91 casos

'Respondieron' en la Biblia

Y dijo: Ahora, pues, mis señores, os ruego que vengáis á casa de vuestro siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies: y por la mañana os levantaréis, y seguiréis vuestro camino. Y ellos respondieron: No, que en la plaza nos quedaremos esta noche.

Y ellos respondieron: Quita allá: y añadieron: Vino éste aquí para habitar como un extraño, ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora te haremos más mal que á ellos. Y hacían gran violencia al varón, á Lot, y se acercaron para romper las puertas.

Y respondieron los hijos de Heth á Abraham, y dijéronle:

Entonces Labán y Bethuel respondieron y dijeron: De Jehová ha salido esto; no podemos hablarte malo ni bueno.

Ellos respondieron entonces: Llamemos la moza y preguntémosle.

Y ellos respondieron: Hemos visto que Jehová es contigo; y dijimos: Haya ahora juramento entre nosotros, entre nosotros y ti, y haremos alianza contigo:

Y díjoles Jacob: Hermanos míos, ¿de dónde sois? Y ellos respondieron: De Harán somos.

Y ellos respondieron: No podemos, hasta que se junten todos los ganados, y remuevan la piedra de sobre la boca del pozo, para que abrevemos las ovejas.

Y respondieron los hijos de Jacob á Sichêm y á Hamor su padre con engaño; y parlaron, por cuanto había amancillado á Dina su hermana.

Y ellos respondieron ¿Había él de tratar á nuestra hermana como á una ramera?

Y José como vió á sus hermanos, conociólos; mas hizo que no los conocía, y hablóles ásperamente, y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Ellos respondieron: De la tierra de Canaán á comprar alimentos.

Y ellos le respondieron: No, señor mío: mas tus siervos han venido á comprar alimentos.

Y ellos respondieron: Tus siervos somos doce hermanos, hijos de un varón en la tierra de Canaán; y he aquí el menor está hoy con nuestro padre, y otro no parece.

Y ellos respondieron: Aquel varón nos preguntó expresamente por nosotros, y por nuestra parentela, diciendo: ¿Vive aún vuestro padre? ¿tenéis otro hermano? y declarámosle conforme á estas palabras. ¿Podíamos nosotros saber que había de decir: Haced venir

Y ellos respondieron: Bien va á tu siervo nuestro padre; aun vive. Y se inclinaron, é hicieron reverencia.

Y ellos le respondieron: ¿Por qué dice mi señor tales cosas? Nunca tal hagan tus siervos.

Y Faraón dijo á sus hermanos: ¿Cuál es vuestro oficio? Y ellos respondieron á Faraón: Pastores de ovejas son tus siervos, así nosotros como nuestros padres.

Y ellos respondieron: La vida nos has dado: hallemos gracia en ojos de mi señor, y seamos siervos de Faraón.

Y las parteras respondieron á Faraón: Porque las mujeres Hebreas no son como las Egipcias: porque son robustas, y paren antes que la partera venga á ellas.

Y ellas respondieron: Un varón Egipcio nos defendió de mano de los pastores, y también nos sacó el agua, y abrevó las ovejas.

Y envió Moisés á llamar á Dathán y Abiram, hijos de Eliab; mas ellos respondieron: No iremos allá:

Y los hijos de Gad y los hijos de Rubén respondieron, diciendo: Haremos lo que Jehová ha dicho á tus siervos.

Entonces respondieron á Josué, diciendo: Nosotros haremos todas las cosas que nos has mandado, é iremos adonde quiera que nos mandares.

Y ellos le respondieron: Nuestra alma por vosotros hasta la muerte, si no denunciareis este nuestro negocio: y cuando Jehová nos hubiere dado la tierra, nosotros haremos contigo misericordia y verdad.

Y los de Israel respondieron á los Heveos: Quizás vosotros habitáis en medio de nosotros: ¿cómo pues podremos nosotros hacer alianza con vosotros?

Y ellos respondieron á Josué: Nosotros somos tus siervos. Y Josué les dijo: ¿Quién sois vosotros y de dónde venís?

Y ellos respondieron: Tus siervos han venido de muy lejanas tierras, por la fama de Jehová tu Dios; porque hemos oído su fama, y todas las cosas que hizo en Egipto,

Mas todos los príncipes respondieron á toda la congregación: Nosotros les hemos jurado por Jehová Dios de Israel; por tanto, ahora no les podemos tocar.

Y ellos respondieron á Josué, y dijeron: Como fué dado á entender á tus siervos, que Jehová tu Dios había mandado á Moisés su siervo que os había de dar toda la tierra, y que había de destruir todos los moradores de la tierra delante de vosotros, por esto

Entonces los hijos de Rubén y los hijos de Gad, y la media tribu de Manasés, respondieron y dijeron á los principales de la multitud de Israel:

Y Josué respondió al pueblo: Vosotros sois testigos contra vosotros mismos, de que os habéis elegido á Jehová para servirle. Y ellos respondieron: Testigos somos.

Y los principales de Succoth respondieron: ¿Está ya la mano de Zeba y Zalmunna en tu mano, para que hayamos nosotros de dar pan á tu ejército?

Y de allí subió á Penuel, y hablóles las mismas palabras. Y los de Penuel le respondieron como habían respondido los de Succoth.

Luego dijo á Zeba y á Zalmunna: ¿Qué manera de hombres tenían aquellos que matasteis en Tabor? Y ellos respondieron: Como tú, tales eran aquellos ni más ni menos, que parecían hijos de rey.

Y ellos respondieron: De buena gana los daremos. Y tendiendo una ropa de vestir, echó allí cada uno los zarcillos de su despojo.

Y los hijos de Israel respondieron á Jehová: Hemos pecado; haz tú con nosotros como bien te pareciere: solamente que ahora nos libres en este día.

Y los ancianos de Galaad respondieron á Jephté: Por esta misma causa tornamos ahora á ti, para que vengas con nosotros, y pelees contra los hijos de Ammón, y nos seas cabeza á todos los que moramos en Galaad.

Y los ancianos de Galaad respondieron á Jephté: Jehová oiga entre nosotros, si no hiciéremos como tú dices.

Mas si no me lo supiereis declarar, vosotros me daréis las treinta sábanas y las treinta mudas de vestidos. Y ellos respondieron: Propónnos tu enigma, y lo oiremos.

Y los varones de Judá les dijeron: ¿Por qué habéis subido contra nosotros? Y ellos respondieron: A prender á Samsón hemos subido, para hacerle como él nos ha hecho.

Y ellos le respondieron, diciendo: No, solamente te prenderemos, y te entregaremos en sus manos; mas no te mataremos. Entonces le ataron con dos cuerdas nuevas, é hiciéronle venir de la peña.

Volviendo pues ellos á sus hermanos en Sora y Esthaol, sus hermanos les dijeron: ¿Qué hay? y ellos respondieron:

Y ellos le respondieron: Calla, pon la mano sobre tu boca, y vente con nosotros, para que seas nuestro padre y sacerdote. ¿Es mejor que seas tú sacerdote en casa de un hombre solo, que de una tribu y familia de Israel?

Y he aquí que Booz vino de Beth-lehem, y dijo á los segadores: Jehová sea con vosotros. Y ellos respondieron: Jehová te bendiga.

Enviaron pues á juntar á sí todos los príncipes de los Filisteos, y dijeron: ¿Qué haremos del arca del Dios de Israel? Y ellos respondieron: Pásese el arca del Dios de Israel á Gath. Y pasaron allá el arca del Dios de Israel.

Y ellos dijeron: ¿Y qué será la expiación que le pagaremos? Y ellos respondieron: Conforme al número de los príncipes de los Filisteos, cinco hermorroides de oro, y cinco ratones de oro, porque la misma plaga que todos tienen, tienen también vuestros prín

Y respondieron á los mensajeros que habían venido: Así diréis á los de Jabes de Galaad: Mañana en calentando el sol, tendréis salvamento. Y vinieron los mensajeros, y declaráronlo á los de Jabes, los cuales se holgaron.

Y él les dijo: Jehová es testigo contra vosotros, y su ungido también es testigo en este día, que no habéis hallado en mi mano cosa ninguna. Y ellos respondieron: Así es.

Y los hombres de la guarnición respondieron á Jonathán y á su paje de armas, y dijeron: Subid á nosotros, y os haremos saber una cosa. Entonces Jonathán dijo á su paje de armas: Sube tras mí, que Jehová los ha entregado en la mano de Israel.

Entonces Saúl dijo á sus criados: Buscadme una mujer que tenga espíritu de pythón, para que yo vaya á ella, y por medio de ella pregunte. Y sus criados le respondieron: He aquí hay una mujer en Endor que tiene espíritu de pythón.

Entonces todos los malos y perversos de entre los que habían ido con David, respondieron y dijeron: Pues que no fueron con nosotros, no les daremos de la presa que hemos quitado, sino á cada uno su mujer y sus hijos; los cuales tomen y se vayan.

Mas David viendo á sus siervos hablar entre sí, entendió que el niño era muerto; por lo que dijo David á sus siervos: ¿Es muerto el niño? Y ellos respondieron: Muerto es.

Y todos los varones de Judá respondieron á todos los de Israel: Porque el rey es nuestro pariente. Mas ¿por qué os enojáis vosotros de eso? ¿hemos nosotros comido algo del rey? ¿hemos recibido de él algún don?

Entonces respondieron los varones de Israel, y dijeron á los de Judá: Nosotros tenemos en el rey diez partes, y en el mismo David más que vosotros: ¿por qué pues nos habéis tenido en poco? ¿no hablamos nosotros primero en volver á nuestro rey? Y el razona

Y los Gabaonitas le respondieron: No tenemos nosotros querella sobre plata ni sobre oro con Saúl, y con su casa: ni queremos que muera hombre de Israel. Y él les dijo: Lo que vosotros dijereis os haré.

Y ellos respondieron al rey: De aquel hombre que nos destruyó, y que maquinó contra nosotros, para extirparnos sin dejar nada de nosotros en todo el término de Israel;

Entonces los mancebos que se habían criado con él, le respondieron, diciendo: Así hablarás á este pueblo que te ha dicho estas palabras: Tu padre agravó nuestro yugo; mas tú disminúyenos algo: así les hablarás: El menor dedo de los míos es más grueso que

Y todos los ancianos y todo el pueblo le respondieron: No le obedezcas, ni hagas lo que te pide.

Y ellos le respondieron: Encontramos un varón que nos dijo: Id, y volveos al rey que os envió, y decidle: Así ha dicho Jehová: ¿No hay Dios en Israel, que tú envías á consultar á Baal-zebub dios de Ecrón? Por tanto, del lecho en que subiste no descenderás

Y ellos le respondieron: Un varón velloso, y ceñía sus lomos con un cinto de cuero. Entonces él dijo: Elías Thisbita es.

Y el pueblo calló, que no le respondieron palabra: porque había mandamiento del rey, el cual había dicho: No le respondáis.

Y después dijo: ¿Qué título es este que veo? Y los de la ciudad le respondieron: Este es el sepulcro del varón de Dios que vino de Judá, y profetizó estas cosas que tú has hecho sobre el altar de Beth-el.

Mas los ojos de su Dios fueron sobre los ancianos de los Judíos, y no les hicieron cesar hasta que el negocio viniese á Darío: y entonces respondieron por carta sobre esto.

Y dijo el rey: ¿Qué honra ó que distinción se hizo á Mardochêo por esto? Y respondieron los servidores del rey, sus oficiales: Nada se ha hecho con él.

Y los servidores del rey le respondieron: He aquí Amán está en el patio. Y el rey dijo: Entre.

Espantáronse, no respondieron más; Fuéronseles los razonamientos.

Yo pues he esperado, porque no hablaban, Antes pararon, y no respondieron más.

Mas callaron, y no le respondieron palabra; porque el rey así lo había mandado, diciendo: No le respondáis.

Miré, y no había ninguno; y pregunté de estas cosas, y ningún consejero hubo: preguntéles, y no respondieron palabra.

Entonces todos los que sabían que sus mujeres habían ofrecido sahumerios á dioses ajenos, y todas las mujeres que estaban presentes, una gran concurrencia, y todo el pueblo que habitaba en tierra de Egipto, en Pathros, respondieron á Jeremías, diciendo:

Respondieron la segunda vez, y dijeron: Diga el rey el sueño á sus siervos, y mostraremos su declaración.

Los Caldeos respondieron delante del rey, y dijeron: No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el negocio del rey: demás de esto, ningún rey, príncipe, ni señor, preguntó cosa semejante á ningún mago, ni astrólogo, ni Caldeo.

Sadrach, Mesach, y Abed-nego respondieron y dijeron al rey Nabucodonosor: no cuidamos de responderte sobre este negocio.

Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y levantóse apriesa, y habló, y dijo á los de su consejo: ¿No echaron tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron y dijeron al rey: Es verdad, oh rey.

Entonces respondieron y dijeron delante del rey: Daniel que es de los hijos de la cautividad de los Judíos, no ha hecho cuenta de ti, oh rey, ni del edicto que confirmaste; antes tres veces al día hace su petición.

Si llevare alguno las carnes sagradas en la falda de su ropa, y con el vuelo de ella tocare el pan, ó la vianda, ó el vino, ó el aceite, ú otra cualquier comida, ¿será santificado? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: No.

Y dijo Haggeo: Si un inmundo á causa de cuerpo muerto tocare alguna cosa de éstas, ¿será inmunda? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: Inmunda será.

Mas las prudentes respondieron, diciendo. Porque no nos falte á nosotras y á vosotras, id antes á los que venden, y comprad para vosotras.

Y sus discípulos le respondieron: ¿De dónde podrá alguien hartar á estos de pan aquí en el desierto?

Y ellos respondieron: Juan Bautista; y otros, Elías; y otros, Alguno de los profetas.

Y ellos respondieron, y dijeron: Juan el Bautista; y otros, Elías; y otros, que algún profeta de los antiguos ha resucitado.

Los ministriles respondieron: Nunca ha hablado hombre así como este hombre.

Entonces los Fariseos les respondieron: ¿Estáis también vosotros engañados?

Respondieron y dijéronle: ¿Eres tú también Galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se levantó profeta.

Respondieron y dijéronle: Nuestro padre es Abraham. Díceles Jesús: Si fuerais hijos de Abraham, las obras de Abraham harías.

Respondieron entonces los Judíos, y dijéronle: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres Samaritano, y tienes demonio?

Mas ellos dieron voces: Quita, quita, crucifícale. Díceles Pilato: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los pontífices: No tenemos rey sino á César.

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