'Puede' en la Biblia
Y tú has dicho: Ciertamente yo te haré bien, y pondré tu simiente como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud.
Y nosotros dijimos a mi señor: El joven no puede dejar a su padre, porque si le dejare, su padre morirá.
Y David respondió a Aquís: Ciertamente tú sabrás lo que tu siervo puede hacer. Y Aquís dijo a David: Por tanto te haré guarda de mi cabeza para siempre.
¿Y qué más puede añadir David hablando contigo? Pues tú conoces a tu siervo, Señor Jehová.
Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud.
¿Qué más puede añadir David pidiendo de ti para glorificar a tu siervo? Pues tú conoces a tu siervo.
Escribid, pues, vosotros a los judíos como bien os pareciere en el nombre del rey, y selladlo con el anillo del rey; porque el escrito que se escribe en el nombre del rey y se sella con el anillo del rey, no puede ser revocado.
¿Hay iniquidad en mi lengua? ¿No puede mi paladar discernir las cosas depravadas?
¿Y dirás tú: Qué sabe Dios? ¿Puede Él juzgar a través de la densa oscuridad?
He aquí, estas cosas son sólo parte de sus caminos: ¡Mas cuán poco hemos oído de Él! Pero el estruendo de su poder, ¿quién lo puede comprender?
No puede ser apreciada con oro de Ofir, ni con ónice precioso, ni con zafiro.
He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos; ni se puede rastrear el número de sus años.
Y ahora no se puede mirar la luz esplendente en los cielos, luego que pasa el viento y los limpia,
Él es el principal de los caminos de Dios: El que lo hizo, puede hacer que su espada a él se acerque.
He aquí que él bebe un río, y no se inmuta; y confía que puede pasarse el Jordán por su boca.
Comerán y adorarán todos los poderosos de la tierra; se postrarán delante de Él todos los que descienden al polvo, si bien ninguno puede conservar la vida de su propia alma.
Jehová está de mi lado, no temeré; ¿qué me puede hacer el hombre?
«Cántico gradual» Mucho me han angustiado desde mi juventud, puede decir ahora Israel;
Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella.
El que puede contenerla, puede contener el viento; o el aceite en su mano derecha.
Por tres cosas se alborota la tierra, y la cuarta no la puede soportar.
Todas las cosas son fatigosas, más de lo que el hombre puede expresar. No se sacia el ojo de ver, ni el oído se harta de oír.
Lo torcido no se puede enderezar; y lo incompleto no puede numerarse.
Y he visto todas las obras de Dios, que el hombre no puede alcanzar la obra que debajo del sol se hace; por mucho que se afane el hombre buscándola, no la hallará: aunque diga el sabio que la sabe, no por eso podrá alcanzarla.
Reuníos, y venid; acercaos, todos los que habéis escapado de las naciones. No tienen conocimiento aquellos que erigen el madero de su imagen esculpida, y los que ruegan a un dios que no puede salvar.
Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.
Mas los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo.
¿Por qué has de ser como hombre atónito, y como valiente que no puede librar? Mas tú estás entre nosotros, oh Jehová, y sobre nosotros es invocado tu nombre; no nos desampares.
y les dirás: Así dice Jehová de los ejércitos: Así quebrantaré a este pueblo y a esta ciudad, como quien quiebra un vaso de barro, que no puede más restaurarse; y en Tofet se enterrarán, porque no habrá otro lugar para enterrar.
Como no puede ser contado el ejército del cielo, ni la arena del mar se puede medir, así multiplicaré la simiente de David mi siervo, y los levitas que a mí ministran.
Y dijo el rey Sedequías: Helo ahí, en vuestras manos está; pues el rey nada puede hacer contra vosotros.
Aun han desfallecido nuestros ojos tras nuestro vano socorro: En nuestra esperanza aguardamos a una nación que no puede salvar.
He aquí nuestro Dios a quien servimos, puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará.
Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdad, y sus caminos juicio; y humillar puede a los que andan con soberbia.
Ahora, oh rey, confirma el edicto, y firma la escritura, para que no pueda ser cambiada, conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no puede ser revocada.
Pero aquellos hombres se reunieron cerca del rey, y dijeron al rey: Sepas, oh rey, que es ley de Media y de Persia, que ningún decreto u ordenanza que el rey confirmare puede ser cambiado.
Con todo, el número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y sucederá que en el lugar donde se les ha dicho: Vosotros no sois mi pueblo, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente.
Entonces Amasías sacerdote de Betel envió a decir a Jeroboam, rey de Israel: Amós ha conspirado contra ti en medio de la casa de Israel; la tierra no puede soportar todas sus palabras.
y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.
Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno, y amará al otro; o apreciará al uno, y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
El árbol bueno no puede dar frutos malos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a Aquél que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
De otra manera, ¿cómo puede uno entrar a la casa del hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no ata al hombre fuerte? Y entonces podrá saquear su casa.
Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.
A otros salvó; a sí mismo no se puede salvar. Si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en Él.
¿Por qué habla Éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?
Y llamándoles, les dijo en parábolas: ¿Cómo puede Satanás, echar fuera a Satanás?
Y si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer.
Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer.
Y si Satanás se levanta contra sí mismo, y se divide, no puede permanecer, antes ha llegado su fin.
Nadie puede entrar en la casa del hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no ata al hombre fuerte, y entonces podrá saquear su casa.
Y les dijo: ¿También vosotros estáis sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre no le puede contaminar?
Y sus vestiduras se volvieron resplandecientes, tan blancas como la nieve; tanto que ningún lavador en la tierra las puede hacer tan blancas.
Y Él les dijo: Este género por nada puede salir, sino por oración y ayuno.
De esta manera también los príncipes de los sacerdotes escarneciendo, decían unos a otros, con los escribas: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar.
Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir en vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.
Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a murmurar, diciendo: ¿Quién es Éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?
Y les dijo una parábola: ¿Puede el ciego guiar al ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?
Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y esposa, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
Y cualquiera que no trae su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.
¿O qué rey, yendo a hacer guerra contra otro rey, no se sienta primero y consulta si con diez mil puede salir al encuentro del que viene contra él con veinte mil?
Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o se apegará al uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
Y Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Felipe le dijo: Ven y ve.
Éste vino a Jesús de noche y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios por maestro; pues nadie puede hacer los milagros que tú haces, si no está Dios con él.
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo: El que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios.
Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada si no le es dado del cielo.
Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada de sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que Él hace, eso también hace el Hijo igualmente.
Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.
Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede Éste darnos a comer su carne?
Entonces muchos de sus discípulos al oírlo, dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?
Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le es dado de mi Padre.
No puede el mundo aborreceros a vosotros, mas a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas.
Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede obrar.
Entonces unos de los fariseos decían: Este hombre no es de Dios, pues no guarda el sábado. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer tales milagros? Y había disensión entre ellos.
Otros decían: Estas palabras no son de endemoniado: ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?
Mi Padre que me las dio, mayor que todos es, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),
el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis; porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto de sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
¿Puede alguno impedir el agua, para que no sean bautizados éstos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?
Y ya que esto no puede ser contradicho, conviene que os apacigüéis, y que nada hagáis precipitadamente;
Y si demandáis alguna otra cosa, en legítima asamblea se puede decidir.
Porque si algún agravio, o alguna cosa digna de muerte he hecho, no rehúso morir; pero si nada hay de las cosas de que éstos me acusan, nadie puede entregarme a ellos. A César apelo.
Porque la mente carnal es enemistad contra Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede.
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura; y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios, llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.
Y el ojo no puede decir a la mano: No te necesito: Ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros.
No os engañéis; Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
el cual transformará nuestro cuerpo vil, para que sea semejante a su cuerpo glorioso, según el poder con el cual puede también sujetar a sí todas las cosas.
el único que tiene inmortalidad, y habita en luz inaccesible; a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A Él sea honra y poder sempiterno. Amén.
Si fuéremos infieles, Él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.
en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no puede mentir, prometió desde antes del principio de los siglos,
por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.