'Gran' en la Biblia
Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que {era} bueno en gran manera. Y fue la tarde y fue la mañana: el sexto día.
A la mujer dijo: En gran manera multiplicaré tu dolor en el parto, con dolor darás a luz los hijos; y con todo, tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti.
El año seiscientos de la vida de Noé, el mes segundo, a los diecisiete días del mes, en ese mismo día se rompieron todas las fuentes del gran abismo, y las compuertas del cielo fueron abiertas.
Y los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra el SEÑOR en gran manera.
Y sucedió que a la puesta del sol un profundo sueño cayó sobre Abram, y he aquí que el terror de una gran oscuridad cayó sobre él.
Y yo estableceré mi pacto contigo, y te multiplicaré en gran manera.
Te haré fecundo en gran manera, y de ti haré naciones, y de ti saldrán reyes.
Y en cuanto a Ismael, te he oído; he aquí, yo lo bendeciré y lo haré fecundo y lo multiplicaré en gran manera. Engendrará a doce príncipes y haré de él una gran nación.
Abimelec se levantó muy de mañana, llamó a todos sus siervos y relató todas estas cosas a oídos de ellos; y los hombres se atemorizaron en gran manera.
Y el niño creció y fue destetado, y Abraham hizo un gran banquete el día que Isaac fue destetado.
Y el asunto angustió a Abraham en gran manera por tratarse de su hijo.
Levántate, alza al muchacho y sostenlo con tu mano; porque yo haré de él una gran nación.
de cierto te bendeciré grandemente, y multiplicaré en gran manera tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena en la orilla del mar, y tu descendencia poseerá la puerta de sus enemigos.
Y el SEÑOR ha bendecido en gran manera a mi señor, que se ha enriquecido, y le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos.
Así prosperó el hombre en gran manera, y tuvo grandes rebaños, y siervas y siervos, y camellos y asnos.
Y tú dijiste: ``De cierto te haré prosperar, y haré tu descendencia como la arena del mar que no se puede contar por {su} gran cantidad."
Y los hijos de Jacob regresaron del campo al oírlo. Y aquellos hombres se entristecieron y se irritaron en gran manera porque {Siquem} había cometido una infamia en Israel acostándose con la hija de Jacob, pues tal cosa no debe hacerse.
Al proseguir el viaje, hubo gran terror en las ciudades alrededor de ellos, y no persiguieron a los hijos de Jacob.
No hay nadie más grande que yo en esta casa, y nada me ha rehusado excepto a ti, pues tú eres su mujer. ¿Cómo entonces iba yo a hacer esta gran maldad y pecar contra Dios?
llamó a los hombres de su casa y les dijo: Mirad, nos ha traído un hebreo para que se burle de nosotros; vino a mí para acostarse conmigo, pero yo grité a gran voz.
He aquí, vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto;
Así José almacenó grano en gran abundancia, como la arena del mar, hasta que dejó de medir{lo} porque no se podía medir.
Y Dios me envió delante de vosotros para preservaros un remanente en la tierra, y para guardaros con vida mediante una gran liberación.
Y El dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas descender a Egipto, porque allí te haré una gran nación.
E Israel habitó en la tierra de Egipto, en Gosén; y adquirieron allí propiedades y fueron fecundos y se multiplicaron en gran manera.
Pero los hijos de Israel fueron fecundos y aumentaron mucho, y se multiplicaron y llegaron a ser poderosos en gran manera, y la tierra se llenó de ellos.
``Y habrá gran clamor en toda la tierra de Egipto, como nunca {antes} lo ha habido y como nunca más lo habrá.
Y se levantó Faraón en la noche, él con todos sus siervos y todos los egipcios; y hubo gran clamor en Egipto, porque no había hogar donde no hubiera alguien muerto.
Subió también con ellos una multitud mixta, juntamente con ovejas y vacadas, una gran cantidad de ganado.
Cuando Israel vio el gran poder que el SEÑOR había usado contra los egipcios, el pueblo temió al SEÑOR, y creyeron en el SEÑOR y en Moisés, su siervo.
Ahora pues, déjame, para que se encienda mi ira contra ellos y los consuma; mas de ti yo haré una gran nación.
Entonces Moisés suplicó ante el SEÑOR su Dios, y dijo: Oh SEÑOR, ¿por qué se enciende tu ira contra tu pueblo, que tú has sacado de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte?
Entonces dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo para que hayas traído sobre él {tan} gran pecado?
Y sucedió que al día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros habéis cometido un gran pecado, y yo ahora voy a subir al SEÑOR, quizá pueda hacer expiación por vuestro pecado.
Entonces volvió Moisés al SEÑOR y dijo: ¡Ay!, este pueblo ha cometido un gran pecado: se ha hecho un dios de oro.
Y Moisés oyó llorar al pueblo, por sus familias, cada uno a la puerta de su tienda; y la ira del SEÑOR se encendió en gran manera, y a Moisés no le agradó.
Y dieron un mal informe a los hijos de Israel de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por la que hemos ido para reconocerla es una tierra que devora a sus habitantes, y toda la gente que vimos en ella son hombres de {gran} estatura.
y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por la que pasamos para reconocerla es una tierra buena en gran manera.
porque en verdad te honraré en gran manera, y haré cualquier cosa que me digas. Ven, pues, te ruego, y maldíceme a este pueblo."
``Volveos; partid e id a la región montañosa de los amorreos, y a todos sus vecinos, en el Arabá, en la región montañosa, en el valle, en el Neguev, y por la costa del mar, la tierra de los cananeos y el Líbano, hasta el gran río, el río Eufrates.
Así que guardad{los} y poned{los} por obra, porque esta será vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos que al escuchar todos estos estatutos, dirán: ``Ciertamente esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente."
Desde los cielos te hizo oír su voz para disciplinarte; y sobre la tierra te hizo ver su gran fuego, y oíste sus palabras de en medio del fuego.
Porque El amó a tus padres, por eso escogió a su descendencia después de ellos; y personalmente te sacó de Egipto con su gran poder,
Estas palabras el SEÑOR habló a toda vuestra asamblea en el monte, de en medio del fuego, {de} la nube y {de} las densas tinieblas con una gran voz, y no añadió más. Y las escribió en dos tablas de piedra y me las dio.
``Ahora pues, ¿por qué hemos de morir? Porque este gran fuego nos consumirá; si seguimos oyendo la voz del SEÑOR nuestro Dios, entonces moriremos.
Escucha, pues, oh Israel, y cuida de hacer{lo,} para que te vaya bien y te multipliques en gran manera, {en} una tierra que mana leche y miel, tal como el SEÑOR, el Dios de tus padres, te ha prometido.
Pero el SEÑOR tu Dios las entregará delante de ti, y producirá entre ellas gran confusión hasta que perezcan.
``Sin embargo, ellos son tu pueblo, tu heredad, a quien tú has sacado con tu gran poder y tu brazo extendido."
Pero vuestros propios ojos han visto toda la gran obra que el SEÑOR ha hecho.
Esto es conforme a todo lo que pediste al SEÑOR tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: ``No vuelva yo a oír la voz del SEÑOR mi Dios, no vuelva a ver este gran fuego, no sea que muera."
y el SEÑOR nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido, con gran terror, con señales y milagros;
Te herirá el SEÑOR de tisis, de fiebre, de inflamación y de gran ardor, con la espada, con tizón y con añublo; y te perseguirán hasta que perezcas.
Y dirán todas las naciones: `` ¿Por qué ha hecho así el SEÑOR a esta tierra? ¿Por qué esta gran explosión de ira?"
y el SEÑOR los desarraigó de su tierra con ira, con furor y con gran enojo, y los arrojó a otra tierra, hasta hoy."
Desde el desierto y este Líbano hasta el gran río, el río Eufrates, toda la tierra de los hititas hasta el mar Grande {que está} hacia la puesta del sol, será vuestro territorio.
las aguas que venían de arriba se detuvieron {y} se elevaron en un montón, a una gran distancia en Adam, la ciudad que está al lado de Saretán; y las que descendían hacia el mar de Arabá, el mar Salado, fueron cortadas completamente. Y el pueblo pasó frente a Jericó.
Y sucederá que cuando toquen un sonido prolongado con el cuerno de carnero, y cuando oigáis el sonido de la trompeta, todo el pueblo gritará a gran voz, y la muralla de la ciudad se vendrá abajo; entonces el pueblo subirá, cada hombre derecho hacia adelante.
Entonces el pueblo gritó y {los sacerdotes} tocaron las trompetas; y sucedió que cuando el pueblo oyó el sonido de la trompeta, el pueblo gritó a gran voz y la muralla se vino abajo, y el pueblo subió a la ciudad, cada hombre derecho hacia adelante, y tomaron la ciudad.
Porque los cananeos y todos los habitantes de la tierra se enterarán de ello, y nos rodearán y borrarán nuestro nombre de la tierra. ¿Y qué harás tú por tu gran nombre?
Y levantaron sobre él un gran montón de piedras que permanece hasta hoy; y el SEÑOR se volvió del furor de su ira. Por eso se ha llamado aquel lugar el valle de Acor hasta el día de hoy.
Y colgó al rey de Hai en un árbol hasta la tarde; y a la puesta del sol Josué dio orden que bajaran su cadáver del árbol; lo arrojaron a la entrada de la puerta de la ciudad y levantaron sobre él un gran montón de piedras {que permanece} hasta el día de hoy.
Y ellos respondieron a Josué, y dijeron: Porque ciertamente tus siervos fueron informados de que el SEÑOR tu Dios había mandado a su siervo Moisés que os diera toda la tierra, y que destruyera a todos los habitantes de la tierra delante de vosotros; por tanto, temimos en gran manera por nuestras vidas a causa de vosotros, y hemos hecho esto.
tuvo gran temor, porque Gabaón {era} una gran ciudad, como una de las ciudades reales, y porque era más grande que Hai, y todos sus hombres {eran} valientes.
Y el SEÑOR los desconcertó delante de Israel, y los hirió con gran matanza en Gabaón, y los persiguió por el camino de la subida de Bet-horón, y los hirió hasta Azeca y Maceda.
Y sucedió que cuando Josué y los hijos de Israel terminaron de herirlos con gran matanza, hasta que fueron destruidos, y que los sobrevivientes que de ellos quedaron habían entrado en las ciudades fortificadas,
Y habló Josué a la casa de José, a Efraín y a Manasés, diciendo: Eres un pueblo numeroso y tienes gran poder; no te tocará {sólo} una suerte,
Y escribió Josué estas palabras en el libro de la ley de Dios; y tomó una gran piedra y la colocó allí debajo de la encina que estaba junto al santuario del SEÑOR.
Y el pueblo sirvió al SEÑOR todos los días de Josué, y todos los días de los ancianos que sobrevivieron a Josué, los cuales habían sido testigos de la gran obra que el SEÑOR había hecho por Israel.
Por dondequiera que iban, la mano del SEÑOR estaba contra ellos para mal, tal como el SEÑOR había dicho y como el SEÑOR les había jurado, y se angustiaron en gran manera.
¿Por qué te sentaste entre los rediles, escuchando los toques de flauta para los rebaños? Entre las divisiones de Rubén {había} gran escudriñamiento de corazón.
Así fue empobrecido Israel en gran manera por causa de Madián, y los hijos de Israel clamaron al SEÑOR.
Y los hijos de Amón cruzaron el Jordán para pelear también contra Judá, contra Benjamín y contra la casa de Efraín, y se angustió Israel en gran manera.
Y los hirió con una gran matanza desde Aroer hasta la entrada de Minit, veinte ciudades, hasta Abel-keramim. Y los hijos de Amón fueron sometidos delante de los hijos de Israel.
Y Jefté les respondió: Yo y mi pueblo estábamos en gran contienda con los hijos de Amón, y cuando os llamé, no me librasteis de sus manos.
Y el Espíritu del SEÑOR vino sobre él con gran poder, y lo despedazó como se despedaza un cabrito, aunque no tenía nada en su mano; pero no contó a su padre ni a su madre lo que había hecho.
Entonces el Espíritu del SEÑOR vino sobre él con gran poder, y descendió a Ascalón y mató a treinta de ellos y tomando sus despojos, dio las mudas {de ropa} a los que habían declarado el enigma. Y ardiendo en ira, subió a la casa de su padre.
Y sin piedad los hirió con gran mortandad; y descendió y habitó en la hendidura de la peña de Etam.
Después sintió una gran sed, y clamando al SEÑOR, dijo: Tú has dado esta gran liberación por mano de tu siervo, y ahora, ¿moriré yo de sed y caeré en manos de los incircuncisos?
Y los príncipes de los filisteos fueron a ella y le dijeron: Persuádelo, y ve dónde está su gran fuerza, y cómo podríamos dominarlo para atarlo y castigarlo. Entonces cada uno de nosotros te dará mil cien {piezas} de plata.
Dijo, pues, Dalila a Sansón: Te ruego que me declares dónde está tu gran fuerza y cómo se te puede atar para castigarte.
Entonces ella le dijo: ¿Cómo puedes decir: ``Te quiero", cuando tu corazón no está conmigo? Me has engañado estas tres veces y no me has declarado dónde reside tu gran fuerza.
Y los príncipes de los filisteos se reunieron para ofrecer un gran sacrificio a su dios Dagón, y para regocijarse, pues decían: Nuestro dios ha entregado a nuestro enemigo Sansón en nuestras manos.
Y fue la señal convenida entre los hombres de Israel y los emboscados, que ellos harían que se levantara una gran nube de humo de la ciudad.
Después los hijos de Israel dijeron: ¿Quién de entre todas las tribus de Israel no subió a la asamblea del SEÑOR? Porque habían hecho gran juramento en cuanto a todo aquel que no subiera al SEÑOR en Mizpa, diciendo: Ciertamente se le dará muerte.
No tengas a tu sierva por mujer indigna; porque hasta ahora he orado a causa de mi gran congoja y aflicción.
Al oír los filisteos el ruido del clamor, dijeron: ¿Qué {significa} el ruido de este gran clamor en el campamento de los hebreos? Entonces comprendieron que el arca del SEÑOR había llegado al campamento.
Respondió el que trajo la noticia y dijo: Israel ha huido delante de los filisteos, además ha habido gran matanza entre el pueblo, también han muerto tus dos hijos, Ofni y Finees, y el arca de Dios ha sido tomada.
Y sucedió que cuando la habían trasladado, la mano del SEÑOR estuvo contra la ciudad {causando} gran confusión; e hirió a los hombres de la ciudad, desde el menor hasta el mayor, saliéndoles tumores.
Y observad: si sube por el camino de su territorio a Bet-semes, entonces El nos ha hecho este gran mal. Pero si no, entonces sabremos que no fue su mano la que nos hirió; nos sucedió por casualidad.
Y el carro llegó al campo de Josué el bet-semita y se detuvo allí donde {había} una gran piedra; y ellos partieron la madera del carro y ofrecieron las vacas en holocausto al SEÑOR.
Los levitas bajaron el arca del SEÑOR y la caja que estaba con ella, en la cual estaban los objetos de oro, y las colocaron sobre la gran piedra; y los hombres de Bet-semes ofrecieron holocaustos e hicieron sacrificios aquel día al SEÑOR.
y ratones de oro {conforme} al número de todas las ciudades de los filisteos que pertenecían a los cinco príncipes, tanto de ciudades fortificadas como de aldeas sin murallas. La gran piedra sobre la cual colocaron el arca del SEÑOR {es testigo} hasta el día de hoy en el campo de Josué el bet-semita.
{El Señor} hirió a los hombres de Bet-semes porque habían mirado dentro del arca del SEÑOR. De todo el pueblo hirió a cincuenta mil setenta hombres, y el pueblo lloró porque el SEÑOR había herido al pueblo con gran mortandad.
Mientras Samuel estaba ofreciendo el holocausto, los filisteos se acercaron para pelear con Israel. Mas el SEÑOR tronó con gran estruendo aquel día contra los filisteos y los confundió, y fueron derrotados delante de Israel.
Entonces el Espíritu del SEÑOR vendrá sobre ti con gran poder, profetizarás con ellos y serás cambiado en otro hombre.
Cuando llegaron allá a la colina, he aquí, un grupo de profetas {salió} a su encuentro; y el Espíritu de Dios vino sobre él con gran poder, y profetizó entre ellos.
Presentaos ahora, y ved esta gran cosa que el SEÑOR hará delante de vuestros ojos.
Porque el SEÑOR, a causa de su gran nombre, no desamparará a su pueblo, pues el SEÑOR se ha complacido en haceros pueblo suyo.