'Pues' en la Biblia
- 1.Gé 1:27-Gé 34:21
- 2.Gé 35:4-Éx 14:9
- 3.Éx 16:3-Números 13:17
- 4.Números 14:9-Deuteronomio 23:7
- 5.Deuteronomio 24:4-Jueces 3:1
- 6.Jueces 3:4-Rut 3:17
- 7.Rut 4:6-1 Samuel 18:8
- 8.1 Samuel 18:11-2 Samuel 6:10
- 9.2 Samuel 6:17-1 Reyes 1:13
- 10.1 Reyes 1:21-2 Reyes 2:18
- 11.2 Reyes 3:2-1 Crónicas 23:27
- 12.1 Crónicas 24:5-2 Crónicas 30:18
- 13.2 Crónicas 30:25-Job 17:3
- 14.Job 17:10-Salmos 79:7
- 15.Salmos 86:2-Isaías 19:12
- 16.Isaías 21:16-Jeremías 11:14
- 17.Jeremías 11:17-Jeremías 51:6
- 18.Jeremías 51:26-Daniel 5:16
- 19.Daniel 6:8-Zacarías 8:19
- 20.Zacarías 9:5-Marcos 6:14
- 21.Marcos 6:17-Lucas 22:2
- 22.Lucas 22:13-Juan 21:13
- 23.Hechos 1:5-Romanos 3:9
- 24.Romanos 3:20-1 Corintios 9:9
- 25.1 Corintios 9:10-Gálatas 2:6
- 26.Gálatas 2:19-Hebreos 3:19
- 27.Hebreos 4:1-Apocalipsis 14:4
- 28.Apocalipsis 14:15-Apocalipsis 21:25
Ahora pues, oh rey, promulga el mandato y firma el documento para que no sea modificado, conforme a la ley de los medos y persas, que no puede ser revocada.
Firmó pues el rey Darío la escritura y el edicto.
Vi en visión, (y aconteció cuando vi, que yo estaba en Susán, que es cabecera del reino en la provincia de Persia;) vi pues en visión, estando junto al río Ulai,
Alcé, pues, mis ojos y miré, y he aquí que un carnero estaba delante del río. Tenía dos cuernos, y los dos cuernos {eran} altos, pero uno {era} más alto que el otro, y el más alto creció el último.
Y El ha confirmado las palabras que habló contra nosotros y contra nuestros jefes que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros gran calamidad, pues nunca se ha hecho debajo del cielo {nada} como lo que se ha hecho contra Jerusalén.
Ahora pues, Señor Dios nuestro, que sacaste tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa, y ganaste para ti Nombre clarísimo, como hasta hoy parece; hemos pecado, impíamente hemos hecho.
Ahora pues, Dios nuestro, oye la oración de tu siervo, y sus ruegos, y haz que tu rostro resplandezca sobre tu santuario asolado, por el Señor.
Inclina tu oído, Dios mío, y escucha. Abre tus ojos y mira nuestras desolaciones y la ciudad sobre la cual se invoca tu nombre; pues no es por nuestros propios méritos que presentamos nuestras súplicas delante de ti, sino por tu gran compasión.
Al principio de tus ruegos salió la palabra, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres varón de deseos. Entiende, pues, la palabra, y entiende la visión.
Sepas, pues, y entiendas, que desde la salida de la palabra para hacer volver el pueblo y edificar a Jerusalén, hasta el Príncipe Ungido, \'
Quedé, pues, yo solo, y vi esta gran visión, y no quedó en mí esfuerzo; antes mi fuerza se me trocó en desmayo, sin retener vigor alguno.
Soy pues venido para hacerte saber lo que ha de venir á tu pueblo en los postreros días; porque la visión es aún para días;
¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi Señor hablar con este mi Señor? Porque en este instante me faltó la fuerza, y no me quedó aliento.
Pero cuando se haya levantado, su reino será fragmentado y repartido hacia los cuatro vientos del cielo, no a sus descendientes, ni según el poder que ejerció, pues su reino será arrancado y {dado} a otros fuera de ellos.
Vendrá, pues, el rey del norte, y fundará baluartes, y tomará ciudades fuertes; y los brazos del mediodía no podrán permanecer, ni su pueblo escogido, ni habrá fortaleza que pueda resistir.
Y se volverá a su tierra con gran riqueza, y su corazón será contra el santo pacto; hará pues, y se volverá a su tierra.
Porque vendrán contra él naves de Quitim, y él se contristará, y se volverá, y se enojará contra el santo pacto, y hará; se volverá pues, y entenderá con los que habrán desamparado el santo pacto.
Tú, pues, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin; pasarán muchos, y se multiplicará la ciencia.
Fue, pues, y tomó a Gomer hija de Diblaim, la cual concibió y le dio a luz un hijo.
Ella concibió otra vez y dio a luz una hija. Y el {Señor} le dijo: Ponle por nombre Lo-ruhamá, porque ya no me compadeceré de la casa de Israel, pues no los perdonaré jamás.
Pleitead con vuestra madre, pleitead; porque ella no es mi mujer, ni yo su marido; quite, pues, sus fornicaciones de su rostro, y sus adulterios de entre sus pechos;
pues su madre se prostituyó; la que los concibió se deshonró, porque dijo: ``Iré tras mis amantes, que {me} dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida."
Pues ella no sabía que era yo el que le daba el trigo, el mosto y el aceite, y le prodigaba la plata y el oro, {que} ellos usaban para Baal.
La compré, pues, para mí por quince {siclos} de plata y un homer y medio de cebada.
Escuchad la palabra del SEÑOR, hijos de Israel, porque el SEÑOR tiene querella contra los habitantes de la tierra, pues no hay fidelidad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra.
Mi pueblo fue talado, porque le faltó sabiduría. Porque tú desechaste la sabiduría, yo te echaré del sacerdocio; y pues que olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.
Conforme a su grandeza así pecaron contra mí; yo pues, también cambiaré su honra en afrenta.
Sacerdotes, oíd esto, y estad atentos, Casa de Israel; y Casa del Rey, escuchad: porque para vosotros es el juicio, pues habéis sido lazo en Mizpa, y red extendida sobre Tabor.
Yo, pues, seré como polilla a Efraín, y como carcoma a la Casa de Judá.
Venid, volvamos al SEÑOR. Pues El {nos} ha desgarrado, y nos sanará; {nos} ha herido, y nos vendará.
Conozcamos, pues, esforcémonos por conocer al SEÑOR. Su salida es tan cierta como la aurora, y El vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia de primavera que riega la tierra.
pues sus corazones son como un horno {mientras} se acercan a su emboscada; toda la noche duerme su ira, por la mañana arde como llamas de fuego.
¿Ay de ellos, pues de mí se han alejado! Sobre ellos vendrá la destrucción, porque contra mí se han rebelado; yo los redimiría, pero ellos hablan mentiras contra mí.
Olvidó, pues, Israel a su Hacedor, y edificó templos, y Judá multiplicó ciudades fuertes: mas yo meteré fuego en sus ciudades, el cual devorará sus palacios.
No te alegres, oh Israel, gozando como los pueblos, pues has fornicado apartándote de tu Dios; amaste salario de ramera por todas las eras de trigo.
No derramarán vino á Jehová, ni él tomará contento en sus sacrificios; como pan de enlutados le serán á ellos: todos los que comieren de él, serán inmundos. Será pues el pan de ellos para si mismos; no entrará en la casa de Jehová.
Pues, he aquí, se irán a causa de la destrucción; Egipto los recogerá, Menfis los sepultará. La ortiga poseerá sus tesoros de plata; cardos {crecerán} en sus tiendas.
Toda la maldad de ellos fue en Gilgal; allí, pues, les tomé aversión: por la malicia de sus obras los echaré de mi Casa; nunca más los amaré; todos sus príncipes son desleales.
Pues mi pueblo se mantiene infiel contra mí; aunque ellos lo llaman {para que se vuelva} al Altísimo, ninguno {le} exalta.
Tú, pues, conviértete a tu Dios; guarda misericordia y juicio, y en tu Dios espera siempre.
Mas yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto: no conocerás pues Dios fuera de mí, ni otro Salvador sino á mí.
Seré, pues, para ellos como león; como leopardo junto al camino acecharé.
Vuelve, oh Israel, al SEÑOR tu Dios, pues has tropezado a causa de tu iniquidad.
Asiria no nos salvará, no montaremos a caballo, y nunca más diremos: ``Dios nuestro" a la obra de nuestras manos, pues en ti el huérfano halla misericordia.
Yo sanaré su apostasía, los amaré generosamente, pues mi ira se ha apartado de ellos.
Por eso pues, ahora, dice el SEÑOR, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno, lloro y llanto.
Y yo vengaré su sangre, {que aún} no he vengado, pues el SEÑOR habita en Sion.
Enviaré, pues, fuego sobre la muralla de Gaza, y consumirá sus palacios.
Enviaré, pues, fuego sobre la muralla de Tiro, y consumirá sus palacios.
Enviaré, pues, fuego sobre Temán, y consumirá los palacios de Bosra.
Encenderé, pues, fuego en la muralla de Rabá, y consumirá sus palacios en medio de gritos {de guerra} en el día de la batalla, en medio de una tempestad en el día de la tormenta;
Enviaré, pues, fuego sobre Moab, que consumirá los palacios de Queriot, y Moab morirá entre el tumulto, entre gritos {de guerra} y sonido de trompeta.
Enviaré, pues, fuego sobre Judá, y consumirá los palacios de Jerusalén.
Pues he aquí, yo os apretaré en vuestro lugar, como se aprieta el carro lleno de haces;
y ofreced sacrificio de alabanza con leudo, y pregonad, publicad voluntarias ofrendas; pues que así lo queréis, hijos de Israel, dijo el Señor DIOS.
Pues he aquí el que forma los montes, crea el viento y declara al hombre cuáles son sus pensamientos, el que del alba hace tinieblas y camina sobre las alturas de la tierra: el SEÑOR, Dios de los ejércitos, es su nombre.
Por tanto, pues que vejáis al pobre y recibís de él carga de trigo; edificasteis casas de sillares, mas no las habitaréis; plantasteis hermosas viñas, mas no beberéis el vino de ellas.
Pues yo sé que muchas son vuestras transgresiones y graves vuestros pecados: oprimís al justo, aceptáis soborno y rechazáis a los pobres en la puerta.
Por tanto, el prudente se calla en ese tiempo, pues es tiempo malo.
Aparta de mí el ruido de tus cánticos, pues no escucharé siquiera la música de tus arpas.
Os haré, pues, transportar más allá de Damasco, dijo el SEÑOR, cuyo Nombre es Dios de los ejércitos.
¿Corren los caballos por la peña? ¿Se ara {en ella} con bueyes? Pues vosotros habéis convertido el derecho en veneno, y el fruto de la justicia en amargura;
Pues he aquí, levantaré yo sobre vosotros, oh casa de Israel, dijo el SEÑOR Dios de los ejércitos, gentiles que os oprimirán desde la entrada de Hamat hasta el arroyo del desierto.
Ahora, pues, oye palabra del SEÑOR. Tú dices: No profetices contra Israel, ni hables contra la casa de Isaac:
Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra la cual yo les di, dijo el SEÑOR Dios tuyo.
¿Entraron por ventura ladrones a ti, o robadores de noche? (¡Cómo has sido destruido!) ¿No hurtarán lo que les bastaba? Pues si entraran a ti vendimiadores, aun dejarán algún rebusco.
Pues no debiste tú estar mirando en el día de tu hermano, el día en que fue extrañado; no te habías de alegrar de los hijos de Judá en el día que se perdieron, ni habías de ensanchar tu boca en el día de la angustia;
Entonces le dijeron: ¿Qué haremos contigo para que el mar se calme en torno nuestro? Pues el mar se embravecía más y más.
Y él les dijo: Tomadme y lanzadme al mar, y el mar se calmará en torno vuestro, pues yo sé que por mi causa {ha venido} esta gran tempestad sobre vosotros.
Tomaron, pues, a Jonás y lo lanzaron al mar; y el mar cesó en su furia.
pues me habías echado a lo profundo, en el corazón de los mares, y la corriente me envolvió; todas tus encrespadas olas y tus ondas pasaron sobre mí.
Ahora pues, SEÑOR, te ruego que me mates; porque mejor me es la muerte que la vida.
Pondré, pues, a Samaria en montones de campo, en tierra de viñas; y derramaré sus piedras por el valle, y descubriré sus fundamentos.
Porque es incurable su herida, pues ha llegado hasta Judá; se ha acercado hasta la puerta de mi pueblo, hasta Jerusalén.
Porque se debilita esperando el bien la que habita en Marot, pues la calamidad ha descendido del SEÑOR hasta la puerta de Jerusalén.
Levantaos y marchad, pues este no es lugar de descanso por la impureza que trae destrucción, destrucción dolorosa.
Levántate y trilla, hija de Sion, pues yo haré tu cuerno de hierro y haré tus pezuñas de bronce, para que desmenuces a muchos pueblos, para que consagres al SEÑOR su injusta ganancia, y sus riquezas al Señor de toda la tierra.
Pues yo te hice subir de la tierra de Egipto, y de la casa de servidumbre te redimí, y envié delante de ti a Moisés, a Aarón y a Miriam.
Por eso no se cumple la ley y nunca prevalece la justicia. Pues el impío asedia al justo; por eso sale pervertida la justicia.
Muy limpio eres de ojos para ver el mal, y no puedes ver el agravio. ¿Por qué, pues, ves a los traidores, y callas cuando el impío destruye al más justo que él,
por eso ofrece sacrificio a su red y quema incienso a su malla, pues gracias a ellas su pesca es abundante, y suculenta su comida.
¿Vaciará, pues, su red y seguirá matando sin piedad a las naciones?
¿No es esto del SEÑOR de los ejércitos? Los pueblos, pues, trabajarán para el fuego, y los gentiles se fatigarán en vano.
Pues la tierra se llenará del conocimiento de la gloria del SEÑOR como las aguas cubren el mar.
Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Jehová; pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo: porque ciertamente consumación apresurada hará con todos los moradores de la tierra.
En aquel tiempo yo os traeré, en aquel tiempo os reuniré yo; pues os daré por renombre y por alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando tornaré vuestros cautivos delante de vuestros ojos, dice Jehová.
Vino pues palabra del SEÑOR por mano del profeta Hageo, diciendo:
Pues así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Pensad bien sobre vuestros caminos.
Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dijo el SEÑOR; esfuérzate también Josué, hijo de Josadac, sumo sacerdote; y esfuérzate todo el pueblo de esta tierra, dijo el SEÑOR, y obrad; porque Yo estoy con vosotros, dijo el SEÑOR de los ejércitos.
Ahora, pues, poned vuestro corazón desde este día en adelante. Antes que pusieran piedra sobre piedra en el Templo del SEÑOR.
Pues, poned ahora, vuestro corazón desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, que es desde el día que se echó el cimiento al Templo del SEÑOR; poned vuestro corazón.
Les dirás pues: Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Volveos a mí, dijo el SEÑOR de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, dijo el SEÑOR de los ejércitos.
Eh, eh, huid de la tierra del aquilón, dice Jehová, pues por los cuatro vientos de los cielos os esparcí, dice Jehová.
Escucha pues, ahora, Josué sumo sacerdote, tú, y tus amigos que se sientan delante de ti; porque son varones de prodigio. He aquí, yo traigo a mi siervo, el Renuevo.
¿Pues quién ha menospreciado el día de las pequeñeces? Estos siete se alegrarán cuando vean la plomada en la mano de Zorobabel; {estos son} los ojos del SEÑOR que recorren toda la tierra.
Tomarás pues plata y oro, y harás coronas, y las pondrás en la cabeza del gran sacerdote Josué, hijo de Josadac;
Vino, pues, a mí palabra del SEÑOR de los ejércitos, diciendo:
Y endurecieron sus corazones como el diamante para no oír la ley ni las palabras que el SEÑOR de los ejércitos había enviado por su Espíritu, por medio de los antiguos profetas; vino, pues, gran enojo de parte del SEÑOR de los ejércitos.
antes los esparcí con torbellino por todos los gentiles que ellos no conocían, y la tierra fue desolada tras ellos, sin quedar quien fuera ni viniera; pues tornaron en asolamiento el país deseable.
Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: El ayuno del cuarto mes, y el ayuno del quinto, y el ayuno del séptimo, y el ayuno del décimo, se tornarán a la Casa de Judá en gozo y alegría, y en festivas solemnidades. Amad, pues, la Verdad y la Paz.
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