'Yo' en la Biblia
Y dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? porque yo soy viejo, y mi mujer avanzada en días.
Y respondiendo el ángel le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y soy enviado á hablarte, y á darte estas buenas nuevas.
Y cuando le vieron, se maravillaron; y díjole su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con dolor.
Respondió Juan, diciendo á todos: Yo, á la verdad, os bautizo en agua; mas viene quien es más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de sus zapatos: él os bautizará en Espíritu Santo y fuego;
Diciendo: Déjanos, ¿qué tenemos contigo Jesús Nazareno? ¿has venido á destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios.
Porque también yo soy hombre puesto en potestad, que tengo debajo de mí soldados; y digo á éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y á mi siervo: Haz esto, y lo hace.
El cual, como vió á Jesús, exclamó y se postró delante de él, y dijo á gran voz: ¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Ruégote que no me atormentes.
Y Jesús dijo: Me ha tocado alguien; porque yo he conocido que ha salido virtud de mí.
Y dijo Herodes: A Juan yo degollé: ¿quién pues será éste, de quien yo oigo tales cosas? Y procuraba verle.
Andad, he aquí yo os envío como corderos en medio de lobos.
Y les dijo: Yo veía á Satanás, como un rayo, que caía del cielo.
En aquella misma hora Jesús se alegró en espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, que escondiste estas cosas á los sabios y entendidos, y las has revelado á los pequeños: así, Padre, porque así te agradó.
Y otro día al partir, sacó dos denarios, y diólos al huésped, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que de más gastares, yo cuando vuelva te lo pagaré.
Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y os será abierto.
Y si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo estará en pie su reino? porque decís que en Beelzebub echo yo fuera los demonios.
Pues si yo echo fuera los demonios en Beelzebub, ¿vuestros hijos en quién los echan fuera? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.
Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, cierto el reino de Dios ha llegado á vosotros.
Y volviendo en sí, dijo: Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
Yo sé lo que haré para que cuando fuere quitado de la mayordomía, me reciban en sus casas.
Y yo os digo: Haceos amigos de las riquezas de maldad, para que cuando faltareis, os reciban en las moradas eternas.
Entonces él le dijo: Mal siervo, de tu boca te juzgo. Sabías que yo era hombre recio, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré;
¿Por qué, no diste mi dinero al banco, y yo viniendo lo demandara con el logro?
Pues yo os digo que á cualquiera que tuviere, le será dado; mas al que no tuviere, aun lo que tiene le será quitado.
Y también á aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y degolladlos delante de mí.
Respondiendo entonces Jesús, les dijo: Os preguntaré yo también una palabra; respondedme:
Entonces Jesús les dijo: Ni yo os digo con qué potestad hago estas cosas.
El entonces dijo: Mirad, no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy; y, el tiempo está cerca: por tanto, no vayáis en pos de ellos.
Porque yo os daré boca y sabiduría, á la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se os opondrán.
Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta á la mesa, ó el que sirve? ¿No es el que se sienta á la mesa? Y yo soy entre vosotros como el que sirve.
Yo pues os ordeno un reino, como mi Padre me lo ordenó á mí,
Mas yo he rogado por ti que tu fe no falte: y tú, una vez vuelto, confirma á tus hermanos.
Y dijeron todos: ¿Luego tú eres Hijo de Dios? Y él les dijo: Vosotros decís que yo soy.
Les dijo: Me habéis presentado á éste por hombre que desvía al pueblo: y he aquí, preguntando yo delante de vosotros, no he hallado culpa alguna en este hombre de aquéllas de que le acusáis.
Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy: palpad, y ved; que el espíritu ni tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.
Y he aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros: mas vosotros asentad en la ciudad de Jerusalem, hasta que seáis investidos de potencia de lo alto.
Resultados de Búsqueda por Versiones
- J2000 (34)
- LBDA (47)
- NBLH (46)
- RV (37)
- SEV (34)
- RV1909 (35)
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (145)
- Éxodo (121)
- Levítico (86)
- Números (64)
- Deuteronomio (98)
- Josué (29)
- Jueces (66)
- Rut (15)
- 1 Samuel (100)
- 2 Samuel (106)
- 1 Reyes (102)
- 2 Reyes (59)
- 1 Crónicas (27)
- 2 Crónicas (40)
- Esdras (4)
- Nehemías (22)
- Ester (6)
- Job (121)
- Salmos (154)
- Proverbios (17)
- Eclesiastés (28)
- Cantares (16)
- Isaías (143)
- Jeremías (192)
- Lamentaciones (6)
- Ezequiel (261)
- Daniel (50)
- Oseas (38)
- Joel (5)
- Amós (14)
- Jonás (6)
- Miqueas (9)
- Habacuc (2)
- Sofonías (7)
- Hageo (5)
- Zacarías (30)
- Malaquías (16)
- Mateo (51)
- Marcos (22)
- Lucas (35)
- Juan (159)
- Hechos (62)
- Romanos (22)
- 1 Corintios (38)
- 2 Corintios (20)
- Gálatas (12)
- Efesios (5)
- Filipenses (8)
- Colosenses (1)
- 1 Tesalonicenses (3)
- 1 Timoteo (2)
- 2 Timoteo (4)
- Tito (1)
- Filemón (3)
- Hebreos (7)
- Santiago (1)
- 1 Pedro (4)
- 2 Pedro (4)
- 1 Juan (3)
- 2 Juan (1)
- 3 Juan (6)
- Apocalipsis (51)