40 casos

'Todo' en la Biblia

¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?

Y di mi corazón a inquirir y buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo (este penoso trabajo dio Dios a los hijos de los hombres, en que se ocupen).

No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena.

Al fin miré yo todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.

Porque ni del sabio ni del loco habrá memoria para siempre; pues en los días venideros ya todo será olvidado, y también morirá el sabio como el loco.

Aborrecí por tanto la vida, porque toda obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo era vanidad y aflicción de espíritu.

Yo asimismo aborrecí todo mi trabajo que había puesto por obra debajo del sol; el cual dejaré a otro que vendrá después de mí.

¿Y quién sabe si será sabio, o loco, el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que me hice sabio debajo del sol? Esto también es vanidad.

Volvió, por tanto, a desesperanzarse mi corazón acerca de todo el trabajo en que trabajé, y en que me hice sabio debajo del sol.

He entendido que todo lo que Dios hace, esto será perpetuo; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; porque Dios lo hace, para que delante de él teman los hombres.

Y dije yo en mi corazón: Al justo y al impío juzgará Dios; porque hay un tiempo determinado de juzgar a toda voluntad y sobre todo lo que se hace.

Porque el suceso de los hijos de los hombres, y el suceso del animal, el mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros; y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad.

He visto asimismo que todo trabajo y toda rectitud de obras mueve la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.

No tiene fin todo el pueblo que fue antes de ellos; tampoco los que vendrán después estarán con él contentos. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.

He aquí pues el bien que yo he visto: Que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque ésta es su parte.

El del hombre a quien Dios dio riquezas, y hacienda, y honra, y nada le falta de todo lo que su alma desea; mas Dios no le dio facultad de comer de ello, sino que los extraños se lo comen. Esto vanidad es, y enfermedad maligna.

Todo lo he visto en los días de mi vanidad. Justo hay que perece por su justicia, y hay impío que por su maldad alarga sus días.

Bueno es que tomes de esto, y también de aquello no apartes tu mano; porque el que a Dios teme, saldrá con todo.

No seas ligero a rebelarse contra él, ni en cosa mala persistas; porque él hará todo lo que quisiere;

Todo esto he visto, y he puesto mi corazón en todo lo que se hace debajo del sol; el tiempo en que el hombre se enseñorea del hombre para mal suyo.

Aunque el que peca haga mal cien veces, y le sea prolongado el juicio, con todo yo también sé que les irá bien a los que a Dios temen, los que temieren ante su presencia;

Ciertamente a todo esto di mi corazón, para declarar todo esto: que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios; y que no sabe el hombre ni el amor ni el odio por todo lo que pasa delante de él.

Todo acontece de la misma manera a todos; un mismo suceso tiene el justo y el impío; el bueno y el limpio y el no limpio; el que sacrifica, y el que no sacrifica; como el bueno, así el que peca; el que jura, como el que teme el juramento.

Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol, que todos tengan un mismo suceso, y también que el corazón de los hijos de los hombres esté lleno de mal, y de enloquecimiento en su corazón durante su vida; y después, a los muertos.

Porque hay esperanza para todo aquel que está aún entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto.

Aun su amor, y su odio y su envidia, fenecieron ya; ni tienen ya más parte en el siglo, en todo lo que se hace debajo del sol.

mas si el hombre viviere muchos años, y en todos ellos hubiere gozado de alegría; si después trajere a la memoria los días de las tinieblas, que serán muchos, todo lo que le habrá pasado, dirá haber sido vanidad.

El fin de todo el sermón es oído: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es toda la felicidad del hombre.

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