'Mano' en la Biblia
ni la costumbre de los sacerdotes con el pueblo: cuando alguien ofrecía sacrificio, venía el criado del sacerdote con un tenedor de tres dientes en su mano mientras se cocía la carne,
" ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de estos dioses poderosos? Estos son los dioses que hirieron a los Egipcios en el desierto con toda {clase de} plagas.
Y la mano del SEÑOR se hizo pesada sobre los de Asdod, y los desoló y los hirió con tumores, tanto a Asdod como a sus territorios.
Cuando los hombres de Asdod vieron lo que les sucedía, dijeron: ``El arca del Dios de Israel no debe quedar con nosotros, pues su mano es dura sobre nosotros y sobre Dagón nuestro dios."
Pero después que la habían trasladado, la mano del SEÑOR estuvo contra la ciudad {causando} gran confusión; e hirió a los hombres de la ciudad, desde el menor hasta el mayor, saliéndoles tumores.
Por tanto, mandaron a reunir a todos los príncipes de los Filisteos, y les dijeron: ``Saquen de aquí el arca del Dios de Israel, y que vuelva a su sitio, para que no nos mate a nosotros y a nuestro pueblo." Porque había un pánico mortal por toda la ciudad; la mano de Dios se hizo muy pesada allí.
Y ellos contestaron: ``Si envían el arca del Dios de Israel, no la envíen vacía; sino que ciertamente devolverán a Dios una ofrenda por la culpa. Entonces serán sanados y sabrán por qué Su mano no se ha apartado de ustedes."
"Harán, pues, semejanzas de sus tumores, y semejanzas de sus ratones que asolan la tierra, y darán gloria al Dios de Israel. Tal vez El alivie Su mano de sobre ustedes, de sobre sus dioses y de sobre su tierra.
"Y observen bien: si sube por el camino de su territorio a Bet Semes, entonces El nos ha hecho este gran mal. Pero si no, entonces sabremos que no fue Su mano la que nos hirió; nos sucedió por casualidad."
Entonces Samuel habló a toda la casa de Israel: ``Si es que ustedes se vuelven al SEÑOR con todo su corazón, entonces quiten de entre ustedes los dioses extranjeros y a Astarot, y dirijan su corazón al SEÑOR, y sírvanle sólo a El; y El los librará de la mano de los Filisteos."
Entonces los Israelitas dijeron a Samuel: ``No dejes de clamar al SEÑOR nuestro Dios por nosotros, para que El nos libre de la mano de los Filisteos."
Los Filisteos fueron sometidos y no volvieron más dentro de los límites de Israel. Y la mano del SEÑOR estuvo contra los Filisteos todos los días de Samuel.
Las ciudades que los Filisteos habían tomado de Israel fueron restituidas a Israel, desde Ecrón hasta Gat, e Israel libró su territorio de la mano de los Filisteos. Y hubo paz entre Israel y los Amorreos.
"Aquí estoy; testifiquen contra mí delante del SEÑOR y delante de Su ungido. ¿A quién he quitado un buey, o a quién he quitado un asno, o a quién he defraudado? ¿A quién he oprimido, o de mano de quién he tomado soborno para cegar mis ojos con él? {Testifiquen, y} se {lo} restituiré."
Ellos respondieron: ``Tú no nos has defraudado, tampoco nos has oprimido, ni has tomado nada de mano de ningún hombre."
Y Samuel les dijo: ``El SEÑOR es testigo contra ustedes, y Su ungido es testigo en este día que nada han hallado en mi mano." ``{El es} testigo," contestaron ellos.
"Entonces clamaron al SEÑOR, y dijeron: `Hemos pecado porque hemos dejado al SEÑOR y hemos servido a los Baales y a Astarot; pero ahora, líbranos de la mano de nuestros enemigos, y te serviremos.'
"Entonces el SEÑOR envió a Jerobaal, a Bedán, a Jefté y a Samuel, y los libró a ustedes de mano de sus enemigos en derredor, de manera que habitaron con seguridad.
"Pero si no escuchan la voz del SEÑOR, sino que se rebelan contra el mandamiento del SEÑOR, entonces la mano del SEÑOR estará contra ustedes, {como estuvo} contra sus padres.
Y sucedió que en el día de la batalla, no había espada ni lanza en mano de ninguna de la gente que {estaba} con Saúl y Jonatán, sólo las tenían Saúl y su hijo Jonatán.
Y sucedió que mientras Saúl hablaba con el sacerdote, el alboroto en el campamento de los Filisteos continuaba y aumentaba. Entonces Saúl dijo al sacerdote: ``Retira tu mano."
Y al entrar el pueblo en el bosque, vieron que la miel destilaba, pero nadie se llevó la mano a la boca, porque el pueblo temía el juramento.
Pero Jonatán no había oído cuando su padre puso al pueblo bajo juramento; por lo cual extendió la punta de la vara que {llevaba} en su mano, la metió en un panal de miel y se llevó la mano a la boca, y brillaron sus ojos.
Dijo, pues, Saúl a Jonatán: ``Cuéntame lo que has hecho." Y Jonatán le respondió: ``En verdad probé un poco de miel con la punta de la vara que {tenía} en la mano. Aquí estoy, debo morir."
ordena ahora nuestro señor a sus siervos que están delante de usted, que busquen un hombre que sepa tocar el arpa, y cuando el espíritu malo de parte de Dios esté sobre usted, él tocará con su mano y le pondrá bien."
Sucedía que cuando el espíritu {malo} de parte de Dios venía a Saúl, David tomaba el arpa, {la} tocaba {hábilmente} con su mano, y Saúl se calmaba y se ponía bien, y el espíritu malo se apartaba de él.
De nuevo el Filisteo dijo: ``Hoy desafío a las filas de Israel. Denme un hombre para que luchemos mano a mano."
Y David añadió: ``El SEÑOR, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, me librará de la mano de este Filisteo." Y Saúl dijo a David: ``Ve, y que el SEÑOR sea contigo."
y tomando su cayado en la mano, escogió del arroyo cinco piedras lisas y las puso en el saco de pastor que traía, en el zurrón, y con la honda en la mano se acercó al Filisteo.
David metió la mano en su saco, sacó de él una piedra, {la} lanzó {con la honda,} e hirió al Filisteo en la frente. La piedra se hundió en su frente y {Goliat} cayó a tierra sobre su rostro.
Así venció David al Filisteo con una honda y una piedra, e hirió al Filisteo y lo mató; pero no había espada en la mano de David.
Cuando regresó David de matar al Filisteo, Abner lo tomó y lo llevó ante Saúl, con la cabeza del Filisteo en su mano.
Y aconteció al día siguiente que un espíritu malo {de parte} de Dios se apoderó de Saúl, y éste deliraba en medio de la casa, mientras David tocaba {el arpa} con su mano como de costumbre. Saúl {tenía} la lanza en la mano,
Entonces Saúl dijo a David: ``Mira, te daré por mujer a Merab, mi hija mayor, con tal que me seas hombre valiente y pelees las batallas del SEÑOR." Pues Saúl {se} decía: ``No será mi mano contra él, sino sea contra él la mano de los Filisteos."
Y Saúl {se} dijo: ``Se la daré para que le sirva de lazo y para que la mano de los Filisteos sea contra él." Saúl, pues, dijo a David por segunda vez: ``Serás mi yerno hoy."
Entonces Saúl dijo: ``Así dirán a David: `El rey no desea dote (compensación) alguna, sino cien prepucios de los Filisteos, para tomar venganza de los enemigos del rey.'" Pero Saúl pensaba hacer caer a David por mano de los Filisteos.
Y vino un espíritu malo {de parte} del SEÑOR sobre Saúl; y estaba él sentado en su casa con su lanza en la mano mientras David tocaba {el arpa}.
Jonatán, pues, hizo {un pacto} con la casa de David, {diciendo: ``}El SEÑOR {lo} demande de la mano de los enemigos de David."
"Ahora pues, ¿qué tienes a mano? Dame cinco panes, o lo que tengas."
Respondió el sacerdote a David: ``No hay pan común a mano, pero hay pan consagrado; siempre que los jóvenes se hayan abstenido de mujer."
David dijo a Ahimelec: `` ¿No tienes aquí a mano una lanza o una espada? Pues no traje ni espada ni armas conmigo, porque el asunto del rey era urgente."
Entonces se enteró Saúl de que David y los hombres que {estaban} con él habían sido descubiertos. Saúl estaba en Guibeá, sentado bajo un tamarisco, en el alto, con su lanza en la mano, y todos sus siervos estaban de pie alrededor de él.
Y el rey dijo a los guardias que le asistían: ``Vuélvanse y den muerte a los sacerdotes del SEÑOR, porque la mano de ellos también está con David, y porque sabían que él estaba huyendo y no me lo revelaron." Pero los siervos del rey no quisieron levantar la mano para atacar a los sacerdotes del SEÑOR.
De nuevo David consultó al SEÑOR; y el SEÑOR le respondió: ``Levántate, desciende a Keila, pues entregaré a los Filisteos en tu mano."
Al huir Abiatar, hijo de Ahimelec, a {donde estaba} David en Keila, descendió {con} un efod en la mano.
Cuando se avisó a Saúl que David había ido a Keila, Saúl dijo: ``Dios lo ha entregado en mi mano, pues se ha encerrado entrando en una ciudad con puertas dobles y barras."
" ¿Me entregarán en su mano los hombres de Keila? ¿Descenderá Saúl tal como Tu siervo ha oído? Oh SEÑOR, Dios de Israel, Te ruego que {lo} hagas saber a Tu siervo." Y el SEÑOR dijo: ``{Sí,} descenderá."
David se quedó en el desierto en los refugios, y permaneció en la región montañosa en el desierto de Zif. Saúl lo buscaba todos los días, pero Dios no lo entregó en su mano.
Y le dijo: ``No temas, porque la mano de Saúl mi padre no te encontrará, y tú reinarás sobre Israel y yo seré segundo después de ti; Saúl mi padre también sabe esto."
Y los hombres de David le dijeron: ``Mira, {este es} el día del que el SEÑOR te habló: `Voy a entregar a tu enemigo en tu mano, y harás con él como bien te parezca.'" Entonces David se levantó y cortó a escondidas la orilla del manto de Saúl.
Y dijo a sus hombres: ``El SEÑOR me guarde de hacer tal cosa contra mi rey, el ungido del SEÑOR, de extender contra él mi mano, porque es el ungido del SEÑOR."
"Hoy han visto sus ojos que el SEÑOR lo ha puesto en mis manos en la cueva en este día; y algunos me dijeron que lo matara, pero {mis ojos} tuvieron piedad de usted, y dije: `No extenderé mi mano contra mi rey, porque es el ungido del SEÑOR.'
"Mire, padre mío, mire la orilla de su manto en mi mano. Puesto que corté la orilla de su manto y no lo maté, reconozca y vea que no hay maldad ni rebelión en mis manos y que no he pecado contra usted, a pesar de que usted acecha mi vida para quitármela.
"Juzgue el SEÑOR entre usted y yo y que el SEÑOR me vengue de usted, pero mi mano no será contra usted.
"Como dice el proverbio de los antiguos: `De los malos procede la maldad,' pero mi mano no será contra usted.
"Sea el SEÑOR juez y decida entre usted y yo; que El vea y defienda mi causa y me libre de su mano."
"Tú has demostrado hoy que me has hecho bien, ya que el SEÑOR me entregó en tu mano y {sin embargo} no me diste muerte.
"Mira, ahora sé que ciertamente serás rey, y que el reino de Israel será establecido en tu mano.
~`Pregunta a tus criados, y ellos te {lo} dirán. Por tanto, permite que {mis} criados hallen gracia ante tus ojos, porque hemos llegado en un día de fiesta. Te ruego que de lo que tengas a mano, des a tus siervos y a tu hijo David.'"
Ahora pues, señor mío, vive el SEÑOR y vive su alma. Puesto que el SEÑOR le ha impedido derramar sangre y vengarse por su propia mano, sean pues como Nabal sus enemigos y los que buscan el mal contra mi señor.
bendito sea tu razonamiento, y bendita seas tú, que me has impedido derramar sangre hoy y vengarme por mi propia mano.
Recibió David de su mano lo que ella había traído y le dijo: ``Sube en paz a tu casa. Mira, te he escuchado y te he concedido tu petición."
Entonces Abisai dijo a David: ``Hoy Dios ha entregado a tu enemigo en tu mano. Ahora pues, déjame clavarlo a la tierra de un solo golpe; no tendré que darle por segunda vez."
Pero David dijo a Abisai: ``No lo mates, pues, ¿quién puede extender su mano contra el ungido del SEÑOR y quedar sin castigo?"
"No permita el SEÑOR que yo extienda mi mano contra el ungido del SEÑOR; pero ahora, te ruego, toma la lanza que está a su cabecera y la vasija de agua, y vámonos."
También dijo: `` ¿Por qué persigue mi señor a su siervo? ¿Pues qué he hecho? ¿Qué maldad hay en mi mano?
"El SEÑOR pagará a cada uno {según} su justicia y su fidelidad; pues el SEÑOR lo entregó hoy en {mi} mano, pero yo no quise extender mi mano contra el ungido del SEÑOR.
Entonces David se dijo: ``Ahora bien, voy a perecer algún día por la mano de Saúl. Lo mejor para mí es huir a la tierra de los Filisteos. Saúl se cansará, {y no} me buscará más en todo el territorio de Israel, y escaparé de su mano."
"El SEÑOR ha hecho conforme a lo que dijo por medio de mí; y el SEÑOR ha arrancado el reino de tu mano, y se lo ha dado a tu prójimo, a David.
Pero David dijo: ``No deben hacer eso, hermanos míos, con lo que nos ha dado el SEÑOR, quien nos ha guardado y ha entregado en nuestra mano la banda que vino contra nosotros.