47 Versículos de la Biblia sobre ayudar a los más necesitados
Versículos Más Relevantes
El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar á los que están en cualquiera angustia, con la consolación con que nosotros somos consolados de Dios.
Para que sea tu limosna en secreto: y tu Padre que ve en secreto, él te recompensará en público.
Entonces en Joppe había una discípula llamada Tabita, que si lo declaras, quiere decir Dorcas. Esta era llena de buenas obras y de limosnas que hacía.
Cuando pues haces limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las plazas, para ser estimados de los hombres: de cierto os digo, que ya tienen su recompensa.
Mas el que tuviere bienes de este mundo, y viere á su hermano tener necesidad, y le cerrare sus entrañas, ¿cómo está el amor de Dios en él?
No mirando cada uno á lo suyo propio, sino cada cual también á lo de los otros.
El juzgó la causa del afligido y del menesteroso, y entonces estuvo bien. ¿No es esto conocerme á mí? dice Jehová.
Y de hacer bien y de la comunicación no os olvidéis: porque de tales sacrificios se agrada Dios.
Si alguno habla, hable conforme á las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme á la virtud que Dios suministra: para que en todas cosas sea Dios glorificado por Jesucristo, al cual es gloria é imperio para siempre jamás. Amén.
A Jehová empresta el que da al pobre, Y él le dará su paga.
Sino para que en este tiempo, con igualdad, vuestra abundancia supla la falta de ellos, para que también la abundancia de ellos supla vuestra falta, porque haya igualdad;
Y á unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero doctores; luego facultades; luego dones de sanidades, ayudas, gobernaciones, géneros de lenguas.
¿No es que partas tu pan con el hambriento, y á los pobres errantes metas en casa; que cuando vieres al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu carne?
MIRAD que no hagáis vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos: de otra manera no tendréis merced de vuestro Padre que está en los cielos.
Porque no faltarán menesterosos de en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano á tu hermano, á tu pobre, y á tu menesteroso en tu tierra.
Comunicando á las necesidades de los santos; siguiendo la hospitalidad.
Porque no digo esto para que haya para otros desahogo, y para vosotros apretura;
El que exhorta, en exhortar; el que reparte, hágalo en simplicidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.
Cada uno según el don que ha recibido, adminístrelo á los otros, como buenos dispensadores de las diferentes gracias de Dios.
Así que, entre tanto que tenemos tiempo, hagamos bien á todos, y mayormente á los domésticos de la fe.
Ayudándonos también vosotros con oración por nosotros, para que por la merced hecha á nos por respeto de muchos, por muchos sean hechas gracias por nosotros.
Porque no para siempre será olvidado el pobre; Ni la esperanza de los pobres perecerá perpetuamente.
El que hurtaba, no hurte más; antes trabaje, obrando con sus manos lo que es bueno, para que tenga de qué dar al que padeciere necesidad.
Y aprendan asimismo los nuestros á gobernarse en buenas obras para los usos necesarios, para que no sean sin fruto.
Al Músico principal: Salmo de David. BIENAVENTURADO el que piensa en el pobre: En el día malo lo librará Jehová.
El que cierra su oído al clamor del pobre, También él clamará, y no será oído.
Y vendían las posesiones, y las haciendas, y repartíanlas á todos, como cada uno había menester.
Bienaventurados los pobres en espíritu: porque de ellos es el reino de los cielos.
Abre tu boca por el mudo, En el juicio de todos los hijos de muerte.
Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, que con facilidad comuniquen;
Mas haced salvos á los otros por temor, arrebatándolos del fuego; aborreciendo aun la ropa que es contaminada de la carne.
Que siempre tendréis los pobres con vosotros, y cuando quisiereis les podréis hacer bien; mas á mí no siempre me tendréis.
Nada hagáis por contienda ó por vanagloria; antes bien en humildad, estimándoos inferiores los unos á los otros:
He aquí que esta fué la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, hartura de pan, y abundancia de ociosidad tuvo ella y sus hijas; y no corroboró la mano del afligido y del menesteroso.
Porque él librará al menesteroso que clamare, Y al afligido que no tuviere quien le socorra.
Porque la suministración de este servicio, no solamente suple lo que á los santos falta, sino también abunda en muchos hacimientos de gracias á Dios:
Porque en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer á los que son tentados.
Y como queréis que os hagan los hombres, así hacedles también vosotros:
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