6875 casos

'No' en la Biblia

Quizá mi padre me palpe, y entonces seré para él un engañador y traeré sobre mí una maldición y no una bendición.

Isaac entonces dijo a Jacob: Te ruego que te acerques para palparte, hijo mío, a ver si en verdad eres o no mi hijo Esaú.

Y no lo reconoció porque sus manos eran velludas como las de su hermano Esaú, y lo bendijo.

Y Esaú dijo: Con razón se llama Jacob, pues me ha suplantado estas dos veces. Me quitó mi primogenitura, y he aquí, ahora me ha quitado mi bendición. Y añadió: ¿No has reservado una bendición para mí?

Y Esaú dijo a su padre: ¿No tienes más que una bendición, padre mío? Bendíceme, {bendíceme} también a mí, padre mío. Y Esaú alzó su voz y lloró.

Y vio Esaú que Isaac había bendecido a Jacob y lo había enviado a Padán-aram para tomar allí mujer para sí, {y que} cuando lo bendijo, le dio órdenes, diciendo: No tomarás para ti mujer de entre las hijas de Canaán,

Vio, pues, Esaú que las hijas de Canaán no eran del agrado de su padre Isaac;

Despertó Jacob de su sueño y dijo: Ciertamente el SEÑOR está en este lugar y yo no lo sabía.

Y tuvo miedo y dijo: ¡Cuán imponente es este lugar! Esto no es más que la casa de Dios, y esta es la puerta del cielo.

Y él dijo: He aquí, aún es pleno día, no es tiempo de recoger el ganado. Dad de beber a las ovejas, e id a apacentarlas.

Pero ellos dijeron: No podemos, hasta que se junten todos los rebaños y quiten la piedra de la boca del pozo; entonces daremos de beber a las ovejas.

Cuando fue de mañana, he aquí que era Lea. Y {Jacob} dijo a Labán: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿No fue por Raquel que te serví? ¿Por qué, pues, me has engañado?

Y Labán respondió: No se acostumbra en nuestro lugar dar a la menor antes que a la mayor.

Y él respondió: ¿Qué te daré? Y Jacob dijo: No me des nada. Volveré a pastorear {y} a cuidar tu rebaño si {tan sólo} haces esto por mí:

Mi honradez responderá por mí el día de mañana, cuando vengas a ver acerca de mi salario. Todo lo que no sea moteado y manchado entre las cabras, y negro entre los corderos, {si es hallado} conmigo, se considerará robado.

Y Jacob apartó los corderos, y puso los rebaños en dirección a lo rayado y a todo lo negro en el rebaño de Labán, y puso su propio hato aparte; no lo puso con el rebaño de Labán.

pero cuando el rebaño era débil, no {las} ponía, de manera que las {crías} débiles vinieron a ser de Labán y las robustas de Jacob.

Y Jacob observó la actitud de Labán, y he aquí, {ya} no era {amigable} para con él como antes.

y les dijo: Veo que el semblante de vuestro padre, no es {amigable} para conmigo como antes; pero el Dios de mi padre ha estado conmigo.

¿No nos ha tratado como extranjeras? Pues nos ha vendido, y también ha consumido por completo el precio de nuestra compra.

¿Por qué huiste en secreto y me engañaste, y no me avisaste para que yo pudiera despedirte con alegría y cantos, con panderos y liras?

¿{Por qué} no me has permitido besar a mis hijos y a mis hijas? En esto has obrado neciamente.

Entonces Jacob respondió, y dijo a Labán: Porque tuve miedo, pues dije: ``No sea que me quites a tus hijas a la fuerza."

{Pero} aquel con quien encuentres tus dioses, no vivirá. En presencia de nuestros parientes indica lo que es tuyo entre mis cosas y llévate{lo.} Pues Jacob no sabía que Raquel los había robado.

Entró entonces Labán en la tienda de Jacob, en la tienda de Lea y en la tienda de las dos siervas, pero no {los} encontró. Después salió de la tienda de Lea y entró en la tienda de Raquel.

Y Raquel había tomado los ídolos domésticos, los había puesto en los aparejos del camello y se había sentado sobre ellos. Y Labán buscó por toda la tienda, pero no {los} encontró.

Y ella dijo a su padre: No se enoje mi señor porque no pueda levantarme delante de ti, pues estoy con lo que es común entre las mujeres. Y él buscó, pero no encontró los ídolos domésticos.

Estos veinte años yo {he estado} contigo; tus ovejas y tus cabras no han abortado, ni yo he comido los carneros de tus rebaños.

No te traía lo despedazado por {las fieras;} yo cargaba con la pérdida. Tú lo demandabas de mi mano, {tanto lo} robado de día como {lo} robado de noche.

Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham, y temor de Isaac, no hubiera estado conmigo, ciertamente me hubieras enviado ahora con las manos vacías. {Pero} Dios ha visto mi aflicción y la labor de mis manos, y anoche hizo justicia.

Testigo sea este montón y testigo sea el pilar de que yo no pasaré de este montón hacia ti y tú no pasarás de este montón y de este pilar hacia mí, para {hacer} daño.

Líbrame, te ruego, de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque yo le tengo miedo, no sea que venga y me hiera a mí {y a} las madres con los hijos.

Y tú dijiste: ``De cierto te haré prosperar, y haré tu descendencia como la arena del mar que no se puede contar por {su} gran cantidad."

Cuando vio que no había prevalecido contra Jacob, lo tocó en la coyuntura del muslo, y se dislocó la coyuntura del muslo de Jacob mientras luchaba con él.

Entonces {el hombre} dijo: Suéltame porque raya el alba. Pero {Jacob} respondió: No te soltaré si no me bendices.

Y {el hombre} dijo: Ya no será tu nombre Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has prevalecido.

Por eso, hasta hoy, los hijos de Israel no comen el tendón de la cadera que está en la coyuntura del muslo, porque {el hombre} tocó la coyuntura del muslo de Jacob en el tendón de la cadera.

Mas Jacob respondió: No, te ruego que si ahora he hallado gracia ante tus ojos, tomes el presente de mi mano, porque veo tu rostro como uno ve el rostro de Dios, y favorablemente me has recibido.

Y los hijos de Jacob regresaron del campo al oírlo. Y aquellos hombres se entristecieron y se irritaron en gran manera porque {Siquem} había cometido una infamia en Israel acostándose con la hija de Jacob, pues tal cosa no debe hacerse.

Y les dijeron: No podemos hacer tal cosa, dar nuestra hermana a un hombre no circuncidado, pues para nosotros eso es una deshonra.

Pero si no nos escucháis, y {no} os circuncidáis, entonces tomaremos a nuestra hija y nos iremos.

El joven, pues, no tardó en hacerlo porque estaba enamorado de la hija de Jacob. Y él era el más respetado de toda la casa de su padre.

¿No serán nuestros su ganado y sus propiedades y todos sus animales? Consintamos sólo en esto, y morarán con nosotros.

Al proseguir el viaje, hubo gran terror en las ciudades alrededor de ellos, y no persiguieron a los hijos de Jacob.

Y Dios le dijo: Tu nombre es Jacob; no te llamarás más Jacob, sino que tu nombre será Israel. Y le puso el nombre de Israel.

Y aconteció que cuando estaba en lo más duro del parto, la partera le dijo: No temas, porque ahora tienes este {otro} hijo.

Porque los bienes de ellos habían llegado a ser tantos que no podían habitar juntos, y la tierra en que moraban no podía sostenerlos a causa de su {mucho} ganado.

E Israel dijo a José: ¿No están tus hermanos apacentando {el rebaño} en Siquem? Ven y te enviaré a ellos. Y él le dijo: Iré.

Pero Rubén oyó {esto} y lo libró de sus manos, y dijo: No le quitemos la vida.

Rubén les dijo además: No derraméis sangre. Echadlo en este pozo del desierto, pero no le pongáis la mano encima. {Esto dijo} para poder librarlo de las manos de ellos y volverlo a su padre.

y lo tomaron y lo echaron en el pozo. Y el pozo estaba vacío, no había agua en él.

Venid, vendámoslo a los ismaelitas y no pongamos las manos sobre él, pues es nuestro hermano, carne nuestra. Y sus hermanos {le} hicieron caso.

Cuando Rubén volvió al pozo, he aquí, José no estaba en el pozo; entonces rasgó sus vestidos.

Y volvió a sus hermanos y {les} dijo: El muchacho no está {allí}; y yo, ¿adónde iré?

y enviaron la túnica de muchos colores y la llevaron a su padre, y dijeron: Encontramos esto; te rogamos que {lo} examines para {ver} si es la túnica de tu hijo o no.

Y Onán sabía que la descendencia no sería suya; y acontecía que cuando se llegaba a la mujer de su hermano, derramaba {su semen} en tierra para no dar descendencia a su hermano.

Entonces ella se quitó sus ropas de viuda y {se} cubrió con un velo, se envolvió bien y se sentó a la entrada de Enaim que está en el camino de Timnat; porque veía que Sela había crecido, y ella {aún} no le había sido dada por mujer.

Y se desvió hacia ella junto al camino, y {le} dijo: Vamos, déjame estar contigo; pues no sabía que era su nuera. Y ella dijo: ¿Qué me darás por estar conmigo?

Cuando Judá envió el cabrito por medio de su amigo el adulamita, para recobrar la prenda de mano de la mujer, no la halló.

Y preguntó a los hombres del lugar, diciendo: ¿Dónde está la ramera que estaba en Enaim, junto al camino? Y ellos dijeron: Aquí no ha habido ninguna ramera.

Y él volvió donde Judá, y {le} dijo: No la encontré; y además, los hombres del lugar dijeron: ``Aquí no ha habido ninguna ramera."

Entonces Judá dijo: Que se quede con las prendas, para que no seamos causa de burla. Ya ves que envié este cabrito, y tú no la has encontrado.

Judá {los} reconoció, y dijo: Ella es más justa que yo, por cuanto yo no la di {por mujer} a mi hijo Sela. Y no volvió a tener más relaciones con ella.

Así que todo lo que poseía lo dejó en mano de José, y con él {allí} no se preocupaba de nada, excepto del pan que comía. Y era José de gallarda figura y de hermoso parecer.

Pero él rehusó y dijo a la mujer de su amo: Estando yo aquí, mi amo no se preocupa de nada en la casa, y ha puesto en mi mano todo lo que posee.

No hay nadie más grande que yo en esta casa, y nada me ha rehusado excepto a ti, pues tú eres su mujer. ¿Cómo entonces iba yo a hacer esta gran maldad y pecar contra Dios?

Y ella insistía a José día tras día, pero él no accedió a acostarse con ella {o} a estar con ella.

Pero sucedió un día que él entró en casa para hacer su trabajo, y no había ninguno de los hombres de la casa allí dentro;

El jefe de la cárcel no supervisaba nada que estuviera bajo la responsabilidad de José, porque el SEÑOR estaba con él, y todo lo que él emprendía, el SEÑOR lo hacía prosperar.

Y ellos le respondieron: Hemos tenido un sueño y no hay nadie que lo interprete. Entonces José les dijo: ¿No pertenecen a Dios las interpretaciones? Os ruego que me {lo} contéis.

Porque la verdad es que yo fui secuestrado de la tierra de los hebreos, y aun aquí no he hecho nada para que me pusieran en el calabozo.

Y sucedió que por la mañana su espíritu estaba turbado, y mandó llamar a todos los adivinos de Egipto, y a todos sus sabios. Y Faraón les contó sus sueños, pero no hubo quien se los pudiera interpretar a Faraón.

Y Faraón dijo a José: He tenido un sueño y no hay quien lo interprete; y he oído decir de ti, que oyes un sueño y lo puedes interpretar.

José respondió a Faraón, diciendo: No está en mí; Dios dará a Faraón una respuesta favorable.

Pero cuando las habían devorado, no se podía notar que las hubieran devorado; pues su aspecto era tan feo como al principio. Entonces me desperté.

y las espigas menudas devoraron a las siete espigas buenas. Y {se lo} conté a los adivinos, pero no hubo quien me {lo} pudiera explicar.

Y no se conocerá la abundancia en la tierra a causa del hambre que vendrá, que {será} muy severa.

Y que los víveres sean una reserva para el país durante los siete años de hambre que ocurrirán en la tierra de Egipto, a fin de que el país no perezca durante el hambre.

Y Faraón dijo a José: Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan prudente ni tan sabio como tú.

Así José almacenó grano en gran abundancia, como la arena del mar, hasta que dejó de medir{lo} porque no se podía medir.

Y dijo: He aquí, he oído que hay alimento en Egipto; descended allá, y comprad de allí {un poco} para nosotros, para que vivamos y no muramos.

Pero a Benjamín, hermano de José, Jacob no lo envió con sus hermanos, porque dijo: No sea que le suceda algo malo.

Cuando José vio a sus hermanos, los reconoció, pero fingió no conocerlos y les habló duramente. Y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Y ellos dijeron: De la tierra de Canaán para comprar alimentos.

José había reconocido a sus hermanos, aunque ellos no lo habían reconocido.

Entonces ellos le dijeron: No, señor mío, sino que tus siervos han venido para comprar alimentos.

Todos nosotros somos hijos de un mismo padre; somos {hombres} honrados, tus siervos no son espías.

Pero él les dijo: No, sino que habéis venido para ver las partes indefensas de nuestra tierra.

Mas ellos dijeron: Tus siervos son doce hermanos, hijos del mismo padre en la tierra de Canaán; y he aquí, el menor está hoy con nuestro padre, y {el} otro ya no existe.

En esto seréis probados; por vida de Faraón que no saldréis de este lugar a menos que vuestro hermano menor venga aquí.

Enviad a uno de vosotros y que traiga a vuestro hermano, mientras vosotros quedáis presos, para que sean probadas vuestras palabras, {a ver si hay} verdad en vosotros. Y si no, ¡por vida de Faraón!, ciertamente sois espías.

y traedme a vuestro hermano menor, para que vuestras palabras sean verificadas, y no moriréis. Y así lo hicieron.

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