31 Versículos de la Biblia sobre trabajar arduamente y no ser perezoso
Versículos Más Relevantes
La mano negligente hace pobre; mas la mano de los diligentes enriquece.
Diligentes, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor.
La mano de los diligentes señoreará; mas la negligencia será tributaria.
Pasé junto al campo del perezoso, y junto a la viña del hombre falto de entendimiento;
El alma del perezoso desea, y nada alcanza; mas el alma de los diligentes será engordada.
El perezoso no ara a causa del invierno; mendigará, pues, en la siega, y no hallará.
Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia; mas los del presuroso, de cierto llevan a la pobreza.
También el que es negligente en su obra, es hermano del hombre disipador.
Por la pereza se cae la techumbre, y por la flojedad de manos se llueve la casa.
El camino del perezoso es como seto de espinos; mas la vereda de los rectos como una calzada.
Que no os hagáis perezosos, sino que sigáis el ejemplo de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.
En toda labor hay fruto; mas la palabra sólo de labios empobrece.
Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
Del cual tenemos mucho que decir, y difícil de describir, por cuanto sois tardos para oír.
Porque el bebedor y el comilón empobrecerán; y el sueño hará que el hombre vista de harapos.
¿Has visto un hombre diligente en su obra? Delante de los reyes estará; no estará delante de los hombres impíos.
El que recoge en el estío es hombre entendido; el que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza.
Porque aun cuando estábamos con vosotros, os mandábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.
Porque oímos que hay algunos de entre vosotros que andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino ocupados en curiosear.
como también en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición.
Maldito el que hiciere engañosamente la obra de Jehová, y maldito el que detuviere su espada de la sangre.
El trabajo de los necios los fatiga; porque no saben por dónde ir a la ciudad.
Agrávese la servidumbre sobre ellos, para que se ocupen en ella, y no atiendan a palabras de mentira.
Y los ojos de Lea eran tiernos, pero Raquel era de lindo semblante y de hermoso parecer.
Los proverbios de Salomón. El hijo sabio alegra al padre; pero el hijo necio es tristeza de su madre.
Por lo cual, amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia que seáis hallados de Él en paz, sin mácula y sin reprensión.
El que guarda su boca guarda su alma; mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.
Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el sepulcro, adonde tú vas, no hay obra, ni industria, ni conocimiento, ni sabiduría.
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