'Las' en la Biblia
Tus príncipes son prevaricadores y compañeros de ladrones; todos aman el soborno, y van tras las recompensas; no oyen en juicio al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.
Porque seréis como el olmo al que se le cae la hoja, y como huerto al que le faltan las aguas.
Y acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová por cabeza de los montes, y será ensalzado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones.
Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.
sobre todos los cedros del Líbano altos y erguidos, y sobre todos las encinas de Basán.
Y sobre todas las naves de Tarsis, y sobre todas las pinturas preciadas.
Y se meterán en las cavernas de las peñas, y en las aberturas de la tierra, por la temible presencia de Jehová, y por el esplendor de su majestad, cuando Él se levante para sacudir la tierra.
y se entrarán en las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las peñas, por la temible presencia de Jehová, y por el esplendor de su majestad, cuando Él se levante para sacudir la tierra.
¡Ay del impío! Mal le irá; porque según las obras de sus manos le será pagado.
¿Qué pensáis vosotros que majáis mi pueblo, y moléis las caras de los pobres? dice el Señor Jehová de los ejércitos.
Asimismo dice Jehová: Por cuanto las hijas de Sión se ensoberbecen, y andan con el cuello erguido y ojos coquetos; cuando andan van danzando, y haciendo son con los pies.
Por tanto, el Señor raerá la cabeza de las hijas de Sión, y Jehová descubrirá sus vergüenzas.
Aquel día quitará el Señor el atavío de los calzados, las redecillas, las lunetas;
las cofias, los atavíos de las piernas, los partidores del pelo, los pomitos de olor y los zarcillos;
las ropas de gala, los mantos, los lienzos, las bolsas,
los espejos, el lino fino, las mitras y los velos.
cuando el Señor haya lavado las inmundicias de las hijas de Sión, y limpiado la sangre derramada en medio de Jerusalén, con espíritu de juicio y con espíritu de fuego.
Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella.
Ha llegado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos, que las muchas casas han de quedar asoladas, sin morador las grandes y hermosas.
¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!
Por esta causa se encendió el furor de Jehová contra su pueblo, y extendió contra él su mano, y le hirió; y se estremecieron los montes, y sus cadáveres fueron arrojados en medio de las calles. Con todo esto no ha cesado su furor, pero su mano todavía está extendida.
Sus saetas afiladas, y todos sus arcos entesados; los cascos de sus caballos parecerán como de pedernal, y las ruedas de sus carros como torbellino.
Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.
Y yo dije: ¿Hasta cuándo, Señor? Y respondió Él: Hasta que las ciudades estén asoladas y sin morador, ni hombre en las casas, y la tierra sea tornada en desierto;
Y vendrán, y se asentarán todos en los valles desiertos, y en las cavernas de las piedras, y en todos los zarzales, y en todas las matas.
Por cuanto este pueblo desechó las aguas de Siloé, que corren mansamente, y se regocijó con Rezín y con el hijo de Remalías,
No llaméis conspiración, a todas las cosas a que este pueblo llama conspiración, ni temáis lo que temen, ni tengáis miedo.
Entonces Él será por santuario; mas a las dos casas de Israel por piedra para tropezar, y por tropezadero para caer, y por lazo y por red a los moradores de Jerusalén.
Y mirarán a la tierra, y he aquí tribulación y tinieblas, oscuridad y angustia; y serán lanzados a las tinieblas.
para apartar del juicio a los pobres, y para quitar el derecho a los afligidos de mi pueblo; para despojar a las viudas, y robar a los huérfanos!
Le mandaré contra una nación impía, y contra el pueblo de mi ira le enviaré, para que quite despojos, y arrebate presa, y lo ponga para ser hollado como lodo de las calles.
Como halló mi mano los reinos de los ídolos, siendo sus imágenes más que las de Jerusalén y de Samaria;
Y halló mi mano como nido las riquezas de los pueblos; y como se recogen los huevos abandonados, así me apoderé yo de toda la tierra; y no hubo quien moviese ala, o abriese boca y graznase.
Porque si tu pueblo, oh Israel, fuere como las arenas del mar, el remanente de él volverá; la destrucción acordada rebosará justicia.
No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.
Y acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a las naciones, será buscada de los gentiles; y su reposo será glorioso.
Y acontecerá en aquel tiempo, que Jehová volverá a extender su mano, por segunda vez, para recobrar el remanente de su pueblo que haya quedado de Asiria, de Egipto, de Patros, de Etiopía, de Elam, de Sinar, de Hamat y de las islas del mar.
Y levantará pendón a las naciones, y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra.
Con gozo sacaréis aguas de las fuentes de la salvación.
Estruendo de multitud en los montes, como de mucho pueblo; ruido de tumulto de reinos, de naciones reunidas; Jehová de los ejércitos pasa revista a las tropas para la batalla.
Por lo cual las estrellas de los cielos y sus constelaciones no darán su luz; y el sol se oscurecerá al salir, y la luna no dará su resplandor.
Y Babilonia, hermosura de reinos y ornamento de la grandeza de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra, a las que trastornó Dios.
sino que dormirán allí las fieras del desierto, y sus casas se llenarán de hurones, allí habitarán los búhos, y allí saltarán cabras monteses.
al que hería a los pueblos con ira, con llaga permanente, el cual se enseñoreaba de las naciones con furor, y las perseguía con crueldad.
El infierno abajo se espantó de ti, al recibirte en tu venida; te despertó a los muertos, aun a todos los príncipes de la tierra; hizo levantar de sus tronos a todos los reyes de las naciones.
¡Cómo caíste del cielo, oh Lucifer, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas las naciones.
Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo, en lo alto junto a las estrellas de Dios levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte;
Sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.
Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honra cada uno en su propia casa.
Pero tú has sido echado de tu sepulcro como vástago abominable, como ropa de muertos atravesados a espada, que descienden hasta las piedras de la fosa; como un cadáver pisoteado.
Éste es el consejo que está acordado sobre toda la tierra; y ésta, la mano extendida sobre todas las naciones.
Las aguas de Nimrim serán consumidas, y se secará la hierba, se marchitarán los retoños, todo verdor perecerá.
Por tanto, las riquezas que habrán adquirido, y las que habrán almacenado, las llevarán al torrente de los sauces.
Y las aguas de Dimón se llenarán de sangre; porque yo traeré sobre Dimón otros males, leones sobre los que escaparen de Moab, y sobre los que quedaren de la tierra.
Y será que cual ave espantada que huye de su nido, así serán las hijas de Moab en los vados de Arnón.
Porque los campos de Hesbón se han marchitado, también las vides de Sibma; los señores de las naciones pisotearon sus mejores sarmientos; habían llegado hasta Jazer, y se habían extendido por el desierto; se extendieron sus plantas, pasaron el mar.
Quitado es el gozo y la alegría del campo fértil; en las viñas no cantarán, ni se regocijarán; el pisador no pisará vino en los lagares; el júbilo del lagarero he hecho cesar.
Las ciudades de Aroer están abandonadas, serán para los rebaños; para que reposen allí, y no habrá quien los espante.
Y será como cuando el segador recoge la mies, y con su brazo siega las espigas; será también como el que recoge espigas en el valle de Refaim.
Y no mirará a los altares que hicieron sus manos, ni mirará a lo que hicieron sus dedos, ni a las imágenes de Asera, ni a las imágenes del sol.
En aquel día las ciudades fortificadas serán como los frutos que quedan en los renuevos y en las ramas, las cuales fueron dejadas a causa de los hijos de Israel; y habrá desolación.
¡Ay de la tierra que hace sombra con las alas, que está tras los ríos de Etiopía;
que envía mensajeros por el mar, en naves de junco sobre las aguas! Andad, veloces mensajeros, a la nación dispersada y raída, al pueblo temible desde su principio y después; nación agredida y pisoteada, cuya tierra destruyeron los ríos.
Porque antes de la siega, cuando el fruto fuere perfecto, y pasada la flor fueren madurando los frutos, entonces podará con podaderas las ramitas, y cortará y quitará las ramas.
Y serán dejados para las aves de los montes, y para las bestias de la tierra; sobre ellos pasarán el verano las aves, e invernarán todas las bestias de la tierra.
Y el espíritu de Egipto se desvanecerá en medio de él, y destruiré su consejo; y preguntarán a las imágenes, a los encantadores, a los evocadores y a los adivinos.
Y las aguas del mar faltarán, y el río se agotará y secará.
Y se alejarán los ríos, se agotarán y secarán las corrientes de los fosos; la caña y el carrizo se marchitarán.
Las cañas de junto al río, de junto a la ribera del río, y todas las cosas sembradas junto al río se secarán, se perderán, y no serán más.
Los pescadores también se entristecerán; y harán duelo todos los que echan anzuelo en el río, y desfallecerán los que extienden red sobre las aguas.
En aquel tiempo habló Jehová por Isaías hijo de Amoz, diciendo: Ve, y quita el cilicio de tus lomos, y quita las sandalias de tus pies. Y lo hizo así, andando desnudo y descalzo.
así llevará el rey de Asiria a los cautivos de Egipto y a los exiliados de Etiopía, a jóvenes y a viejos, desnudos y descalzos, y con las nalgas descubiertas para vergüenza de Egipto.
y gritó: ¡Un león! Mi señor, sobre la atalaya estoy yo continuamente de día, y paso las noches enteras sobre mi guarda:
Y he aquí que viene carro de hombres, con un par de jinetes. Después habló, y dijo: ¡Ha caído, ha caído Babilonia! Y todas las imágenes de sus dioses quebró en tierra.
Porque día es de alboroto, de atropello y de confusión, de parte del Señor, Jehová de los ejércitos en el valle de la visión, para derribar el muro, y clamar a las montañas.
Y tú has visto las brechas de la ciudad de David, que son muchas; y recogisteis las aguas del estanque de abajo.
Y contasteis las casas de Jerusalén, y derribasteis casas para fortificar el muro.
E hicisteis foso entre los dos muros con las aguas del estanque antiguo; y no tuvisteis respeto al que lo hizo, ni mirasteis al que hace mucho tiempo lo labró.
Su ganancia es de las sementeras que crecen con las muchas aguas del Nilo, de la mies del río. Es también el mercado de las naciones.
Cuando llegue la noticia a Egipto, tendrán dolor de las nuevas de Tiro.
Y la tierra se corrompió bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, rompieron el pacto eterno.
Hay clamores por falta de vino en las calles; todo gozo se oscureció, se desterró la alegría de la tierra.
Por tanto, glorificad a Jehová en el fuego; aun en las islas del mar sea nombrado Jehová, Dios de Israel.
Y destruirá en este monte la máscara con la que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que está extendido sobre todas las naciones.
Y Él extenderá sus manos en medio de ellos, como las extiende el nadador para nadar; y abatirá su soberbia junto con el despojo de sus manos.
Abrid las puertas, y entrará la nación justa que guarda la verdad.
De esta manera, pues, será expiada la iniquidad de Jacob; y éste será todo el fruto, la remoción de su pecado; cuando Él haga todas las piedras del altar como piedras de cal desmenuzadas, y ya no sean levantadas las estatuas de Asera, ni las imágenes del sol.
Porque todas las mesas están llenas de vómito y suciedad, hasta no haber lugar limpio.
Y será como sueño de visión nocturna la multitud de todas las naciones que pelean contra Ariel, y todos los que pelean contra ella y su fortaleza, y los que la ponen en apretura.
Y será como el que tiene hambre y sueña, y parece que come; mas cuando despierta, su alma está vacía; o como el que tiene sed y sueña, y parece que bebe; mas cuando se despierta, se halla cansado, y su alma sedienta. Así será la multitud de todas las naciones que pelean contra el monte de Sión.
Y en aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas.
Carga acerca de las bestias del Neguev: De la tierra de tribulación y angustia, de donde viene el leoncillo y el león, la víbora y la serpiente voladora, llevarán sus riquezas sobre los lomos de sus asnos, y sus tesoros sobre gibas de camellos, a un pueblo que no les será de provecho.
Entonces profanarás la cubierta de tus esculturas de plata, y la vestidura de tus imágenes fundidas de oro; las apartarás como trapo de menstruo: ¡Sal fuera! les dirás.
Y sobre todo monte alto, y sobre todo collado elevado, habrá ríos y corrientes de aguas el día de la gran matanza, cuando caerán las torres.
y su aliento, cual torrente que inunda: llegará hasta el cuello, para zarandear a las naciones con criba de destrucción; y el freno estará en las quijadas de los pueblos, haciéndoles errar.
Como las aves que vuelan, así amparará Jehová de los ejércitos a Jerusalén, defendiendo, también la librará, pasando, la preservará.
Las armas del tramposo son malignas; maquina intrigas perversas para enredar a los simples con palabras mentirosas, aun cuando el pobre hable con derecho.
Sobre la tierra de mi pueblo subirán espinos y cardos; y aun sobre todas las casas de placer en la ciudad de alegría.
Porque los palacios serán abandonados, la multitud de la ciudad cesará; las torres y fortalezas se tornarán cuevas para siempre, donde retocen asnos monteses, y ganados hagan majada;
Dichosos vosotros los que sembráis junto a todas las aguas, y metéis en ellas el pie de buey y de asno.