384 casos

'Que' en la Biblia

Si tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos pues ahora, y pasémonos al ejército de los Siros: si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muert

Porque el Señor había hecho que en el campo de los Siros se oyese estruendo de carros, ruido de caballos, y estrépito de grande ejército; y dijéronse los unos á los otros: He aquí el rey de Israel ha pagado contra nosotros á los reyes de los Heteos, y á l

Y vinieron, y dieron voces á los guardas de la puerta de la ciudad, y declaráronles, diciendo: Nosotros fuimos al campo de los Siros, y he aquí que no había allí hombre, ni voz de hombre, sino caballos atados, asnos también atados, y el campo como se esta

Y levantóse el rey de noche, y dijo á sus siervos: Yo os declararé lo que nos han hecho los Siros. Ellos saben que tenemos hambre, y hanse salido de las tiendas y escondídose en el campo, diciendo: Cuando hubieren salido de la ciudad, los tomaremos vivos,

Entonces respondió uno de sus siervos, y dijo: Tomen ahora cinco de los caballos que han quedado en la ciudad, (porque ellos también son como toda la multitud de Israel que ha quedado en ella; también ellos son como toda la multitud de Israel que ha perec

Y ellos fueron, y siguiéronlos hasta el Jordán: y he aquí, todo el camino estaba lleno de vestidos y enseres que los Siros habían arrojado con la premura. Y volvieron los mensajeros, é hiciéronlo saber al rey.

Y el rey puso á la puerta a aquel príncipe sobre cuya mano él se apoyaba: y atropellóle el pueblo á la entrada, y murió, conforme á lo que había dicho el varón de Dios, lo que habló cuando el rey descendió á él.

Aconteció pues de la manera que el varón de Dios había hablado al rey, diciendo: Dos seah de cebada por un siclo, y el seah de flor de harina será vendido por un siclo mañana á estas horas, á la puerta de Samaria.

Y había el rey hablado con Giezi, criado del varón de Dios, diciéndole: Ruégote que me cuentes todas las maravillas que ha hecho Eliseo.

Y contando él al rey cómo había hecho vivir á un muerto, he aquí la mujer, á cuyo hijo había hecho vivir, que clamaba al rey por su casa y por sus tierras. Entonces dijo Giezi: Rey señor mío, esta es la mujer, y este es su hijo, al cual Eliseo hizo vivir.

Y preguntando el rey á la mujer, ella se lo contó. Entonces el rey le dió un eunuco, diciéndole: Hazle volver todas las cosas que eran suyas, y todos los frutos de la tierras desde el día que dejó el país hasta ahora.

Y Eliseo le dijo: Ve, dile: Seguramente vivirás. Empero Jehová me ha mostrado que él ha de morir ciertamente.

Entonces díjole Hazael: ¿Por qué llora mi señor? Y él respondió: Porque sé el mal que has de hacer á los hijos de Israel: á sus fortalezas pegarás fuego, y á sus mancebos matarás á cuchillo, y estrellarás á sus niños, y abrirás á sus preñadas.

Y Hazael dijo: ¿Por qué? ¿es tu siervo perro, que hará esta gran cosa? Y respondió Eliseo: Jehová me ha mostrado que tú has de ser rey de Siria.

Y él se partió de Eliseo, y vino á su señor, el cual le dijo: ¿Qué te ha dicho Eliseo? Y él respondió: Díjome que seguramente vivirás.

Lo demás de los hechos de Joram, y todas las cosas que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?

Y el rey Joram se volvió á Jezreel, para curarse de las heridas que los Siros le hicieron delante de Ramoth, cuando peleó contra Hazael rey de Siria. Y descendió Ochôzías hijo de Joram rey de Judá, á visitar á Joram hijo de Achâb en Jezreel, porque estaba

Y cuando llegares allá, verás allí á Jehú hijo de Josaphat hijo de Nimsi; y entrando, haz que se levante de entre sus hermanos, y mételo en la recámara.

Y como él entró, he aquí los príncipes del ejército que estaban sentados. Y él dijo: Príncipe, una palabra tengo que decirte. Y Jehú dijo: ¿A cuál de todos nosotros? Y él dijo: A ti, príncipe.

Y herirás la casa de Achâb tu señor, para que yo vengue la sangre de mis siervos los profetas, y la sangre de todos los siervos de Jehová, de la mano de Jezabel.

Después salió Jehú á los siervos de su señor, y dijéronle: ¿Hay paz? ¿para qué entró á ti aquel loco? Y él les dijo: Vosotros conocéis al hombre y sus palabras.

Habíase empero vuelto el rey Joram á Jezreel, para curarse de las heridas que los Siros le habían hecho, peleando contra Hazael rey de Siria.) Y Jehú dijo: Si es vuestra voluntad, ninguno escape de la ciudad, para ir á dar las nuevas en Jezreel.

Y el atalaya que estaba en la torre de Jezreel, vió la cuadrilla de Jehú, que venía, y dijo: Yo veo una cuadrilla. Y Joram dijo: Toma uno de á caballo, y envía á reconocerlos, y que les diga: ¿Hay paz?

Fué pues el de á caballo á reconocerlos, y dijo: El rey dice así: ¿Hay paz? Y Jehú le dijo: ¿Qué tienes tú que ver con la paz? vuélvete tras mí. El atalaya dió luego aviso, diciendo: El mensajero llegó hasta ellos, y no vuelve.

Entonces envió otro de á caballo, el cual llegando á ellos, dijo: El rey dice así: ¿Hay paz? Y Jehú respondió: ¿Qué tienes tú que ver con la paz? vuélvete tras mí.

El atalaya volvió á decir: También éste llegó á ellos y no vuelve: mas el marchar del que viene es como el marchar de Jehú hijo de Nimsi, porque viene impetuosamente.

Entonces Joram dijo: Unce. Y uncido que fué su carro, salió Joram rey de Israel, y Ochôzías rey de Judá, cada uno en su carro, y salieron á encontrar á Jehú, al cual hallaron en la heredad de Naboth de Jezreel.

Y en viendo Joram á Jehú, dijo: ¿Hay paz, Jehú? Y él respondió: ¿Qué paz, con las fornicaciones de Jezabel tu madre, y sus muchas hechicerías?

Dijo luego Jehú á Bidkar su capitán: Tómalo y échalo á un cabo de la heredad de Naboth de Jezreel. Acuérdate que cuando tú y yo íbamos juntos con la gente de Achâb su padre, Jehová pronunció esta sentencia sobre él, diciendo:

Que yo he visto ayer las sangres de Naboth, y las sangres de sus hijos, dijo Jehová; y tengo de darte la paga en esta heredad, dijo Jehová. Tómale pues ahora, y échalo en la heredad, conforme á la palabra de Jehová.

Y como entraba Jehú por la puerta, ella dijo: ¿Sucedió bien á Zimri, que mató á su señor?

Entró luego, y después que comió y bebió, dijo: Id ahora á ver aquella maldita, y sepultadla; que es hija de rey.

Empero cuando fueron para sepultarla, no hallaron de ella más que la calavera, y los pies, y las palmas de las manos.

Y el cuerpo de Jezabel fué cual estiércol sobre la faz de la tierra en la heredad de Jezreel; de manera que nadie pueda decir: Esta es Jezabel.

Luego en llegando estas letras á vosotros lo que tenéis los hijos de vuestro señor, y los que tenéis carros y gente de á caballo, la ciudad pertrechada, y las armas,

Y el mayordomo, y el presidente de la ciudad, y los ancianos, y los ayos, enviaron á decir á Jehú: Siervos tuyos somos, y haremos todo lo que nos mandares: no elegiremos por rey á ninguno; tú harás lo que bien te pareciere.

Y vino un mensajero que le dió las nuevas, diciendo: Traído han las cabezas de los hijos del rey. Y él le dijo: Ponedlas en dos montones á la entrada de la puerta hasta la mañana.

Sabed ahora que de la palabra de Jehová que habló sobre la casa de Achâb, nada caerá en tierra: y que Jehová ha hecho lo que dijo por su siervo Elías.

Mató entonces Jehú á todos los que habían quedado de la casa de Achâb en Jezreel, y á todos sus príncipes, y á todos sus familiares, y á sus sacerdotes, que no le quedó ninguno.

Entonces él dijo: Prendedlos vivos. Y después que los tomaron vivos, degolláronlos junto al pozo de la casa de esquileo, cuarenta y dos varones, sin dejar ninguno de ellos.

Partiéndose luego de allí encontróse con Jonadab hijo de Rechâb; y después que lo hubo saludado, díjole: ¿Es recto tu corazón, como el mío es recto con el tuyo? Y Jonadab dijo: Lo es. Pues que lo es, dame la mano. Y él le dió su mano. Hízolo luego subir c

Y luego que hubo Jehú llegado á Samaria, mató á todos los que habían quedado de Achâb en Samaria, hasta extirparlos, conforme á la palabra de Jehová, que había hablado por Elías.

Llamadme pues luego á todos los profetas de Baal, á todos sus siervos, y á todos sus sacerdotes; que no falte uno, porque tengo un gran sacrifico para Baal; cualquiera que faltare, no vivirá. Esto hacía Jehú con astucia, para destruir á los que honraban á

Y envió Jehú por todo Israel, y vinieron todos los siervos de Baal, que no faltó ninguno que no viniese. Y entraron en el templo de Baal, y el templo de Baal se llenó de cabo á cabo.

Entonces dijo al que tenía el cargo de las vestiduras: Saca vestiduras para todos lo siervos de Baal. Y él les sacó vestimentas.

Y entró Jehú con Jonadab hijo de Rechâb en el templo de Baal, y dijo á los siervos de Baal: Mirad y ved que por dicha no haya aquí entre vosotros alguno de los siervos de Jehová, sino solos los siervos de Baal.

Y como ellos entraron para hacer sacrificios y holocaustos, Jehú puso fuera ochenta hombres, y díjoles: Cualquiera que dejare vivo alguno de aquellos hombres que yo he puesto en vuestras manos, su vida será por la del otro.

Y después que acabaron ellos de hacer el holocausto, Jehú dijo á los de su guardia y á los capitanes: Entrad, y matadlos; que no escape ninguno. Y los hirieron á cuchillo: y dejáronlos tendidos los de la guardia y los capitanes, y fueron hasta la ciudad d

Con todo eso Jehú no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, que hizo pecar á Israel; á saber, de en pos de los becerros de oro que estaban en Beth-el y en Dan.

Y Jehová dijo á Jehú: Por cuanto has hecho bien ejecutando lo recto delante de mis ojos, é hiciste á la casa de Achâb conforme á todo lo que estaba en mi corazón, tus hijos se sentarán en el trono de Israel hasta la cuarta generación.

Mas Jehú no cuidó de andar en la ley de Jehová Dios de Israel con todo su corazón, ni se apartó de los pecados de Jeroboam, el que había hecho pecar á Israel.

Desde el Jordán al nacimiento del sol, toda la tierra de Galaad, de Gad, de Rubén, y de Manasés, desde Aroer que está junto al arroyo de Arnón, á Galaad y á Basán.

Lo demás de los hechos de Jehú, y todas las cosas que hizo, y toda su valentía, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?

El tiempo que reinó Jehú sobre Israel en Samaria, fué veintiocho años.

Y ATHALIA madre de Ochôzías, viendo que su hijo era muerto, levantóse, y destruyó toda la simiente real.

Pero tomando Josaba hija del rey Joram, hermana de Ochôzías, á Joas hijo de Ochôzías, sacólo furtivamente de entre los hijos del rey, que se mataban, y ocultólo de delante de Athalía, á él y á su ama, en la cámara de las camas, y así no lo mataron.

Y mandóles, diciendo: Esto es lo que habéis de hacer: la tercera parte de vosotros, los que entrarán el sábado, tendrán la guardia de la casa del rey;

Y la otra tercera parte estará á la puerta del sur, y la otra tercera parte á la puerta del postigo de los de la guardia: así guardaréis la casa, para que no sea allanada.

Y las dos partes de vosotros, es á saber, todos los que salen el sábado, tendréis la guarda de la casa de Jehová junto al rey.

Y estaréis alrededor del rey de todas partes, teniendo cada uno sus armas en las manos, y cualquiera que entrare dentro de estos órdenes, sea muerto. Y habéis de estar con el rey cuando saliere, y cuando entrare.

Los centuriones pues, hicieron todo como el sacerdote Joiada les mandó: y tomando cada uno los suyos, es á saber, los que habían de entrar el sábado, y los que habían salido el sábado, viniéronse á Joiada el sacerdote.

Y el sacerdote dió á los centuriones las picas y los escudos que habían sido del rey David, que estaban en la casa de Jehová.

Y oyendo Athalía el estruendo del pueblo que corría, entró al pueblo en el templo de Jehová;

Y como miró, he aquí el rey que estaba junto á la columna, conforme á la costumbre, y los príncipes y los trompetas junto al rey; y que todo el pueblo del país hacía alegrías, y que tocaban las trompetas. Entonces Athalía, rasgando sus vestidos, clamó á v

Mas el sacerdote Joiada mandó á los centuriones que gobernaban el ejército, y díjoles: Sacadla fuera del recinto del templo, y al que la siguiere, matadlo á cuchillo. (Porque el sacerdote dijo que no la matasen en el templo de Jehová.)

Entonces Joiada hizo alianza entre Jehová y el rey y el pueblo, que serían pueblo de Jehová: y asimismo entre el rey y el pueblo.

Con todo eso los altos no se quitaron; que aún sacrificaba y quemaba el pueblo perfumes en los altos.

Y Joas dijo á los sacerdotes: Todo el dinero de las santificaciones que se suele traer á la casa de Jehová, el dinero de los que pasan en cuenta, el dinero por las personas, cada cual según su tasa, y todo el dinero que cada uno de su propia voluntad mete

Recíbanlo los sacerdotes, cada uno de sus familiares, y reparen los portillos del templo donde quiera que se hallare abertura.

Llamando entonces el rey Joas al pontífice Joiada y á los sacerdotes, díjoles: ¿Por qué no reparáis las aberturas del templo? Ahora pues, no toméis más el dinero de vuestros familiares, sino dadlo para reparar las roturas del templo.

Mas el pontífice Joiada tomó un arca, é hízole en la tapa un agujero, y púsola junto al altar, á la mano derecha como se entra en le templo de Jehová; y los sacerdotes que guardaban la puerta, ponían allí todo el dinero que se metía en la casa de Jehová.

Y cuando veían que había mucho dinero en el arca, venía el notario del rey y el gran sacerdote, y contaban el dinero que hallaban en el templo de Jehová, y guardábanlo.

Y daban el dinero suficiente en mano de los que hacían la obra, y de los que tenían el cargo de la casa de Jehová; y ellos lo expendían en pagar los carpinteros y maestros que reparaban la casa de Jehová,

Y los albañiles y canteros; y en comprar la madera y piedra de cantería para reparar las aberturas de la casa de Jehová; y en todo lo que se gastaba en la casa para repararla.

Mas de aquel dinero que se traía á la casa de Jehová, no se hacían tazas de plata, ni salterios, ni jofainas, ni trompetas; ni ningún otro vaso de oro ni de plata se hacía para el templo de Jehová:

Porque lo daban á los que hacían la obra, y con él reparaban la casa de Jehová.

Y no se tomaba en cuenta á los hombres en cuyas manos el dinero era entregado, para que ellos lo diesen á los que hacían la obra: porque lo hacían ellos fielmente.

Por lo que tomó Joas rey de Judá todas las ofrendas que había dedicado Josaphat, y Joram y Ochôzías sus padres, reyes de Judá, y las que él había dedicado, y todo el oro que se halló en los tesoros de la casa de Jehová, y en la casa del rey, y enviólo á H

Lo demás de los hechos de Joas, y todas las cosas que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?

E hizo lo malo en ojos de Jehová, y siguió los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar á Israel; y no se apartó de ellos.

Con todo eso no se apartaron de los pecados de la casa de Jeroboam, el que hizo pecar á Israel: en ellos anduvieron; y también el bosque permaneció en Samaria.)

Lo demás de los hechos de Joachâz, y todo lo que hizo, y sus valentías, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?

E hizo lo malo en ojos de Jehová: no se apartó de todos los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar á Israel; en ellos anduvo.

Lo demás de los hechos de Joas, y todas las cosas que hizo, y su esfuerzo con que guerreó contra Amasías rey de Judá, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?

Y tornóle á decir: Toma las saetas. Y luego que el rey de Israel las hubo tomado, díjole: Hiere la tierra. Y él hirió tres veces, y cesó.

Y aconteció que al sepultar unos un hombre, súbitamente vieron una partida, y arrojaron al hombre en el sepulcro de Eliseo: y cuando llegó á tocar el muerto los huesos de Eliseo, revivió, y levantóse sobre sus pies.

Y volvió Joas hijo de Joachâz, y tomó de mano de Ben-adad hijo de Hazael, las ciudades que él había tomado de mano de Joachâz su padre en guerra. Tres veces lo batió Joas, y restituyó las ciudades á Israel.

Y él hizo lo recto en ojos de Jehová, aunque no como David su padre: hizo conforme á todas las cosas que había hecho Joas su padre.

Con todo eso los altos no fueron quitados; que el pueblo aun sacrificaba y quemaba perfumes en los altos.

Y luego que el reino fué confirmado en su mano, hirió á sus siervos, los que habían muerto al rey su padre.

Mas no mató á los hijos de los que le mataron, conforme á lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, donde Jehová mandó, diciendo: No matarán á los padres por los hijos, ni á los hijos por los padres: mas cada uno morirá por su pecado.

Y Joas rey de Israel envió á Amasías rey de Judá esta respuesta: El cardillo que está en el Líbano envió á decir al cedro que está en el Líbano: Da tu hija por mujer á mi hijo. Y pasaron las bestias fieras que están en el Líbano, y hollaron el cardillo.

Ciertamente has herido á Edom, y tu corazón te ha envanecido: gloríate pues, mas estáte en tu casa. ¿Y por qué te entrometerás en un mal, para que caigas tú, y Judá contigo?

Mas Amasías no dió oídos; por lo que subió Joas rey de Israel, y viéronse de rostro él y Amasías rey de Judá, en Beth-semes, que es de Judá.

Y tomó todo el oro y la plata, y todos los vasos que fueron hallados en la casa de Jehová, y en los tesoros de la casa del rey, y los hijos en rehenes, y volvióse á Samaria.

Lo demás de los hechos de Joas que ejecutó, y sus hazañas, y cómo peleó contra Amasías rey de Judá, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?

Entonces todo el pueblo de Judá tomó á Azarías, que era de diez y seis años, é hiciéronlo rey en lugar de Amasías su padre.

Edificó él á Elath, y la restituyó á Judá, después que el rey durmió con sus padres.

Public Domain