulterar, adulteras? ¿Tú, que abominas los ídolos, cometes sacrilegio?
Porque no es judío el que lo es exteriormente; ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne,
todos se apartaron, a una fueron hechos inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno;
Pero sabemos que todo lo que la ley dice, a los que están en la ley lo dice, para que toda boca se tape, y que todo el mundo se sujete a Dios;
porque por las obras de la ley ninguna carne se justificará delante de él; porque por la ley es el conocimiento del pecado.
Pero ahora, sin la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, testificada por la ley y por los profetas;
Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda.
Y no se enflaqueció en la fe, ni consideró su cuerpo ya muerto (siendo ya de casi cien años) ni muerta la matriz de Sara;
seguros de que el Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñoreará más de él.
Para que el pecado no se enseñoree de vosotros; porque no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
¿O ignoráis, hermanos (hablo con los que saben la ley), que la ley solamente se enseñorea del hombre entre tanto que vive?
Así que, viviendo el marido, se llamará adúltera si fuere de otro varón; mas si su marido muriere, es libre de la ley (del marido); de tal manera que no será adúltera si fuere de otro marido.
Y yo sé que en mí (es a saber, en mi carne) no mora el bien, porque tengo el querer, mas efectuar el bien no lo alcanzo.
mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
por cuanto la prudencia de la carne es enemistad contra Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede.
Porque tengo por cierto que lo que en este tiempo se padece, no es de comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada.
Porque en esperanza somos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, no lo espera.
Me dirás pues: ¿Por qué, pues, se enoja? porque ¿quién resistirá a su voluntad?
Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios.
Porque con el corazón se cree para alcanzar justicia; mas con la boca se hace confesión para alcanzar salud.
Si se puede hacer, en cuanto sea posible en vosotros, tened paz con todos los hombres.
Toda alma se someta a las potestades superiores; porque no hay potestad sino de Dios; y las que están, de Dios son ordenadas.
Así que, el que se opone a la potestad, a la ordenación de Dios resiste; y los que resisten, ellos mismos ganan condenación para sí.
Porque: No adulterarás; no cometerás homidicio; no hurtarás; no dirás falso testimonio; no codiciarás; y si hay algún otro mandamiento, en esta palabra se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Porque alguno cree que se ha de comer de todas las cosas; otro enfermo, come legumbres.
¿Tú quién eres que juzgas al siervo ajeno? Por su señor está en pie, o cae; y si cae se afirmará; que poderoso es el Señor para afirmarle.
Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios.
Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que por amor a él nada hay inmundo; mas a aquel que piensa de alguna cosa ser inmunda, para él es inmunda.
Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda o sea enfermo.
Tú tienes fe; tenla contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo con lo que aprueba.
Porque el Cristo no se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperan, cayeron sobre mí.
Y otra vez, dice Isaías: Estará la raíz de Jessé, y el que se levantará a regir los gentiles; los gentiles esperarán la salvación en él.
Porque sé que cuando llegue a vosotros, llegaré en la plenitud de la bendición del Cristo.