'Simón' en la Biblia
Y los hijos de Simón: Amnón, y Rinna, hijo de Hanán, y Tilón. Y los hijos de Isi: Zoheth, y Benzoheth.
Y andando Jesús junto á la mar de Galilea, vió á dos hermanos, Simón, que es llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en la mar; porque eran pescadores.
Y los nombres de los doce apóstoles son estos: el primero, Simón, que es dicho Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano;
Simón el Cananita y Judas Iscariote, que también le entregó.
¿No es éste el hijo del carpintero? ¿no se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo y José, y Simón, y Judas?
Y respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás; porque no te lo reveló carne ni sangre, mas mi Padre que está en los cielos.
El dice: Sí. Y entrando él en casa, Jesús le habló antes, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quién cobran los tributos ó el censo? ¿de sus hijos ó de los extraños?
Y saliendo, hallaron á un Cireneo, que se llamaba Simón: á éste cargaron para que llevase su cruz.
Y pasando junto á la mar de Galilea, vió á Simón, y á Andrés su hermano, que echaban la red en la mar; porque eran pescadores.
Y luego saliendo de la sinagoga, vinieron á casa de Simón y de Andrés, con Jacobo y Juan.
Y la suegra de Simón estaba acostada con calentura; y le hablaron luego de ella.
Y le siguió Simón, y los que estaban con él;
A Simón, al cual puso por nombre Pedro;
Y á Andrés, y á Felipe, y á Bartolomé, y á Mateo, y á Tomas, y á Jacobo hijo de Alfeo, y á Tadeo, y á Simón el Cananita,
¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, y de José, y de Judas, y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros, sus hermanas? Y se escandalizaban en él.
Y estando él en Bethania en casa de Simón el leproso, y sentado á la mesa, vino una mujer teniendo un alabastro de ungüento de nardo espique de mucho precio; y quebrando el alabastro, derramóselo sobre su cabeza.
Y vino y los halló durmiendo; y dice á Pedro: ¿Simón, duermes? ¿No has podido velar una hora?
Y cargaron á uno que pasaba, Simón Cireneo, padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo, para que llevase su cruz.
Y levantándose Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón: y la suegra de Simón estaba con una grande fiebre; y le rogaron por ella.
Y entrado en uno de estos barcos, el cual era de Simón, le rogó que lo desviase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde el barco á las gentes.
Y como cesó de hablar, dijo á Simón: Tira á alta mar, y echad vuestras redes para pescar.
Y respondiendo Simón, le dijo: Maestro, habiendo trabajado toda la noche, nada hemos tomado; mas en tu palabra echaré la red.
Lo cual viendo Simón Pedro, se derribó de rodillas á Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.
Y asimismo á Jacobo y á Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Y Jesús dijo á Simón: No temas: desde ahora pescarás hombres.
A Simón, al cual también llamó Pedro, y á Andrés su hermano, Jacobo y Juan, Felipe y Bartolomé,
Mateo y Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, y Simón el que se llama Celador,
Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él dice: Di, Maestro.
Y respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquél al cual perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado.
Y vuelto á la mujer, dijo á Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, no diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha limpiado con los cabellos.
Y les dijo: ¿Y vosotros, quién decís que soy? Entonces respondiendo Simón Pedro, dijo: El Cristo de Dios.
Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandaros como á trigo;
Y llevándole, tomaron á un Simón Cireneo, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús.
Que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido á Simón.
Era Andrés, hermano de Simón Pedro, uno de los dos que habían oído de Juan, y le habían seguido.
Este halló primero á su hermano Simón, y díjole: Hemos hallado al Mesías (que declarado es, el Cristo).
Y le trajo á Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás: tú serás llamado Cephas (que quiere decir, Piedra).
Dícele uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro:
Y respondióle Simón Pedro: Señor, ¿á quién iremos? tú tienes palabras de vida eterna.
Y hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón, porque éste era el que le había de entregar, el cual era uno de los doce.
Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote, hijo de Simón, el que le había de entregar:
Y la cena acabada, como el diablo ya había metido en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, que le entregase,
Entonces vino á Simón Pedro; y Pedro le dice: ¿Señor, tú me lavas los pies?
Dícele Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, mas aun las manos y la cabeza.
A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquél de quien decía.
Respondió Jesús: Aquél es, á quien yo diere el pan mojado. Y mojando el pan, diólo á Judas Iscariote, hijo de Simón.
Dícele Simón Pedro: Señor, ¿adónde vas? Respondióle Jesús: Donde yo voy, no me puedes ahora seguir; mas me seguirás después.
Entonces Simón Pedro, que tenía espada, sacóla, é hirió al siervo del pontífice, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco.
Y seguía á Jesús Simón Pedro, y otro discípulo. Y aquel discípulo era conocido del pontífice, y entró con Jesús al atrio del pontífice;
Entonces corrió, y vino á Simón Pedro, y al otro discípulo, al cual amaba Jesús, y les dice: Han llevado al Señor del sepulcro, y no sabemos dónde le han puesto.
Llegó luego Simón Pedro siguiéndole, y entró en el sepulcro, y vió los lienzos echados,
Estaban juntos Simón Pedro, y Tomás, llamado al Dídimo, y Natanael, el que era de Caná de Galilea, y los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos.
Díceles Simón: A pescar voy. Dícenle: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y subieron en una barca; y aquella noche no cogieron nada.
Entonces aquel discípulo, al cual amaba Jesús, dijo á Pedro: El Señor es. Y Simón Pedro, como oyó que era el Señor, ciñóse la ropa, porque estaba desnudo, y echóse á la mar.
Subió Simón Pedro, y trajo la red á tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres: y siendo tantos, la red no se rompió.
Y cuando hubieron comido, Jesús dijo á Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos? Dícele; Sí Señor: tú sabes que te amo. Dícele: Apacienta mis corderos.
Vuélvele á decir la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Respóndele: Sí, Señor: tú sabes que te amo. Dícele: Apacienta mis ovejas.
Dícele la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Entristecióse Pedro de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y dícele: Señor, tú sabes todas las cosas; tú sabes que te amo. Dícele Jesús: Apacienta mis ovejas.
Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, y Juan y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, y Simón Zelotes, y Judas hermano de Jacobo.
Y había un hombre llamado Simón, el cual había sido antes mágico en aquella ciudad, y había engañado la gente de Samaria, diciéndose ser algún grande:
El mismo Simón creyó también entonces, y bautizándose, se llegó á Felipe: y viendo los milagros y grandes maravillas que se hacían, estaba atónito.
Y como vió Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero,
Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, que ninguna cosa de estas que habéis dicho, venga sobre mí.
Y aconteció que se quedó muchos días en Joppe en casa de un cierto Simón, curtidor.
Envía pues ahora hombres á Joppe, y haz venir á un Simón, que tiene por sobrenombre Pedro.
Este posa en casa de un Simón, curtidor, que tiene su casa junto á la mar: él te dirá lo que te conviene hacer.
Y estando Pedro dudando dentro de sí qué sería la visión que había visto, he aquí, los hombres que habían sido enviados por Cornelio, que, preguntando por la casa de Simón, llegaron á la puerta.
Y llamando, preguntaron si un Simón que tenía por sobrenombre Pedro, posaba allí.
Envía pues á Joppe, y haz venir á un Simón, que tiene por sobrenombre Pedro; éste posa en casa de Simón, curtidor, junto á la mar; el cual venido, te hablará.
El cual nos contó cómo había visto un ángel en su casa, que se paró, y le dijo: Envía á Joppe, y haz venir á un Simón que tiene por sobrenombre Pedro;
HABIA entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y doctores: Bernabé, y Simón el que se llamaba Niger, y Lucio Cireneo, y Manahén, que había sido criado con Herodes el tetrarca, y Saulo.
Simón ha contado cómo Dios primero visitó á los Gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre;
SIMON Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, á los que habéis alcanzado fe igualmente preciosa con nosotros en la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo:
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