'Ovejas' en la Biblia
Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas, y al ganado mayor, a los gruesos y a los carneros, y finalmente a todo lo bueno, que no lo quisieron destruir; mas todo lo que era vil y flaco destruyeron.
Samuel entonces dijo: ¿Pues qué balido de ovejas y bramido de bueyes es éste que yo oigo con mis oídos?
Y Saúl respondió: De Amalec los han traído; porque el pueblo perdonó lo mejor de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas al SEÑOR tu Dios; pero lo demás lo destruimos.
Mas el pueblo tomó del despojo ovejas y vacas, las primicias del anatema, para sacrificarlas al SEÑOR tu Dios en Gilgal.
Entonces dijo Samuel a Jessé: ¿Se han acabado los jóvenes? Y él respondió: Aún queda el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Jessé: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí.
Y Saúl envió mensajeros a Jessé, diciendo: Envíame a David tu hijo, el que está con las ovejas.
David había ido y vuelto de estar con Saúl, para apacentar las ovejas de su padre en Belén.
Se levantó, pues, David de mañana, y dejando las ovejas al cuidado de un guarda, se fue con su carga, como Jessé le había mandado; y llegó al atrincheramiento del ejército, el cual había salido en ordenanza, y ya tocaban alarma en batalla.
Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos varones, Eliab se encendió en ira contra David, y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿Y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido.
Y David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre, y venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada,
Y a Nob, ciudad de los sacerdotes, puso a espada; así a hombres como a mujeres, niños y mamantes, bueyes y asnos y ovejas, todo a espada.
Y cuando llegó a una majada de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl en ella a hacer sus necesidades; y David y los suyos estaban sentados a los lados de la cueva.
Y en Maón había un hombre que tenía su hacienda en el Carmelo, el cual era muy grande, que tenía tres mil ovejas y mil cabras. Y aconteció hallarse esquilando sus ovejas en el Carmelo.
Y oyó David en el desierto que Nabal esquilaba sus ovejas.
Nos han sido por muro de día y de noche, todos los días que hemos apacentando las ovejas con ellos.
Entonces Abigail tomó luego doscientos panes, y dos cueros de vino, y cinco ovejas guisadas, y cinco medidas de harina tostada, y cien hilos de uvas pasas, y doscientos panes de higos secos, y lo cargó en asnos;
Y hería David la tierra, y no dejaba con vida hombre ni mujer; y se llevaba las ovejas y las vacas y los asnos y los camellos y las ropas; y volvía, y se venía a Aquis.
Tomó también David todas las ovejas y las vacas con los otros animales; y trayéndolo todo delante, decían: Esta es la presa de David.
Ahora pues, dirás así a mi siervo David: Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Yo te tomé de la majada, de detrás de las ovejas, para que fueras príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel;
El rico tenía numerosas ovejas y vacas;
Y vino uno de camino al hombre rico; y él no quiso tomar de sus ovejas y de sus vacas, para guisar al caminante que había venido, sino que tomó la oveja de aquel hombre pobre, y la aderezó para el varón que había venido.
miel, manteca, ovejas, y quesos de vacas, para que comieran; porque dijeron entre si: Aquel pueblo está hambriento, y cansado, y tendrá sed en el desierto.
Y David dijo al SEÑOR, cuando vio al ángel que hería al pueblo: Yo pequé, yo hice la iniquidad; ¿qué hicieron estas ovejas? Te ruego que tu mano se vuelva contra mí, y contra la casa de mi padre.
Y matando Adonías ovejas y vacas y animales engordados junto a la peña de Zohelet, que está cerca de la fuente de Rogel, convidó a todos sus hermanos los hijos del rey, y a todos los varones de Judá, siervos del rey;
Ha sacrificado bueyes, y animales engordados, y muchas ovejas, y ha convidado a todos los hijos del rey, y a Abiatar, el sacerdote, y a Joab general del ejército; mas a Salomón tu siervo no ha convidado.
Porque hoy ha descendido, y ha sacrificado bueyes, y animales engordados, y muchas ovejas, y ha convidado a todos los hijos del rey, y a los capitanes del ejército, y también a Abiatar, el sacerdote; y he aquí, están comiendo y bebiendo delante de él, y han dicho: ¡Viva el rey Adonías!
Diez bueyes engordados, y veinte bueyes de pasto, y cien ovejas; sin los ciervos, cabras, búfalos, y aves engordados.
Y el rey Salomón, y toda la congregación de Israel que a él se había juntado, estaban con él delante del arca, sacrificando ovejas y bueyes, que por la multitud no se podían contar ni numerar.
Y ofreció Salomón sacrificios pacíficos, los cuales sacrificó al SEÑOR, que fueron veintidós mil bueyes, y ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron el rey y todos los hijos de Israel la Casa del SEÑOR.
Entonces él dijo: Yo vi a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas que no tienen pastor; y el SEÑOR dijo: Estos no tienen señor: vuélvase cada uno a su casa en paz.
El entonces le dijo: ¿No fue también mi corazón, cuando el hombre volvió de su carro a recibirte? ¿Es tiempo de tomar plata, y de tomar vestidos, olivares, viñas, ovejas y bueyes, siervos y siervas?
Y tomaron sus ganados, cincuenta mil camellos, y doscientas cincuenta mil ovejas, dos mil asnos, y cien mil personas.
Y asimismo los que les eran vecinos, hasta Isacar y Zabulón y Neftalí, trajeron pan en asnos, camellos, mulos, y bueyes; comida, y harina, masas de higos, y pasas, vino, y aceite, bueyes y ovejas en abundancia, porque en Israel había alegría.
Por tanto, ahora dirás a mi siervo David: Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueras príncipe sobre mi pueblo Israel;
Y dijo David a Dios: ¿No soy yo el que hizo contar al pueblo? Yo mismo soy el que pequé, y ciertamente he hecho mal; mas estas ovejas, ¿qué han hecho? SEÑOR Dios mío, sea ahora tu mano contra mí, y contra la casa de mi padre, y no haya plaga en tu pueblo.
y de las ovejas, Jaziz, el agareno. Todos éstos eran príncipes de la hacienda del rey David.
Y sacrificaron víctimas al SEÑOR, y ofrecieron al SEÑOR holocaustos al día siguiente, mil becerros, mil carneros, mil ovejas con sus libaciones, y muchos sacrificios por todo Israel.
Y el rey Salomón, y toda la congregación de Israel que se había congregado a él delante del arca, sacrificaron ovejas y bueyes, que por la multitud no se pudieron contar ni numerar.
Y ofreció el rey Salomón en sacrificio veintidós mil bueyes, y ciento veinte mil ovejas; y así dedicaron la Casa de Dios el rey y todo el pueblo.
Asimismo dieron sobre las cabañas de los ganados, y trajeron muchas ovejas y camellos, y volvieron a Jerusalén.
Y en aquel mismo día sacrificaron al SEÑOR, de los despojos que habían traído, setecientos bueyes y siete mil ovejas.
Y después de algunos años descendió a Acab a Samaria; por lo que mató Acab muchas ovejas y bueyes para él, y para el pueblo que había venido con él; y le persuadió que fuera con él a Ramot de Galaad.
Entonces él dijo: He visto a todo Israel disperso por los montes como ovejas sin pastor; y dijo el SEÑOR: Estos no tienen señor; vuélvase cada uno en paz en su casa.
Y las ofrendas consagradas fueron seiscientos bueyes, y tres mil ovejas.
Porque Ezequías rey de Judá había dado a la congregación mil toros y siete mil ovejas; y también los príncipes dieron a la congregación mil toros y diez mil ovejas; y muchos sacerdotes se santificaron.
También los hijos de Israel y de Judá, que habitaban en las ciudades de Judá, dieron del mismo modo los diezmos de las vacas y de las ovejas; y trajeron los diezmos de lo santificado, de las cosas que habían prometido al SEÑOR su Dios, y los depositaron por montones.
Se hizo también ciudades, y hatos de ovejas y de vacas en gran copia; porque Dios le había dado mucha hacienda.
Y ofreció el rey Josías a los del pueblo ovejas, corderos, y cabritos de los rebaños, en número de treinta mil, y tres mil bueyes, todo para la pascua, para todos los que se hallaron presentes; esto de la hacienda del rey.
También sus príncipes ofrecieron de su voluntad al pueblo, y a los sacerdotes y levitas. Hilcías, Zacarías y Jehiel, príncipes de la Casa de Dios, dieron a los sacerdotes para hacer la pascua dos mil seiscientas ovejas, y trescientos bueyes.
Asimismo Conanías, Semeías y Natanael sus hermanos, y Hasabías, Jehiel, y Josabad, príncipes de los levitas, dieron a los levitas para los sacrificios de la pascua cinco mil ovejas, y quinientos bueyes.
Y se levantó Eliasib el sumo sacerdote con sus hermanos los sacerdotes, y edificaron la puerta de las Ovejas. Ellos la santificaron y levantaron sus puertas hasta la torre de Hamea, santificándola hasta la torre de Hananeel.
Y entre la sala de la esquina hasta la puerta de las Ovejas, restauraron los refinadores, y los tratantes.
Y lo que se aderezaba para cada día era un buey, seis ovejas escogidas, y aves también se aparejaban para mí, y cada diez días vino en toda abundancia; y con todo esto nunca requerí el pan del capitán, porque la servidumbre de este pueblo era grave.
Asimismo los primogénitos de nuestros hijos y de nuestras bestias, como está escrito en la ley; y que traeríamos los primogénitos de nuestras vacas y de nuestras ovejas a la Casa de nuestro Dios, a los sacerdotes que ministran en la Casa de nuestro Dios.
y desde la puerta de Efraín hasta la puerta vieja, y a la puerta de los Peces, y la torre de Hananeel, y la torre de Hamea, hasta la puerta de las Ovejas; y pararon en la puerta de la Guarda.
Y su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos criados; y era aquel varón más grande que todos los orientales.
Aun estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y los criados, y los consumió; solamente escapé yo para traerte las nuevas.
Salen sus chiquitos como manada de ovejas, y sus hijos andan saltando.
si no me bendijeron sus lomos, y del vellón de mis ovejas se calentaron;
Y el SEÑOR bendijo a la postrimería de Job más que a su principio; porque tuvo catorce mil ovejas, y seis mil camellos, y mil yuntas de bueyes, y mil asnas.
Nos pusiste como a ovejas para comida, y nos esparciste entre los gentiles.
Antes por tu causa nos matan cada día; somos tenidos como ovejas para el degolladero.
Como ovejas son puestos en el Seol; la muerte los pastorea; y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana; y se consumirá su bien parecer en la sepultura desde su morada.
Se visten los llanos de ovejas, y los valles se cubren de grano; dan voces de júbilo, y aun cantan.
¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre? ¿Por qué ha humeado tu furor contra las ovejas de tu prado?
Condujiste a tu pueblo como ovejas, por mano de Moisés y de Aarón.
Hizo salir a su pueblo como ovejas, y los llevó por el desierto, como un rebaño.
Y eligió a David su siervo, y lo tomó de las majadas de las ovejas;
Y nosotros, pueblo tuyo, y ovejas de tu prado, te alabaremos para siempre; por generación y generación cantaremos tus alabanzas.
Oh Pastor de Israel, escucha; tú que pastoreas como a ovejas a José, que estás entre querubines, resplandece.
Porque él es nuestro Dios; y nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Si hoy oyereis su voz,
Reconoced que el SEÑOR es el Dios: él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos. Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.
Y levanta al pobre de la pobreza, y vuelve las familias como ovejas.
Considera atentamente el rostro de tus ovejas; pon tu corazón al ganado;
Poseí siervos y siervas, y tuve hijos de familia; también tuve posesión grande de vacas y ovejas, sobre todos los que fueron antes de mí en Jerusalén.
Tus dientes, como manadas de trasquiladas ovejas, que suben del lavadero, todas con crías mellizas, y ninguna entre ellas estéril.
Tus dientes, son como manada de ovejas que suben del lavadero, todas con crías mellizas, y estéril no hay entre ellas.
¿Para qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? dirá el SEÑOR. Hastiado estoy de holocaustos de carneros, y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos.
Y acontecerá en aquel tiempo, que críe un hombre una vaca y dos ovejas;
Y he aquí gozo y alegría, matando vacas, y degollando ovejas, comer carne y beber vino, diciendo: Comamos y bebamos, que mañana moriremos.
Todos nosotros nos perdimos, como ovejas; cada cual se apartó por su camino; mas el SEÑOR traspuso en él la iniquidad de todos nosotros.
Y estarán extranjeros, y apacentarán vuestras ovejas; y los extraños serán vuestros labradores y vuestros viñadores.
Y será Sarón para habitación de ovejas, y el valle de Acor para majada de vacas a mi pueblo, que me buscó.
Confusión consumió el trabajo de nuestros padres desde nuestra juventud; sus ovejas, sus vacas, sus hijos y sus hijas.
Y comerá tu mies y tu pan, que habían de comer tus hijos y tus hijas; comerá tus ovejas y tus vacas, comerá tus viñas y tus higueras; y tus ciudades fuertes en que tú confías, tornará en nada a espada.
Y tú, oh SEÑOR, me conoces; me viste, y probaste mi corazón para contigo; arráncalos como a ovejas para el degolladero, y señálalos para el día de la matanza.
¡Ay de los pastores que desperdician y derraman las ovejas de mi manada! Dijo el SEÑOR.
Por tanto, así dijo el SEÑOR Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros derramasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis visitado; he aquí yo visito sobre vosotros la maldad de vuestras obras, dijo el SEÑOR.
Y yo recogeré el resto de mis ovejas de todas las tierras adonde las eché, y las haré volver a sus moradas; y crecerán, y se multiplicarán.
Y vendrán, y harán alabanzas en lo alto de Sion, y correrán al bien del SEÑOR, al pan, al vino, al aceite, y al ganado de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán dolor.
Ovejas perdidas fueron mi pueblo; sus pastores las hicieron errar, por los montes las descarriaron; anduvieron de monte en collado, se olvidaron de sus majadas.
Y pondré a Rabá por habitación de camellos, y a los hijos de Amón por majada de ovejas; y sabréis que yo soy el SEÑOR.
Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y diles a los pastores: Así dijo el Señor DIOS: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿Los pastores no apacientan las ovejas?
Coméis la leche, y os vestís de la lana; la gruesa degolláis, no apacentáis las ovejas.
Y anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron derramadas mis ovejas, y no hubo quien buscare, ni quien requiriere.
Vivo yo, dijo el Señor DIOS, que por cuanto mi rebaño fue para ser robado, y mis ovejas fueron para ser comidas de toda bestia del campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas;
Así dijo el Señor DIOS: He aquí, yo a los pastores; y requeriré mis ovejas de su mano, y yo les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentarán más a sí mismos; pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida.
Porque así dijo el Señor DIOS: He aquí yo, yo requeriré mis ovejas, y las reconoceré.
Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad.
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