'Israel' en la Biblia
- 1.Gé 32:28-Éx 13:2
- 2.Éx 13:18-Éx 40:38
- 3.Levítico 1:2-Números 8:14
- 4.Números 8:16-Números 24:5
- 5.Números 24:17-Deuteronomio 25:7
- 6.Deuteronomio 25:10-Josué 10:30
- 7.Josué 10:31-Jueces 4:24
- 8.Jueces 5:2-Jueces 20:32
- 9.Jueces 20:33-1 Samuel 15:17
- 10.1 Samuel 15:26-2 Samuel 14:25
- 11.2 Samuel 15:2-1 Reyes 9:7
- 12.1 Reyes 9:20-1 Reyes 22:3
- 13.1 Reyes 22:4-2 Reyes 14:16
- 14.2 Reyes 14:17-1 Crónicas 15:14
- 15.1 Crónicas 15:25-2 Crónicas 8:8
- 16.2 Crónicas 8:9-2 Crónicas 31:5
- 17.2 Crónicas 31:6-Salmos 78:41
- 18.Salmos 78:55-Isaías 44:5
- 19.Isaías 44:6-Jeremías 31:33
- 20.Jeremías 31:36-Ezequiel 13:16
- 21.Ezequiel 14:1-Ezequiel 43:10
- 22.Ezequiel 44:2-Miqueas 1:13
- 23.Miqueas 1:14-Apocalipsis 21:12
Y Samuel respondió a Saúl: No volveré contigo; porque desechaste la palabra de Jehová, y Jehová te ha desechado para que no seas rey sobre Israel.
Entonces Samuel le dijo: Jehová ha rasgado hoy de ti el reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo que es mejor que tú.
Y también el Poderoso de Israel no mentirá, ni se arrepentirá, porque Él no es hombre para que se arrepienta.
Y él dijo: Yo he pecado; mas te ruego que me honres delante de los ancianos de mi pueblo, y delante de Israel, y que vuelvas conmigo para que adore a Jehová tu Dios.
Y nunca después vio Samuel a Saúl, hasta el día de su muerte; sin embargo Samuel lloraba por Saúl. Y Jehová se arrepintió de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel.
Y Jehová dijo a Samuel: ¿Hasta cuándo has tú de llorar por Saúl, habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite, y ven; yo te enviaré a Isaí, de Belén; porque de sus hijos me he provisto de rey.
Y también Saúl y los hombres de Israel se juntaron, y acamparon en el valle de Ela, y ordenaron la batalla contra los filisteos.
Y los filisteos estaban sobre un monte a un lado, e Israel estaba sobre un monte al otro lado, y había un valle entre ellos.
Y se paró, y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué salís a dar batalla? ¿No soy yo filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí.
Y añadió el filisteo: Hoy yo desafío al ejército de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo.
Y oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron, y tuvieron gran miedo.
Y Saúl y ellos y todos los de Israel, estaban en el valle de Ela, peleando con los filisteos.
Y todos los varones de Israel que veían aquel hombre, huían de su presencia, y tenían gran temor.
Y cada uno de los de Israel decía: ¿No habéis visto a aquel hombre que ha salido? Él se adelanta para provocar a Israel. Al que le venciere, el rey le enriquecerá con grandes riquezas, y le dará su hija, y eximirá de tributos a la casa de su padre en Israel.
Entonces habló David a los que junto a él estaban, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?
Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada, lanza y escudo; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, que tú has provocado.
Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza; y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra: y sabrá toda la tierra que hay Dios en Israel.
Y levantándose los de Israel y de Judá, gritaron, y persiguieron a los filisteos hasta llegar al valle, y hasta las puertas de Ecrón. Y cayeron los heridos de los filisteos por el camino de Saaraim, aun hasta Gat y Ecrón.
Regresaron luego los hijos de Israel de perseguir a los filisteos, y despojaron su campamento.
Y aconteció que cuando ellos volvían, cuando David volvió de matar al filisteo, salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel a recibir al rey Saúl, cantando y danzando, con panderos, con cánticos de alegría y con instrumentos de música.
Mas todo Israel y Judá amaba a David, porque él salía y entraba delante de ellos.
Y David respondió a Saúl: ¿Quién soy yo, o qué es mi vida, o la familia de mi padre en Israel, para ser yerno del rey?
porque él puso su vida en su mano, y mató al filisteo, y Jehová hizo una gran salvación a todo Israel. Tú lo viste, y te alegraste: ¿por qué, pues, pecarás contra sangre inocente, matando a David sin causa?
Entonces dijo Jonatán a David: Oh Jehová Dios de Israel, cuando habré yo preguntado a mi padre mañana a esta hora, o el día tercero, y él apareciere bien para con David, si entonces no enviare a ti, y te lo descubriere,
Y dijo David: Jehová Dios de Israel, tu siervo tiene entendido que Saúl trata de venir contra Keila, a destruir la ciudad por causa mía.
¿Me entregarán los hombres de Keila en sus manos? ¿Descenderá Saúl, como tu siervo ha oído? Jehová Dios de Israel, te ruego que lo declares a tu siervo. Y Jehová dijo: Sí, descenderá.
Y le dijo: No temas, que no te hallará la mano de Saúl mi padre, y tú reinarás sobre Israel, y yo seré segundo después de ti; y aun Saúl mi padre así lo sabe.
Y tomando Saúl tres mil hombres escogidos de todo Israel, fue en busca de David y de los suyos, por las cumbres de los peñascos de las cabras monteses.
¿Tras quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigues? ¿A un perro muerto? ¿A una pulga?
Y ahora, como yo entiendo que tú has de reinar, y que el reino de Israel ha de ser en tu mano firme y estable,
Y murió Samuel, y se reunió todo Israel, y lo lloraron, y lo sepultaron en su casa en Ramá. Y se levantó David, y se fue al desierto de Parán.
Y acontecerá que cuando Jehová hiciere con mi señor conforme a todo el bien que ha hablado de ti, y te mandare que seas por príncipe sobre Israel,
Y dijo David a Abigail: Bendito sea Jehová Dios de Israel, que te envió para que hoy me encontrases.
Porque, vive Jehová Dios de Israel que me ha detenido de hacerte mal, que si no te hubieras dado prisa en venir a mi encuentro, de aquí al amanecer no le habría quedado a Nabal meante a la pared.
Saúl entonces se levantó, y descendió al desierto de Zif, llevando consigo tres mil hombres escogidos de Israel, para buscar a David en el desierto de Zif.
Y dijo David a Abner: ¿No eres tú un hombre valiente? ¿Y quién hay como tú en Israel? ¿Por qué, pues, no has guardado al rey tu señor? Porque uno del pueblo ha entrado a matar a tu señor el rey.
No caiga, pues, ahora mi sangre en tierra delante de Jehová, porque ha salido el rey de Israel a buscar una pulga, así como quien persigue una perdiz por los montes.
Y dijo David en su corazón: Al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl; por tanto, nada me será mejor que fugarme a la tierra de los filisteos, para que Saúl se deje de mí, y no me ande buscando más por todos los términos de Israel, y así me escaparé de sus manos.
Y Aquís creía a David, diciendo así: Él ha hecho que su pueblo de Israel le aborrezca; por tanto será mi siervo para siempre.
Y aconteció que en aquellos días los filisteos reunieron sus tropas para pelear contra Israel. Y dijo Aquís a David: Sabe de cierto que has de salir conmigo a campaña, tú y tus hombres.
Ya Samuel había muerto, y todo Israel lo había lamentado, y le habían sepultado en Ramá, en su ciudad. Y Saúl había echado de la tierra los encantadores y adivinos.
Y los filisteos se juntaron, y vinieron y acamparon en Sunem; y Saúl juntó a todo Israel, y acamparon en Gilboa.
Y Jehová entregará a Israel también contigo en manos de los filisteos; y mañana estaréis conmigo, tú y tus hijos; y aun el campamento de Israel entregará Jehová en manos de los filisteos.
Y los filisteos reunieron todas sus tropas en Afec; e Israel acampó junto a la fuente que está en Jezreel.
Y dijeron los príncipes de los filisteos: ¿Qué hacen aquí estos hebreos? Y Aquís respondió a los príncipes de los filisteos: ¿No es éste David, el siervo de Saúl rey de Israel, que ha estado conmigo algunos días o algunos años, y no he hallado falta en él desde el día que se pasó a mí hasta hoy?
Y desde aquel día en adelante fue esto puesto por ley y ordenanza en Israel, hasta hoy.
Los filisteos, pues, pelearon contra Israel, y los de Israel huyeron delante de los filisteos, y cayeron muertos en el monte de Gilboa.
Y los de Israel que estaban al otro lado del valle, y al otro lado del Jordán, viendo que Israel había huido, y que Saúl y sus hijos estaban muertos, dejaron las ciudades y huyeron; y los filisteos vinieron y habitaron en ellas.
Y le preguntó David: ¿De dónde vienes? Y él respondió: Me he escapado del campamento de Israel.
Y lloraron y lamentaron, y ayunaron hasta la tarde, por Saúl y por Jonatán su hijo, por el pueblo de Jehová y por la casa de Israel, porque habían caído a espada.
¡Ha perecido la gloria de Israel sobre tus alturas! ¡Cómo han caído los valientes!
Hijas de Israel, llorad por Saúl, que os vestía de escarlata y delicadeza, que adornaba vuestras ropas con ornamentos de oro.
y lo hizo rey sobre Galaad, y sobre Aser, y sobre Jezreel, y sobre Efraín, y sobre Benjamín, y sobre todo Israel.
De cuarenta años era Isboset hijo de Saúl, cuando comenzó a reinar sobre Israel; y reinó dos años. Pero la casa de Judá siguió a David.
Y hubo aquel día una batalla muy recia, y Abner y los hombres de Israel fueron vencidos por los siervos de David.
Entonces Joab tocó el cuerno, y todo el pueblo se detuvo, y no siguió más a los de Israel, ni peleó más.
trasladando el reino de la casa de Saúl, y confirmando el trono de David sobre Israel y sobre Judá, desde Dan hasta Beerseba.
Y envió Abner mensajeros a David de su parte, diciendo: ¿De quién es la tierra? Y que le dijesen: Haz alianza conmigo, y he aquí que mi mano será contigo para volver a ti a todo Israel.
Y habló Abner con los ancianos de Israel, diciendo: Hace tiempo procurabais que David fuese rey sobre vosotros.
Ahora, pues, hacedlo; porque Jehová ha hablado a David, diciendo: Por la mano de mi siervo David libraré a mi pueblo Israel de mano de los filisteos, y de mano de todos sus enemigos.
Y habló también Abner a los de Benjamín; y fue también Abner a Hebrón a decir a David todo lo que parecía bien a los de Israel y a toda la casa de Benjamín.
Y dijo Abner a David: Yo me levantaré e iré, y juntaré a mi señor el rey a todo Israel, para que hagan alianza contigo, y tú reines como deseas. David despidió luego a Abner, y él se fue en paz.
Y todo el pueblo y todo Israel entendió aquel día, que no provenía del rey el matar a Abner hijo de Ner.
Y el rey dijo a sus siervos: ¿No sabéis que un príncipe y grande ha caído hoy en Israel?
Luego que oyó el hijo de Saúl que Abner había sido muerto en Hebrón, sus manos se le debilitaron, y fue atemorizado todo Israel.
Entonces vinieron todas las tribus de Israel a David en Hebrón y hablaron, diciendo: He aquí nosotros hueso tuyo y carne tuya somos.
Y aun antes de ahora, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, tú eras quien sacaba y metía a Israel. Además Jehová te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel, y tú serás príncipe sobre Israel.
Vinieron, pues, todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón, y el rey David hizo con ellos alianza en Hebrón delante de Jehová; y ungieron a David por rey sobre Israel.
En Hebrón reinó sobre Judá siete años y seis meses, y en Jerusalén reinó treinta y tres años sobre todo Israel y Judá.
Y entendió David que Jehová le había confirmado por rey sobre Israel, y que había enaltecido su reino por amor de su pueblo Israel.
Y oyendo los filisteos que habían ungido a David por rey sobre Israel, subieron todos los filisteos para buscar a David; y oyéndolo David, descendió a la fortaleza.
Y David volvió a juntar a todos los hombres escogidos de Israel, treinta mil.
Y David y toda la casa de Israel danzaban delante de Jehová con toda clase de instrumentos de madera de abeto; con arpas, salterios, panderos, flautas y címbalos.
Así David y toda la casa de Israel traían el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta.
Y repartió a todo el pueblo, y a toda la multitud de Israel, así a hombres como a mujeres, a cada uno una torta de pan, y un pedazo de carne, y un frasco de vino. Y se fue todo el pueblo, cada uno a su casa.
Volvió luego David para bendecir su casa; y saliendo Mical a recibir a David, dijo: ¡Cuán honrado ha sido hoy el rey de Israel, descubriéndose hoy delante de las criadas de sus siervos, como se descubre un cualquiera!
Entonces David respondió a Mical: Fue delante de Jehová, quien me eligió en lugar de tu padre y de toda su casa, para constituirme por príncipe sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel. Por tanto, danzaré delante de Jehová.
Ciertamente no he habitado en casas desde el día que saqué a los hijos de Israel de Egipto hasta hoy, sino que he andado en tienda y en tabernáculo.
Y en todo cuanto he andado con todos los hijos de Israel, ¿acaso he hablado palabra con alguna de las tribus de Israel, a quien haya mandado que apaciente mi pueblo de Israel, diciendo: ¿Por qué no me habéis edificado casa de cedro?
Ahora, pues, dirás así a mi siervo David: Así dice Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel;
Además yo fijaré lugar a mi pueblo Israel, y lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como antes,
desde el día en que puse jueces sobre mi pueblo Israel. Y a ti te he dado descanso de todos tus enemigos. Asimismo Jehová te hace saber, que Él te hará casa.
¿Y qué nación hay en la tierra como tu pueblo Israel, al cual Dios fue y redimió por pueblo para sí, y para darle nombre, y para hacer por vosotros grandes y temibles obras, por tu tierra, por amor de tu pueblo que tú redimiste de Egipto, de las naciones y de sus dioses?
Porque tú te has confirmado a tu pueblo Israel por pueblo tuyo para siempre; y tú, oh Jehová, fuiste a ellos por Dios.
Que sea engrandecido tu nombre para siempre, y se diga: Jehová de los ejércitos es Dios sobre Israel; y que la casa de tu siervo David sea firme delante de ti.
Porque tú, Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, revelaste al oído de tu siervo, diciendo: Yo te edificaré casa. Por esto tu siervo ha hallado en su corazón para hacer delante de ti esta súplica.
Y reinó David sobre todo Israel; y David administraba derecho y justicia a todo su pueblo.
Viendo, pues, Joab que había escuadrones delante y detrás de él, entresacó de todos los escogidos de Israel, y se puso en orden de batalla contra los sirios.
Mas viendo los sirios que habían caído delante de Israel, se volvieron a reunir.
Y cuando fue dado aviso a David, reunió a todo Israel, y pasando el Jordán vino a Helam. Y los sirios se pusieron en orden de batalla contra David, y pelearon contra él.
Mas los sirios huyeron delante de Israel; e hirió David de los sirios la gente de setecientos carros, y cuarenta mil hombres de a caballo; hirió también a Sobac general del ejército, y murió allí.
Viendo, pues, todos los reyes que asistían a Hadad-ezer que habían sido derrotados delante de Israel, hicieron paz con Israel y le sirvieron; y de allí en adelante temieron los sirios de socorrer a los hijos de Amón.
Y aconteció a la vuelta del año, en el tiempo que salen los reyes a la batalla, que David envió a Joab, y a sus siervos con él, y a todo Israel; y destruyeron a los hijos de Amón, y pusieron sitio a Rabá. Pero David se quedó en Jerusalén.
Y Urías respondió a David: El arca, e Israel y Judá, están debajo de tiendas; y mi señor Joab, y los siervos de mi señor, en el campo; ¿y había yo de entrar en mi casa para comer y beber, y a dormir con mi esposa? Por vida tuya, y por vida de tu alma, que yo no haré tal cosa.
Entonces dijo Natán a David: Tú eres ese hombre. Así dice Jehová, Dios de Israel: Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Saúl,
y te di la casa de tu señor, y las esposas de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, yo te habría añadido tales y tales cosas.
Porque tú lo hiciste en secreto; pero yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol.
Ella entonces le respondió: No, hermano mío, no me fuerces; porque no se debe hacer esto en Israel. No hagas tal vileza.
Porque, ¿adónde iría yo con mi deshonra? Y aun tú serías estimado como uno de los perversos en Israel. Te ruego, pues, ahora que hables al rey, que no me negará a ti.
Y no había en todo Israel ninguno tan alabado por su hermosura como Absalón; desde la planta de su pie hasta la coronilla no había en él defecto.
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- 18.Salmos 78:55-Isaías 44:5
- 19.Isaías 44:6-Jeremías 31:33
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