'Del' en la Biblia
Gracia y paz a vosotros de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
siendo manifiesto que sois carta de Cristo redactada por nosotros, no escrita con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de corazones humanos.
el cual también nos hizo suficientes {como} ministros de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.
¿cómo no será aún con más gloria el ministerio del Espíritu?
Pero el entendimiento de ellos se endureció; porque hasta el día de hoy, en la lectura del antiguo pacto el mismo velo permanece sin alzarse, pues {sólo} en Cristo es quitado.
Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, {hay} libertad.
Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu.
en los cuales el dios de este mundo ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios.
Pues Dios, que dijo que de las tinieblas resplandeciera la luz, es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo.
Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la extraordinaria grandeza del poder sea de Dios y no de nosotros.
Por tanto, animados siempre y sabiendo que mientras habitamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor
pero cobramos ánimo y preferimos más bien estar ausentes del cuerpo y habitar con el Señor.
Por tanto, conociendo el temor del Señor, persuadimos a los hombres, pero a Dios somos manifiestos, y espero que también seamos manifiestos en vuestras conciencias.
¿O qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios vivo, como Dios dijo: HABITARE EN ELLOS, Y ANDARE ENTRE ELLOS; Y SERE SU DIOS, Y ELLOS SERAN MI PUEBLO.
Por tanto, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
Porque la tristeza que es conforme a {la voluntad de} Dios produce un arrepentimiento {que conduce} a la salvación, sin dejar pesar; pero la tristeza del mundo produce muerte.
Porque mirad, ¡qué solicitud ha producido en vosotros esto, esta tristeza piadosa, qué vindicación de vosotros mismos, qué indignación, qué temor, qué gran afecto, qué celo, qué castigo del mal! En todo habéis demostrado ser inocentes en el asunto.
Así que, aunque os escribí, no {fue} por causa del que ofendió, ni por causa del ofendido, sino para que vuestra solicitud por nosotros se manifestara a vosotros delante de Dios.
Y junto con él hemos enviado al hermano cuya fama en {las cosas del} evangelio {se ha divulgado} por todas las iglesias;
y no sólo {esto}, sino que también ha sido designado por las iglesias como nuestro compañero de viaje en esta obra de gracia, la cual es administrada por nosotros para la gloria del Señor mismo, y {para manifestar} nuestra buena voluntad;
pues nos preocupamos por lo que es honrado, no sólo ante los ojos del Señor, sino también ante los ojos de los hombres.
Por la prueba dada por esta ministración, glorificarán a Dios por {vuestra} obediencia a vuestra confesión del evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos;
El Dios y Padre del Señor Jesús, el cual es bendito para siempre, sabe que no miento.
El gloriarse es necesario, aunque no es provechoso; pasaré entonces a las visiones y revelaciones del Señor.
Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (no sé si en el cuerpo, no sé si fuera del cuerpo, Dios lo sabe) el tal fue arrebatado hasta el tercer cielo.
Y conozco a tal hombre (si en el cuerpo o fuera del cuerpo no lo sé, Dios lo sabe)
puesto que buscáis una prueba del Cristo que habla en mí, el cual no es débil para con vosotros, sino poderoso en vosotros.
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros.