'Jesucristo' en la Biblia
Jesucristo {es} el mismo ayer y hoy y por los siglos.
los haga aptos en toda obra buena para hacer Su voluntad, obrando El en nosotros lo que es agradable delante de El mediante Jesucristo, a quien {sea} la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Santiago (Jacobo), siervo de Dios y del Señor Jesucristo: A las doce tribus que están en la dispersión: Saludos.
Hermanos míos, no tengan su fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo con {una actitud} de favoritismo.
Pedro, apóstol de Jesucristo: A los expatriados, de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos
según el previo conocimiento de Dios Padre, por la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con Su sangre: Que la gracia y la paz les sean multiplicadas a ustedes.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según Su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos,
para que la prueba de la fe de ustedes, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Jesucristo;
Por tanto, preparen su entendimiento para la acción. Sean sobrios {en espíritu}, pongan su esperanza completamente en la gracia que se les traerá en la revelación (la manifestación) de Jesucristo.
también ustedes, como piedras vivas, sean edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
Y correspondiendo a esto, el bautismo ahora los salva a ustedes, no quitando la suciedad de la carne, sino {como} una petición a Dios de una buena conciencia, mediante la resurrección de Jesucristo,
El que habla, {que hable} conforme a las palabras de Dios; el que sirve (que ministra), {que lo haga} por la fortaleza que Dios da, para que en todo Dios sea glorificado mediante Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén.
Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que han recibido una fe como la nuestra, mediante la justicia de nuestro Dios y Salvador, Jesucristo:
Pues estas {virtudes,} al estar en ustedes y al abundar, no los dejarán ociosos (ser inútiles) ni estériles en el verdadero conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.
Pues de esta manera les será concedida ampliamente la entrada al reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
sabiendo que mi separación del cuerpo {terrenal} es inminente, tal como me lo ha declarado nuestro Señor Jesucristo.
Porque cuando les dimos a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo, no seguimos fábulas ingeniosamente inventadas, sino que fuimos testigos oculares de Su majestad.
Porque si después de haber escapado de las contaminaciones del mundo por el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, de nuevo son enredados en ellas y vencidos, su condición postrera viene a ser peor que la primera.
Antes bien, crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A El {sea} la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
Lo que hemos visto y oído les proclamamos también a ustedes, para que también ustedes tengan comunión con nosotros. En verdad nuestra comunión es con el Padre y con Su Hijo Jesucristo.
Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no pequen. Y si alguien peca, tenemos Abogado (Intercesor) para con el Padre, a Jesucristo el Justo.
Por otra parte, les escribo un mandamiento nuevo, el cual es verdadero en El y en ustedes, porque las tinieblas van pasando, y la Luz verdadera (Jesucristo) ya está alumbrando.
Y éste es Su mandamiento: que creamos en el nombre de Su Hijo Jesucristo, y {que} nos amemos unos a otros como El nos ha mandado.
En esto ustedes conocen el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios.
Este es Aquél que vino mediante agua y sangre, Jesucristo; no sólo con agua, sino con agua y con sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.
Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo (Jesucristo), y el Espíritu Santo, y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra:
Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento a fin de que conozcamos a Aquél que es verdadero; y nosotros estamos en Aquél que es verdadero, en Su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la vida eterna.
La gracia, la misericordia, {y} la paz estarán con nosotros, de Dios el Padre y de Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y amor.
Pues muchos engañadores han salido al mundo que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Ese es el engañador y el anticristo.
Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Jacobo (Santiago), a los llamados, amados en Dios Padre y guardados para Jesucristo:
Pues algunos hombres se han infiltrado encubiertamente, los cuales desde mucho antes estaban marcados para esta condenación, impíos que convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje, y niegan a nuestro único Soberano y Señor, Jesucristo.
Pero ustedes, amados, acuérdense de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo,
consérvense en el amor de Dios, esperando ansiosamente la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.
al único Dios nuestro Salvador, por medio de Jesucristo nuestro Señor, {sea} gloria, majestad, dominio y autoridad, antes de todo tiempo, y ahora y por todos los siglos. Amén.
La Revelación (El Apocalipsis) de Jesucristo, que Dios Le dio, para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto. El {la} dio a conocer ({la} manifestó) enviándo{la} por medio de Su ángel a Su siervo Juan,
quien dio testimonio de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo, {y} de todo lo que vio.
y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos libertó de nuestros pecados con Su sangre,
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