50 Versículos de la Biblia sobre ayudar a los necesitados

El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar á los que están en cualquiera angustia, con la consolación con que nosotros somos consolados de Dios.

Si estorbé el contento de los pobres, E hice desfallecer los ojos de la viuda;

No detengas el bien de sus dueños, Cuando tuvieres poder para hacerlo.

Mas el que tuviere bienes de este mundo, y viere á su hermano tener necesidad, y le cerrare sus entrañas, ¿cómo está el amor de Dios en él?

Bienaventurados los pobres en espíritu: porque de ellos es el reino de los cielos.

Sino para que en este tiempo, con igualdad, vuestra abundancia supla la falta de ellos, para que también la abundancia de ellos supla vuestra falta, porque haya igualdad;

Abre tu boca por el mudo, En el juicio de todos los hijos de muerte.

A Jehová empresta el que da al pobre, Y él le dará su paga.

Así que, entre tanto que tenemos tiempo, hagamos bien á todos, y mayormente á los domésticos de la fe.

El juzgó la causa del afligido y del menesteroso, y entonces estuvo bien. ¿No es esto conocerme á mí? dice Jehová.

Comunicando á las necesidades de los santos; siguiendo la hospitalidad.

Y si hiciereis bien á los que os hacen bien, ¿qué gracias tendréis? porque también los pecadores hacen lo mismo.

Y de hacer bien y de la comunicación no os olvidéis: porque de tales sacrificios se agrada Dios.

Y serás bienaventurado; porque no te pueden retribuir; mas te será recompensado en la resurrección de los justos.

Al que te pidiere, dale; y al que quisiere tomar de ti prestado, no se lo rehuses.

Porque él librará al menesteroso que clamare, Y al afligido que no tuviere quien le socorra.

Librad al afligido y al necesitado: Libradlo de mano de los impíos.

Y á los que tornan atrás de en pos de Jehová; y á los que no buscaron á Jehová, ni preguntaron por él.

El que hurtaba, no hurte más; antes trabaje, obrando con sus manos lo que es bueno, para que tenga de qué dar al que padeciere necesidad.

Porque en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer á los que son tentados.

En todo os he enseñado que, trabajando así, es necesario sobrellevar á los enfermos, y tener presente las palabras del Señor Jesús, el cual dijo: Más bienaventurada cosa es dar que recibir.

¿No es que partas tu pan con el hambriento, y á los pobres errantes metas en casa; que cuando vieres al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu carne?

Porque libraba al pobre que gritaba, Y al huérfano que carecía de ayudador.

Al Músico principal: Salmo de David. BIENAVENTURADO el que piensa en el pobre: En el día malo lo librará Jehová.

Cercano está Jehová á todos los que le invocan, A todos los que le invocan de veras.

El que cierra su oído al clamor del pobre, También él clamará, y no será oído.

Mas ayudado del auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio á pequeños y á grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de venir:

Que siempre tendréis los pobres con vosotros, y cuando quisiereis les podréis hacer bien; mas á mí no siempre me tendréis.

Sostiene Jehová á todos los que caen, Y levanta á todos los oprimidos.

ASI que, los que somos más firmes debemos sobrellevar las flaquezas de los flacos, y no agradarnos á nosotros mismos.

Apresúrate á ayudarme, Oh Señor, mi salud.

No mirando cada uno á lo suyo propio, sino cada cual también á lo de los otros.

Y aprendan asimismo los nuestros á gobernarse en buenas obras para los usos necesarios, para que no sean sin fruto.

Y Jehová los ayudará, Y los librará: y libertarálos de los impíos, y los salvará, Por cuanto en él esperaron.

Honra á las viudas que en verdad son viudas.

Cuando hubiere en ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en tu tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano á tu hermano pobre:

Y vendían las posesiones, y las haciendas, y repartíanlas á todos, como cada uno había menester.

Asimismo te ruego también á ti, hermano compañero, ayuda á las que trabajaron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también, y los demás mis colaboradores, cuyos nombres están en el libro de la vida.

Yo sé que hará Jehová el juicio del afligido, El juicio de los menesterosos.

Si dejares de librar los que son tomados para la muerte, Y los que son llevados al degolladero;

Y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y hartaos; pero no les diereis las cosas que son necesarias para el cuerpo: ¿qué aprovechará?

Por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora:

Y oyéndolo Jesús, le dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.

Entonces me llamarán, y no responderé; Buscarme han de mañana, y no me hallarán:

Cuando pues haces limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las plazas, para ser estimados de los hombres: de cierto os digo, que ya tienen su recompensa.

Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará de mí: Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.

Mas cuando haces banquete, llama á los pobres, los mancos, los cojos, los ciegos;

Que tenga testimonio en buenas obras; si crió hijos; si ha ejercitado la hospitalidad; si ha lavado los pies de los santos; si ha socorrido á los afligidos; si ha seguido toda buena obra.

Juzgará los afligidos del pueblo, Salvará los hijos del menesteroso, Y quebrantará al violento.

Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz será con vosotros.