'Discípulos' en la Biblia
Y los discípulos se asombraron de sus palabras. Pero Jesús, respondiendo otra vez, les dijo: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas!
Entonces vinieron a Jericó; y saliendo Él de Jericó, con sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.
Y cuando llegaron cerca de Jerusalén a Betfagé y a Betania, al monte de los Olivos, Él envió a dos de sus discípulos,
Entonces Jesús respondiendo, dijo a la higuera: Nunca más coma nadie fruto de ti, por siempre. Y sus discípulos lo oyeron.
Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca;
Y saliendo Él del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios.
Y el primer día de los panes sin levadura, cuando sacrificaban la pascua, sus discípulos le dijeron: ¿Dónde quieres que vayamos y preparemos para que comas la pascua?
Y envió dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la ciudad, y os encontrará un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle,
y donde él entrare, decid al señor de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos?
Y fueron sus discípulos y entraron en la ciudad, y hallaron como Él les había dicho, y prepararon la pascua.
Y vinieron al lugar que se llama Getsemaní; y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro.
Pero id, decid a sus discípulos y a Pedro, que Él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo.
Y los escribas y los fariseos murmuraban contra sus discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores?
Entonces ellos le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan ayunan muchas veces y hacen oraciones, y asimismo los de los fariseos, pero los tuyos comen y beben?
Y aconteció en el segundo sábado después del primero, que pasando Él por los sembrados, sus discípulos arrancaban espigas, y comían, restregándolas con las manos.
Y cuando fue de día, llamó a sus discípulos, y escogió doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles.
Y descendió con ellos, y se detuvo en un lugar llano, en compañía de sus discípulos y de una gran multitud de gente de toda Judea y de Jerusalén, y de la costa de Tiro y de Sidón, que habían venido para oírle, y para ser sanados de sus enfermedades;
Y alzando Él sus ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres; porque vuestro es el reino de Dios.
Y aconteció el siguiente día, que Él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con Él muchos de sus discípulos, y una gran multitud.
Y los discípulos de Juan le dieron las nuevas de todas estas cosas.
Y llamó Juan a dos de sus discípulos, y los envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú Aquél que había de venir, o esperaremos a otro?
Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Qué significa esta parábola?
Y aconteció un día que Él entró en una barca con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y partieron.
Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades.
Y eran como cinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos: Hacedlos sentar en grupos, de cincuenta en cincuenta.
Y tomando los cinco panes y los dos pescados, mirando al cielo los bendijo, y partió, y dio a sus discípulos para que pusiesen delante de la multitud.
Y aconteció que estando Él aparte orando, estaban con Él los discípulos; y les preguntó, diciendo: ¿Quién dice la gente que soy yo?
Y rogué a tus discípulos que le echasen fuera, y no pudieron.
Y todos estaban maravillados de la grandeza de Dios. Y admirándose todos de todas las cosas que Jesús hacía, dijo a sus discípulos:
Y viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, y los consuma, así como hizo Elías?
Y volviéndose a sus discípulos, les dijo en privado: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis:
Y aconteció que estaba Él orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.
En esto, juntándose una innumerable multitud, tanto que unos a otros se atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es hipocresía.
Y dijo a sus discípulos: Por tanto os digo: No os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis.
Y dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico, el cual tenía un mayordomo, y éste fue acusado ante él de que había disipado sus bienes.
Entonces dijo a los discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen!
Y dijo a sus discípulos: Tiempo vendrá, cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis.
Y también le traían los niños para que los tocase; lo cual viendo los discípulos, les reprendían.
Y aconteció que llegando cerca de Betfagé y de Betania, al monte que se llama de los Olivos, envió dos de sus discípulos,
Y cuando Él llegó ya cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzaron a alabar a Dios a gran voz por todas las maravillas que habían visto,
Entonces algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos.
Y oyéndole todo el pueblo, dijo a sus discípulos:
y decid al padre de familia de esa casa: El Maestro te dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos?
Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron.
Y cuando se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo de tristeza;
El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos.
Y los dos discípulos le oyeron hablar, y siguieron a Jesús.
Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos.
Este principio de milagros hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en Él.
Después de esto descendió a Capernaúm, Él, y su madre, y sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días.
Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consumió.
Por tanto, cuando resucitó de los muertos, sus discípulos se acordaron que les había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho.
Después de estas cosas, vino Jesús con sus discípulos a la tierra de Judea; y estuvo allí con ellos, y bautizaba.
Entonces hubo una discusión entre los discípulos de Juan y los judíos acerca de la purificación.
Y cuando el Señor entendió que los fariseos habían oído que Jesús hacía y bautizaba más discípulos que Juan
(aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos),
(Pues los discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer).
Y en esto llegaron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con la mujer; pero ninguno dijo: ¿Qué preguntas? O: ¿Por qué hablas con ella?
Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come.
Entonces los discípulos se decían el uno al otro: ¿Le habrá traído alguien de comer?
Y subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos.
Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo:
Y Jesús tomando los panes, habiendo dado gracias, los repartió a los discípulos, y los discípulos a los que estaban recostados; y asimismo de los peces, cuanto querían.
Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada.
Y al anochecer, descendieron sus discípulos al mar;
El día siguiente, cuando la gente que estaba al otro lado del mar vio que no había otra barca sino aquella en la que habían entrado sus discípulos, y que Jesús no había entrado con sus discípulos en la barca, sino que sus discípulos se habían ido solos.
Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, ellos también entraron en unas barcas y vinieron a Capernaúm, buscando a Jesús.
Entonces muchos de sus discípulos al oírlo, dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?
Y sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os escandaliza?
Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con Él.
Entonces sus hermanos le dijeron: Sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces.
Entonces dijo Jesús a los judíos que habían creído en Él: Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciese ciego?
Él les respondió: Ya os lo he dicho antes, y no habéis oído; ¿por qué lo queréis oír otra vez? ¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos?
Entonces le injuriaron, y dijeron: Tú eres su discípulo; pero nosotros discípulos de Moisés somos.
Luego, después de esto, dijo a sus discípulos: Vamos a Judea otra vez.
Sus discípulos le dijeron: Rabí, ahora procuraban los judíos apedrearte, ¿y otra vez vas allá?
Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sano estará.
Por tanto, Jesús ya no andaba abiertamente entre los judíos, sino que se fue de allí a la tierra que está junto al desierto, a una ciudad llamada Efraín; y se quedó allí con sus discípulos.
Entonces dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote, hijo de Simón, el que le había de entregar:
Estas cosas no las entendieron sus discípulos al principio; pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas de Él, y que le habían hecho estas cosas.
Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.
Entonces los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba.
Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado en el pecho de Jesús.
En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
Entonces algunos de sus discípulos dijeron entre ellos: ¿Qué es esto que nos dice: Un poco, y no me veréis; y otra vez, un poco, y me veréis, y: Porque yo voy al Padre?
Sus discípulos le dijeron: He aquí ahora hablas claramente, y ninguna parábola dices.
Cuando Jesús hubo dicho estas palabras, salió con sus discípulos al otro lado del arroyo de Cedrón, donde había un huerto, en el cual Él entró, y sus discípulos.
Y también Judas, el que le entregaba, conocía aquel lugar; porque Jesús muchas veces se había reunido allí con sus discípulos.
Entonces la criada que guardaba la puerta, dijo a Pedro: ¿No eres tú también de los discípulos de este hombre? Él dijo: No soy.
Y el sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina.
Y estaba Pedro en pie, calentándose. Y le dijeron: ¿No eres tú también uno de sus discípulos? Él negó, y dijo: No soy.
Entonces los discípulos se volvieron a sus casas.
Vino María Magdalena dando las nuevas a los discípulos de que había visto al Señor, y que Él le había dicho estas cosas.
Y el mismo día al anochecer, siendo el primero de la semana, estando las puertas cerradas en donde los discípulos estaban reunidos por miedo a los judíos, vino Jesús, y poniéndose en medio, les dijo: Paz a vosotros.
Y habiendo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Entonces los discípulos se regocijaron viendo al Señor.
Le dijeron, pues, los otros discípulos: Hemos visto al Señor. Y él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.
Y ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Entonces vino Jesús, estando las puertas cerradas, y poniéndose en medio, dijo: Paz a vosotros.
Y ciertamente muchas otras señales hizo Jesús en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro.
Resutados de la Búsqueda continuados...
Resultados de Búsqueda por Versiones
Resultados de Búsqueda por Libro
Artículos Relacionados
- Agradecimiento
- Comer reclinable
- Cristo con sus discípulos
- Cristo convocando
- Cómo discípulos aprenden
- Cómo discípulos están llamados
- Discípulos elegidos
- Discípulos, características de
- Doce discípulos
- Dos discípulos
- El interrogatorio de Cristo
- Embarcaciones
- Evitar las multitudes
- Fracción del Pan
- Hablando de Cristo a los discípulos
- La autoridad de los Discípulos
- La gente expulsando demonios
- La grandeza de los Discípulos
- La resurrección de Cristo, las apariencias
- Las multitudes
- Las multitudes en torno a Jesús
- Las reacciones de los Discípulos
- Los discípulos acciones
- Los discípulos de Cristo sufrirán
- Los discípulos de Juan el Bautista
- Los discípulos en el templo
- Los discípulos palabras
- Los fallos
- Los huéspedes
- Los movimientos de los discípulos
- Los recaudadores de impuestos
- Matando a discípulos
- Privacidad
- Tardes para Jesús y Sus discípulos
- Teachableness
- Ver al Cristo resucitado
- Agradecerle a Dios por el alimento
- El costado de las personas
- El discipulado
- Encontrar la culpa en Jesús
- Hablar de Jesús
- La oración de Jesús
- La preocupación de los fariseos por Cristo
- La sanación a través de los discípulos
- Las quejas
- Los grupos
- Los lagos
- Otras referencias a los discípulos
- ¿Quién es Jesús?