42 Versículo de la Biblia sobre las madres

Hay generación que maldice á su padre, Y á su madre no bendice.

Hay generación limpia en su opinión, Si bien no se ha limpiado su inmundicia. Hay generación cuyos ojos son altivos, Y cuyos párpados son alzados. Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, Para devorar á los pobres de la tierra, y de entre los hombres á los menesterosos.

Hay generación que maldice á su padre, Y á su madre no bendice. Hay generación limpia en su opinión, Si bien no se ha limpiado su inmundicia. Hay generación cuyos ojos son altivos, Y cuyos párpados son alzados.Leer más.
Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, Para devorar á los pobres de la tierra, y de entre los hombres á los menesterosos.

Alégrense tu padre y tu madre, Y gócese la que te engendró.

El hijo necio es enojo á su padre, Y amargura á la que lo engendró.

Y respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?

El que ama padre ó madre más que á mí, no es digno de mí; y el que ama hijo ó hija más que á mí, no es digno de mí.

Antes fuimos blandos entre vosotros como la que cría, que regala á sus hijos:

Oye á tu padre, á aquel que te engendró; Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.

Oye, hijo mío, la doctrina de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre:

Como aquel á quien consuela su madre, así os consolaré yo á vosotros, y en Jerusalem tomaréis consuelo.

He sido extrañado de mis hermanos, Y extraño á los hijos de mi madre.

Hija de tu madre eres tú, que desechó á su marido y á sus hijos; y hermana de tus hermanas eres tú, que desecharon á sus maridos y á sus hijos: vuestra madre fué Hethea, y vuestro padre Amorrheo.

Y reyes serán tus ayos, y sus reinas tus amas de leche; el rostro inclinado á tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies: y conocerás que yo soy Jehová, que no se avergonzarán los que me esperan.

Entonces se llegó á él la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, adorándo le, y pidiéndole algo.

Saludad á Rufo, escogido en el Señor, y á su madre y mía.

Las sentencias de Salomón. EL hijo sabio alegra al padre; Y el hijo necio es tristeza de su madre.

Y como el Señor la vió, compadecióse de ella, y le dice: No llores.

Por esto dejará el hombre á su padre y á su madre, y se allegará á su mujer, y serán dos en una carne.

El hijo sabio alegra al padre: Mas el hombre necio menosprecia á su madre.

ASI dijo Jehová: ¿Qué es de la carta de repudio de vuestra madre, con la cual yo la repudié? ¿ó quiénes son mis acreedores, á quienes os he yo vendido? He aquí que por vuestras maldades sois vendidos, y por vuestras rebeliones fué repudiada vuestra madre:

Pleitead con vuestra madre, pleitead; porque ella no es mi mujer, ni yo su marido; quite pues sus fornicaciones de su rostro, y sus adulterios de entre sus pechos;

Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, Y no dejes la enseñanza de tu madre:

Oye, hijo mío, la doctrina de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre: Porque adorno de gracia serán á tu cabeza, Y collares á tu cuello.

Empero tú eres el que me sacó del vientre, El que me haces esperar desde que estaba á los pechos de mi madre.

Porque he venido para hacer disensión del hombre contra su padre, y de la hija contra su madre, y de la nuera contra su suegra.

Y él les dijo: De cierto os digo, que nadie hay que haya dejado casa, padres, ó hermanos, ó mujer, ó hijos, por el reino de Dios,

A las ancianas, como á madres; á las jovencitas, como á hermanas, con toda pureza.

Honra á tu padre y á tu madre, que es el primer mandamiento con promesa,

Mas ­ay de las preñadas, y de las que crían en aquellos días! porque habrá apuro grande sobre la tierra é ira en este pueblo.

Cada uno temerá á su madre y á su padre, y mis sábados guardaréis: Yo Jehová vuestro Dios.

Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están fuera, que te quieren hablar.