'Contienda' en la Biblia
Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot; y el cananeo y el ferezeo habitaban entonces en la tierra.
Y Joás respondió a todos los que estaban junto a él: ¿Contenderéis vosotros por Baal? ¿Le salvaréis vosotros? Cualquiera que contendiere por él, que muera mañana. Si es un dios, que contienda por sí mismo con el que derribó su altar.
Y Jefté les respondió: Yo tuve, y mi pueblo, una gran contienda con los hijos de Amón, y os llamé, y no me defendisteis de sus manos.
Nos pusiste por contienda a nuestros vecinos; y nuestros enemigos se burlan entre sí.
Sólo por la soberbia viene la contienda; mas con los avisados está la sabiduría.
Mejor es un bocado seco, y en paz, que la casa de contienda llena de víctimas.
El principio de la discordia es como cuando alguien suelta las aguas; deja, pues, la contienda, antes que se enmarañe.
El que ama la prevaricación ama la contienda; y el que mucho abre su puerta, busca la ruina.
Los labios del necio entran en contienda; y su boca los azotes llama.
Honra es al hombre el apartarse de contienda; mas todo insensato se envolverá en ella.
Echa fuera al escarnecedor, y saldrá la contienda, y cesará el pleito y la afrenta.
Sin leña se apaga el fuego; y donde no hay chismoso, cesa la contienda.
El carbón para brasas, y la leña para el fuego; y el hombre rencilloso para encender contienda.
Ciertamente el que bate la leche, sacará mantequilla; y el que recio se suena la nariz, sacará sangre; y el que provoca la ira, causará contienda.
Los buscarás, y no los hallarás, los que tienen contienda contigo, serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen guerra.
¡Ay de mí, madre mía, que me has engendrado hombre de contienda y hombre de discordia a toda la tierra! Nunca les di a logro, ni lo tomé de ellos; y todos me maldicen.
Ciertamente hombre no contienda ni reprenda a hombre, porque tu pueblo es como los que resisten al sacerdote.
¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que mire molestia, y saqueo y violencia delante de mí, habiendo además quien levante pleito y contienda?
Así que, cuando Pablo y Bernabé tuvieron una disensión y contienda no pequeña con ellos, determinaron que Pablo y Bernabé, y algunos otros de ellos, subiesen a Jerusalén a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión.
Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; y otros también de buena voluntad.
Nada hagáis por contienda o vanagloria; antes bien con humildad, estimándoos unos a otros como superiores a sí mismos,
Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.