'Vanidad' en la Biblia
Y desecharon sus estatutos, y su pacto que Él había hecho con sus padres, y sus testimonios que Él había prescrito a ellos; y siguieron la vanidad, y se hicieron vanos, y fueron en pos de las gentes que estaban alrededor de ellos, de las cuales les había Jehová mandado que no hiciesen a la manera de ellas.
así he tenido que poseer meses de vanidad, y noches de congoja me fueron asignadas.
Desvanezco; no he de vivir para siempre; déjame, pues mis días son vanidad.
No confíe el iluso en la vanidad; porque ella será su recompensa.
Ciertamente Dios no oirá la vanidad, ni la mirará el Omnipotente.
¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan vanidad?
Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia? ¿Hasta cuándo amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira? (Selah)
El limpio de manos, y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a la vanidad, ni jurado con engaño.
Vanidad es el caballo para salvarse; no librará por la grandeza de su fuerza.
He aquí diste a mis días término corto, y mi edad es como nada delante de ti: Ciertamente el hombre, aun en su mejor estado, es completa vanidad. (Selah)
Con castigos sobre el pecado corriges al hombre, y haces consumirse como de polilla su grandeza: Ciertamente vanidad es todo hombre. (Selah)
Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hombres de renombre; pesándolos a todos juntos en la balanza, pesarán menos que la vanidad.
Por tanto, consumió sus días en vanidad, y sus años en tribulación.
Jehová conoce los pensamientos de los hombres, que son vanidad.
Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; avívame en tu camino.
El hombre es semejante a la vanidad: Sus días son como la sombra que pasa.
cuya boca habla vanidad, y su diestra es diestra de mentira.
Rescátame, y líbrame de mano de los hijos extraños, cuya boca habla vanidad, y su diestra es diestra de mentira.
Las riquezas de vanidad disminuirán; mas el que las acumula por mano laboriosa las aumentará.
Obtener tesoros con lengua de mentira, es vanidad desconcertada de aquellos que buscan la muerte.
Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí. No me des pobreza ni riquezas; mantenme del pan necesario;
Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.
Yo miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.
Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás del placer. Mas he aquí esto también era vanidad.
Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.
Entonces dije yo en mi corazón: Como sucederá al necio me sucederá también a mí: ¿Para qué, pues, he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Y dije en mi corazón que también esto era vanidad.
Aborrecí por tanto la vida, porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu.
¿Y quién sabe si será sabio, o necio, el que señoreará sobre todo mi trabajo en que yo me afané, y en que ocupé debajo del sol mi sabiduría? Esto también es vanidad.
¡Que el hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia, y con rectitud, y que haya de dar su hacienda a hombre que nunca trabajó en ello! También esto es vanidad y mal grande.
Porque todos sus días no son sino dolores, y sus trabajos molestias; aun de noche su corazón no reposa. Esto también es vanidad.
Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; mas al pecador da el trabajo de recoger y amontonar, para darlo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.
Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es; como mueren los unos, así mueren los otros; y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad.
He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obra despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.
Yo me torné otra vez, y vi vanidad debajo del sol.
Está un hombre solo y sin sucesor; que ni tiene hijo ni hermano; mas nunca cesa de trabajar, ni sus ojos se sacian de sus riquezas, ni se pregunta: ¿Para quién trabajo yo, y privo mi alma del bien? También esto es vanidad, y duro trabajo.
No tenía fin la muchedumbre de pueblo que fue antes de ellos; aun los que vendrán después tampoco estarán contentos con él. Y esto es también vanidad y aflicción de espíritu.
El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad.
Un hombre a quien Dios da riquezas, bienes y honra, y nada le falta de todo lo que su alma desea; mas Dios no le da facultad de comer de ello, sino que los extraños se lo comen. Esto es vanidad y penosa enfermedad.
Más vale vista de ojos que deseo que pasa. Y también esto es vanidad y aflicción de espíritu.
Ciertamente las muchas palabras multiplican la vanidad. ¿Qué más tiene el hombre?
Porque ¿quién sabe cuál es el bien del hombre en la vida, todos los días de la vida de su vanidad, los cuales él pasa como sombra? Porque ¿quién enseñará al hombre qué será después de él debajo del sol?
Porque la risa del necio es como el estrépito de las espinas debajo de la olla. Y también esto es vanidad.
Todo esto he visto en los días de mi vanidad. Justo hay que perece por su justicia, y hay impío que por su maldad alarga sus días.
También he visto a los impíos ser sepultados, los cuáles entraban y salían del lugar santo, y ser olvidados en la ciudad donde esto hicieron. Esto también es vanidad.
Hay vanidad que se hace sobre la tierra; que hay justos a quienes sucede como si hicieran obras de impíos; y hay impíos a quienes acontece como si hicieran obras de justos. Digo que esto también es vanidad.
Goza de la vida con la esposa que amas, todos los días de la vida de tu vanidad, que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque ésta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol.
Porque aunque un hombre viviere muchos años, y se alegrase en todos ellos; acuérdese sin embargo, que los días de las tinieblas serán muchos. Todo cuanto viene es vanidad.
Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad.
Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo es vanidad.
¡Ay de los que traen la iniquidad con cuerdas de vanidad, y el pecado como con coyundas de carreta,
Los que hacen pecar al hombre en palabra; los que arman lazo para el que reprende en la puerta de la ciudad, y hacen que se desvíe el justo con vanidad.
He aquí que vosotros sois nada, y vuestras obras de vanidad; abominación el que os escogió.
He aquí, todos son vanidad, y las obras de ellos nada; viento y vanidad son sus imágenes de fundición.
Los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos para su confusión son testigos, que ellos ni ven ni entienden.
Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá Él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el extender el dedo, y hablar vanidad;
No hay quien clame por la justicia, ni quien juzgue por la verdad; confían en vanidad, y hablan vanidades; conciben trabajo, y dan a luz iniquidad.
Así dice Jehová: ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad, y se tornaron vanos?
Porque las costumbres de los pueblos son vanidad; pues cortan el leño del bosque con el hacha, es obra de manos de artífice.
Vanidad son, obra irrisoria; en el tiempo de su visitación perecerán.
Me dijo entonces Jehová: Los profetas profetizan mentiras en mi nombre: Yo no los envié, ni les mandé, ni les hablé; os profetizan visión mentirosa, adivinación y vanidad, y el engaño de su corazón.
Oh Jehová, fortaleza mía, y fuerza mía, y refugio mío en el tiempo de la aflicción; a ti vendrán gentes desde los extremos de la tierra, y dirán: Ciertamente mentira poseyeron nuestros padres, vanidad, y no hay en ellos provecho.
Vanidad son, obra irrisoria; en el tiempo de su visitación perecerán.
Tus profetas vieron para ti vanidad y locura; y no descubrieron tu pecado para impedir tu cautiverio, sino que te predicaron vanas profecías y extravíos.
Vieron vanidad y adivinación de mentira, diciendo: Dice Jehová; y Jehová no los envió; y hacen esperar que se confirme la palabra.
Por tanto, así dice Jehová el Señor: Por cuanto vosotros habéis hablado vanidad, y habéis visto mentira, por tanto, he aquí yo estoy contra vosotros, dice Jehová el Señor.
Y será mi mano contra los profetas que ven vanidad y adivinan mentira; no estarán en la congregación de mi pueblo, ni serán escritos en el libro de la casa de Israel, ni a la tierra de Israel volverán; y sabréis que yo soy Jehová el Señor.
por tanto, ya no veréis vanidad, ni adivinaréis adivinación; y libraré a mi pueblo de vuestra mano, y sabréis que yo soy Jehová.
Te profetizan vanidad, y te adivinan mentira, para entregarte con los cuellos de los malos sentenciados a muerte, cuyo día vino en tiempo de la consumación de la maldad.
Y sus profetas los recubrieron con lodo suelto, profetizándoles vanidad, y adivinándoles mentira, diciendo: Así dice Jehová el Señor; y Jehová no había hablado.
¿Hay iniquidad en Galaad? Ciertamente vanidad han sido; en Gilgal sacrificaron bueyes; y aún sus altares son como montones en los surcos del campo.
Porque las imágenes han hablado vanidad, y los adivinos han visto mentira, y han hablado sueños vanos, en vano consuelan; por eso ellos vagan como ovejas, fueron afligidos porque no tenían pastor.