'Digas' en la Biblia
que desde un hilo hasta la correa de un zapato, nada tomaré de todo lo que es tuyo, para que no digas: Yo enriquecí a Abram.
Y fue que, cuando Dios me hizo salir errante de la casa de mi padre, yo le dije: Esta es la misericordia que tú me harás, que en todos los lugares donde llegáremos, digas de mí: Mi hermano es.
y dijo: ¿De quién eres hija? Te ruego me digas, ¿hay lugar en casa de tu padre donde posemos?
Y vino Dios a Labán, el arameo, en sueños aquella noche, y le dijo: Guárdate que no digas a Jacob bueno ni malo.
Poder hay en mi mano para haceros mal; mas el Dios de vuestro padre me habló anoche diciendo: Guárdate que no digas a Jacob ni bueno ni malo.
¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la cual juraste a sus padres?
y digas en tu corazón: Mi potencia y la fortaleza de mi mano me han traído esta riqueza.
No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo tomará y nos lo recitará, para que lo cumplamos?
Ni está al otro lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros el mar, para que nos lo tome y nos lo recite, a fin de que lo cumplamos?
Y David le dijo: ¿Qué ha acontecido? Te ruego que me lo digas. Y él respondió: El pueblo huyó de la batalla, y también muchos del pueblo cayeron y están muertos; también Saúl y Jonatán su hijo murieron.
Y el rey le dijo: ¿Hasta cuántas veces he de conjurarte que no me digas sino la verdad en el nombre del SEÑOR?
Aunque más digas, no lo mirará; haz juicio delante de él, y espera en él.
No digas a tu prójimo: Ve, y vuelve, y mañana te daré; cuando tienes contigo qué darle.
y digas: ¡Cómo aborrecí el castigo, y mi corazón menospreció la reprensión;
No digas, yo me vengaré; espera al SEÑOR, y él te salvará.
No digas: Como me hizo, así le haré; daré el pago al varón según su obra.
No sueltes tu boca para hacer pecar a tu carne; ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se aíre a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?
Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueran mejores que éstos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría.
Y acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los malos días, y lleguen los años, de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento.
Ahora fueron creadas, no en días pasados, ni antes de este día las habías oído; para que no digas: He aquí que yo lo sabía.
Para que digas a los presos: Salid; y a los que están en tinieblas: Manifestaos. Sobre los caminos serán apacentados, y en todas las cumbres serán sus pastos.
Y me dijo el SEÑOR: No digas, soy niño; porque a todo lo que te enviare irás tú, y dirás todo lo que te mandare.
Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; mas ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece el presente que mandó Moisés, para que les conste.
Mas Jesús callaba. Respondiendo el sumo sacerdote, le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, Hijo de Dios.
y le dice: Mira, no digas a nadie nada; sino ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu limpieza lo que Moisés mandó, para testimonio a ellos.
Y le envió a su casa, diciendo: No entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea.
Los mandamientos sabes: No adulteres. No cometas homicidio. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre.
Mas la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer de lo alto al Cristo);